Madeleine la nueva puta...

Un nuevo cabrón desea sentir esa sensación placentera de revivir en un relato la primera vez que su puta le hizo cornudo...

MADELEINE LA NUEVA PUTA...

Un nuevo cabrón desea sentir esa sensación placentera de revivir en un relato la primera vez que su puta le hizo cornudo...

Hola de nuevo mis amables lectores.

Me escribe un nuevo amigo cornudo y me relata su experiencia.

Empezó a contármela en dos comentarios seguidos..., en el relato de aquel cornudo de Veracruz que se llevaba a trabajar todos los viernes a su mujer..., de título: “El cornudo la lleva a trabajar”...,  publicado el pasado 15.08.2020.

Pueden verlo por ustedes mismos...

Mi amigo de nombre real desconocido aparte del Nick “Charl” de momento solo lector, no relator..., al final decidió mandarme el relato entero.

Aquí lo dejo:

Madeleine es ya mi exmujer por circunstancias que no vienen al caso.

Quiero contarles a través de mi nuevo amigo José Miguel como sucedió la primera vez en que mi puta me hizo cornudo..., aquel verano de hace bastantes años...

Espero que disfruten.

Vivíamos por entonces en una isla pequeña solo frecuentada por turistas...

Era una oportunidad económica y la aceptamos.

Cuidábamos de las instalaciones y cuando venían los turistas, les enseñábamos los parajes naturales, les cocinábamos y por las noches con algunos de ellos..., jugábamos en nuestra imaginación...

Nos ayudaban algunos lugareños, aunque ninguno de ellos gustaba a Madeleine especialmente al principio..., luego Pierre fue una excepción, como leerán...

Venían turistas de todo el mundo, aunque principalmente estadounidenses.

Si había visto alguno solo,  bien parecido o acompañado...,  pero que no se veía muy unido a su pareja, y que había mirado a mi mujer con deseo..., por la noche, yo le decía a Madeleine...

¿Té gusto el gringo rubio de hoy?

Sí. (Me contestaba)

Folla con el..., cierra los ojos y que te folle..., que te eche la leche y yo la comeré después... mi puta... (Le decía yo..., o algo muy similar...)

Eran fantasías recurrentes..., nuestras fantasías...,  cuando por la noche, todas las noches sin excepción follábamos hasta altas horas de la madrugada.

Los días y las noches continuaban.

Sol, comidas, baños, turistas...

Alcohol, algo de droga suave..., algún porrito...

Mucho sexo entre los dos...

Empezamos a desarrollar nuestras fantasías..., cada vez con más frecuencia...

Ella quería ser follada por muchos hombres a la vez...

La mía..., mi fantasía..., era verlo... Me imaginaba como se la follaban...,  uno tras otro y se corrían salvajemente... Luego le miraba el coño recién follado y comprobaba como la leche le salía a borbotones..., como resbalaba hacia su culo... y terminaba llenando la sábana en un enorme charco de semen...

Otras veces me imaginaba lamiéndolo...

Los hombres volvían a follarla y yo allí, impaciente en una silla mirando morbosamente..., con mi polla sacada..., tocándomela..., esperando ver más folladas y más leches...

Necesitaba ver aquel coño lleno...

Mi papel en la isla era auxiliar..., el de ella, gracias a su dominio de varios idioma, era de intérprete y acompañante a las decenas de grupos de turistas que llegaban.

Poco a poco iba soltándose al contarme sus fantasías..., que ya iban teniendo notas reales...

Una noche me contó que un turista le había tocado disimuladamente el culo...

En un paseo...,  apretados todos..., en un paraje había notado en otro turista una erección en su culo.

Aquel turista al ver que no decía nada ella, insistió y le rozó durante un buen rato su polla en el culo..., llegando incluso a correrse. Ella notó la humedad después.

Esas cosas me las contaba por la noche y me ponían a cien. Me ponía enormemente cachondo.

Yo le hablaba de mis pensamientos de verla follar con algunos de los turistas y ella se volvía viciosa y perra..., se hacía pasar por puta..., se sentía como una vulgar puta...,  y súper excitados follábamos como posesos durante horas y horas...

Mi erección era interminable, quizás por la excitación, quizás por el alcohol, o quizás por los cigarrillos de marihuana... Quién sabe.

Lo cierto es que podía follarla cuatro o cinco veces casi todas las noches y ella tenía infinitos orgasmos...

Gritaba de placer... Era un lujo verlo y sentirlo..., aunque más en mi mente imaginarlo... No podía soportarlo..., quería..., necesitaba..., era para mí..., algo vital...,  quería que follase con otro lo antes posible...

La fantasía iba tomando cuerpo en nuestras mentes cada día con más intensidad...

El momento llegaría muy pronto.

Les cuento:

Una noche organizamos un baile para un grupo de turistas.

Cuando el baile terminó, empezamos a repartir los turistas a sus cabañas...

Pierre hacía las veces de conductor.

Mi mujer iba delante con él.

No veía con detalle donde estaban las manos de mi mujer..., pronto lo sabría.

En francés me comentó que estaba lista para realizar su fantasía..., mi fantasía...,  aquella noche con Pierre...

Luego volvió su cara, y con facciones de puta caliente me dijo...

Aide moi mon cher... (Ayúdame querido)

Después me contaría que llevaba su mano encima de la polla endurecida de Pierre...

Quedaba solo una pareja de turistas por llevar.

Pretexté sentirme mal y le dije a Pierre que primero me llevara a mí a nuestra cabaña y que luego siguieran con el reparto.

La cara de mi puta..., la cara de Madeleine disfrutaba por anticipado de los placeres que vendrían a continuación...

Cuando Madeleine y Pierre, terminaron de llevar a los turistas a su destino, fueron a la playa..., aparcaron el jeep.

Madeleine me contaría después los detalles...

Nada más parar el vehículo, sacó aquella enorme y dura polla y la mamó a placer...

El sabor de aquella polla extraña y saber que lo estaba haciendo con mi consentimiento pusieron a Madeleine en un  éxtasis permanente...

Follaron durante horas..., en todas las posiciones, en el vehículo, en la playa, en el agua...

Me confesaría que estaba embriaga de placer.., y ajena al paso de las horas..., como en una nube.

También se embriagó un poco..., con algo de alcohol que llevaban...

Llegó a dejarse follar el culo, algo de lo que siempre era muy reticente conmigo...

Le echó leche en la boca...

Le echó leche en el coño...

Le echó leche en el culo...

Tardó horas en llegar...

Cuando llegó venia algo ebria, además de cachonda...

Venía cachonda como nunca, su cara lo anunciaba...

Venía sonriendo...

Venía diciéndome...

¡Lo hice..., lo hice gracias a ti...cabrón!...

Estaba excitado..., muy excitado...

La besé.

Su boca estaba caliente, sabía a alcohol, a polla, a semen... me encantaba...

Le quité el vestido...

No llevaba las bragas...

Me dijo que no recordaba donde las había dejado...

La tumbé en la cama sin dejar que pasase por la ducha.

Devoré su coño con deseo...

Sabía a flujo, a semen...

Lamí desesperadamente...

Metí mis dedos y mi lengua buscando el ansiado semen...

La dejé limpia...

La muy puta..., se daba la vuelta mientras me decía...

Límpiame también el culo...

Observé su culo con detalles..., estaba bien abierto enrojecido y en sus pliegues y alrededores había restos de semen...

Estaba excitado como nunca.

Mi polla enorme y dura ansiaba ese culo...

No lo mamaría... La puta me había dicho que se lo limpiase también..., pero a eso no accedería...

Quería sentir sus restos de semen en mi polla...

Metí me endurecida polla en aquel culo, hace poco profanado y la sensación fue única...

Sentir que mi polla estaba en contacto con la leche de Pierre me excitaba...

Follé y follé el culo de mi puta.

Me correría como nunca.

Era mi primera experiencia como cornudo.

Me sentía pletórico.

Vendrían muchas más experiencias en las siguientes semanas y meses..., que quizás les cuente...

Aunque en aquel momento en que me corría en el culo de Madeleine..., en mi cabeza se estaba fraguando una nueva fantasía...

Que la polla de Pierre o de cualquier amante de mi puta, también me atravesase mi culo...

Quería sentir inundar mi recto con leche caliente..., con mucha cantidad de leche caliente...

Espero que les haya gustado...

Si acaso escribo más sobre las experiencia de mi puta Madeleine o sobre mi culo..., se las haré llegar a través de José Miguel.

Hasta aquí el relato.

Firmado: El cabrón de Madeleine.

Queridos lectores, escríbanme al correo con lo que deseen. Les daré cumplida respuesta.

PEPOTECR.