Madre busca macho que la monte.

Mi madre al quedar viuda entra en depresión y para salir tiene que superar la muerte de mi padre y volver a sentí que atrae a los hombres y algo mas.

Aviso: Este primer capitulo contiene morbo y el inicio de lo que yo consideraria una buena historia mas no asi escenas de sexo para ello es el próximo capitulo.

Hola, mi nombre es Jose, mi historia empieza como alguna común conviviendo con mis padres, una vida en la que yo solo me preocupaba de las calificaciones del bachillerato, mi novia, amigos y de ver a mis padres llevarse bien, esto se vio turbado cuando mi padre sufrió un accidente dejando a mi madre Adriana viuda con tan sólo 34 años y con ello una depresión, que la hizo encerrarse en su habitación para solo salir a ver la comida y digo ver, porque a lo mucho solo comía una cucharada, paso la semana que su trabajo daba de luto y tuvo que regresar a trabajar, en esa primera semana de vuelta al trabajo, al llegar de la escuela la encontraba en casa pues de la depresión la regresaban ya que no se concentraba y sus jefes lo notaban, paso una semana más y fue lo mismo, por mi parte me tuve que sobreponer rápido al dolor que también a mí me embargaba pues como mi padre me decía de pequeño, "cuando yo falte tu serás el hombre de la casa, quien tiene que cuidar a tu madre" y así lo empecé hacer, pensando en mi madre también deje de concentrarme en los estudios hasta que decidí junto a mi madre que ella dejara de trabajar para no afectar su historial laboral con un despido y buscar ayuda de algún experto, la primera experiencia con una psicóloga en la que todas o la mayoría de la sesiones estuve presente fue mayormente buena ya que logro que mi madre volviera a comer, dejara de llorar tanto y sonriera un poco más, sin embargo no llegaba aun ser su propia sombra, ya había pasado seis meses y tres psicólogas más, por lo cual a petición de mi madre pausamos las visitas a nuevos profesionales, la anime a visitar a sus amigas ya que al vivir en la ciudad de origen de mi padre no tenía familia cerca, mi madre solo aceptaba las visitas de estas señoras ya que a sus palabras no quería pasar ridículos si le ganaba la melancolía y lloraba, en una ocasión en una visita de una señora que yo había visto contadas veces, estaba en mi habitación buscando consejos en internet para ayudar a mi madre, iba a bajar al primer pisó pero al estar en las escaleras me encontré con una frase que me dejo helado.

  • ¿Y has probado tener sexo? Quizá te falte alguna buena verga que te llene el vacío que te dejo el difunto de tu marido.

  • No como creés...

La platica siguió entre explicaciones de mi madre y resoluciones de su amiga que ante la defensiva de mi madre decidió respetar su decisión.

De mi parte me dejo desconcertado la exposición de la amiga de mi madre y busque en internet que tan posible era lo mencionado y había lógica, pero el que mi madre tuviera sexo con alguien más que no fuera mi padre no me gustaba para nada así que en mi facebook pedí ayuda a conseguir direcciones de alguna psicóloga o psicoterapeuta hubieron dos opciones los cuales medicaron pastillas aun así mi madre no mostró mucho mejoramiento, con el siguiente fue con un psicoterapeuta mi madre cansada de la situación me advirtió que este sería el ultimo que vería si no se resignaría a vivir en esas condiciones pues además del desgaste físico y emocional estaba el económico que, como ya he mencionado, mi madre seguía sin trabajar y yo aun estudiaba si se le puede llamar así a lo que hacía.

El doctor me dejo estar solo tres o cuatro sesiones y después me pidió esperar afuera, después de una hora mi madre salía, pasaron de seis meses mi madre ya sonreía más, al principio note todo normal hasta que a mi mente llego una pregunta "por qué este doctor no me deja estar en las sesiones igual que los demás, este es el único que me pidió esperar afuera", un día en el que yo era el único en la sala de espera me acerque y solo alcance a oír.

  • Eres muy hermosa y en verdad que harías feliz a cualquier hombre.

  • Gracias.

  • Entonces es una cita, nos vemos mañana

  • Si, hasta mañana.

Lo que escuche me revolvió el estómago, mis manos empezaron a temblar y sentí frío en el cuerpo, un frío inexplicable puesto que no había por donde entrara alguna corriente de aire.

En cuanto salieron vi a mi madre diferente, tenía una sonrisa que solo le había visto cuando mi padre la abrazaba o le decía un cumplido.

  • Entonces nos vemos.

  • si.

  • Hasta luego Jose.

Definitivamente el doctor buscaba algo, si no es que ya lo había obtenido, nunca me había llamado por mi nombre, la sonrisa de mi madre y su prácticamente comportamiento normal me hizo pensar que el motivo por el que no había estado presente en las sesiones es que el doctor ya había obtenido lo que muchos querían pues mi madre era lo que muchos le envidiaban a mi padre pues era poseedora de unas piernas bien definidas y duras, unas caderas que me hacían preguntar por qué no había tenido hermanos si eran las de una buena hembra, sus nalgas me respondían porque había escuchado a mi padre decirle en la intimidad que le encantaba montarla, su cintura era la razón por el que mi padre la abrazaba de ahí o del que mi padre no perdiera oportunidad de bailar con ella, sus pechos, dios!!! sus pechos, la única vez que me les quede viendo cubiertos por una blusa ella me dijo con una sonrisa, que, como me sujetaba de ellos para mamar de pequeño, y no me culpaba a mí mismo, su cara aun no representaba su edad, las cremas y mascarillas siempre le hicieron ver como modeló y en su momento sospeche que lo había sido pues a mi padre le modelaba cada que él tenía la cámara en las manos más nunca pregunte, su cabello ondulado coronaba su belleza.

Al llegar a casa no comente nada, pues no quería parecer ante mi madre como un fisgón aun así estaba en mi mente impedir que se diera algo con aquel doctor, también me remordía la consciencia impedir que mi madre siguiera con esa alegría pues si bien empezaba a odiar a aquel tipo por querer entrar en la vida de mi madre más allá al de su profesión también le agradecía que mi madre volviera a ser la misma de antes.

Al llegara a casa mi madre dejo su bolso en la sala.

  • Jose voy a bañarme me siento exhausta.

  • Si ma.

Esa palabra me hizo volver a temblar puesto que, no había hecho esfuerzo alguno como para que estuviera "cansada" a menos que, algo hubiera pasado en el consultorio, igual no podía negar que hacía calor y quizá a eso se refería ya que si hubiera pasado algo yo hubiera escuchado gemidos, ¿no? Pero si... Mil cosas pasaban en mi mente y para no sufrir con las cuestionantés en mi cabeza fui a mi habitación a ver alguna serie o película en internet, de ahí que buscara en internet consejos de cómo superar esa transición de un nuevo noviazgo de mi madre, pero una de las paginas llamo mi atención era un relato filial, esta trataba de una señora la cual se había divorciado de su esposo y tras la ruptura había caído en depresión, esto y la convivencia con su hijo habían caído en la lujuria haciendo que copularan pero tras pasar la noche ella se había arrepentido, esta había salido para pensar en lo sucedido, ya en la calle se encontró con un joven que viéndola llorar se acercó a ella y esta le contó su pesar y ni tardo ni perezoso le ofreció su casa para no caer nuevamente en la tentación sin embargo ella término cogiendo con aquel chico que contaba con la misma edad que su hijo, aborrecí inmediatamente a aquella persona, como podía ser posible que esta señora prefiriera coger con otra un chico de la misma edad que su hijo antes que a su propio hijo, seguí leyendo otros relatos en los cuales leí justo lo que buscaba, madres que decían preferir entregarse a su hijo antes que a otro hombre, aunque no encontré solución a mi problema, si encontré algo que me podía ayudar, sin embargo no sabía cómo ejecutar mi plan.

durante el resto del día evadí a mi madre y en la cena hubo silencio por lo que ella me preguntó.

  • Jose, sucede algo, te noto muy callado y preocupado.

No sabía cómo abordar el tema, así que le dije.

  • No es nada, solo que pienso en que ya no queda casi nada de lo que mi padre tenía ahorrado y dentro de poco solo tendremos la pensión mensual que te corresponde.

  • Si también he pensado en eso y me preocupa, he pensado en regresar a trabajar, pero me da miedo caer otra vez en crisis y hacer el ridículo.

Al acabar la cena nos fuimos a dormir, ya era costumbre que mi madre no quisiera ver algo en la televisión, o que durmiéramos juntos desde que mi padre no estaba para que ella no se sintiera sola en una cama grande, esto lo hacíamos con pijama.

Al día siguiente desayunamos juntos aun en silencio, al terminar se fue a bañar sin decir nada, se arregló con un pantalón ajustado, una blusa ajustada que marcaba sus pechos a la perfección y su maquillaje solo lo comparaba a cuando salia a cenar con mi padre.

  • Jose deje comida en el refrigerador, regreso por la tarde.

  • ¿Vas a salir, a donde ma?

  • Cierto, se me olvido decirte, voy a ver a Carlos, regreso más tarde.

  • ¿A Carlos? ¿quién Carlos’

  • A mi psicoterapeuta.

  • No sabía que se llamara así, pensé que tu sesión era hasta la siguiente semana, espérame que me arreglo rápido.

  • No Jose, como te digo... tengo una cita con él.

Nuevamente mi cuerpo se llenó de un frío fúnebre, no sabía que decir o hacer, estuve a punto de decir, "que lo pases bien" pero recordé que en uno de los relatos la madre solo tenía planeado una cena y este término con las piernas abiertas en un motel barato y el hijo ebrio al suponer lo que había pasado.

  • No sabía que un psiquiatra diera consultas fuera de su consultorio.

  • No Jose, creo que no me estas entendiendo... Carlos me invito a salir, en una cita.

  • Mama sabias que no es bueno que un psicoterapeuta o psicólogo tenga algo que ver con sus pacientes, es muy perjudicial para ambos, además de que está rompiendo su juramento profesional.

  • Jose cariño, lo de tu padre ya hace tiempo que paso y Carlos me... me ha hecho sentir bien nuevamente y creo que le estoy tomando cariño.

Escuchar esa palabra me hizo temblar las manos y los labios, el frío se intensificó, mi estomago o mi alma se llenaron en un vacío que me hizo soltar una lágrima.

  • Ma, no sé si me vas a entender, pero no quiero... no quiero que vallas, no es por mi padre, entiendo que el ya no está y sé que él quisiera que seas feliz... Es por mí, te amo mami, y no quiero compartir tu cariño con nadie, no sabes cómo me siento al pensar que te encierras con ese imbécil en su consultorio, que... alguien que no sea mi padre te haga el amor si es que se le puede llamar así el que él te lo haga sin sentir lo que mi padre sentía por ti, o lo que yo siento por ti... ma, yo te amo más de lo que cualquier hombre pueda amarte y mi amor es sincero, no fingido para llevarte a la cama, yo voy a estar contigo cuando enfermes, cuando estés viejita no solo cuando tenga ganas de que me abras tus piernas (la cara de mi madre expreso sorpresa ante mi atrevimiento).

Me arrodillé frente a ella y tomándola de las manos le dije.

  • No vallas, no sabes cómo me siento al saber que el u otro te haga su mujer, para mi seria como si me escupiera la cara, como si se burlara de mí, como si tú le permitieras que me humillara de la peor manera.

Mi madre me quedo mirando y pude ver que también ella dejaba caer una lágrima, rápidamente tomó su teléfono y llamo.

  • Juan Carlos, solo te llamo para decirte que no voy a ir a nuestra cita y cancela mi próxima sesión que tampoco voy a ir, gracias por todo y adiós.

Mi madre tomo mis manos y me hizo abrazarla y me abrazo.

  • Mami, Perdóname sé que es egoísta de mi parte, y... Y sé que eres mujer y tienes tus necesidades y... Mami si quieres yo... No te enojes, pero yo te puedo satisfacer si tú quieres.

Pensé que su reacción seria enojarse a como nunca la había visto.

  • Pero que dices Jose, si soy tu madre y eso no estaría bien hijo, además es pecado. (dijo con un tono de voz neutro).

  • Lo se ma, pero es que, tengo miedo... ma entonces permíteme ser tu novio... veras que me pondré a trabajar, te llevare al cine, a cenar, iremos a pasear juntos, no sé, lo que tú quieras.

No hubo respuesta solo se limitó a besar mi mejilla, se separa de mí y me dice.

  • Voy a mi habitación a cambiarme.

  • Si ma.

El resto del día las conversaciones con mi madre fueron los menos posibles, yo notaba como ella me miraba de reojo al igual hacia yo, la plática más larga que tuvimos fue a cerca de la escuela, de mis calificaciones no más.

Al anochecer me fui a mi habitación y ella a la suya, pensé que después de proponerle tener sexo no querría dormir conmigo. Estaba frente a mi computadora, con los ojos cerrados escuchando música a todo volumen, tratando de dispersar mis pensamientos, canturreaba una canción con la voz tenue tratando de no ser escuchado.

De repente sentí una mano en mi hombro, lo que me hizo brincar y voltear de manera súbita haciendo que se me salieran los audífonos de los oídos.

  • Tan mal me veo como para que te espantes.

  • Disculpa ma, es que estaba bien metido en la musica.

  • Si me di cuenta, je, je, je.

  • No, que me voy a espantar de cómo te vez, si eres la mamá más hermosa del mundo.

  • Gracias hijo, pero seguramente solo me lo dices porque soy tu madre.

  • No ma, nada de eso (le iba a decir, que por ello el doctor la quería conquistar, pero preferí callar), en verdad eres hermosa.

La guíe hasta el espejo de mi habitación y le dije.

  • Mira, que hermosa mujer está ahí, aun y con pijama te vez espectacular.

  • Gracias cariño, que caballeroso... vas a tardar para venir a dormirte.

  • emmm, no ma, ahí voy.

Apagué la computadora y me fui con ella al estar acostados ya ambos con nuestros pijamas, ella me dice.

  • Jose, me... me puedes abrazar.

  • Si ma.

Solo acerque mi pecho y la abracé, esto para no arrimarle mi verga, aunque no la tenía parada sabía que sintiendo sus nalgas lo estaría y no quería espantarla y no me lo volviera a pedir.

Al día siguiente era domingo por lo cual no tenía clases.

  • Ma vamos al parque a pasear, no tengo mucho dinero, pero un helado si te invito.

Mi madre me quedo viendo y me dice.

  • Si corazón, vamos que siento que ya me hace falta salir a que me pegue el sol, solo espera me visto.

Vi salir a mi madre con un pantalón de mezclilla muy ajustado que realzaba sus nalgas y hacía notar sus fuertes piernas, una blusa blanca con un letrero negro que decía "Baby", que resaltaba sus pechos y dejaba marcar su brazier.

  • Mami, que hermosa, valla que voy a ser envidiado en el parque.

Vi a mi madre, agacharse sin quitar la mirada de mi jugueteando con su cabello coquetamente, ese ademán me volvió loco pues igual, solo se lo veía cuando mi padre le hacía algún alago.

  • Gracias cariño.

Cada vez que tenia oportunidad de hacerla reír, lo hacía con ocurrencias, chistes que se me ocurrían con lo que veía, le compre un helado y jugaba con ella en los juegos infantiles del parque, cada vez que tenía oportunidad la tomaba de la mano o de la cintura.

Nuevamente le vi esa sonrisa que yo extrañaba, por lo que pensé que iba por el camino correcto.

Al llegar a casa me dijo.

  • Ahora cariño ayúdame a hacer de comer que ya es tarde.

  • si ma.

La labor nos sentó bien, antes yo no era de meterme a la cocina si no era para tomar algo para comer o beber, mi atención total la puse en mi madre y en la comida, ella me empezó a hacer platica, con diversos temas.

  • ¿Qué planes tienen para la graduación? ¿Qué carrera piensas estudiar? ¿Qué música escuchabas ayer? ¿Tienes novia? ¿Como te gustan las chicas?

Cada vez mi madre se acercaba a temas más íntimos de mi vida a lo que yo aproveche para hacer lo mismo, aunque yo me cohibía un poco, nuevamente el resto del día paso sin mayor novedad y así la noche, al día siguiente al regresar de la escuela me encontré a mi madre que igual recién llegaba.

  • ¿A dónde fuiste ma?

Se quedo unos momentos callada.

  • Disculpa hijo, no te vayas a molestar y te lo voy a decir por qué quiero que nos tengamos confianza... (asentí con la cabeza) fui a ver a Carlos.

No dije nada, pero fue evidente mi molestia.

  • Creí que merecía una explicación de mi decisión solo eso, aunque no le dije que tú me lo pediste... y… y puede comprobar lo que me dijiste.

  • ¿A qué te refieres?

  • Después de decirle el adiós, me dijo que por lo menos quería hacerme el amor una vez.

  • Lo mandaste lejos verdad.

  • Claro que si cariño, en cuanto me lo dijo le di una cachetada y me salí de donde estábamos.

Durante varios días estuve pensando en mi madre, en sus gestos los cuales yo pensaba que eran exclusivos para mi padre, después de algunas semanas, al llegar a casa mi madre me esperaba en la sala.

  • Hijo, necesitó hablar contigo.

  • Dime ma.

  • Primero, Sonia, mi amiga que vino hace algunos meses me invito a la boda de su hijo, no sé si quieras ir.

  • sí, estaría bien para que te distraigas un poco.

  • lo otro es que, ya no tenemos dinero y... he pensado en irnos al pequeño rancho que tus abuelos me dejaron... venderíamos la casa y en el rancho criaríamos animalitos y esas cosas, también pensé en poner algún negocio haya... qué opinas.

  • Pues si quieres ma.

  • Si, mira haya quizá hasta podamos tener una piscina y otras cosas.

Después de algunas semanas tomamos rumbo hacia una comunidad rural donde seria la fiesta a la que habían invitado a mi madre.

Para esto mi madre se había vestido con una minifalda drapeada color blanco dejando la mitad de sus piernas a la vista, la parte superior cubierta por un bustier sin mangas y de espalda descubierta, por la naturaleza de la prenda sus pechos se apreciaban más abultadas y un tanto comprimidas por lo ajustado de la prenda.

De mi parte además de la gran sonrisa que tenía, puesto que este tipo de vestimenta era específica para sus cenas con mi padre y nada más, y el que lo usara cuando yo la acompañaba me ponía en una posición muy agradable y privilegiada, mi ropa era un pantalón negro, camisa y sacó, bastante formal a mi gusto, pero tenía que estar a la altura de la belleza de mi madre.

Al llegar a la recepción, encontramos una carpa de fiestas bastante grande y elegante acorde al jardín muy bien cuidado.

En una mesa con cuatro plazas no sentamos mi madre y yo, Sonia fue a saludarnos junto a su hijo y la recién esposa del chico, después de la comida, Sonia y los recién casados se levantaron para saludar a los demás invitados.

durante algunas horas en las que sonaba música para amenizar, mi madre y yo platicábamos sobre diversos temas, la recepción, el vestido de la novia, lo bien que combinaban diversos adornos y cosas de esa índole, en un momento dado Sonia se acerca a nosotros.

  • Jose te robo unos momentos a tu mami.

  • Si.

Vi que mi madre y su amiga salían de la carpa...

Me empecé a sentir raro puesto que no conocía a nadie del lugar y era muy incómodo, después de varios minutos regresan ambas mujeres, Sonia pidió una copa y se la da a mi madre la cual apenas toma la copa y empieza a beber.

Sonia se retira y noto a mi madre nerviosa pues frotaba las manos y miraba hacia la entrada del lugar.

  • ¿Sucede algo?

  • No cariño, solo que Sonia me pidió quedarnos durante toda la fiesta y pensaba como nos iríamos en la noche.

  • No hay problema ma, en la noche hay menos tráfico.

Paso algunas horas más en las que mi madre seguía bebiendo y la seguía notando nerviosa.

Llega Sonia nuevamente.

  • Jose te vuelvo a robar a tu mami.

  • Si.

Las dos volvieron a salir y se perdieron del lado derecho de la carpa, después de quince minutos volvieron a pasar pero esta vez un tipo iba en medio de las dos, esa situación me recordó la proposición que Sonia le había dicho a mi madre así que fui hacia la entrada de la carpa tratando de no ser percibido, vi a Sonia bailando con alguien y conforme me acerque más vi a mi madre bailando con el tipo con el que las había visto pasar, al principio me dio coraje porque me dejo solo y esperando en la mesa mientras ellas sin pena alguna bailaba con un tipo, sin embargo considere que bailara un rato para que se distrajera de la depresión, el baile siguió durante 5 o 6 canciones entre los cuales seguían bebiendo, durante esa sexta canción vi que el tipo bajo la mano que había permanecido en la cintura de mi madre hasta la parte superior de las nalgas de mi madre justo donde la espalda pierde su nombre, permanecí en mi sitio esperando una supuesta reacción natural de mi madre, la cual sería tomar su mano y regresarla a su sitio o retirarse de él, pero no fue así, ella seguía bailando, al terminar la canción vi que volvían dentro, para ello me fui a nuestra mesa pensando que mi madre regresaría conmigo, me volví a equivocar, mi madre, el tipo con el que había bailado, Sonia y su pareja se sentaron en otra mesa, una especie de coraje y tristeza me embargaron, sabia o percibía lo que mamá quería, no sabía qué hacer, por un lado quería que ella se divirtiera, pero por otro me daba coraje y celos, que después de haberme ilusionado ahora su compañía y la sexy ropa lo disfrutaba otro, esto quizá no me hubiera molestado tanto si mi madre hubiera ido a sentarse conmigo aun que llevara a aquel tipo, pero me sentí olvidado por ella.

Me levanté de la mesa tomando mi saco y me dirigí a la mesa en la que estaba sentada, mientras caminaba pude ver que el tipo la besaba en los labios.

  • Me largo.

Dije al oído a mi madre, esta solo volteo a ver a sus acompañantes, dejé las llaves del auto frente a ella y dirigí mis pasos a la salida, posteriormente a la carretera dejando atrás el auto, abre caminado un kilómetro entre obscuridad y tramos de iluminación pública cuando escucho un auto frenar cerca de mí, luego la voz de mi madre.

  • Jose, ¿a dónde vas?

  • A la casa, que tengas buena noche.

  • Pero ¿qué dices?

  • Nada, que si me ibas a dejar tirado...

Caye y seguí caminando.

  • Sube al auto por favor.

La ternura de saberla mi madre y de ver tristeza en su rostro me hizo tragarme el coraje así que entré.

Después de algunos minutos en el que ella recargo su cabeza en el volante me miro y dijo.

  • Maneja tu por favor.

Acepte manejar al verla bastante ebria.

Empecé el camino manteniendo la vista hacia el frente hasta que sentí como su cabeza botaba de un lado a otro a causa de que se estaba quedando dormida.

  • Si quieres acomoda tu cabeza en mi pierna.

Puse el saco en el portavasos del auto para que no le molestara y puso su cabeza en mi muslo, voltee a verla y pude comprobar que estaba durmiendo, se veía tan sexy con los pechos luchando por salir, el vestido se le había levantado un poco cubriendo justo las nalgas.

Continúe el camino mientras con una mano acariciaba su cabeza, luego sus hombros desnudos, para luego acariciar lo poco o mucho que escapaba de sus pechos.

De repente note que no respiraba bien, pues de sus fosas nasales emitía un sonido ahogado.

  • Ma (le empecé a mover para despertarla)

  • Hay... mande hijo.

  • Te sientes bien, estas respirando raro.

  • No me deja respirar bien el corsét, afloja el listón por favor.

Continúe con el caminó, notaba como con el movimiento sus pechos se liberaban más hasta el punto de que, pude ver el pezón de su teta derecha.

Al llegar a casa le volví a mover para que despertará, ella en un movimiento de inercia llevó su mano debajo de su cabeza haciendo que inevitablemente posara su mano encima de mi verga erecta, pues con la visión que tenía en el camino era inevitable, dejo su mano ahí unos segundos y posteriormente la quito diciendo

  • no puedo, estoy muy mareada, déjame dormir aquí.

sus palabras me hicieron pensar que no se dio cuenta de lo que había tocado.

Acomodando su cabeza salí del auto y salí para llevarla a su habitación cargándola.

  • ayúdame a meter a la cama, por favor... pero antes me ayudas a desvestirme?

Su petición me desconcertó.

  • Emmm, sí.

Tratando de voltear a un lado le afloje más el listón del corset.

  • ja, ja, pero ¿qué haces tontito?

  • ¿Nada por qué?

  • ¿Porque te volteas?

  • Pues para no mirarte desnuda.

  • No... No te preocupes, eres mi hijo y como ya te había dicho debemos tenernos confianza, ¡imagínate! si no confió en ti y tú en mí, ¿entonces en quién?

Seguí con mi labor sacando el corset del torso de mi madre y sus pechos salieron a la luz ante mis ojos, eran grandes con unas areolas medianas y pezones aun que se veían pequeños los tenía duros y erectos, su abdomen si bien era plano, se notaba descuidado y como no si desde que enviudo no había vuelto a hacer ejercicio.

Continúe bajando el cierre del vestido, parecía no llevar nada abajo, pero conforme bajábamos la prenda, le descubrí una tanga colaless de tiro bajo.

Sin más se metió a la cama y yo después de ella, mi madre me daba la espalda mirando hacia la ventana, no sabía si dormía pero lo asumí dado a su grado de ebriedad, yo estaba en una encrucijada, sabía que no era momento de comentar lo sucedido con aquel tipo, pero al tener a mi madre semidesnuda en la cama, era momento de disputarme el tocarla o evadir cualquier mal pensamiento, al final la abrace pegando mi cuerpo al de ella, de la misma manera pose mi mano en su cintura desnuda, poco a poco me fue ganando el sueño.