Ly
Una sorpresa ha sido mi último amor
Andando por la plaza meditaba sobre como fui cambiando de parecer desde chica hasta el presente.
Cuando chica me horrorizaba la palabra puta, y ni pensarlo al tratarse de mi persona, pero los años te van transformando y dando cuenta que para ser mujer, una verdadera mujer hay que ser muy puta.
No me refiero a la profesión, sino al sentir intimo de cualquiera, es mas aun; no haber sido nunca remunerada por el solo hecho de coger.
Siempre soñaba que para disfrutar del sexo se necesitaba amar, cuan equivocada.
Si bien el amor resulta un condimento mas para hacer que el sexo sea mas placentero , he llegado a la conclusión que no es eso lo que vale, sino el deseo, las ganas de otra persona durante un lapso nunca determinado.
Además, porque no, el sexo solitario, la paja, suele ser en muchos casos tan hermoso como el mejor sexo entre dos o mas.
El cerebro manda y en el se forman los pensamientos, las ilusiones, los sueños.
Aquel concepto de rechazo al amor entre los mismos sexos, con el tiempo se va diluyendo hasta perderse.
Lo mismo que practicas socialmente deleznables suelen ser validas para las mentes que asi lo necesiten.
Pensaran y esta vieja loca, que nos esta contando?
Si, vieja ya pues he cumplido mis sesenta, he sido de joven como todas las chicas, soñadora, pajera, ilusionada con el amor sublime de un mentado principe azul. Rubio, alto, de ojos celestes, musculoso, alegre, que supiese los poemas y cantares de moda, que nos embobase con su voz e hiciese temblar con sus caricias y besos cargados de pureza y sin intención.
Luego de a poco, cuando las pajas ya saturaban, soñábamos que ese mancebo tuviese una buena pija y la supiese usar tan bien que nos diese seguidilla de orgasmos, mientras acariciaba nuestro cuerpo.
Es mas, porque no, que nos hiciese mil cosas hasta ese entonces prohibidas como una buena mamada, un revoltijo de lenguas y hasta nos pidiese el ojete.
Y nosotras mientras se lo entregábamos complacidas, lo chupábamos hasta secar sus huevos, para que ninguna otra lo pudiese hacer.
Que fuese únicamente nuestro y nosotras solamente de él.
Que nos embarazase y nuestros críos nos calentasen mientras los amamantábamos.
Que nunca nos traicionasen y que a nosotras no se nos ocurriese gustar de otros.
Pero tanto a él como a nosotras, nos gustaban otras y allí los grandes dramas, celos, peleas, y finalmente separación o abandono.
Esto ultimo siempre resulta triste pues arrastra al nuevo ser que concebido con amor, resulta el damnificado por esta evolución.
Por suerte ya pasé esa etapa y mi hija ya casada experimenta toda la historia en si misma. Por allí mi responsabilidad queda eximida.
Solo cuando luego de ella casarse pude saber que me corneaban, quizás desde mucho antes, pero ignorándolo no hubo drama.
Al final cada uno por su lado y yo libre como cuando tenia 14 años, pero ya con mis cuarenta encima.
Por suerte antes como ahora he conservado bastante mis encantos, lo que me permitió vivir placenteramente.
Ya de casada, a una se les presentan candidatos, algunos interesantes y otros mas interesantes todavia.
Aquí jugaba el respeto por mi esposo y la crianza recibida, de manera que el mayor pecado al que se accedia era una paja pensando en alguno o a lo sumo coger con mi marido pensando en que era el otro que me estaba gozando.
Consecuentemente el remordimiento, hasta que confesiones de amigas intimas me iluminaron con sus relatos, a todas ellas en varios casos les ocurria lo mismo. La puta que llevamos dentro estaba creciendo hasta tomar verdadera conciencia de su existencia.
De allí a la practica ya no había distancia, y asi comienza mi vida mundana, primero y lo mas inocentemente que pudiese parecer ir accediendo a los que todavia tenían interés en mi, aunque fuesen amigos del alma o esposos de mis mas preciadas amigas.
Antes había un escalon entre los solteros y los casados, ahora ese escalon ya no existia, solo importaba coger, probar nuevas porongas, gozar, solo gozar.
La vestimenta y los cuidados corporales ayudan y había que ir adaptándose a mi nueva condición de puta, para llegar a ser de las mejores.
Había escuchado a muchachotes en rueda de amigos contar de sus innumerables conquistas, lo dudaba, ahora ya no lo dudo pues a mi me esta pasando desde hace tiempo.
Amor?, que es eso?. solo ganas, muchas ganas.
No todas las experiencias son buenas, la mayoría si.
Depende del animo, pero en general me gustan los mas jovenes, los que no dan mucho trabajo en ponerles la pija bien al palo y sacudírsela bastante antes de que nos acaben, asi me mando dos o tres orgasmos uno mas bello que el otro.
Los muy jóvenes no son para mi mas que un ensayo, no me resultan bastante buenos ya que si bien andan siempre al palo son de muy corta duración.
Los de mi edad ya no son lo mejor, cuesta pararsela y solo te echan uno, aunque tarden bastante.
Las fiestas y orgias como los cruceros sexuales me resultan demasiado para mi edad, me dejan realmente extenuada y bastante vacia de contenido.
Creo que ya los aburrí con mi historia querrán saber cual es verdaderamente la razón de este relato.
Una inesperada novedad me ocurrió en los últimos meses.
Al ir al super de compras me disloco un tobillo y la cajera una coreanita divina, me hace sentar hasta la hora de salida, a la que faltaba minutos, junto a la caja, para, me decía: luego acompañarme a casa.
Hace tiempo voy a la misma proveeduría y siempre me atiende ella al salir, la cosa que entre ambas había nacido una suerte de simpatía poco común.
Es tan bella, una muñeca de cera, jovencita al menos eso creía yo, hasta que supe ya tenia 25 años, parece un nena, en su sonrisa, su delicadeza, su presencia y su vestimenta.
Blanca inmaculada con una corta melenita negra, ojos almendrados propio de asiáticos, con una brillantés deslumbrante, delgada con pechos pequeños cuyos pezones se insinuaban debajo de su jersey, pollerita tableada corta, medias tres cuartos, parecia una colegiala.
Ella incubaba en mi un deseo lésbico, que no era lo mas común que me sucediese aunque tampoco puedo decir que no lo haya experimentado en diversas oportunidades.
De la forma que me correspondía parecía que a ella también le sucedia algo similar.
Yo vivo en un segundo piso con escaleras, sin ascensor, y ella en un monoambiente en un cuarto piso con ascensor.
Ambas somos casi vecinas, ya de noche me dice apenas te puedes movilizar, ven a mi casa, porque seguramente a la tuya no podras trepar las escaleras.
A pesar de mi dolor, me parecio no solo razonable su propuesta, sino bastante linda por de quien provenía, de allí en mas mi libido se centró en su bella imagen, pensando en una noche de lujuria con esta agradable pendeja.
Asi llegamos a su departamento, pequeñito, con una cama simple y las comodidades minimas, me hizo acostar y me quitó el calzado las medias y comenzó una serie de masajes sobre la zona inflamada, con un crema que ella poseía.
Me alivió bastante y luego me puso una compresa bien fría sobre el tobillo, me pidió me quedase quieta mientras ella preparaba algo para cenar.
Al rato me arrima una mesita a la cama y arrodillada se ubica sobre el otro extremo asi cenamos.
Lo pequeño del ambiente mas la calefacción central hace que allí se estee en un ambiente bien templado.
Tomamos con la comida un licorcito bastante fuerte, lo que nos calentó aun mas.
Me dice ponte comoda, si quieres quitate el vestido.
Seguramente allí comenzaría una bella sesión lesbiana.
Lo hago y ella me dice yo también me pondré comoda.
Se da vuelta se quita el jersey, la pollera y el corpiño, y se coloca una bata roja muy linda con bordados tipo quimono.
Me pide tapándome, duerme.
Y tu?
Yo me quedo aquí, estaba sobre una silla.
Vas a dormir sentada?
Si.
No por favor si ambas cabemos en la cama.
Se quita la bata y se acuesta con solo las bombachas, que me parecían abultadas pero nunca imagne lo que guardaban.
Me desabrocha el corpiño y yo también quedo con solo mis vedetinas, siento sus sedosas manos, como me acarician, me enervan y bajo mi mano para acariciar su entrepierna, cuando me encuentro con una pija a medio parar, sedosa como toda ella.
Había sido un chico, un precioso chico.
Siento como su boca se apodera de un pezón y lo succiona con suavidad mientras con la otra mano acaricia mi otra teta, arrima su boca y nos besamos.
Con mi mano la pajeo ante mi asombro, su largo prepucio apenas descubria una hermosa cabecita roja y humeda, calladas ambas iniciamos las mil caricias del amor.
Me pide despacio, por favor, soy virgen.
Que?
Pensando en su culo, le pregunto nunca te la metieron?
No nunca.
Pero me refiero a la pija.
Que tampoco nunca cogiste a nadie?
No tampoco.
Tenia para mi un pendejo afeminado con una preciosa pija entre mis manos, sin estrenar.
Ya no senti mas a mi tobillo, mi calentura fue atroz.
Un travestido conmigo, mi primer travesti y tan precioso como la mas linda de las mujeres.
Mis caricias fueron muy cuidadosas, su resultado fue casi inmediato un caudal del caliente esperma salió expulsado con fuerza y sus latidos sentidos a pleno por mis dedos. Pensé que lejos esta mi boca de aquel manjar.
Se levantó, trajo una toalla y secó todo bien además se habia lavado, ni tiempo me dio para que yo se lo limpiase con mi avida lengua.
Luego me confesó que estaba loca por mi, que deseaba que lo desvirgase pero que nunca se presentaba la oportunidad, que temia mi reaccion al saber que era varon. Y que amaba la ampulosidad de mis tetas y de mi culo, como a todo mi ser.
Poco tardó en estar de nuevo al palo, ahora si nos unimos en un glorioso 69, donde yo orgasmé ante que el y segui como loca chupando esa pija donde escondia la cabeza tan ansiada por mi boca.
Su leche era rara, con gusto suave pero amargo, quizás por la dieta que cosumia.
Mi mente estaba a mil, como desvirgarlo con mi cocha tan cogida y por aparatos mucho mas gordos que él me podia ofrecer, pero la solucion la tenia en mi ojete, si bien nada virgen su elasticidad hace que lo pueda cerrar a voluntad y asi trataré de romperle el frenillo y descabezar esa bella pija.
Cuando ya estaba a punto me doy vuelta y me la apunto sobre mi agujero, le pido, métemela con todas tus ganas me gusta bien guarro.
Inexperto lo hace y grita del dolor, pensé por fin es mio, mi primer virgo, una hazaña.
Con esfuerzo se notaba, pues gemia muy fuerte mientras yo soltaba mi esfínter para que no le doliera tanto, me acaba bien adentro, fue un alivio para ambos pues yo estaba tensa. Sentí su inyección caliente, pero no pude acabar.
Ahora si las sabanas estaban manchadas con su sangre y el inocente me decía nos hemos roto, tu el ojete y yo mi pija.
No comenté nada, ahora fui yo a lavarme. luego lo limpie a él, ahora si; con mi lengua.
Me comentó no te duele el tobillo?
Ya muy poco, amor; mas te debe doler este precioso regalo que me has dado.
Con mi concha babeando de ganas nos dormimos abrazaditas.
El sexo tuvo obligadamente que descansar al menos hasta que se le pasase su inflamación.
Eso dio motivo para conocernos un poco mas, su historia merece ser recordada.
Nació y se crio en un hogar donde todas eran mujeres su madre y varias hermanas, el único varon era él.
Quizás esa fue la razón de su femineidad, debía competir con sus congéneres.
No fue inclinación sexual alguna pues siempre fue muy retraida y casi asexuada.
Su vida esta marcada por el estudio, conocedora de ingles y español, según ella idiomas imprescindibles para morar en occidente, pues siempre fue curiosa de la vida de los americanos, un continente nuevo casi inculto con gran impulso y oportunidades, cosa que en su país resultaba mas dificil y para ella monótono.
Participo de un concurso de intercambio universitario y asi llego aquí. Vio que el estudio era gratis y ahora sigue bioquímica y farmacia mientras trabaja de cajera en el super.
Confesó que desde hacia tiempo estaba interesada en mi pero que nunca aparecia la oportunidad, hasta el disloque del tobillo.
En definitiva es un trava, no puto, una rareza.
Por suerte para mi bien macho, con una belleza de niña bonita, con modales y costumbres de una damita.
Su nombre, Ly, le pregunté: tiene traducción?
No creo, me contesta, es el nombre de una flor que se da en mi país, aquí no la he visto.
Lindo nombre para una mujer.
No te confundas, me dice: Ly es un nombre sin sexo, lo usan indistintamente las chicas y los chicos.
Por fin me poseyó naturalmente, muy suave, tanto que se deslizó dentro mio como una víbora en su nido, la sentí, claro que la sentí, me hizo temblar varias veces hasta que su néctar me inundó, con chorros potentes de lechita bien caliente, fue tan lindo que me saco un tercer orgasmo.
La he convertido en una viciosa, no hay postura que no hayamos hecho y al ser primerizo, lo hice a mi gusto, diran que soy posesiva, si como toda hembra, egoísta, lo quiero solo para mi.
La diferencia entre nuestras edades para ella no es mas que un alago, pues supone que le puedo transferir mi experiencia, para ella no soy una anciana y si lo fuese sus costumbres son de respeto y amor por los mayores, cosa que aquí resulta una rareza.
Nos acostamos indistintamente en su casa o en la mia, le gusta mas aquí porque tiene mas espacio, ya se acostumbro a las largas sesiones de sexo total que tanto me gustan.
Cada dia me coge mejor es un encanto, nos amamos, espero dure bastante, aunque como creo, el sexo es de tiempo incierto.
Que mas puedo pedir, me hace sentir joven, soy feliz.