Mabel 2

Mabel recibe una visita inesperada. La mujer de su ex-novio.

Mabel estaba en casa nerviosa. No paraba de ir de un lado a otro sin estarse quieta. Había recibido una llamada que la intranquilizó.

Una mujer que se identificó como la esposa de Vicente, su ex novio, la llamaba para decirle que tenía que hablar con ella, que eligiera donde. Y aunque Mabel en un principio se negó a ello, al final termino por aceptar ante la insistencia de ella, que manifestaba que era de vital importancia, llegando incluso a suplicarle que por favor la recibiera aunque solo fuera un par de minutos. Le dijo a Mabel que ella, como mujer, tenía que entenderla y que solo quería aclarar algo. Mabel puso como condición que viniera a su casa a hablar, ya que no quería quedar en algún sitio publico y que le montara un espectáculo. Prefería que fuera algo mas reservado, a lo que la mujer de Vicente no puso objeciones.

Llego la hora y, puntualmente, sonó el timbre de la puerta. Mabel respiró hondo y fue a abrir. Ante ella tenía una mujer espectacular. Rubia, alta, delgada y bellísima. Lo primero que pensó era que Vicente era estúpido por ir poniéndole por ahí los cuernos a semejante bellezon.

  • Hola, soy Ines- le dijo secamente

  • yo soy Mabel

  • Sí, lo se. puedo pasar?

  • si claro, adelante, adelante. Pasa y siéntate

Ines paso y Mabel la invitó a sentarse en el sofá. Las dos se sentaron. La tensión era palpable. Mabel tenía el corazón acelerado y a Ines se le entrecortaba la voz.

  • Mira no te voy a entretener mucho. Tan solo quiero saber una cosa y quiero que me seas franca. Se que te has acostado con mi marido

A Mabel le dio un vuelco el corazón al escuchar a aquello. No sabía que decir.

  • Tranquila, no te culpo a ti. Yo ya sabía con quien me casaba, aunque no hasta que punto. Pensé que cuando nos casáramos y tuviéramos hijos cambiaría, pero veo que me equivoque totalmente. Tan solo quiero hacerte una pregunta. Vais en serio?

  • En absoluto Inés. Yo también estoy casada y lo último que se me ocurriría sería romper una familia. Lo mío con Vicente tan solo ha sido un par de veces, y sinceramente, ni siquiera se porque lo hice. Con todos los respetos, pero tu marido siempre ha sido un cabrón con mucha labia. Cuando lo conocí ya era así y sigue igual. Y siento desilusionarte, pero creo que no va a cambiar.

  • Es que no...no....no se ya que hacer¡....- y diciendo esto Ines se echó a llorar ante los ojos de Mabel

  • no...no llores Ines. No se lo merece- le dijo Mabel mientras la abrazaba cariñosamente tratando de consolarla

  • Lo siento, te debo de parecer patética. Vengo a hablar con la amante de mi marido, y en lugar de sacarte los ojos y romperte las piernas, me pongo a llorar como una boba

  • Mujer, tampoco hay que llegar a esos extremos. Que de todo se puede hablar civilizadamente. Mira, ponte cómoda que voy a preparar café y así te desahogas un rato, vale?

  • si....gracias....no quiero molestarte....- dijo Ines entre sollozos

  • De molestias ninguna. Tenemos toda la tarde. Ahora te tomas un cafetito y te tranquilizas. De acuerdo?

  • si..

…........................................

Mabel preparó café. Ines se fue tranquilizando. La charla con Mabel le estaba ayudando a ver las cosas de otra forma. Estuvieron hablando, y desde luego que tenían de lo que hablar: despellejar a Vicente y a los hombres en general. Inés se empezaba a reír y relajarse ante las ocurrencias de Mabel.

  • oye Mabel y por que lo tuyo acabo con Vicente?

  • anda, porque el tío no hacia nada mas que ponerme los cuernos y eso que estuvimos poco tiempo. Pero se ve que lo lleva en su ADN y no lo puede cambiar

  • Que te puso los cuernos? a ti?, pero si estas ….pero si tienes un par.... Desde luego mi marido es gilipollas

  • Pues no se de que te extrañas. Tu eres todo un bellezon y hace lo mismo. A Vicente lo que le gusta es ir de caza. Ver que no se le puede resistir ninguna. Siempre ha sido así y así será ….

  • Pero ya no se que hacer. Que hago entonces? me separo?, me da pena por las niñas que adoran a su padre.

  • Lo que tienes que hacer es que por lo menos no te tome por tonta. Demuéstrale que sabes lo suyo y que se va acostando con una y con otra. Y de vez en cuando le pones la maleta en la puerta y lo echas un par de días.

  • Y tu crees que eso le hará cambiar?

  • para nada. Pero por lo menos le haces pasar un mal trago y consigues que te tenga algo de miedo.

  • si eso estaría bien- dijo Inés entre risas

  • Vicente va a ser así toda la vida. No va a cambiar y siempre que pueda te engañará con otra. Pero si no quieres separarte de él es lo que hay.

  • sabes Mabel, eres una tía excepcional. Hablar contigo me ha ayudado mucho

  • De nada Inés. Tu si que eres un encanto y te mereces lo mejor- le contesto Mabel, mientras se daban un fuerte abrazo.

  • oye, Mabel, te puedo hacer una pregunta?

  • Por supuesto

  • tu....tu crees que tu marido te es infiel?

  • me temo que él me es mas fiel a mi, de lo que yo le soy a él- dijo Mabel entre risas

  • y no le importa, o es que no lo sabe?- le preguntó extrañada Ines.

  • Si, claro que lo sabe. A veces hasta se lo cuento yo. Pero bueno, mi matrimonio es un tanto peculiar. Hay complicidad y nos queremos. Pero me dice que lo que tiene en casa es un monumento que merece ser patrimonio de la humanidad y que por lo tanto, como todos los monumentos, debe de poder ser disfrutado por todo el mundo- decía Mabel entre las risas de las dos

  • desde luego, tu marido si que es un chollo- rio Ines

  • Oye, y tú, porque no te echas también un amante? si tu marido lo hace porque no lo vas a hacer tú.

  • yo....pero que dices..no...no...estoy...demasiado acomplejada...no

  • Acomplejada¡, pero por que? vamos, estoy segura que le gustarías a cualquier tío, e, incluso, a más de una tía.

  • que por que estoy acomplejada?.... pues por esto....¡ pero has visto que mierda de tetas¡- dijo Ines levantándose la camiseta y el sujetador enseñándole los pechos a Mabel

Desde luego los pechos de Ines eran minúsculos, de niña adolescente. Mabel al verlos acarició levemente uno de ellos. Unas tanto y otras tan poco, pensó.

  • no te preocupes. No todo esta en tener unas tetas grandes. Tu eres una mujer guapísima y todo un encanto. Una tiene que estar orgullosa de si misma, eso es lo importante

  • claro, eso es muy fácil de decir para ti, como tienes unas tetas enormes.

Inés se quedó mirando los marcados pechos que Mabel escondía tras su camisa.

  • Oye Mabel, espero que no te moleste, pero... me las puedes enseñar un poco?, por curiosidad- dijo Ines tímidamente

  • pues claro que sí tonta, sin ningún problema.

Mabel se quitó la camisa rápidamente y luego el sujetador dejando al aire sus enormes pechos.

  • Pero que pedazo de tetones tienes¡- exclamo con asombro Ines- puedo acariciarlos?

  • Claro que sí. Sin problema. Toca, toca lo que quieras

Ines cogió tímidamente un pecho de Mabel. Estaba maravillada ante semejante volumen y se lamentaba de la comparación con sus pechos. Luego Ines pasó de acariciarlos tímidamente a irlos acariciando cada vez con mas fuerza. Mabel sonriendo le decía que no se cortará, que tocará todo lo que quisiera. E Ines, haciendo caso de las recomendaciones de Mabel, acarició el otro pecho. Pero paso de las caricias a cogerlos con sus manos, comprobando que no podía abarcarlos. Con todo esto Mabel fue notando como la temperatura de su cuerpo iba subiendo.

Entonces Mabel acercó sus labios a los de Ines y las dos se acabaron fundiendo en un tímido beso.

  • Mabel.....

  • sshhhh...- le mandó callar Mabel a Ines

Mabel beso mas apasionadamente a Ines, la cual no rechazó la boca de Mabel. Las dos se acariciaron y besaron, cada vez mas apasionadamente, mientras su excitación iba en aumento.

Mabel entonces tumbo a Inés sobre el sofá y con su boca se dirigió a chupar los pechos de Inés. Esta gemía de placer y excitación ante la maniobra que estaba desarrollando Mabel. Luego, mientras seguía succionando los pezones de Inés, metió una de sus manos bajo la falda, apartando sus braguitas, comprobó que su coño estaba completamente empapado, para, seguidamente, proceder a masturbar el clítoris de Ines.

  • aaahhh.....aaaahhh.....Mabel.....aaaahhh....pero que me estas haciendo.....aaaahhh.....

  • que guapa eres....que buenas estas Ines.....me encantas.....me encanta tu cuerpo...

  • aaahhh.....aaaahhh.....Mabel....Mabel.....Mabel....que placer me estas dando... aaahhh... que caliente me estoy poniendo.... aahhh...

Entonces Mabel, quitó las braguitas de Ines. Le separó las piernas y metió su cabeza entre ellas. Excito su clítoris con su lengua, mientras uno de sus dedos penetraba dentro de su coño.

Ines estaba como loca. Hacía tiempo que no sentía nada así.

  • aaaahhh....aaahhh....Mabel.....aaahhh....aaahhh...aaahh... eres fantástica.....que placer....aaahh...aaahhh.....que gustooooo.....aaahhhh......

  • oohh...Ines.....tienes un coño delicioso....me encanta su sabor.....

  • aaahh...aaahh....Mabeeeelll....

En ese momento Inés aparto la cabeza de Mabel de entre sus piernas.

  • déjame....déjame ahora a mí.....- decía Ines fuera de sí.

E Ines cogió los pechos de Mabel y se los llevo a la boca. Los agarraba con fuerza y los chupaba con mayor fuerza aún si cabe.

  • uuhhmmm Ines......como chupas.....uuhhmmm....que gustito....

  • me encantan tus tetas.....que tetones.....que buenos.....

  • uuhhmmm....si.... pues cometelos....cometelos....uuuhhmmmm

  • estoy muy caliente Mabel....

  • y yo Ines...y yo....uuhhmmmm

Volvieron a besarse apasionadamente. Ahora fue Ines la que tumbó a Mabel sobre el sofá. Y, metiendo las manos bajo la falda de Mabel, le arrancó las bragas.

  • quiero comértelo....quiero comerte el coño Mabel...

  • lo has hecho alguna vez?- le pregunto Mabel

  • no, nunca

  • entonces, lo mejor es que vayas despaciooooo.....aaahhh....aaaaahhhh...pero......Ines..... aaahhhh....que...buueeeennooo....aaaaahhhhh...... joder con la que no sabiiiíaaa..... aaahhh.... aaaahh.... aaaahhhh …..aaaahhhh

  • lo hago bien Mabel?

  • que si lo haces bien?¡¡......aaahhh......aaahhh...... aaaahhh..... tu que crees?.... aaahhh..... no pares..... no pares...... aaaahhhhh.....

Pero en el momento en el que llegaban al climax, algo las perturbo, levantaron la cabeza, y allí en el salón, frente a ellas estaba Juan, el marido de Mabel. Ante esta visión las dos mujeres se incorporaron rápidamente, buscando Inés algo con lo que taparse.

  • vaya cariño, hoy has venido mas temprano- dijo Mabel a Juan un poco ruborizada

  • si....si...es que he terminado..... he terminado antes en el trabajo....

  • bueno, esta es Ines. Ines este es mi marido Juan.

  • Hola que tal?- dijo Juan saludando Ines con un timido apreton de manos

  • bien, gracias- respondió Ines avergonzada

  • Oye cariño, te acuerdas, de que tenias que ir....- dijo Mabel a Juan

  • eh?...ah, si, ha ese sitio...claro.... como pude olvidarlo?¡....tendré que ir corriendo, antes de que cierre....tardaré por los menos media hora entre unas cosas y otras.

  • no, creo que tardarás cerca de una hora- le corrigió Mabel

  • Si, tienes razón, una hora por lo menos, o algo más. Bueno Ines, un placer conocerte. Ya os dejo- le dijo Juan a Ines, volviendo a estrecharle la mano para despedirse de ella.

Y Juan se fue cerrando la puerta tras de si, dejando solas a las mujeres. Inés no cabía en si de asombro.

  • y ya está?, tia, lo tuyo es un chollo. Yo quiero vivir como tú

  • bueno, de momento, estabamos con una cosa a medias- dijo Mabel abriéndose de piernas, mostrando su empapado coño a Ines

  • si, y a mí no me gusta dejar las cosas a medias- le respondió Ines con una media sonrisa dibujada en su rostro.

  • aaahhh....aaaahhhh....Ines......eres maravillosa.....aaaahhhhh

Ines se giró y puso su coño frente al rostro de Mabel. Está comprendió enseguida las intenciones de su compañera. Las dos mujeres se estaban haciendo mutuamente una comida de coño que las estaba llevando al limite. La excitación era máxima. Sus cuerpos sudaban y sus gemidos de placer eran cada vez mas potentes. La primera en llegar al orgasmo fue Ines. Después le siguió Mabel. Seguidamente las dos se abrazaron y besaron durante un buen rato tiernamente, mientras acariciaban sus sudorosos cuerpos.

….............................................

Descansaban en el sofá, aún desnudas, pero tapadas con una pequeña manta, sentadas la una junto a la otra.

  • tu primera vez con otra mujer?- le preguntó Mabel a Ines

  • si...- asintió Mabel

  • y que, ha merecido la pena?

  • ya lo creo....ya lo creo...., y tú, lo habías hecho antes con otra mujer?

  • bueno, un par de veces, en la universidad, con una chica. Le debía un par de favores y ella decidió cobrárselos en carne.

  • y te gustó?

  • siii....ya lo creo....fue una buena experiencia.....a veces me preguntó porque no habré explorado un poco mas mi lado lésbico. Oye, estaba pensando que, la próxima semana, mi marido tiene que irse unos días de viaje y, bueno, si te apetece venir alguna tarde a tomar un café, charlar...

  • la verdad es que si. Si que me apetecería.

  • estupendo- dijo Mabel alegremente

  • bueno, ahora será mejor que me vista y me vaya,...¡ antes de que tu marido vuelva y me pille otra vez en bolas¡.

Podéis hacer comentarios al relato en mi correo gatocaliente73@outlook.es