MACHO POR FUERA, ZORRA POR DENTRO 12(De taxista)

De las aventuras y desventuras de un hetero muy gay en el sexo...

Hacía más de un mes ya desde nuestra última relación... Hasta ayer!

Sí, estoy hablando de Juan, otra vez... ¿Cómo pasó? De la forma más inesperada!! y yo intentando provocar la situación una y otra vez sin éxito... cuando simplemente la casualidad hace que surja de manera fácil, espontánea y muy morbosa...

Empezaré por el principio...

Acababa de levantarme, cuando vi que Juan había respondido a mis últimos wasaps del dia anterior hacía poco rato... Le pregunté qué tal le había ido el finde por Madrid, yo ya había terminado mi máster, pero él aún tenía que seguir llendo algún tiempo más, y justamente el dia anterior me estuvo comentando que estaba de compras por el centro de la capital, para darme envidia, como siempre...

  • ¿Qué tal el finde madrileño? ¿ya estás de vuelta?. - Le pregunté.

  • Bueno, estoy un poco jodido... He suspendido los últimos exámenes y estoy pensando que mi vida es una mierda... voy de camino para allá en el tren.

  • Qué dices!!?? la vida no es una mierda sólo por suspender unos exámenes... En septiembre vuelves y lo apruebas!

  • Ya... Lo seguiré intentando. Oye, ¿dónde estás ahora?

  • En casa... como siempre, ¿por qué lo dices?

  • Es que... te quería pedir un favor... Mis padres y mi hermano están fuera y no van a poder venirme a buscar a la estación...

  • ¿A qué hora llegas?

  • creo que sobre la 1 estaré ahí...

  • Venga vale, te haré de taxista!!

Y de repente mi imaginación se empezó a disparar pensando las opciones que tenía de hechar un polvo con Juan en apenas una hora!!

Me di una ducha rápida, busqué mis gayumbos más sexys y me preparé para estar puntual en la estación... con un poco de suerte, estaría en casa para la hora de comer, antes de que llegara mi novia de trabajar y así no tendría que ponerle muchas excusas.

A la una en punto estaba esperando a mi follamigo del alma en la estación del pueblo. El tren llegó puntual y Juan desembarcó por una de las últimas puertas, por lo que fui a su encuentro.

Montamos en mi coche y de camino a su casa fuimos hablando de su depresión estudiantil y de su vida en general... El pobre estaba un poco rallado e intenté consolarle haciéndole ver la buena vida que tenía, al fin y al cabo, tenía un buen curro, estaba ganando dinero, se va a independizar en breve y tiene un grupo de amigos fieles con los que compartirlo todo!

Se quejaba del plano sentimental, ya que la última ruptura aún le dolía, pero poco a poco se fue calmando, a medida que llegábamos a su casa.

  • Tengo tiempo hasta las 2 -Le dije- Si quieres puedo subir un rato y me sigues contando...

  • Vale, si quieres te invito a comer.

  • No te preocupes, tengo que volver a comer con mi novia después...

Abrí el maletero y le ayudé a cargar con una de sus maletas hasta el tercer piso, donde hacía ya muchos años, tuvimos algunos de nuestros primeros roces y donde hacía ya mucho tiempo que no venía...

Su casa, la casa de sus padres estaba tal cual la recordaba, algún que otro mueble nuevo, pero había pocos cambios... Simplemente estar allí me trajo a la cabeza un sinfín de jueguecitos sexuales, mamadas, polvos, corridas... Cuando éramos pequeños y sus padres nos dejaban solos,a la mínima que teníamos un hueco aprovechábamos para seguir explorando nuestros cuerpos, todavía inocentes de lo que era bueno de verdad...

Juan me sacó de mi ensimismamiento ofreciéndome algo para beber, sólo un poco de agua, para ir preparando mi lengua, pensé...

Nos sentamos en el salón y siguió contándome sus penas y yo seguí intentando aconsejarle lo mejor posible, intentando al mismo tiempo que levantara cabeza, para llevar la situación a mi terreno. Sabía que él se esperaba algo, no es tonto y al pedirme que le llevara a casa me especificó que estaría vacía por varias horas, con lo cual, estaba poniendo la situación bien clara... Así que en uno de esos silencios incómodos que se producen cuando los dos pensamos en lo mismo y ninguno se atreve a lanzarse, di el paso y saqué de mi bolsillo un bote pequeño de lubricante, enseñándoselo mientras le decía: "bueno, he venido preparado, por si acaso..."

Al verlo empezó a reír haciéndose el loco... Así que le dije:

  • No te hagas el tonto que seguramente te has venido imaginando por el camino en el tren, cómo me ibas a follar cuando llegaras.

  • Hombre, imaginaba que algo me ibas a sacar del tema, pero no pensé que fueras a venir con un lubricante! ¿de dónde lo has sacado? - respondió.

  • Eso no viene al caso, te apetece follarme o qué! no tenemos mucho tiempo...

Y desabrochándose el cinturón se puso en pie y empezó a buscar con el mando algún canal que acompañara el momento en la televisión...

Yo estaba muy caliente y observé que su paquete ya abulataba en el pantalón, con lo cual, llevaba cachondo ya un rato... Me acerqué a él, que seguía haciendo zapping y le desabroché los pantalones. Metí mis manos por dentro, una por delante y otra por detras, estrujando al mismo tiempo su tremenda polla erecta y su culo durito que tanto adoraba. Como no se aclaraba con el mando, se lo quité de las manos y lo puse sobre la mesa... Él se quitó la camiseta y, dirigiéndose a una esquina del salón, sacó un colchón que suelen tener por allí en verano y lo tiró en el suelo... Gran idea...

Le terminé de quitar los pantalones y los gayumbos y le tiré al colchón mientras me comenzaba a desnudar.

Ya completamente desnudos los dos, me tumbé sobre su cintura y empecé a recorer con mi lengua su abdómen duro y depilado, subiendo hasta sus pezones, para después bajar hasta su pubis, morderle a ambos lados del escroto y empezar a lamer su zona perineal, subiendo a sus huevitos de nuevo, masturbando con mi mano derecha su falo tieso, que ya empezaba a expulsar un poco de líquido preseminal... Cómo conozco a Juan!! Sé exactamente lo que le gusta e intuyo cómo va con el orgasmo siempre... o casi siempre...

No demoré más la espera y me metí toda su polla en la boca, saboreando especialmente su líquido tan jugoso como recordaba, su polla y sus huevos sabían tan bien...

  • Sí que tenías hambre, ¿eh? - Me dijo mientras se la chupaba, el muy morboso...

  • Como te haces de rogar siempre... ya estaba hambrieto, deseaba tu polla, nene... - Le respondí entre mamada y mamada.

Tras unos minutos más disfrutando de su polla, me levanté a por el lubricante, y le mandé a por un condón, para que luego no se cabreara.

Me tumbé en el colchón y empecé a juguetear con mis dedos en mi culito para ir dilatándolo. Juan parecía no haber tenido suficiente con mi súper mamada y me acercó de nuevo su polla a la boca, para que siguiera mamando mientras me preparaba el culo. Poco después le dije que se pusiera el condón, ya estaba listo.

Tumbado boca arriba, Juan me levantó las piernas y empezó a jugar a la puerta de mi ano con la punta de su pollón, hasta que, casi sin darme cuenta, comenzó a meterme la punta y a sacarla. Lo hacía con bastante facilidad, el lubricante había dado buen resultado... Metía la punta y la sacaba, una y otra vez y yo empezaba a desesperarme, deseando sentir todo su miembro dentro de mi. Llevé mis dos manos a su culo y lo azoté, para avivarle, y como no acababa de meterla entera el muy cabrón, empujé su culo hacia mí hasta que la sentía toda de golpe y sus huevos chocando contra mi culo.

Siguió follándome en el misionero durante un rato, al cabo del cual, me pidió que me pusiera boca abajo. Aunque no me gustaba mucho esa postura, ya que así no me puedo masturbar mientras me folla, obedecí como una putita y puse mi culo en pompa a su disposición.

Metió su polla dentro y me cerró las piernas para que pudiera sentirla más todavía... Le tenía dándome por el culo a una velocidad endiablada y no podía apenas moverme ni masturbarme, pero estaba sintiendo esa bendita polla dentro de mí y eso era gloria!!

Ya no aguantaba más sin poderme tocar, así que le pedí que se tumbara boca arriba... Ahora iba a montarle yo, como una zorrita... Cada vez me gusta más esa postura!

Me senté encima de su polla, metiéndola hasta que sus huevos hicieron de tope y poco a poco fui aumentando la velocidad de la cabalgada, viendo con gusto, la cara de satisfacción de mi follamigo, que se dejaba hacer.

  • En el fondo te encanta mi culito, ¿a que sí? te encanta follarme nene, lo sé - Le solté en un arrebato de lujuria.

  • Pues claro, cómo no me va a gustar!

Y entonces adecué el ritmo de mi masturbación al ritmo de mi cabalgada, pensando que la corrida de mi amigo estaba también próxima, y el éxtasis llegó como hacía tiempo que no sentía... Una explosión de semen tras otra, derramándose sobre el pecho de Juan y su polla entrando y saliendo de mi culo, multiplicando el placer por 3.

Caí extasiado sobre su pecho bañado en mi propio semen y caí en la cuenta de que él aún no se había corrido. Ohoh!

Ahora que había empezado no le podía dejar sin terminar...

Me levanté con la idea de acabar con un trabajo manual, o tal vez bucal... Pero después de unos minutos, mi follamigo parecía estar aún lejos del orgasmo, así que cogió el preservativo que ya le había quitado, y no se cómo, pero se lo volvió a colocar, diciéndome: "a ver ese culito, que me lo voy a follar otro ratito". Con la libido baja, tras haberme corrido, y con mi culito ya destrozado y dolorido del rato que me había follado, no me apetecía nada, pero no me quedó más remedio que volver a poner mi culo en pompa como me pedía, y el muy cabrón, volvió a hacerme cerrar las piernas boca abajo, para sentir cómo me follaba cada vez más rápido, más y más rápido, con embestidas que me hacían resucitar la erección hasta que sentí que se corría, dándome tres embestidas más duras que las anteriores y sin poderlo evitar, y sin saber cómo, me di cuenta de que me iba a correr yo tambien.

Cuando me incorporé, todo el colchón estaba bañado en semen... Mi amigo tenía un gran trabajo de limpieza por delante, y yo llegaba a casa 15 minutos tarde, tenía que inventar alguna excusa.

Me vestí mientras me despedía de Juan, que quedó tumbado junto a mi semen, con su polla aún semierecta y extasiado...

Pensaba que le conocía a la perfección, pero nunca dejaba de sorprenderme, y este polvo tan largo, era una muestra más de ello...