Mª Carmen (2)
Siguen las experiencias de Alfredo.
Hola de nuevo a todos, os recuerdo que soy Alfredo, envío este nuevo testimonio pues he creído necesario explicaros como continúan las cosas por aquí. Os recuerdo que tengo 40 años y está viviendo una aventura con Mª Carmen, una vecina viuda de cuarenta y tantos. En mi anterior carta os decía que por la mañana hacia las labores de la casa y luego por la tarde vuelve a subir a casa pero a que follemos juntos, no habíamos podido dormir juntos pues tiene una hija Raquel que ahora vive con ella y solamente en las pocas ocasiones que falta se puede quedar a dormir en casa.
Antes que nada os digo que Mª Carmen está feliz, y de hecho parece unos cuantos años más joven, por varios motivos tiene al vecindario y a sus amistades y a su hija mosqueados, pues le suponen un "lío" pero como casi no sale de casa no acaban de certificarlo. Desde el primer día que follamos juntos las cosas han ido rodadas y cada día nuestros polvos son mejores. Pues son más intensos y muy, muy excitantes; ella cada día se abre más y tiene muy claro que ha de recuperar el tiempo y el placer perdido.
Pero a lo que iba, Mª Carmen en este poco tiempo ha cambiado de actitud, incluso físicamente está más guapa, se cuida más y todos han notado el cambio. Su hija Raquel tenia claro que tenía un hombre pero no acertaba a averiguar quien era el que sofocaba la calentura de su madre. Pero un día que bajábamos en el ascensor y coincidí con ellas dos, aunque nuestra conversación fue normal y estuvimos absolutamente comedidos, algo habría en nuestras miradas que le hizo encender la chispa y se dio cuenta que era yo quien le estaba dando el rabo que tanto necesitaba.
Así se lo dijo a su madre en cuanto me marché y aunque Mª Carmen lo negó al principio, luego tuvo que reconocer que había tenido algún encuentro esporádico conmigo, lejos de afirmar que todas las tardes nos pasamos varias horas en la cama.
Su hija contenta de ver feliz a su madre le animó a seguir disfrutando de mi compañía (o de quien fuese le dijo) y que tenia que ser feliz.
Ahora os hablaré de Raquel, tiene 24 años y ya está separada; según me contó ella, se casó muy joven (19 años) para huir de casa pues su padre les hacía la vida imposible, pero reconoce que fue un gravísimo error pues la convivencia con su marido igual de joven que ella fue un continuo tormento, de malos rollos, golpes, y todo tipo de problemas; por suerte y gracias a los consejos de su madre no se quedó embarazada y después de dos años volvió a casa coincidiendo con la enfermedad de su padre que acabo muriendo. En esa época volvió a estudiar con mucho sacrificio y aunque va algunos años retrasada acabará recuperando el tiempo perdido. Ahora tiene un amplio grupo de amigos de la Universidad, pero según Raquel como saben que está separada y al ser tan joven todos piensan que es territorio libre y que debe de estar dispuesta a irse a la cama con todos los que se lo pidan y ella no está de acuerdo. Según nos contó un día, desde que se marchó de casa de su marido (ya están divorciados) ha follado tan solo en 5 ocasiones y ya hace casi tres años y es casi siempre en vacaciones donde nadie la conoce.
Hemos comido juntos los tres en casa de Mª Carmen en varias ocasiones y hemos tenido conversaciones serias de todo tipo, de sus estudios, de su vida, etc. y también de sus relaciones; Mª Carmen y yo le decimos que debe de buscar una pareja que le haga sentir bien y con la que pueda rehacer su vida de nuevo, pero ella dice que es muy difícil pues su grupo son todos muy jóvenes y solo quieren sexo fácil y todo tipo de excesos. Un día nos reconoció que estaba muy necesitada de hombre y que estaba dispuesta a hacer alguna locura. Yo me reí diciendo que podía presentarle a alguno de mis amigos, como yo en los cuarenta pero que no iban a aguantar la marcha que ella les diera (y así lo hice como luego os cuento).
Nosotros aunque comiéramos algunos días juntos seguíamos manteniendo las formas y para follar Mª Carmen subía a mi casa donde yo le esperaba, por eso nunca nos pusimos en evidencia ni ante Raquel ni ante nadie.
Esa tarde en la cama y follando Mª Carmen y yo hablamos del tema y ella muy seria me dijo que si seguían así las cosas iba a tener que acostarme con su hija para que superase el bache que estaba pasando. Yo estaba alucinado y acojonado; pues si bien Raquel está buenísima - es como su madre pero en joven - nunca se me hubiera ocurrido ni pensarlo siquiera y además bastante tenía con cumplir con la madre que me dejaba seco en cada ocasión. Por eso contesté que si no se mosquearía ni tendría celos y que posiblemente no tendría fuerzas para satisfacer a dos mujeres como ellas. Mª Carmen dijo que intentaría que fuese algo temporal y que ella se sacrificaría por el bien de su hija y porque sabia que yo lo iba a disfrutar. Me dio la impresión de que lo tenía muy pensado pero no dije nada, así que esa tarde hicimos el amor intensamente como siempre, pero a mi no se me iba la preocupación de la cabeza. Otra tarde Mª Carmen me dijo que le había contado a su hija nuestra conversación del otro día y que le dijo que yo estaba dispuesto a sacrificarme por su bien, dijo que Raquel se rió diciendo que yo era un jeta que no tenía bastante con la madre que también quería tirarme a la hija, pero que si a ella no le importaba ella estaba encantada. Yo no me lo creía pues pensé que se iba a quedar todo en una conversación en una posibilidad, pero no, todo se aceleró.
Como os he dicho Mª Carmen subía todas las tardes a casa sobre las 5 de la tarde, y yo le espero en la cama (pues vuelvo a casa después de las 3, como y echo un poco la siesta), después Mª Carmen me despierta todos los días y directamente se mete en mi cama, cuando acabamos y siempre cada uno por su lado salímos y a veces damos una vuelta donde no nos conocen, pero muchas veces simplemente se vuelve a su casa.
Bueno pues una tarde en lugar de Mª Carmen que siempre abre con su llave y va a mi cama derecha, para mi sorpresa la que apareció en mi habitación fue Raquel, venía vestida para matar, imposible expresarlo con palabras, MAGNFICA, marcando formas, una pasada. Bueno, tanto que yo me quedé en la cama con los ojos abiertos y mi polla empezó a levantarse, ella me hizo un pequeño striptease y con su tanga y un precioso sostén de encajes se metió en la cama, al levantar la manta vio que yo ya estaba tieso y se rió al notarlo.
Meterse en la cama y empezar a achucharme, a besarme y meterme mano fue todo uno, yo no sabía que hacer, pues estaba cortado, no así mi polla que parecía tener vida propia. Ella se ría y no paraba de besarme y tocarme la polla. En un momento dado reaccioné y me puse como loco, la puse debajo mío y apartando el tanga apunté mi aparato a su chochito, no hubo preliminares por mi parte, tan solo se la metí de un golpe. Raquel estaba lo bastante lubricada para no sentir daño y empezó a moverse conmigo, tuvo un gran orgasmo, apretándome todo lo que podía sobre ella, con los brazos, con los muslos, con los talones, con todo; aullaba de placer y yo no paré de culear pese a que ella se había corrido. Pienso que encadenó varios orgasmos seguidos pues se dejaba ir y enseguida volvía a reaccionar y a correrse otra vez. Yo también me corrí y le eche un gran chorro de leche en su coño, me vacié como nunca lo había hecho. Me quedo como ido, muerto encima de la cama.
Cuando pasó un rato, ya debajo de las sábanas estuvimos hablando, yo dije que había sido magnífico pero que tenía escrúpulos por su madre, que estaba muy a gusto con ella y no sabía si esto lo podía estropear. Raquel dijo que intentaría entorpecernos lo menos posible. Aquella tarde estuvimos desde las 5 de la tarde hasta casi las 11 de la noche sin levantarnos de la cama, tal fue que Mª Carmen tuvo que llamar por teléfono para saber como había ido todo. Yo por teléfono le dije que había sido una encerrona, pero que su hija estaba muy necesitada de rabo y que me estaba dejando seco. Al día siguiente en la oficina todos me dijeron si estaba enfermo pues debía marcar ojeras y cansancio por todos los sitios; esa tarde cuando Mª Carmen subió a casa, le dije que lo sentía mucho pero que no estaba en condiciones para follar, así que estuvimos hablando en la cama toda la tarde. Yo le dije mis reservas porque pensaba que con ella estaba teniendo algo especial y no quería estropearlo; ella estaba contenta pues no era sexo sólo lo que estaba buscando pero que incluso se conformaría si hiciese falta. Estuvimos varios días sin follar, os juro que no podía, y el día que estuve en condiciones otra vez, Mª Carmen y yo tuvimos una sesión inolvidable, follamos despacio, disfrutando de cada gesto, cada caricia, cada entrada, disfrutamos todo y tuvimos una corrida casi a la vez como un estallido, algo increíble.
Con Raquel me he vuelto a encamar 5 ó 6 veces más, incluso Mª Carmen ha estado de mirona, sin que Raquel lo supiera, y a esta lo que más le gusta es ponerse a cuatro patas y así que me la coma entera y después de bien mojada le meta la polla tanto en el coño como en el culo. El culo lo tiene justito y cuando aprieta parece que me rompe la polla, así que cuando se la meto en esta postura, con mis manos manoseando las tetas que cuelgan y con algún que otro azote en el culo; las corridas son gloriosas.
Ahora le he presentado a uno de mis amigos, Pedro, que es muy serio y sale poquito y al que estoy seguro que Raquel va a revolucionar, y además ella va a estar encantada pues en mi cuadrilla es la risa de todos porque Pedro tiene una polla inmensa, pero también que no la usa porque es muy rarito y no le gusta ir de fiesta por ahí. Yo se que Raquel le ha puesto las pilas y que en cualquier momento se lo va a tirar, de lo que supongo que me enteraré.
Entretanto Mª Carmen y yo nos hemos planteado hacer planes juntos de vida en común, y quizás cualquier día se traslade a vivir a mi casa, dejando su piso para su hija; incluso hemos pensado tener un hijo, algo que debe ser rápido pues Mª Carmen se acerca ya a la menopausia y es peligroso para su salud dejarlo para mucho más tarde.
Ya veremos que nos tiene preparado el destino.