Madeline en la discoteca

Una chica q ha dejado a su novio de toda la vida, descubre experiencias nuevas en una discoteca.

Madeline es una muchacha bastante introvertida q suele pasar desapercibida, pues tiene la costumbre de usar ropas holgadas q ocultan sus encantos. Sólo si alguien se molesta en mirarla a los ojos puede vislumbrar el fuego q arde dentro de una cáscara tan discreta.

Hacía poco q había cortado con su novio de muchos años y decidió darse una noche de respiro y olvido, yendo a bailar a la discoteca, pues a pesar de sus 26 años, apenas la había pisado... Incluso, para q fuese una noche completamente diferente, se compró unos pantalones ajustados q marcaban sus muslos, con una curiosa cremallera q iba desde su cadera por delante, pasaba por su perineo y llegaba al final de su espalda atrás, y una blusa de seda transparente q dejaba ver el sujetador de encaje q cubría sus dorados pechos. Decidida, roció su cuerpo con jazmín, cogió un taxi y le pidió q la llevase a la discoteca de moda.

Nada más llegar llevó la grata sorpresa de que tenían una noche temática: durante toda la noche estarían poniendo música funky, con lo mucho q le gustaba esa música, seguro q iba a bailar hasta caer rendida. Así fue q entró, dejó el abrigo en el guardarropa, pidió un refresco y se puso a bailar.

El funky es una de las músicas más sexuales y provocativas q existe, por ello Madi cerró los ojos y bailó moviendo sus caderas y contoneándose como una gata, deslizando sus manos por su cuerpo… Si hubiese abierto los ojos, vería como la mayor parte de los hombres de la discoteca y algunas mujeres estaban extasiados viéndola bailar… Un par de chicas decididas, se acercaron a ella y siguieron sus movimientos, de manera q hacían un bocadillo q encendía todavía más los ánimos.

Madi abrió los ojos y vio la mirada lujuriosa de la chica de delante, era tan alta como ella, pelirroja y con unos ojos verdes magnéticos… sin saber porqué sintió deseos de besarla, la chica lo vio en su mirada y la besó, mientras la de atrás la agarraba de las caderas y pegaba su pelvis a su culo sin parar de bailar.

Las tres estaban muy excitadas y continuaron bailando, pero el baile comenzó a ser mucho más sexual todavía, si cabe. "Ojos verdes" agarró los pechos de Madi y los masajeó hasta q la humedad de su entrepierna empapó los pantalones, lo q aprovechó la de atrás para deslizar una mano por dentro e introducir un par de dedos en su vulva, al mismo tiempo q estimulaba su clítoris con el pulgar. Madi no se quedó quieta tampoco y atrajo a "Ojos verdes" contra sí, metiendo una mano bajo su falda y dándole lo mismo q le estaban dando, así como con la otra mano masajeaba uno de sus pechos. Las tres se corrieron al mismo tiempo q terminaba la canción.

Se fueron a la barra a por tres refrescos, "Ojos verdes" se llamaba Megan y su amiga, Lucy. Madi les confesó q estaba abrumada porq era su primera relación lésbica. Por supuesto varios chicos les preguntaron si querían bailar, por el bulto de sus pantalones, era evidente q les había gustado mucho el bailecito q se habían marcado las tres. Las chicas se sonrieron pícaramente y aceptaron. Los chicos las llevaron a una zona apartada de la discoteca, no era un reservado, sólo una zona en la q no había gente y las luces apenas lo iluminaban, pero cualquiera podía verles bailar provocativamente.

Los tres muchachos q se pusieron a bailar con ellas empezaron agarrándoles el culo y pegando sus coñitos húmedos a sus enormes erecciones, con tanta fricción por los movimientos del baile las chicas fueron teniendo un orgasmo una después de la otra, momento q aprovecharon otros tres chicos para ponerse detrás de ellas con sus erecciones bien pegadas a sus culos.

Tras otro triple orgasmo acompañado de las estimulaciones de los chicos a sus pechos y de húmedos besos en boca y cuello, los muchachos decidieron sacar sus trancas y comenzar a usarlas:

A Megan le subieron la falda, dejándola caer a los lados, sin q nada se notase cuando el chico detrás de ella la elevó para q se clavase en la polla del de delante, q la sujetó por la cintura mientras se la metía y sacaba al ritmo de la música

A Lucy le descosieron las costuras del short q llevaba para hacer dos agujeros para metérselas por sus dos aberturas, mientras uno la sacaba el otro la metía. Lucy no podía evitar emitir grititos de placer q el muchacho de delante tragaba al besarla mientras el de detrás estimulaba su clítoris por entre los pantalones.

A Mady le abrieron la cremallera, divertidos por el sistema, y se las clavaron como a Lucy. El de delante la tenía gorda y larga, Madi pensó q no le cabría pero pronto sintió sus cojones golpeándole el perineo al metérsela y sacársela con cada golpe de batería, el de atrás la tenía un poco más pequeña, pero no mucho más, la dilató como nunca y eso hizo q se corriese en cuanto llegó al final de su recto. Se sentía llena como una puta. Hasta ahora el único novio q tuvo se lo hacía a lo misionero, con pausa y sin grandes pasiones. Por ello este sexo desenfrenado, de pie y a pares hacía q se corriese como nunca… Aún estaba con uno de los mayores orgasmos de su vida cuando las dos vergas q la llenaban, decidieron vaciarse entre brincos y espasmos q lo prolongaron de tal manera q apenas se dio cuenta de q salían y dejaban paso a otros dos

Durante varias canciones, Madi, Megan y Lucy tuvieron en sus coños y anos más de diez pollas, q las follaron a pares, sin dejarlas poner los pies en el suelo… Cuando hubo un descanso se las llevaron al servicio y allí siguieron follándoselas con los hombres q estaban como espectadores. Pronto estuvieron ensartadas con otras dos trancas en sus dilatados orificios, además de una en su boca q lamieron hambrientas como si el jugo q estaban sacando pudiera calmar su sed, y alguno de los espectadores sacó su polla para q las chicas se la masturbaran con las manos, lo único q tenían libre

Poco después las tres estaban inundadas de semen, les caía por sus coños y culos, les resbalaba por las comisuras de las bocas y sus pechos y espaldas estaban completamente embadurnados. Los hombres las limpiaron con el agua q de los lavabos, les ayudaron a colocarse la ropa y las dejaron marchar, pues estaban exhaustos.

Las tres nuevas amigas, salieron sonrientes de los lavabos y se dirigieron a la barra, pidieron otros tres refrescos q les sirvió un camarero guiñándoles el ojo y diciéndoles q estaban invitadas.

Al salir de la discoteca, ya de mañana, las tres intercambiaron teléfonos para volver a coincidir en otra discoteca, otro día… y… por q no, también para quedar juntas algún día en casa de alguna.