Macho Prostituto (6)

Don Gerardo me hace sentir.

El resto de la tarde después de la enculada colectiva que recibiera de mis ex compañeros de curso y actuales clientes transcurrió sin sobresaltos. Una vez que recibiera la paga procedí a bañarme y mientras el grupo de nerds se dedicaba a hacer sus negocios y preparar su encuentro con el tal don Gerardo a la mañana próxima, yo pase el resto de la tarde y la noche en una habitación a parte.

A la mañana siguiente Sebastián me despertó rápidamente y me ordenó ir afuera de la casa vestido tan solo con un short muy corto. Las instrucciones fueron claras: Mostrarme de manera lo mas erótica posible a don Gerardo, vestido con lo mínimo y muy servicial pues el viejo tenia fama de degustar a chicos campesinos e inexpertos.

Así las cosas me puse a limpiar la parcela y la entrada de autos, barrí hojas, saque escombros, acomodé objetos, etc, etc. Cerca de 1 hora después de comenzar llegaba don Gerardo en un auto elegantísimo con vidrios polarizados y conducido por un chofer. Mientras yo abría la reja para que entrara, el auto se detuvo ligeramente a observar mi apariencia que para ese instante estaba toda sudada y llena de tierra.

Una vez el auto en el estacionamiento, seguí haciendo mis "tareas" para matar el rato y esperar que pasaría después. El asunto monetario a esas alturas era incierto pues si bien Carlos y Rodrigo me habían pagado después de usarme por el culo y la boca, Sebastián no lo había hecho y me faltaba aún el millón 200 mil que habíamos acordado entre él y yo por todo el fin de semana.

Pasaron cerca de dos horas en que hice de todo en la parcela, desde hacer tazas para los arboles hasta regar la tierra y las plantas, pasando por acomodar un sinfín de cosas cuando por fin se abrió la puerta de la casa y por ella salieron Carlos y Rodrigo con sus cosas, se subieron a sus autos y me ordenaron les abriera la puerta de la parcela para irse, mientras pasaban, Carlos bajó el vidrio y me dijo "Don Gerardo la va pasar muy bien contigo puta..." y echándome una mirada de arriba abajo cerró el vidrio y se fue de la parcela rápidamente.

No pasaron mas de 10 minutos cuando salió Sebastián desde dentro de la casa y con un gesto me hizo acercarme a él.

  • Le vendí mi empresa a don Gerardo, ahora todas las cosas son de él... incluidas mis deudas y eso te incluye. Las cosas están todas arregladas, don Gerardo insistió en que le cediera mi deuda contigo... el te va a pagar hoy mismo en la noche.

Mi reacción no fue la mejor.

  • Esto no era parte del trato....

Si sé... pero tu también sabias que te traía como carnada... no te hagas el huevon conmigo que te gusta la plata tanto como el morbo de sentirte un objeto....usado por nosotros los nerds quienes en condiciones normales jamás podríamos comernos un culo como el tuyo.

Tu aceptaste el ser carnada... y como yo no soy huevon jugué mis cartas.

A fin de cuentas la plata la tendrás igual.

Y sin más se metió en su auto y se fue de la parcela dejándome solo con don Gerardo y su chofer.

Pasaron los minutos lentamente mientras el sol ya se encumbraba al medio día, me dedique a seguir mi trabajo con los arboles de la parcela para distraerme. Después de un momento apareció en la puerta don Gerardo.

Yo detuve mi trabajo de inmediato, él me hizo señas para que me aproximara. Una vez cara a cara se presentó:

  • Gerardo Müller, dijo ofreciéndome su mano.

  • Axel , contesté estrechándola.

Don Gerardo debía rondar los 60 años, era un hombre obeso, debía medir 1.72, tenia la apariencia de un hombre de buena familia pero el físico era totalmente descuidado, con un cabello con incipiente calvicie, un panza abultada y una ropa que no le favorecía mucho.

Me ofreció entonces un vaso de agua. Mientras bebía no me sacaba los ojos de encima, miraba y examinaba cada centímetro de mi cuerpo como si fuese un trofeo.

  • Verás... la deuda de Sebastián contigo ahora es mía. Así que tengo derecho a tomar por lo que voy a pagar.

Sin más preámbulos comenzó a tocar mi torso con su mano izquierda, no con violencia sino con la mas absoluta tranquilidad. Sus dedos pasaron desde el centro de mi pecho a mis pezones de manera lenta y explorativa. Don Gerardo recorría centímetro a centímetro la curva de mis pectorales hasta llegar al pezón acariciándolo de manera circular. Su caricia me tomó por sorpresa pero no me aleje pues la manera en que me tocaba en cierta manera me hacia quedarme quieto.

Eres un chico muy guapo.... tu cuerpo esta trabajado al máximo y muy definido...

  • Me gusta ser generoso con los chicos guapos... te ofrezco cerrar el trato en 2 millones si me dejas jugar contigo esta tarde y la noche. Tendrás la plata mañana a primera hora y en efectivo.

La oferta no me dejo para nada indiferente... eran 2 millones por acostarme con el viejo... que tan terrible podía ser después de la enculada de la noche anterior...

  • Está bien, acepto.

  • Muy inteligente de tu parte. .. Ahora... revisemos la mercadería...

Don Gerardo comenzó a circular alrededor mío, como si estuviese examinando un producto nuevo recién comprado. Sus manos tocaban cada pliegue de mi musculatura, desde mis pectorales paso a mis abdominales, luego mis brazos, espalda alta y llegando a este punto se dio todo el tiempo del mundo para recorrer con sus dos manos toda mi espalda, que llena de sudor recorrió desde lo mas alto hasta abajo, tocando mi cintura.

Una vez terminado esto se puso en frente mío, mirándome fijamente a los ojos y con sus manos sobre mis hombros me dijo:

  • Tienes un cuerpo exquisito... podríamos hacer muy buenos negocios juntos.. Báñate y toma la ropa que te dará José, mi chofer... apúrate.

Hice como me dijo... me bañe y una vez limpio su chofer me paso una bolsa llena de ropa.

  • Póntela rápido... te estamos esperando en el auto.

Rápidamente me sequé...y saque la ropa de la bolsa. Era un pantalón negro de vestir que me quedaba muy ajustado pero no chico y un par de zapatos de vestir muy elegantes y nada mas.

Semi vestido así como estaba fui al auto en donde me esperaba don Gerardo y su chofer listos para irse.

  • Te ves muy rico así... veras que me gusta vestir a mis chicos de manera sexy... mas bien semi-vestirlos para darme un gusto a los ojos. Ven acá... siéntate mas cerca mio

Acaté la orden y me senté muy cerca de él... rápidamente procedió a abrazarme y con su mano derecha acaricio mi torso que estaba desnudo y disponible de ser tocado a su antojo.

Durante buena parte del viaje Don Gerardo se dedico a manosearme como quiso y llegado el momento sus labios comenzaron a besar mi pecho de manera suave y lenta, rápidamente don Gerardo se dio cuenta del efecto que surtía esto en mí y puso especial énfasis en esa zona de mi cuerpo.

Tienes los pectorales mas ricos que haya visto... no crees José?

José, el chofer respondió afirmativamente con una mueca de burla y calentura en su cara que me hizo sospechar sobre qué otras funciones cumpliría a parte de la de chofer.

El resto del viaje el viejo se dedico a estimular mis pezones de manera descarada a la vista de José que de vez en cuando echaba su mirada por el espejo retrovisor para mirar el espectáculo del viejo corriéndome mano mientras con su lengua jugueteaba con mis pezones.

Llegamos a su casa en el barrio alto de Santiago a eso de las 4 de la tarde... una vez dentro del recinto, me baje del auto y don Gerardo me condujo al interior de la casa tomándome por el cinturón y tirando de el para llevarme donde el quería.

Esto es lo primero que quiero que hagas.... ponte ese short que esta encima de las pesas y empieza una rutina de ejercicios focalizada sobre todo en los pectorales y bíceps.

Tal como me dijo, me saque la ropa mientras el miraba con gusto, tome el short negro de lyrca que estaba sobre las pesas y comencé a trotar en la corredora. Por mas 30 minutos Pre calenté mi cuerpo mientras don Gerardo me miraba con calentura.

Ya con mi cuerpo brillante por el sudor comencé la rutina. A los pocos minutos se acercó don Gerardo y comenzó a tocarme con toda calma mientras yo flexionaba mis pectorales... así cada ejercicio que hacia era seguido por las caricias que don Gerardo me propinaba en el grupo de músculos en cuestión.

Estuvimos así cerca de 45 minutos, rato en el que el viejo logró ponerme algo mas que caliente. Sus manos eran expertas en el arte de acariciar y en mi cuerpo parecían surtir mas efecto de lo habitual.

Vamos al baño

Me tomo suavemente y me condujo hasta una ducha en donde se metió junto conmigo y con el agua cayendo por mi cuerpo se dedico a bañarme y limpiarme por todas partes. El viejo parecía disfrutar cada rincón de mi cuerpo pues se tomaba todo el tiempo del mundo para jabonarme y acariciarme suave y lentamente. Así el viejo se puso detrás mío y con sus manos enjabonaba mis pectorales, su verga erecta rozaba mi culo y con su boca caliente y de aliento agitado mordía mi oreja... por largos minutos disfrutó de esta posición hasta que se hartó.

Sécate y te espero en la habitación.

Hice como me pidió y mientras me secaba pude ver mi cuerpo en el espejo... mis bíceps y pectorales lucían hinchados y fuertes debido al reciente entrenamiento al que habían sido sometidos. Mi imagen reflejada me calentó mucho, me sentía cada vez mas como un pedazo de carne que se vendía al mejor postor...el morbo de la idea me calentaba cada vez mas.

En la habitación don Gerardo me esperaba ya desnudo y acostado en el piso sobre un pequeño colchón...sonreía de manera picara y no mostraba el mas mínimo pudor por su cuerpo fofo y descuidado. Es mas parecía gustarle la idea de ser como era y aun así poderse fallar a un musculoso como yo.

Súbete sobre mi y empieza a hacer flexiones de brazos... quiero lamer esos pectorales.

Hice tal como pidió... poniéndome sobre el, el viejo aprovechaba para tenerme a su total disposición, con sus brazos tenia acceso a todo mi torso y a la vez a mi culo y verga. Tras unos segundo de manoseo y risitas por parte del viejo me pidió que comenzara.

Poniendo mis brazos a la altura de su cabeza comencé a hacer flexiones pero sin despegar las piernas... lo único que se levantaba era mi torso... así lograría mas resistencia a la sesión que sospechaba se avecinaba larga e intensa.

A la primera flexión el viejo ya estaba en la gloria... soltando risitas de calentura el viejo manoseaba mis pectorales y bíceps con total libertad. Puso una almohada en su cabeza y comenzó a lamer mi pecho y pezones de una manera tal que me hizo soltar un suspiro hablado... un sonoro y grave

"AAHHH"

Se escapo de mi boca a lo que el viejo dijo:

"Ahora ya conozco tu debilidad"

Y sin mayores miramientos comenzó a lamer lentamente mis pezones... me dio instrucciones de mantenerme levantado del suelo....así con su cabeza en la almohada lograba el ángulo y posición exactas para disfrutar de cada centímetro de mi torso. Lamía y lamía, como si mis pezones fueran un helado, entre sus lamidos sentía además pequeños mordiscos que a medida que pasaban los minutos eran mas fuertes y violentos. Sus manos recorrían mi espalda y culo de manera grotesca y me sentia desfallecer por la presion de mantener mi torso elevado y sentir oleadas de placer proviniendo de mi pecho.

Que ricas tetas de musculoca tienes... si seguimos haciendo negocios quiero que las trabajas aun mas...para lamer y lamer mas centímetros de ti.

Yo solo atinaba a responder con gruñidos pues el intenso placer me nublaba el pensamiento y mermaba mi fuerza de voluntad. Me sentía sucumbir ante esta nueva sensación, sentía como si todo mi cuerpo debiera ser estimulado.

Una vez que el viejo se cansó de mis pezones, me echó rápidamente a un lado, cambiando de posición y antes de que yo pudiera darme cuenta agarraba mi cintura con sus manos para ponerme en la posición justa para ser penetrado.

El viejo tiene experiencia pensaba yo pues con un rápido movimiento ya me tenia presto para cumplir sus deseos sin haber perdido un ápice del grado de excitación que lograra comiéndome los pezones.

Rápidamente puso lubricante en mi entrada posterior y en seguida su verga a la entrada de mi recto. Sin mayores preámbulos comenzó a presionar. Como por efecto de un hechizo mi cuerpo parecía responder de manera positiva a cualquiera de sus deseos, así relaje mi esfínter a voluntad y la verga de don Gerardo comenzó a poseer mi culo.

Mientras comenzaba a penetrar, sus manos fueron rápidamente a mis pectorales y amasaba mis músculos dando pequeños pellizcos a mis pezones. Sentía como penetraba lentamente con su carne mis interiores pero no sentía nada rasgándose.... ya fuera por el grado de excitación o por tener el culo abierto después de la enculada de mis ex compañero de colegio el hecho es que disfrutaba de su carne.

Una vez ya toda adentro comenzó a meter y sacarla y con sus manos apretaba mis pezones. En los minutos que siguieron me hizo suyo como si fuese una perra dispuesta a satisfacer sus mas íntimos deseos. Los pellizcos a mis pezones surtían un efecto único y su verga me hacia delirar de placer. Placer, placer y mas placer era lo único que sentía y pensaba... tras varios minutos de mete y saca don Gerardo se vino dentro mío de manera copiosa.

Entonces yo comencé a tocar mi verga para correrme pero don Gerardo me tomo la mano y me dijo...

Todavía no. Te quiero lleno para esta noche... que tengo una fiesta e invitados.

Voy a presumir contigo...