Macho por fuera, zorra por dentro 6 (El francés)
De las aventuras y desventuras sexuales de un hetero al que le encanta jugar con hombres en la cama... y en cualquier lugar! ;P
Tras un breve parón con motivo de las fiestas, os sigo contando mis aventuras por donde lo dejé, no sin antes agradecer a todos los miles de lectores que siguieron mis anteriores relatos su fidelidad, me encanta pensar que hay miles de tios buenorros masturbándose mientras me leen!! Arriba esos pajilleros!!
Mi último polvete con Carlos me había vuelto a subir la líbido por los cielos. Necesitaba más y viviendo en Madrid, la posibilidad de quedar con mi follamigo del alma, Juan, era muy remota... Así que tuve que seguir manejando páginas de contactos por internet... Lo cual me llevó a mi siguiente "víctima":
Su nombre era Thibault, francés, alto, pelo moreno, rizado, madurito, unos 42... 18 centímetros de polla bien puestos, cuerpo delgado y atlético...
Se dirigió a mi tras ver unos anuncios muy calientes que colgué desesperado en una página... Tuve cientos de propuestas, pero la mayoría no me parecía muy fiable, puesto que tenía que guardar las apariencias y que dejaba bien clarito que NO DOY BESOS en mis encuentros sexuales. Parecía que a todos les llamaba la atención lo de los besos hasta que llegó Thibault.
Me empezó a mandar unos emails muy lanzados con fotos de su polla y de su tableta de chocolate, lo cual me puso a mil... Me ponen mucho las tabletas y pocas veces tiene uno la oportunidad de comerse una!! Me olvidé por completo de su edad y decidí lanzarme.
A los pocos días me ví de camino a uno de los barrios más lujosos de Madrid: el barrio Salamanca, donde vivía mi nuevo amante. Tibault era muy morboso y me pidió que acudiera a nuestro encuentro sin ropa interior!! Todo el trayecto en metro tuve que ir intentando ocultar mi evidente erección, que se hacía notable sólo de pensar en hacia dónde me estaba dirigiendo.
Tras recorrer empinado medio barrio Salamanca andando, encontré el portal donde me había citado. Llamé al portero y subí por el ascensor. El bloque se veía bastante lujoso, viendo el exterior, se adivinaba un buen piso en el interior... Thibault tenía que tener pasta... mucha pasta!!
Al entrar, me estaba esperando en el salón, al cual tuve que llegar por mí mismo adivinando por el pasillo. Estaba viendo una serie de televisión y apenas advirtió mi presencia, casi no me hizo caso cuando llegué. Me ofreció una bebida y me pidió que me sentara en el sillón junto a él, con un acento característico. Tras unos minutos, acabó la serie y me preguntó si había cumplido su deseo de que fuera sin ropa interior, cuando le respondí afirmativamente, se abalanzó sobre mi paquete y empezó a sobarmelo por encima del pantalón. Yo ya llevaba durito varias horas. Me mordisqueaba el cuello mientras me masturbaba sobre el pantalón y poco a poco me fue desabrochando la camisa, y después los pantalones, hasta dejarme como dios me trajo al mundo sentado sobre su sofá.
Tras masturbarme unos minutos, me pidió que me sentara encima suya, dándole la espalda. Obedecí y sentí como su polla, ya dura se clavaba en mi culo embuchada en su pantalón mientras él seguía masturbándome.
De repente se levantó y me pidió que lo acompañara.
Le seguí completamente desnudo por el lujoso pasillo de aquel enorme piso, y me fijé en que había fotos de la que debía ser su mujer y los que seguramente serían sus hijos... Me sentí un poco mal, pero al llegar al dormitorio y ver a aquel francesito totalmente desnudo sobre la cama, se me pasaron todos los males!
El dormitorio estaba decorado lujosamente, acorde con el resto del piso. Thibault me pidió que le mamara la polla, así que obedecí subiéndome a la cama.
Sus 18 centímetros estaban en pleno esplendor y me supieron a gloria. El francés también quería mamar y tiró de mí hasta colocarme en un 69. Pasamos así varios minutos. Yo nunca me canso de mamar, podría tirarme ahí todo el día!! Mientras seguía con mi trabajito, Thibault sacó un preservativo de su mesilla y me lo tiró.
Lo abrí y lo coloqué en su pollón mientras él empezaba a jugar con mi culito con el proceso habitual, primero un dedito, luego dos, tres... hasta que me metió la lengua y yo, supercachondo, no pude aguantar más... Le coloqué boca arriba en la cama y decidí tomar el mando, sentándome sobre su falo erecto.
Me lo introduje en mi culo dilatado del tirón, lo cual me produjo un poco más de dolor del que estaba habituado, pero la experiencia me decía que en breve ese dolor sería relevado por un tremendo placer, así que seguí cabalgando y poco a poco fui aumentando el ritmo. El francés madurito gemía de placer y azotaba mi culo pidiéndome más. Mi excitación era tal que no podía aguantar mucho más, aunque me daba rabia correrme tan pronto, pero me agarró la polla y empezó a masturbarme tan salvajemente que no pude contener más mi explosión de lefa sobre su pecho y sus preciosos abdominales... Él aún no había acabado así que tuve que hacer un esfuerzo y aguantar el tirón. Me tumbó boca abajo y me empezó a follar salvajemente el culo. Creía que me iba a romper!! Con mi líbido bajando tras el orgasmo, solo podía desear que se corriera cuanto antes y dejara de destrozarme el culo, pero el francés tenía un aguante increíble, todavía no me explico como pude aguantar sus embestidas durante media hora después de haberme corrido!! Cuando finalmente se corrió, yo ya estaba empinado de nuevo así que mantuvo su polla dentro para ayudarme estimulando mi próstata, y estallé de nuevo manchándo todas las sábanas de semen...
Cuando fui al cuarto de baño, advertí que mi culo estaba sangrando!!! me había roto bien el ano el francesito!! Con este polvo iba a tener suficiente por un tiempo...
El camino de regreso a casa fue bastante incómodo, pues sin ropa interior, manché mis vaqueros de sangre... qué vergüenza!!!