Madre descubre el incesto (2)

Historia de una madre que va descubriendo poco a poco el incesto.

Hola

Tal y como os dije, volvería a seguir escribiendo más sobre mi experiencia, la verdad es que he leído los comentarios que habéis hecho y no me esperaba tan pronta respuestas, y creo que eso me hecho decidirme a escribir un poco más. Y deciros que muchísimas gracias.

Ahora estoy aquí , pero no se el tiempo que voy a tardar en terminarlo y en publicar la segunda parte, porque mis niños están alrededor mía y no me gustaría que vieran lo que escribo.

Bueno, después de aquello que me pasó me tiré un montón de tiempo pensando y pensando y dándole vueltas a la cabeza, y al final pensé que lo mejor era que mi hijo durmiera solo en su cama para que aquello no volviera a suceder. No quise hablar con él de momento, si no dejar que pasara un poco el tiempo y que todo volviera a la normalidad. Por supuesto también le dije a mi hija que durmiera sola porque no creía oportuno que yo siguiera durmiendo con ella y mi hijo no, porque pensé que se daría cuanta de que yo sabía lo que había pasado y no era mi intención.

Uno de los días que volví del trabajo, ya mis hijos estaban en casa como de costumbre, mi hija estaba viendo la televisión y le de un beso en la mejilla como hago siempre, le pregunté por su hermano y me dijo que estaba en su dormitorio. Me asomé a él pero no estaba allí, me resultó un poco raro y escuché ruido en mi dormitorio. Me asomé muy sigilosamente para ver que ocurría y cual fue mi sorpresa que me encuentro a mi hijo tocando en mi cajón de la ropa interior. No me lo podía creer. Fui al cuarto contiguo para desde allí poder observar lo que hacía y estaba mirando y oliendo mis braguitas y mis sujetadores, aquello era increíble, nunca me podía imaginar lo que estaba haciendo.

Pensaba en que la curiosidad de mi hijo iba creciendo cada vez más y algo tenía que hacer, decidí en aquel momento no reñirle y me dirigí otra vez al salón donde estaba mi hija y le dije que me iba a duchar. Le dije a mi hija que si quería bañarse pero me dijo que estaba viendo una serie y que luego iría. Yo siempre me he duchado con ellos con toda la normalidad de una madre.

Ya mi hijo se dio cuenta de que yo estaba en casa y fue al salón corriendo para verme , me preguntó que como me había ido el día y le dije que bastante bien y pero un poco cansada y que me dolía la espalda de la silla del trabajo.

Les dije otra vez que iba a ducharme y mi hijo dijo que el se venía conmigo al baño a bañarse también y le dije que perfecto porque siempre lo habíamos hecho muchas veces antes.

Estando en el baño, mi hijo se desnudo corriendo y se metió en la bañera y abrió el grifo para llenarla un poco de agua caliente, yo mientras fui a la cocina para calentar las pastas para la cena y después me dirigí al baño.

Una vez allí observo que mi hijo estaba jugando con la esponja echándose agua por la cabeza. Empecé a desnudarme desabrochándome la blusa y bajándome la falda hasta quedarme en ropa interior, cuando mi hijo me dice.

-. Mamá!! ese conjunto es nuevo?? No te lo había visto antes, es muy bonito

Me sorprendió su comentario porque nunca antes me había dicho nada por el estilo

Si cielo, es nuevo, me lo regaló tu abuela para navidades y todavía no me lo había puesto.

Veía como no me quitaba ojo de encima, el conjunto era blanco, semitransparente y se podía observar perfectamente mis pezones y se transparentaban perfectamente los bellos de mi pubis. Me di la vuelta para desabrocharme el sujetador y bajarme las bragas cuando veo a mi hijo a través del espejo del mueble de baño, como me está observando mi culo desnudo y sus ojos se abren de par en par. No entendía aquella situación porque él está arto de verme en esa situación pero comprendí que cada día estaba cambiando. No le di mas importancia y me metí en la bañera con él:

Mmmmm que calentita el agua, que rica.

Sí mama, está estupenda.

Intentaba no mirarlo a la cara, porque no quería saber como estaba mirando ni lo que estaba mirando, pero mi curiosidad a veces hacía mirarlo de reojo y observaba como estaba mirando mis pechos y mis pezones que estaban totalmente erectos por el cambio de temperatura. Quise corriendo cambiar de tercio y le dije que se agachara que le iba a lavar la cabeza. Y a sin lo hice, luego me lave yo la mía, y como de costumbre le dice que se levantara para la lavarle el cuerpo.

Yo me puse de rodillas y el se puso de pie, siempre le lavo la espalda primero y empecé a juntarle el jabón por detrás, por su culito y por las piernas. Le dije que se diera la vuelta para lavarlo por delante, y cuando se volvió, no se que me ocurrió pero mi mirada se fue directamente a su pene y sentí un hormigueo por mi estómago. No entiendo porque me pasó eso, quizás porque mi mente estaba pesando en todas las cosas que había ocurrido. Empecé a juntarle el jabón por el pecho y bajar hacia abajo, pero no me atrevía a lavarle el pene como de costumbre, pero algo hacía que me frenara, seguí hacia debajo de sus muslos hasta los pies, y no podía dejar de mirársela.

Yo estaba pensando en otra cosa, cuando me dice:

Mami hoy no me lavas ahí,

Ese comentario hizo despertar de mis pensamientos, porque ya no sabía ni donde estaba,

Si cielo, claro que si, ahora mismo, respondí.

Pero cuando empecé a lavarle el pene, sabía que aquello me iba a pasar, y me entraron escalofríos por todo el cuerpo y mis pezones volvieron a ponerse super erectos, casi temblaban las manos.

Iba juntándole el jabón por el pene y por sus testículos, le bajé el pellejito para dejar al descubierto el grande y podérselo lavar bien, quería terminar rápido, pero algo me impedía hacerlo, quería seguir tocándosela y mi mano no dejaba de frotar el jabón por todas sus partes.

Creo que no era yo la que estaba haciendo eso, era algo diferente, no se como explicarlo con letras.

Cuando observo algo que jamás me había pasado y noto como su pene empieza a crecer en mi mano y me quedé perpleja, cuando aquello iba subiendo más de tamaño iba notando cada vez mas duro el pene, y aquello hizo que despertara de lo que estaba haciendo. Dios!!! Me sentía culpable y la peor madre del mundo. En aquel mismo instante mi hija entro para meterse también en la ducha, tal y como me había dicho antes. El mundo se me venía encima e hice un alarde de fuerzas y con toda naturalidad le dije a mi hijo que se sentara en la bañera para enjuagarse, no quise quitar la mano hasta que no estuviera dentro del agua para que mi hija no se diera cuenta y así lo hice.

Yo estaba hasta sudando, no sabía que hacer o que decir. Mientras mi hija se desnudaba para meterse en la bañera pensaba si mi hijo se habría dado cuanta de que le había lavado de distinta forma a otra veces, todo se me venía encima, y la excitación que aquello me produjo no podía ni evitarla.

Terminé de lavarme y lavar a mi hija y ya nos salimos del baño y me dirigí a mi dormitorio para ponerme el camisón, pero antes, como de costumbre, untarme la crema que siempre pongo en mi piel para tenerla tersa y suave.

Una vez que me quito la toalla y empiezo a ponerme la crema por las piernas, mi excitación seguía, o quizás más, pensaba en la sensación que tuve de tocarle el pene a mi hijo y aquello me calentaba más y más. Hacia muchos meses que no tocaba uno y apretaba mis manos como recordándolo.

Aquella no era Carmen, era otra, mi excitación podía mas que yo. Mi cabeza daba vueltas y más vueltas y necesitaba algo, no se lo que era o lo que quería y no hice otra cosa que llamar a mi hija para que me juntara la crema. Ella ya me había juntado la crema muchas veces por mi cuerpo, pero nunca desnuda del todo, siempre con ropa interior. Pero estaba vez mi imaginación fue más a allá, y quería sentir sus manos en mi cuerpo, necesitaba que alguien me tocara y a sin lo hice.

Apareció mi hija solo con sus braguitas puestas y muy estrechas y se le notaba perfectamente todo su coñito abultadito en ellas, y sus pechitos al aire. Le dice:

Mi vida!!!, ayúdame por favor a untarme la crema que me duele la espalda

Claro que sí, Mami.

Me tumbé en la cama bocabajo totalmente desnuda y empecé a sentir sus manitas recorriendo mi espalda, tan suave, tan inocente, tan sensual, aquello me excitaba más y más. Notaba sus manos recorrer mis nalgas una y otra vez. Le dije que por detrás era suficiente y que me iba a dar vuelta.

Ella, mientras esperaba con sus manos levantadas, para no llenar nada, a que me pusiera en posición, cerré los ojos y disfrute de aquel momento. Sus manos rodeaban mis pechos con la crema, mis brazos, mi estómago, mis muslos, mis piernas, mi entrepierna, todo era un disfrute, estaba al borde del orgasmo, y sin ni siquiera tocarme en mis partes. Me imaginaba con mis ojos cerrados como ella estaría viendo mi cuerpo desnudo y mi coño húmedo porque tenía mis piernas un poco abiertas. Le dije que si estaba cansada de la postura que estaba que se podía sentar encima de mí y a sin lo hizo.

Cuando sentí subirse encima de mi estómago, creía que iba a explotar, se abrió de piernas y note el calor de su coñito en mi estómago, creía que me moría. No quise abrir los ojos en ningún momento, para no saber que estaba ella mirando o que iba a hacer, cuando noto sus manos mis hombros y brazos untándome la crema y al ratito sus manos recorriendo cada palmo de mis pechos enormes y mis pezones iban a estallar de placer. Sentía como mi coño chorreaba flujo y las manitas de mi hija rozando una y otra vez mis pezones. Sentía la humedad de las braguitas de mi hija en mi estómago y aquello me producía mas placer, sabía que ella también estaría sintiendo algo porque ya tiene edad para ello. Y sabía que se estaba sintiendo a gusto.

Cuando de pronto mi hijo entró en la habitación y observó el panorama, no creo que lo viera aquello mal porque él sabía y había visto otras veces a ella untarme la crema, pero estaba vez estaba desnuda.

Cuando comemos Mama!!!!!!!!!!

Aquel comentario hizo despertar de mi sueño y gozo y volví a sentirme mal y una mala madre. Le dije que enseguida íbamos a cenar, y a mi hija que terminara.

Me puse el camisón y me fui al baño, quería terminar con aquella excitación y que mi mente no pensara en más cosas de sexo. Empecé a tocarme en la taza del retrete y no duré dos minutos cuando tuve un orgasmo que hacía mucho tiempo que no había tenido, fue increíble. Pero cuando terminé, no tardé mucho en sentirme otra vez culpable y empecé a llorar y ponerme las manos en mi rostro. NO ERA YO, ME PREGUNTABA QUE QUE ESTABA HACIENDO. ESTO NO PODIA SEGUIR ASIN.

Bueno amigos y amigas, hasta aquí os puedo contar hoy, porque no tengo mas tiempo. Jejejej Os juro que recordándolo y escribiéndolo me he excitado. Ya seguiré otro día.

Besos

Carmen.