Madame Rebecca Steele (2: El Encuentro)

Habiendo conseguido una forma de pagar con la misma moneda al fornido y sádico policía que la chantajeó y humilló, Madame Rebecca obliga a ir a David a su apartada mansión, donde ella espera avasallar sexualmente al sádico y fortísimo macho que la tiene enfermizamente obsesionada...

Madame Rebecca Steele – Parte II

El Encuentro

Madame Rebecca Steele, Parte II – El Encuentro

by Chacho,chacho_world@hotmail.com

Habiendo conseguido una forma de pagar con la misma moneda al fornido y sádico policía que la chantajeó y humilló, Madame Rebecca obliga a ir a David a su apartada mansión, donde ella espera avasallar sexualmente al sádico y fortísimo macho que la tiene enfermizamente obsesionada

Madame Rebecca estaba echada en su amplia y lujosa cama, sudorosa y excitada, masturbándose violentamente, mientras veía el mismo video por enésima vez.

Verdaderamente estaba feliz, ahora que sabía que tenía en su poder un arma contra el detective Manly.

Pero el motivo de su excitación no era precisamente el tener un arma contra el corrupto detective.

El muy bastardo -pensó la mujer

Manly había cometido un error fatal cuando decidió divertirse con la chica en el club. No contaba con que Madame Rebecca tenía cámaras escondidas en las habitaciones de su club y que toda su sesión destrozando a su starlet había quedado grabada en una cinta de video. Y Madame Rebecca tenía ese video

Cuando todos escucharon los horrorosos gritos de Sandy, ella detuvo a su seguridad intuyendo lo que estaba haciendo el detective. El sistema de video grabaría los abusos del polizonte y ella usaría esa cinta para sacárselo de encima.

Al ir a su oficina y empezar a ver el video, realmente disfrutó como estaban grabados los momentos en que el detective, luego de besar y acariciar toscamente a la hasta entonces excitada mujer, la empezó a golpear. Los golpes del tipo empezaron a subir de intensidad mientras todo quedaba grabado para beneplácito de la Madame. La Madame estaba satisfecha, ya pensando en como mostrarle al maldito bastardo lo que tenía cuando de pronto ocurrió algo inesperado.

Madame Rebecca vio algo que había intuido el par de veces en que ella y el policía se habían besado. Lo que había visto en el video la dejó perpleja.

Con Sandy golpeada y sangrante en la cama, el detective Manly se había terminado de desvestir dejando tremolar al aire una enorme y extremadamente gruesa verga de casi 14 pulgadas de largo.

Madame Rebecca no daba crédito a sus ojos cuando vio el video por primera vez. David se acercaba a la inconsciente mujer con esa enorme verga en ristre y sin el menor miramiento, empezó violarla, haciendo despertar bruscamente a la mujer que chilló de dolor al ser penetrada salvajemente por el policía.

Ella que enloquecía por los miembros viriles de buen tamaño, nunca había visto un miembro de semejantes dimensiones y simplemente no lograba sacar de su mente la visión del enorme miembro en erección de aquel fenomenal macho.

Así lo pensaba Madame Rebecca mientras se masturbaba y miraba una y otra vez el video de como David le hacía salvajemente el amor a Sandy, penetrándola brutalmente mientras la golpeaba.

La pobre había quedado en un charco de sangre, con múltiples contusiones y un desgarro vaginal aterrador. Sandy estaría inservible por mucho tiempo después de haber recibido la enorme verga y el brutal tratamiento de aquel enorme y súper dotado macho.

Pero eso no le importaba en lo absoluto.

Sólo le importaba aquel macho y su enorme falo.

Tu verga tiene que ser mía!!…mía!!....-casi rugía Madame Rebecca mientras se masturbaba con su enorme vibrador al ver las imágenes del detective poseyendo brutalmente a la chica.

Sin embargo, Madame Rebecca no olvidaba el placer que parecía producirle a Manly el desgarrar a la mujer y golpearla. Definitivamente, David Manly era uno de los peores pervertidos sadomasoquistas que la Madame había visto.

En su mente de dominatrix , esto, en lugar de asustarla, la excitaba aún mucho más.

Se estremeció de placer de solo pensar en el reto de doblegar y vencer a ese fortísimo y sádico macho, en tenerlo bajo su dominio y gozarlo sexualmente hasta su destrucción.

Tu verga será mi mejor trofeo!!...Ahhh!!...David!!,,,,ahhh!!!....-gritó de placer al estallar en un violento orgasmo- siii!!...si!!...mía…solo mía

Si. En medio de sus intensos orgasmos, Madame Rebecca tomó una decisión.

Ella seduciría al apuesto, fortísimo y súper dotado detective. Lo vencería sexualmente en la cama, saciándose de su semen y al final obtendría su preciado trofeo. Aquella verga que ya la obsesionaba.

Luego de serenarse, después de su violento orgasmo, la monumental hembra tomó el teléfono y discó el número del detective David Manly.


Luego de conducir por casi una hora, David divisó la enorme residencia. La magnifica mansión había resultado estar bastante apartada de la ciudad.

Luego de ser recibido por un sirviente, David fue conducido a una de las amplias salas de la mansión.

En unos minutos la Madame vendrá a verlo…-dijo el sirviente retirándose.

El detective Manly se quedó impaciente en la amplia sala de la residencia. Mientras fumaba mirando la decoración de la lujosa estancia una voz lo hizo voltear.

Sabía que vendrías….-dijo Madame Rebecca sorprendiendo a David. Se había detenido a medio camino de la escalera y presentaba una imagen realmente imponente.

A pesar de estar ahí por motivos nada agradables, David no pudo dejar de admirar a la mujer que vestía un vestido de noche translucido en algunas partes, que se pegaba como un guante a su piel revelando con crudeza su cuerpo absolutamente inverosímil. Como siempre que la miraba, David no dejaba de fascinarse como la increíblemente estrecha y musculosa cintura realzaba lo amplio de esas caderas de forma de ánfora que la hacía parecer totalmente irreal.

Y esos senos. Así los viera mil veces a David le seguiría pareciendo inverosímil como aquellos redondos y verdaderamente enormes senos se mantenían erguidos sin ningún tipo de sujetador.

Ya veo que te agrada mi vestido…lo escogí especialmente para ti….-dijo descendiendo en dirección a él, mirándolo fijamente.

Vamos al grano…que quieres por ese video…– dijo David, haciendo un esfuerzo por dejar de devorarla con la mirada.

El detective no podía olvidar que estaba ahí por un chantaje. Esta vez, una chantaje a él!!

Creo que empezamos mal…tu chantajeándome y luego todo lo demás…– dijo la Madame, contoneando todo su descomunal cuerpo mientras se acercaba al detective- pero eso podría cambiar

Pues te digo que chantajearme con el video ese no es la mejor manera de querer cambiar la situación…-dijo David, no perdiendo de vista el sinuoso andar de la mujer- y ni pienses en que te devolveré el dinero

El dinero no me interesa en lo absoluto…esto es solo un negocio como tú dijiste…yo tengo algo que tu quieres y…-dijo la mujer acercándose al hombre hasta casi rozarlo con sus senos mientras se solazaba mirando el musculoso y espigado cuerpo del hombre, para añadir en tono insinuante- y tu tienes algo que yo quiero

Dime de una vez que quieres….-dijo David, tomándola súbitamente por los hombros con firmeza, acercándola contra si, haciendo que, aun a cierta distancia de él, los enormes senos de la mujer se aplastaran deliciosamente contra su pecho- y te advierto…no dudaría ni un instante en retorcerte el cuello…si alguien más ve ese video

A pesar de la amenaza, Madame Rebecca se sintió excitada por como el hombre la trataba. Tuvo que luchar consigo misma para no írsele encima y besarlo y tratar de doblegarlo en ese mismo instante. Con esa expresión de furia en la cara lo encontraba aún más atractivo. Y su verga…con una rápida mirada de reojo notó perfectamente como aquel portentoso miembro se encabritaba en su pantalón.

Si me pasa algo…el video será entregado a tus jefes…que seguro lo encontrarán interesante…-dijo la mujer mirándolo desafiante y disfrutando del roce de su cuerpo con el del macho.

Que diablos quieres de mi??...y no te equivoques…si crees que me asustas estas cometiendo un terrible error....–dijo el detective apretando los hombros de la mujer con tosquedad. Se sentía terriblemente excitado ante la proximidad de aquella monumental hembra.

Sólo quiero esto!!....-dijo la Madame, poniendo decididamente una mano encima del enorme bulto del detective, mientras se le pegaba aún más. Parecían que sus durísimos senos querían taladrar el pecho del hombre.

Por un instante David dudó que la Madame sólo quisiera una revolcada.

Sin embargo, luego de un momento sonrío malévolamente. Si eso era lo que ella quería, pues él se lo daría, pero a su manera. Él le enseñaría una lección que nunca olvidaría.

Si. David disfrutaría del magnifico cuerpo de Madame Rebecca, la destrozaría poco a poco y haría que le dé el video ese

Pues te daré tu noche…y espero que puedas conmigo…-dijo él estrujando ya con sus fuertes manos los bestiales glúteos de la monumental mujer.

Lo mismo digo…-dijo Rebecca, entregándose en un apasionado beso.

Ambos se besaron con pasión casi animal. David estrujaba con furia los duros y bestiales glúteos de la exótica mujer, y esta refregaba su ardiente sexo contra el enorme falo en erección del hombre mientras arañaba su espalda al punto de casi rasgarle la tela de la camisa.

Te necesito David...todo mi cuerpo es tuyo…mi sexo necesita tu verga....- dijo la madura y sexual hembra, en una pausa del apasionado beso, metiendo ya sin recato alguno dentro del pantalón del hombre una de sus ansiosas manos - quiero tu verga!!....

En ese momento, David jaló hacia atrás la cabeza de la excitada mujer, tomándola salvajemente de los cabellos. Esta miró sorprendida y ansiosa a David que sonreía totalmente dueño de la situación.

Por supuesto que tendrás mi verga….pero será a mi manera….no a la tuya…"dominatrix"…-dijo esto ultimo con cierta sorna ante la mirada ebria de deseo de la hembra.

Aunque por un instante todos los instintos de mujer extremadamente dominante y perversa de Madame Rebecca se sublevaron en ella, ahora más excitada que nunca, la poseía el deseo de iniciar de una vez el combate sexual con el macho. El reto de doblegarlo y dominarlo con sexo la excitaba enormemente.

Veremos quien somete a quien.....-dijo ansiosa y desafiante la hembra siendo interrumpida por David la atrajo nuevamente contra si para volver a besarla con pasión.

David estrujaba casi dolorosamente las enormes masas de carne dura que era el trasero de Madame Rebecca, mientras besaba ardorosamente su cuello, descendiendo su cara a los enhiestos y enormes senos por el amplio escote del ceñido vestido.

Por su parte ella, enroscada en él, lo besaba con igual pasión acariciando y arañando las recias espaldas del hombre, gimiendo de placer.

Espero que sepas en lo que te metes…-dijo David levantando en vilo a la mujer mientras le mordía deliciosamente los senos- porque no te tendré piedad

Lo mismo digo machote.... – dijo como afiebrada la mujer, mientras masajeaba la enorme pieza de carne que pugnaba por salir de la ropa interior del hombre.

Aquel choque sexual de titanes subió de tono cuando David le rompió el vestido a la mujer y se sumergió en los descomunales senos de Madame Rebecca que excitadísima, reaccionó pasando la mano por detrás de la nuca del ardiente macho para estrujar su cabeza fuertemente contra sus durísimos y enardecidos senos al punto de dejarlo casi sin respirar.

El detective mordía ya rabiosamente los inmensos pezones erectos de la mujer que ya gemía de placer.

David estaba excitadísimo. Sus manos engarfiadas sobre los descomunales senos de Madame Rebecca, no podían abarcar en modo alguno esos pechazos increíbles y su boca apenas podía absorber los enormes pezones de la hembra.

Vamos a la habitación.....vamos....- dijo excitada la voluptuosa hembra.


Ya en la habitación Madame Rebecca desorbitó los ojos al poder ver de cerca aquella autentica serpiente de carne en toda su magnitud vibrando frente a ella.

Aunque ya la había visto en el video y la había sentido con ropa de por medio, vista así de cerca era extraordinaria. En toda su experiencia nunca se había topado con un falo de semejantes proporciones.

Al fin!!….-dijo excitada la limite Madame Rebecca, hipnotizada con el enorme miembro del hombre- tu verga es increíble!!...

Espero que puedas con él…-dijo orgulloso y excitado David.

Sin responder, con mirada ansiosa y lujuriosa, Madame Rebecca empezó a recorrer la enorme verga besándola y mordisqueándola con real frenesí.

Ahh!!...lo haces bien!!....– dijo el excitado David, sintiendo los dientes y labios de la experta Madame recorriendo toda la longitud de su miembro.

Tu verga...es hermosa…– dijo ebria de deseo Madame Rebecca, mientras mordía y besaba con pasión el pene del macho, quien con los ojos en blanco sentía como verdadero latigazos las apasionadas caricias bucales de la mujer– tiene que ser mía......

De improviso, como poseída, Madame Rebecca engulló gran parte del pene del hombre empezando a succionarlo violentamente.

Esta vez fue David quién abrió desmesuradamente los ojos.

No podía creer que Madame Rebecca hubiera podido engullir casi la totalidad completa de las catorce pulgadas de su grueso falo.

Creyendo morir de la excitación, David aprisionó la cabeza de la sensual mujer cuyos carnosos labios que parecían ventosas sobre él, lo estaban volviendo loco. La fuerza de succión que Madame Rebecca le estaba aplicando era increíble, parecía querer devorarse su miembro.

Luego de largos minutos de fantástica felación, David se excitó aún más cuando súbitamente Madame Rebecca sacó el miembro viril de su boca para ponerlo entre sus durísimos pechos e iniciar un salvaje y abrasador masaje con una pasión –casi furia- descontrolada.

Asi!!....así….tu verga será mía!!...- gritó desaforada, fuera de si, Madame Rebecca mientras friccionaba poderosamente con sus senos el enorme pene de David.

Argg!!....ahhh…-gritó de placer David, algo sorprendido por el aparente frenesí de la mujer. Era evidente que su falo la había trastornado.

En esa posición Madame Rebecca siguió masajeando ardorosamente el miembro viril del hombre cada vez más fuerte y más rápido, mientras su boca experta, succionaba intensamente la parte del enorme pene que sobresalía de entre los suculentos senos de la hembra.

El placer era inenarrable, David estrujaba con furia los senos de ella. Ella hubiera gritado de dolor y goce pleno si el falo del macho en su boca se lo hubiera permitido.

Ahhh!!..Rebecca…siii!!....sigue así!!...-rugía con los ojos en blanco el hombre.

Viendo satisfecha como hacía delirar de placer al macho, Madame Rebecca engulló nuevamente gran parte del enorme miembro viril del macho –algo adolorido por la fuerte fricción de los enormes senos duros como piedras- para darle una nueva serie de succiones realmente bestiales.

Ahh!!...Rebecca!!...-gritó David al sentir la violenta succión de la hembra.

Sin embargo la Madame no se detuvo y probando sus excepcionales dotes en el sexo oral profundo siguió engullendo la ardiente carne del macho.

Cuando David abrió los ojos, vio excitadísimo y absorto como los carnosos labios de Madame Rebecca estaban pegados a su vientre!!. David no podía creer que la mujer pudiera haberse tragado todo su miembro.

Algunos minutos después, al filo del delirio y sintiendo que Madame Rebecca casi le arrancaba el miembro, David no pudo más y dando un rugido eyaculó copiosamente en la apetitosa boca de la madura mujer, llenándola con un chorro abundante y espeso de semen.

Montada sobre él, Rebecca recibió aquel caudal que la ahogaba con gula, tragando todo el semen del macho, sin dejar escapar una gota. Por su parte David, en éxtasis seguía viniéndose demostrando que su vigor estaba a la par de su excepcional miembro.

Más!!!!.....quiero más de tu semen!!!!.....-rugió Madame Rebecca haciendo una pausa, antes de disponerse a volver a engullir completamente el falo del hombre -......dame más!!!!

Arrgg!!!.....Rebecca!!....-gritó excitado David, al ver y sentir como la Madame reiniciaba la feroz felación.

Con verdadero frenesí Madame Rebecca siguió chupando la enorme verga de David, que parecía en trance atrapado debajo de la hembra. Madame Rebecca, enloquecedoramente seguía con la totalidad del miembro viril del hombre en su boca, mientras este rugía en la cama con los ojos en blanco.

Luego de otros largos minutos de felación, David volvió a eyacular en la ávida boca de Madame Rebecca.

Tomala!!!!, tomala toda!!!!....- gritó David eyaculando por segunda vez consecutiva en la boca de la insaciable hembra.

Madame Rebecca no paró hasta dejar seco al macho que en medio de la bestial mamada se seguía viniendo, también generosamente, en la hambrienta boca y garganta de la hembra.

Sin embargo, al parecer Madame Rebecca no había tenido suficiente. David se sorprendió cuando ella gritó que quería seguir.

Más!!...quiero más!!...- gritaba desaforada la hembra, aún encaramada sobre David.

Quiero poseerte…-dijo David tomando a la frenética mujer de los brazos para sacársela de encima.

No!!...quiero mas de tu verga!!....-dijo la Madame tratando de resistirse.

En ese momento todo cambió. Con sonrisa malévola David volvió a ser el sádico que era. Ahora empezaría él.

Habiéndosela sacado de encima, David propinó un brutal bofetón a la Madame, quien cayó hacia atrás, aún manteniéndose en la enorme cama.

A una mujer normal aquel golpe quizá la hubiera desmayado, pero a la excitada Madame, que a pesar de su edad era una fuerte físico culturista, el golpe solo la aturdió un poco.

Ahh...maldito....- dijo en voz casi inaudible la hembra, aún no recuperada del todo y tomándose la sangrante boca.

Ahora verás lo que es el real sexo rudo...-dijo David con mirada sádica, tomándola de los tobillos y abriéndola de piernas.

En ese momento Madame Rebecca, aun aturdida por los golpes quiso cogerle la verga al hombre que le quito la mano la de ahí.

Noo!!…quiero tu verga!!....-dijo la afiebrada mujer aún algo aturdida, recibiendo a cambio otro bofetón que casi la tira de la cama.

He dicho que lo haremos a mi manera puta!!...-rugió David excitándose más a medida que la golpeaba.

Madame Rebecca cayó al lecho, esta vez semiinconsciente, mientras David, aprovechándose del estado de la mujer, se abalanzó sobre su majestuoso cuerpazo empezando a besar y morder sus enormes senos hasta casi dejar marcas en ellos.

Ohh..maldito bastardo…- susurró Rebecca vencida momentáneamente.

Por fin tendrás lo que querías…-dijo David levantando en vilo a la monumental hembra.

Nooo...asi no….-dijo la Madame tratando débilmente de resistirse.

En eso, sin el menor miramiento y dispuesto a darle una lección a la viciosa hembra que yacía frente a él, David la ensartó de un solo y brutal empujón. Catorce pulgadas de palpitante carne y nervios desgarraron su vagina.

Argg!!.....-gritó Madame Rebecca al ser virtualmente empalada por el macho.

Recobrada en parte de su inconsciencia, Madame Rebecca chilló de dolor al sentirse traspasada por la enorme verga de aquel poderoso y prepotente macho al que se había enfrentado.

Ahhh!!…asi!!…-gritó David, estrujando los durísimos senos de la mujer. El sádico macho quería hacerle daño, castigarla por haberse atrevido a chantajearlo.

David estaba de rodillas en la cama, sosteniendo firmemente a Madame Rebecca, a la que tenía suspendida en el aire, literalmente empalada por su enorme ariete, mientras veía gozoso como los descomunales y palpitantes senos de aquella súper hembra vibraban al unísono con cada brutal empujón suyo.

En eso, arqueándose brutalmente hacia delante, el detective casi le hundió el útero a la mujer que enloquecida, chilló de dolor. Su sexo se dilató hasta límites inverosímiles ante el avance de aquel monstruoso miembro que parecía querer ir aún mas adelante.

Argg!!...basta!!...me vas a partir en dos malditooo!!...Ahh!!!...-gritó Rebecca que arañaba como una gata a David, en un vano intento por librarse de aquel lacerante dolor en su sexo.

Sin embargo, algunos instantes después, empezando a sentir placer, Madame Rebecca empezó a corresponder, primero débilmente y luego cada vez con más intensidad, los furiosos embates del hombre meneando todo su sexual cuerpo al ritmo de los brutales martilleos del macho que doblándose sobre ella, empezó a estrujar y morder la dura carne de los enormes senos palpitantes de la mujer.

Sabía que te gustaría!!...-gruño de placer David.

Ahh...ahh...maldito…goza…goza ahora……–dijo Madame Rebecca, aturdida pero gozando plenamente de la salvaje penetración- porque pagarás por estooo…Ohh...

David no escuchaba los balbuceos de la hembra. Nunca en su vida había gozado tanto.

Por su parte Madame Rebecca ya estaba perdiendo los estribos. Sentía perfectamente como su estrecho sexo era casi desgarrado por aquella verga monstruosa pero el placer de la salvaje penetración era mucho mayor.

Uhhmm……-gimió Madame Rebecca, sintiendo que las oleadas de placer la empezaban a marear- Así machote...Ahh....ahh...

Eres deliciosa...toma perra!!..- rugió David, abofeteando otra vez a la mujer.

Era evidente que los golpes le añadían placer al libido del sujeto.

Maldito…ahh...penétrame…David……fuerte….quiero sentir toda tu verga hasta el fondo!!….ohh!!....– gritó como poseída Madame Rebecca. Ya viniéndose en copiosos orgasmos.

Siii!!!.....– solo pudo decir David, no teniendo tiempo para sorprenderse de la inusual reacción de la Madame a sus golpes.

Argg!!…me vas a partir en dos!!...pero sigue!!...sigue!!... – gritó con fuerza, recibiendo a cambio una serie de envestidas que casi la hacen perder el sentido – Oohhhhhh…..

Asiii!!!...te he vencido dominatrix!!….– dijo él yéndose de bruces sobre la hembra y empotrando brutalmente en su totalidad todo su miembro viril en el sexo de la hembra, mientras mordisqueaba sus enormes senos y sus manos recurrían su extraordinario y convulsionado cuerpo.

Ahhhh!!.....-gritó Madame Rebecca sintiéndose morir de placer.

En medio de sus violentos y ya continuados orgasmos Madame Rebecca, al borde del desvanecimiento, reconoció que nunca antes había gozado tanto de un macho.

Ohhh....tu verga…es mía...mía…–gemía delirante Madame Rebecca casi inconsciente por la intensidad de sus continuos orgasmos.

Toma maldita!!.... – rugió un enloquecido David, golpeándola nuevamente con el revés de la mano, sin aminorar el ritmo de la penetración, empujando brutalmente, taladrándola con aún más fuerza. Lo excitaba sobremanera tener vencida a semejante mujerona.

Madame Rebeca acusó el golpe, pero en las nubes de placer que estaba ya solo sus orgasmos, la lujuria y el deseo era lo que le interesaba.

Ohhhh... – aulló Madame Rebecca, que en su frenesí se abandonó totalmente al placer.

Conciente a duras penas, por el placer y los golpes, Madame Rebecca ya había perdido la cuenta de sus intensos orgasmos.

En eso, David besándola y mordiendo sus carnosos labios salvajemente, retorciendo sin contemplaciones los descomunales senos de la mujer y penetrándola más profundamente aún, estalló nuevamente, llenándola de un hirviente chorro de semen espeso.

Tómala!!....tómala toda puta!!.....-rugió David, eyaculando nuevamente en el interior de la ardiente hembra.

Madame Rebecca casi se desmayó de placer. Se sintió traspasada por el macho que la seguía inundando de semen. La hembra se venía en una serie de bestiales orgasmos mientras el fortísimo detective seguía, implacablemente, bombeándola y llenándola.

Ohhhhh…….– gritó Madame Rebecca, sintiendo que el macho la desbordaba de semen. Era increíble la cantidad de semen que inundaba su vagina.

Sujetándola fuertemente y con la cara hundida en medio de los enormes senos de la Madame, David la seguía penetrando aunque sus embestidas se hicieron menos furiosas por el momento. La hembra casi desvanecida, gemía de placer.

Ahhh…..basta...me estas matando…- dijo una vencida Madame Rebecca, mientras rasguñaba la musculosa espalda del hombre.

Eres deliciosa...... - dijo él, mordiendo los enormes senos de la hembra y manoseando todo el cuerpazo de Madame Rebecca –no me canso de ti ….

Madame Rebecca no supo cuantos minutos después volvió en si.

Sangrando por la comisura de sus labios rotos y de una ceja, y con las mejillas enrojecidas por los golpes del macho, lo primero que sintió Madame Rebecca fue el enorme falo de su ocasional amante plenamente erecto en su interior, bombeando dentro de ella.

Basta….- gimió sorprendiéndose a si misma de lo que decía Madame Rebecca, mientras el macho mantenía su monocorde ritmo.

Asi......así.....- rugió el extraordinariamente vigoroso David, recobrado también, poniéndose nuevamente de rodillas en la cama, levantándola en vilo para adentrarse aun más en la mujer - Ahhhhh…….

Argg!!....Nooo!!...-gritó Madame Rebecca, súbitamente despierta de su sopor– David!!....me partes!!.....

El dolor y placer eran una mezcla indescriptible en Madame Rebecca que nuevamente se sentía a punto de ser partida en dos por el enorme macho que la tenía suspendida en el aire otra vez.

Me matas….-gimió la hembra, nuevamente sumergiéndose en el placer.

David estaba enloquecido con la hembra. Sentía ya los sucesivos orgasmos de la descomunal mujer mientras la poseía salvajemente.

Ohhhh......- gritó Madame Rebecca, totalmente desatada en sus orgasmos.

Era un verdadero espectáculo ver el rudo combate sexual de estas dos fieras de la especie que ya habían sobrepasado los límites de la pasión, aunque era claro que David estaba siendo el verdugo de la portentosa hembra, que a pesar de todo luchaba por corresponder al brutal macho.

Luego de largos minutos de monocorde martilleo, no pudiéndose contener más, David explotó nuevamente arrojando a la hembra salvajemente contra la cama, mientras la llenaba de un nuevo y desbordante caudal de semen.

Toma..... - rugió David, mordiendo el cuello, los labios, los senos de la hembra.

Ohh….Asíii…así...... - gritó a su vez Madame Rebecca, que a pesar de todo atrapó en sus musculosos y torneados muslos al potente macho, que seguía llenándola – Dámelo…dámelo todooooo…….

Arrggg….-rugía el hombre, mientras sentía la durísima presión de las fantásticas piernas de la hembra en su cintura. Parecía algo recobrada.

David la mantuvo apretada contra sí durante largo rato hasta que su portentoso miembro se relajó en parte.

Durante todo ese tiempo Madame Rebecca estaba como en trance, besándolo y contoneándose mientras continuaba viéndose en continuos e intensos orgasmos que la tenían al borde del desvanecimiento.

Luego de largos minutos más de estar así, fundidos el uno contra el otro, David rodó sobre el lecho quedando boca arriba.

Madame Rebecca se echó sobre su costado, besando el pecho del hombre quedando laxa, satisfecha, sobre él. Después de algunos minutos habló.

Eres una bestia… – dijo susurrante Madame Rebecca, mientras besaba al macho- no tenías porque golpearme así.....

Es parte de la diversión nena…además…no me digas que no lo gozaste…- dijo David en tono sarcástico acariciándole la espalda- o es que te choca no ser tú quien lleve las riendas dominatrix ??...

Madame Rebecca se levantó de imprevisto mirándolo con furia. Claro que reconocía que había gozado como nunca, pero le molestaba que aquel poderoso macho la estuviera dominando, física y sexualmente. Además su sexo, su cara y todo su cuerpo le dolían aún.

No me mires así…tu fuiste la que me llamaste…y ya te lo dije…a mi no podrás dominarme…-dijo David viéndola con gesto divertido.

Eso esta aún por verse maldito!!...-rugió Madame Rebecca, haciendo el ademán de írsele encima.

Tranquila perra!!...-dijo David, incorporándose rápidamente tomándola de los brazos con tosquedad- no hagas que me enoje

Maldito bast

David no la dejó terminar al darle un brutal puñetazo que hizo que cayera boca abajo sobre el lecho.

Ohh...- susurró Madame Rebecca, mas aturdida que la primera vez. El fortísimo golpe casi la había privado de sentido.

Eso es para que no olvides quien manda aquí perra!!...-rugió David mirando a la caída mujer.

Caída en esa pose, la grandiosidad salvaje del descomunal trasero de Madame Rebecca, quedaron ante la vista fascinada del sádico macho, que se excitaba tanto con el cuerpo magnifico de la hembra como con los golpes que le daba.

Ahora quiero probar tu trasero…-dijo David inclinándose sobre la semiinconsciente mujer mientras estrujaba aquellas inmensas moyas de carne del increíble trasero de la hembra, para añadir admirado- tus nalgas son enormes y durísimas….

La aturdida hembra solo atinaba a mover débilmente los brazos. Estaba a total merced del hombre.

Tu trasero es fantástico....- dijo David de inclinado sobre ella, besando y mordiendo salvajemente aquellos enormes glúteos que lo enloquecían, mientras los masajeaba con tosquedad dejando marcas sobre la tersa carne.

Ohh....- gimió de dolor por las toscas caricias, algo más conciente Madame Rebecca, volviendo poco a poco sobre si.

Excitado, David ascendió momentáneamente por la espalda de la hembra, haciendo que su enorme miembro en plena erección fuera atrapado deliciosamente por los redondos montículos de carne del bestial trasero de la mujer.

Todo tu cuerpo es realmente magnifico....y ahora está a mi total disposición…– dijo excitadísimo David mientras besaba y mordía la espalda hombros de la mujer con igual brusquedad, estrujando sin contemplación alguna, mas que acariciando, todo el cuerpazo de la hembra.

Madame Rebecca volvía en si más que nada por el dolor que sentía. Y no eran sus labios sangrantes. Le dolían aquellos mordiscos en su carne y esos apretones brutales que sentía en sus senos, y en todo su cuerpo en general. Nunca había experimentado nada parecido.

Parecía que el macho le iba a arrancar pedazos de carne. Tan bestial era la forma en la que estrujaba su cuerpo.

En eso David descendió nuevamente al trasero de la mujer y empezó a besar el agujero de la mujer que al sentir la excitante caricia dio un respingo. El dolor de las toscas caricias del macho se empezó a mezclar con un súbito placer.

Ohhh…- gimió de placer esta vez la mujer, sorprendida de que el brutal macho la besara con tal habilidad.

David siguió por largos minutos mientras una de sus manos acariciaba el sexo nuevamente empapado de la mujer.

Ahh!!...asi!!...ohhh!!…- gritó Madame Rebecca nuevamente encendida.

Este hombre no dejaba de sorprenderla. Hace unos minutos sus golpes y toscas caricias solo le producían dolor y ahora, con su experta y masculina lengua metida en lo más hondo e intimo de su trasero y con sus dedos estimulando su clítoris, estaba a excitándola al limite.

Ohh!!!....David!!...Ohh!!....-gritó la Madame sintiéndose próxima al orgasmo.

Sin detenerse David continuó con su experta caricia haciendo enloquecer de placer a la hembra.

Ahh!!…David…eres fantástico!!…- dijo la hembra convulsionada, viniéndose en un intenso orgasmo, olvidándose del dolor y solo sintiendo que el placer ocupaba todo su cerebro.

Sin darle descanso, David ascendió sobre la vibrante hembra hasta poner su enhiesto pene entre los duros y enhiestos montículos de carne de su enorme trasero. La enorme cabeza de su misil de carne ya tocaba la entrada de la oquedad diminuta y palpitante del trasero de Rebecca.

No!!...por ahí no!!… – gimió Madame Rebecca excitada pero aterrada, cuando sintió el durísimo y enorme falo del macho entre sus glúteos.

Pero el placer de David era mezclar el dolor y el placer. Madame Rebecca ya había tenido su cuota de placer, ahora debería probar el dolor. El desgarrador dolor!!.

De un solo envión brutal y despiadado, David taladró el descomunal y redondo trasero de la hembra, desgarrando sin compasión el enorme trasero de la Madame, enterrando casi la mitad de su enorme miembro.

Arrrrgggg!!.....-gritó súbitamente Madame Rebecca, arqueándose inverosímilmente hacia arriba al sentirse tan bruscamente empalada por tan angosto conducto.

Pero David hizo caso omiso a los alaridos de la mujer. Excitadísimo, sintiendo que por fin sería el verdugo de esta monumental hembra, David terminó de enterrar el resto de su gruesa verga, más erecta que nunca, hasta el fondo mismo del angosto trasero de la hembra.

Arrrrggg!!...- volvió a gritar la hembra, casi perdiendo el sentido por el dolor, sin embargo un placer salvaje empezó a nacer en su interior.

Así.....esto es jugar duro preciosa..... – dijo David aplastando con todo su peso Madame Rebecca, empezando a bombear su enorme falo por el dilatado conducto posterior de la hembra.

Madame Rebecca sentía en ese momento una indescriptible mezcla de dolor y placer que la hicieron morder la almohada con furia, y así, luego de unos minutos de aguantar quieta los rudos embates del implacable macho, empezó a moverse ejecutando una sensual danza correspondiendo a los brutales empujones que recibía.

Ohhhh......David....sii...así!!....– empezó a gritar como posesa la ardiente mujer disfrutando ya de la penetración.

David estaba enloquecido viendo el rotundo trasero de Madame Rebecca entrechocando con sus genitales a medida que la penetraba y penetraba mientras estrujaba -con una rudeza que ahora solo parecía excitar más y más a la mujer- las espléndidas mamas palpitantes y las tremendas montañas de carne de aquel descomunal trasero entregado por completo a su hombría.

Arrgg!!….asiii!!…así!!…– gritaba, ya desaforadamente la mujer sintiendo la proximidad de una nueva serie de orgasmos. Sentía aún un terrible dolor, pero el placer era mayor. Enloquecedoramente mayor.

Sabía que te gustaría!!....... – dijo él mientras mordía la nuca y estrujaba los magníficos senos henchidos de la monumental hembra.

Ahhh!!...asiiii!!...- gritó de pronto la mujer yéndose de bruces sobre la cama. Ya estaba viniéndose nuevamente en copiosos orgasmos.

En ese momento, totalmente dueño de la situación, David la tomó brutalmente de los senos y giró sobre si mismo, sin romper la copula, haciendo que la extasiada Madame Rebecca quedara arriba, con él debajo de ella mientras su portentoso miembro pareciera introducirse aún mas adentro por su ahora dilatadísimo conducto posterior. La hembra quedó ensartada literalmente, con el macho manteniéndola firmemente atrapada contra sí.

Arrrgggg!!!....-gritó desaforadamente la hembra, sintiendo el trasero destrozado pero contra todo pronostico, gozando como poseída, viniéndose, orgasmo tras orgasmo.

Frenética de placer, sorprendiendo al mismo David, Madame Rebecca volteó y besó apasionadamente al hombre. Al borde del paroxismo del placer le susurró:

Sigue....sigue…..- susurró la hembra, casi a punto de perder el sentido, sintiéndose morir de placer.

Me vengooo!!....tomalaa!!...-rugió David arqueándose hacia arriba, levantando en el aire a la enloquecida mujer que gritó de placer.

Argg!!...-gritó Madame Rebecca, suspendida en el aire y sintiendo que el brutal pene del macho la partía en dos, esta vez por atrás.

El detective se sentía morir al vacearse. El trasero de la mujer también le succionaba el pene. Era increíble la forma en que Madame Rebecca se contorsionaba de placer sobre él.

Tu cuerpo me pertenece!!…es mío!!....– gritó el excitado hombre, bombeándola sin parar, sin disminuir su brutal ritmo, mientras sus manos estrujaban los adoloridos senos de la hembra, que apuntaban enhiestos al techo.

Ahhh.....David...ohh.... – susurró apenas conciente, una vencida Madame Rebecca.

Luego de varios minutos tenerla deliciosamente empalada así, con ella arriba, estrujando brutalmente cada curva de su exuberante cuerpo, David espléndidamente dotado de vigor, giró de nuevo y quedó sobre la casi desvanecida hembra, todo esto sin sacarle la verga del trasero.

Ohh….-gimió Madame Rebecca al sentir nuevamente todo el peso del enorme macho sobre ella y al sentir como la verga de este seguía en su interior, aun plenamente erecta.

En ese momento David se sentía un animal de la especie que solo pensaba en seguir taladrando sin piedad a la majestuosa hembra.

Así, el fornido hombre reanudó sus rudos embates contra el trasero de la Madame, penetrándola con salvajismo redoblado.

Así, así, eres mía.......-rugió el excitado David, mientras seguía bombeando salvajemente el inmenso trasero de la magnifica hembra.

Ohh......-gimió la Madame a quien el terrible dolor era lo único que la mantenía aún sin desvanecerse.

Luego de largos minutos de brutal y monocorde martilleo, David estalló nuevamente, llenándola de un nuevo chorro de semen espeso.

Tómala.....tómala toda.....- rugió David.

Ohhh.....- gimió la abatida Madame.

Madame Rebecca se sentía rota y traspasada por el macho que la seguía inundando de semen.

Sí. Madame Rebecca se sentía rota por el macho que aún la bombeaba, aunque ya disminuyendo su ritmo. Sintiéndose próxima a desvanecerse, Madame Rebecca reconoció sin embargo que nadie nunca la había hecho gozar así, de forma tan brutal y dominante.

Realmente David la había derrotado.

Largos minutos después, de bruces en el lecho, el último pensamiento que cruzó su mente antes de caer en el profundo sopor era que debía destruir a ese hermoso, poderoso y sádico macho que la había vencido en su propio terreno, el sexo violento.

Ohh...te destruiré David…ahh…-susurró casi inaudible antes de finalmente perder el sentido.

Por su parte, David, disfrutó por un momento de la vista de la antes altiva hembra a la que había derrotado sexualmente.

Por fuerte que fuera, ninguna mujer estaría con ganas de más después de semejante sesión de sexo.

Satisfecho, pensando en que mañana terminaría con ella o que la escucharía rendírsele pidiendo ser su amante, David finalmente cayó en un profundo sueño.

Fin de la segunda parte