Madre divorciada visita a su hijo.

Una mujer de 60 años visita a su hijo de 35 y este consigue follársela dos veces.

Voy a tratar de montar un relato sobre un hecho real que me ha contado uno de mis lectores, como ya va siendo algo habitual, pero esta vez voy a prescindir de los correos intercambiados y lo voy a contar en primera persona, tal y como el me lo ha contado a mi.

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Soy un hombre soltero que cuando ocurrio lo que voy a contar tenia 35 años y vivia en una ciudad de Argentina.

Mi madre por aquel entonces tenia 60 años, llevaba separada de mi padre desde hacía 10 años y no habia vuelto a tener ninguna otra relación.

Yo trabajaba y vivia en una ciudad a una hora en coche de donde vivia mi madre.

Tenia un pequeño apartamento con salon, cocina, baño y un unico dormitorio con una cama de 135, bastante amplia para mi solo.

Mi madre habia salido de viaje con una amiga y a su regreso, como les caia de paso, decidio pasar el par de dias que aun tenia de vacaciones conmigo, ya que por nuestras ocupaciones hacia tiempo que no nos veiamos.

Su amiga la dejó y ella siguió su viaje.

Yo estaba encantado, mi relacion con mi madre siempre habia sido muy cercana, yo la queria mucho y ella a mi también.

Ella era mucho de palabra, mas que de contacto fisico.

Me decia constantemente lo mucho que me quiere, incluso que me ama, pero no es muy amiga de besos y abrazos, en eso siempre se mantuvo muy distante conmigo.

Yo por mi madre tenia sentimientos encontrados, por una parte la queria y respetaba como madre, pero por otra siempre la habia deseado, porque cuando tenia sexo con mi padre yo la escuchaba gemir de placer y eso me hacia desear ser yo el que algun dia la hiciera gemir.

Por supuesto me habia hecho infinidad de pajas pensando en ella.

Cuando llegó, obviamente nos saludamos con besos y abrazos, porque la ocasion asi lo requeria y es lo normal en estos casos.

Ella se instaló y colocó sus cosas en el unico dormitorio, tomando conciencia desde el primer momento que íbamos a dormir juntos, cosa que en nigun momento parecio darle ninguna importancia.

Yo por supuesto la colme de atenciones y despues de darse una ducha y cambiarse de ropa, charlamos tranquilamente durante un buen rato y luego la invité a cenar a un restaurante cercano.

Durante la cena seguimos charlando y tomamos algunas cervezas.

Todo transcurria con normalidad.

Un encuentro entre madre e hijo que llevaban tiempo sin verse, que se querian y amaban como madre e hijo.

Pero yo en mi cabeza tenia aquella idea fija de hacer gemir de placer a mi madre algun dia y desde que me dijo que vendria a pasar un par de dias conmigo y luego cuando la vi, la abrace y besé, al sentir su cuerpo junto al mio y el contacto con su piel, esa idea resurgió y supe que aquella era mi ocasion.

Ella nunca me habia dado el mas minimo indicio de aceptar algo así conmigo, y ahora, hasta el momento, tampoco.

Pero cuando nos fuimos a acostar y se puso su ropa de dormir, mis dudas se disiparon instantáneamente.

Se puso un camison color coral muy cortito y se trasparentaban sus bragas blancas, que era lo unico que llebaba debajo del camison.

Yo, que ya estaba predispuesto, al verla con esa ropa en lugar de un pijama que habia visto que tambien habia traido, pensé que era un claro mensaje por su parte de que estaba en mi misma onda.

Así las cosas, en cuanto apagué la luz, me acerqué a ella y la abrace.

Pero para mi sorpresa, ella no reaccionó como yo esperaba.

Me dijo con voz que denotaba sorpresa:

  • ¿Que haces cariño? separate y vete hacia tu lado.

Esto me sorprendió, porque yo no esperaba una reaccion tan brusca.

Suponia que diria algo para disimular, porque era lo normal, pero su reacción no parecia un disimulo, sino una orden.

Pero yo estaba decidido y no solo no la hice caso, sino que meti una de mis manos en su camison y comence a acariciar sus tetas.

Ella intentó separarse pero yo se lo impedi, asi es que dejó de forcejear y me dijo:

  • ¿Pero que haces? ¿Estas loco? Soy tu madre y no me puedes hacer esto.

Yo sin dejar de manosear sus tetas y notando que sus pezones se habian puesto duros como piedra, la contesté:

  • Si mamá, estoy loco por ti, te deseo desde que tengo uso de razon y creo que tu tambien me deseas a mi.

Ella me contestó ya en un tono mas suave:

  • A ver, cariño tu sabes lo mucho que te quiero, pero esto que tu pretendes no lo pueden hacer una madre y un hijo, comprendelo, no esta bien.

Yo, viendo que ella habia bajado la guardia y queria razonar conmigo, sin dejar en ningun momento de acariciar sus tetas y pellizcar sus pezones, que cada vez eran mas grandes y duros, la conteste:

  • Mira mamá, las relaciones sexuales entre madres e hijos, son mucho mas habituales de lo que tu crees, pero como lógicamente son secretas, parece que no existen, pero existen y son mucho mas normal de lo que la gente cree.

Ella, entrando al trapo, me pregunto que porqué estaba yo tan seguro de eso, que donde lo habia yo visto o leido.

Yo la respondí que habia sitios de internet especializados, donde muchos hijos y muchas madres contaban sus relaciones.

Ella, creyendo que con ello me tranquilizaria y la dejaria tranquila, al menos por esa noche me dijo:

  • Bueno, pues muy bien, mañana me muestras esos sitios para que yo los vea y me convenza de lo contrario que ahora pienso.

Yo ya con mi verga doliendome de dura que la tenia, la contesté, mientras deslizaba mi mano por dentro de sus bragas y llegaba con mis desdos a su coño:

  • De acuerdo mamá, mañana te mostraré esas paginas, pero mientras tanto ahora yo ya no puedo parar, porque estoy deseando meter mi verga dentro de ti.

Ella, yo creo que mas resignada que convencida, dando la batalla por perdida y tratando de justificar su poca oposicion, me dijo:

  • Está bien cariño, bien sabes que yo no quiero hacerlo, pero tampoco soy de piedra y tambien tengo mis deseos, aunque no precisamente con mi hijo, pero si tu no cedes y no tengo mas remedio que aceptarlo, por lo mucho que te amo y no quiero poner en peligro nuestra maravillosa relacion, te ruego que lo hagas con cuidado, porque llevo muchos años sin sexo y por mi edad lo tengo muy seco y me puedes hacer mucho daño.

Y se dio la vuelta, quedando de espaldas, poniendo su cuerpo a mi dispisicion.

Yo no lo dude ni un momento, rapidamente la quite el camison y las bragas, me desnude yo tambien completamente y comence a acariciar y besarla por todo el cuerpo.

Ella lo unico que no me dejaba era besarla en la boca, supongo que por no tener mi cara frente a la suya, asi es que yo la besaba por la cara, el cuello, las tetas, la mordisqueaba y chupaba los pezones y finalmente bajé hasta su coño.

Ella no participaba en nada, solo se dejaba hacer. Abrio sus piernas para facilitarme el acceso y yo comence a comerla el coño.

Efectivamente lo tenia muy poco lubricado, asi es que yo se lo ensalive bien ensalivado y cuando creí que ya estaba suficientemente lubricado, trepé hacia arriba, cogí mi verga con una mano, la enfile a la entrada de su coño y comence a metersela de a poco.

Al pasar los primeros centimetros efectivamente note que no estaba bien lubricado y ademas ella comenzo a decirme que la estaba haciendo daño, pero yo ya no podía parar.

Empecé un mete y saca lento, para ir metiendo cada vez un poco mas de verga dentro de su coño, hasta que se la meti entera hasta los huevos.

Ella se estuvo quejando todo el tiempo, pero tambien habia pasado sus brazos al rededor de mi cuerpo y me abrazaba, apretandome hacia ella, como si tratara, no se si consciente o inconscientemente, de impedir que me saliera de ella.

Una vez que la habia metido mi verga hasta dentro, comence a follarmela ya sin ningun cuidado.

Supongo que a ella la seguia haciendo daño, pero ese daño ya se mezcló con el placer que lógicamente habia empezado a sentir con mis penetraciones y aunque no eran los gemidos que yo recordaba, si comenzó a jadear y a mover sus caderas, buscando de una forma instintiva el maximo placer en cada penetracion.

Yo no tarde mucho en sentir la inminencia de mi orgasmo y asi se lo hice saber, aunque, con su edad, ya no habia ningun peligro de embarazo.

Ella reaccionó apretando mas su abrazo, yo la meti mi verga hasta el fondo de su coño y comence a inundarla con grandes cantidades de semen, que subia desde mis testiculos, proporcionandome un placer increible.

Lance un rugido de placer y satisfacción mientras llenaba con mi leche caliente las entrañas de mi madre.

No se lo que ella pensaba en ese momento y seguro que no lo estaba disfrutando como lo hubiera disfrutado, si en vez de estarlo haciendo resignada, estuviera sintiendo como su hijo volvia a estar dentro de ella, entrando por donde salió y inundando con su semen caliente el sitio donde lo tuvo durante nueve meses.

Esto, cuando una madre lo vive así, debe ser algo especial y unico para ella y producirle un placer y un morbo insuperable.

Pero, evidentemente, mi madre no lo vivió asi, porque cuando terminé de correrme dentro de ella, relajó todo su cuerpo, se quedó callada y pensativa durante un momento y luego se levantó y se fue al baño a asearse.

Cuando regresó, yo evidentemente queria seguir, pero ahora fue tajante, se dio la vuelta y dijo que ya habia conseguido lo que queria, asi es que me durmiera y la dejara dormir a ella.

Y eso hice, nos dormimos los dos, pero a la mañana siguiente, en cuanto me desperté volvi al ataque.

Ella trató de resistirse como en la noche, pero esta vez sin convincion ninguna.

Yo segui insistiendo y ella fue cediendo.

Como vi que no estaba muy por la labor, no me anduve con prolegomenos, tenia la verga como un palo, asi es que se la metí, esta vez entera de un solo golpe y como vi que ella no iba a colaborar, pensé solo en mi placer y comencé a follarmela fuerte y rapido.

Aunque ella habia decidido no colaborar, su cuerpo empezó a ir por libre y se movia al ritmo y tambien su respiracion se volvió agitada, porque se supone que aunque ella no quisiera reconocerlo, a su cuerpo le gustaba lo que le estaba haciendo.

En un rato alcance el orgasmo y volvi a correrme dentro de ella, esta vez sin decirla nada, solo un fuerte apretón, y con mi verga metida hasta el fondo de su vagina, volvi a llenar su, ahora vacio, utero con mi semen, pensando que de haber habido un ovulo en su interior, estaria embarazando a mi madre...

Buffff... Este pensamiento me producía un morbo increible y descargué hasta la ultima gota de mis testiculos dentro de ella, por segunda vez, con ese pensamiento en mi cabeza...

Despues de haber conseguido mi objetivo de follar con mi madre y correrme dentro de ella dos veces, aunque con muchas reticencias por su parte, finalmente en los dos casos con su consentimiento a pesar de pensar que lo que habíamos hecho no estaba bien, yo creí que aquello en adelante iba a ser "coser y cantar" y que iba a poder follar con ella cada vez que quisiera.

El dia transcurrió con toda normalidad y en ningún momento sacamos el tema de lo que habíamos hecho, como si no hubiera pasado nada.

Mi madre me trataba con su amabilidad habitual, lo que me afianzaba en mi convincion de que la tenía en el bote.

Pero nada más lejos de la realidad, porque cuando llegó la noche, esta vez sí se puso el pijama entero, pantalón largo y camisa también de mangas largas.

El mensaje estaba clarisimo, pero así y todo yo lo intenté igual que la noche anterior pero esta vez ella fue tajante, o la dejaba dormir o se iba al sofá del salón.

Evidentemente yo eso no lo iba a permitir, así es que dejé de insistir y nos dormimos los dos.

Al día siguiente se marchó para su casa, sin ningún reproche, tan amable como siempre conmigo.

Y desde entonces no he tenido ninguna otra oportunidad de follar con ella, hasta ahora.

Desde luego yo tengo mucho interés en seguir teniendo sexo con ella, pero no quiero volver a hacerlo de la manera que lo hemos hecho las dos veces.

Yo quiero que ella esté convencida de que su mejor opción si quiere tener sexo soy yo, su hijo, el hombre que más la quiere del mundo.

Y que disfrutemos los dos de una de las relaciones sexuales más morbosas y por ello más excitante que existe.

Para mi correrme dentro de mi madre ha sido una experiencia increíble y quiero que también lo sea para ella la próxima vez que lo haga.

Porque estoy seguro que conseguiré convencerla para que haya una próxima vez y muchas más.