LVDO (95: La vida de Juan)

He sonreído. Vivir tu vida tal y como quieres vivirla… parece una obviedad, parece algo sencillo… pero hay tanta gente que no logra hacerlo. ¿Existe un sentimiento que produzca mayor frustración que sentir que estás atrapado en el conformismo de una vida que no se acerca ni de lejos a lo que esperabas de ella?

  1. LA VIDA DE JUAN

Cuando he abierto la puerta del piso he escuchado la familiar melodía de la canción "American Pie" de Madonna. La música venía de la habitación de Carlos, bueno, ahora técnicamente ya es la habitación de Ariadna. Me ha acercado y escuchado a alguien cantando. Con intencionado sigilo me he acercado a la puerta abierta y he asomado lentamente la cabeza. Ariadna estaba cantando mientras Carlos y Toni le hacían los coros. Mi reacción ha sido de absoluta sorpresa… jamás imaginé que Ariadna cantase y mucho menos que lo hiciese tan bien.

-¡Ay! Hola… -ha dicho Ari al verme asomado tras el marco de la puerta con cara de bobo. Carlos ha bajado el volumen del equipo de música.

-¿Qué tal va la mudanza? –He interrogado.

-¡Muy bien! –Ha respondido Toni.

-Estamos terminando, sólo falta colocar algunas cosas –ha añadido Carlos con una sonrisa-. ¿Has visto qué voz tiene tu amiga?

-Vaya, vaya… veo que aún me ocultas muchas de tus virtudes

-Jejeje… es una chorrada, me gusta cantar pero por pasar el rato

-Pues se te da muy bien, en serio… aún estoy flipando.

-Bueno, ya te cantaré más a menudo… jejeje.

-Eso espero.

-Bueno chicos, siento interrumpir este momentazo "jurado de la Academia de Operación Triunfo" pero tengo que irme ya, he quedado con Valeria en menos de 15 minutos

-Muy bien, muchas gracias por todo, Carlos. Ha sido un place conocerte

-El placer es mío, te lo aseguro… -ha respondido mi hermanito mientras la besaba.- ¿Podemos hablar un segundo? –Me ha susurrado.

-Claro, claro, te acompaño a la puerta… -le he seguido hasta el recibidor-. Dime.

-Pues eso, que… jejeje… joder, no me gustan las despedidas

-¡Ey! Como digas una vez más que esto es una despedida te parto la cara. Vivirás aquí al lado, nos vamos a ver incluso más que ahora –le he respondido guiñándole un ojo-. Valeria y tú tenéis las puertas abiertas de esta casa

-Lo mismo digo –nos hemos abrazado-. Cuídate mucho y cuida mucho de ellos. Seguro que con Ariadna aquí las cosas irán muy bien. Me ha parecido una chica fantástica.

-Lo es. Es especial

-Sí, muy especial… irradia encanto, es como si fuese

-¿Magnética?

-¡Eso es! Jejeje… esa es la palabra, magnética –ha repetido Carlos.

-Bueno, tú no te canses mucho haciendo la mudanza esta tarde

-Se intentará… por cierto, estaba pensado que

-¿Qué?

-Que el sábado por la noche podríais venir a cenar los tres a casa de Valeria, así os enseñamos el piso y recordamos viejos tiempos.

-Me parece una buena idea. Si Ari no se va a Tarragona este fin de semana, estoy seguro de que estará encantada de venir también.

-Perfecto, ya me dirás algo

-Muy bien

-Juan, te echaré mucho de menos

-Y yo a ti niño, más de lo que te imaginas… -Carlos me ha abrazado una vez más-, Va, va… sin mariconadas… jeje, que nos vamos a ver cada día.

-Jejeje… mucha suerte con esta nueva etapa… -me ha dicho él con una sonrisa.

-Lo mismo digo, mucha suerte en tu nueva vida

-Gracias. Nos vemos el sábado

-Hasta el sábado

Nos hemos abrazado una vez más antes de que Carlos cruzase la puerta del piso y la cerrase tras él. A pesar del control que he fingido durante esta especie de despedida de una vida en común, lo cierto es que una parte de mí hubiese querido echarse a llorar y pedirle a Carlos que no se marchase de casa. Jamás nos habíamos separado antes. Vivimos juntos en casa de nuestros padres y nos mudamos a este piso juntos. Carlos formaba parte fundamental de mi día a día. Pero estaba claro que algún día eso iba a tener que cambiar, y ese día ha sido hoy. Pero a pesar de la nostalgia, cuando sabes que alguien al que quieres empieza a tomar su camino y es realmente feliz, cualquier otra consideración queda fuera de todo lugar.

-¿Todo bien? –Ha interrogado Ariadna al verme entrar de nuevo en su habitación con cara de estar pasándolo no muy bien.

-Sí, sí, todo bien… sólo que cuesta asimilar que Carlos no dormirá en la habitación de al lado, son 23 años sabiendo que estaba a unos pasos de mí cuando le necesitaba

-Es realmente positivo que mantengas una relación tan buena con tu hermano, pero no te pongas triste por eso… Carlos vive a cuatro o cinco calles de aquí, le tendrás igualmente cuando le necesites… estoy segura de ello.

-Bien, será cuestión de hacerse a la idea… -he añadido.

-Claro que sí, ya verás como todo va a ir muy bien.

-Esperemos, aunque de momento no todo sale como espero

-Bueno, tiempo al tiempo. Y hablando de que las cosas salgan bien… antes, cuando me has llamado, no me has terminado de contar lo que pasó el sábado en la boda de tu padre

-Pues poca cosa más… cuando nos despertamos a la mañana siguiente Graham ya se había ido, no me preguntes por qué, porque no tengo ni idea. Así que Toni y yo volvimos a Barcelona con Rosa, Eduard y Mario

-Pues que tío más tonto este Graham ¿qué piensas hacer?

-No sé, aún no lo tengo del todo decidido… aunque esta noche me pasaré por su casa. Creo que es conveniente que hablemos

-Pues sí, la verdad –ha respondido Ariadna.

-Por cierto, siento no haber estado aquí cuando has llegado, pero tengo mucho trabajo pendiente en el bufete después de tantos días de vacaciones de Semana Santa.

-Tranquilo, Carlos y Toni me han ayudado mucho

-¿Y qué tal con ellos?

-Muy bien, muy bien… tu hermano es muy majo… y cuando digo muy majo, quiero decir muuuuy majo… -ha recalcado Ari.

-Jejejeje… sí, creo que te entiendo

-Lástima que no vaya a vivir aquí –ha añadido con cara de decepción.

-Bueno, ¿y con Toni?

-Pues muy bien, hemos conectado con sólo vernos, creo que nos llevaremos muy bien. ¡Ay! Vivir al lado de dos hombres fantásticos y no poder hacer nada con ellos… ¿no es puta la vida?

-Jejeje… tranquila, haremos muchas cosas juntos. Formaremos un buen equipo.

-Ya pero vosotros no me

-Jejejeje… ¿No te qué?

-Nada, nada… déjalo… jejeje.

-Hablando de Toni ¿dónde está?

-Se ha ido a cambiar de ropa, ahora vendrá un compañero suyo de clase para hacer una práctica.

-Bien, pues si no necesitas mi ayuda, yo me voy a ir a duchar y a cambiarme de ropa, quiero pasarme antes de cenar por casa de Graham

-Bien hecho, pero ¿cenarás aquí con nosotros?

-Sí, sí… claro, hoy es tu primera noche aquí, no puedo faltar.

-Perfecto –ha respondido Ariadna con una sonrisa.

He dejado a Ariadna terminando de colocar sus cosas y me he metido en mi baño. Una ducha rápida, ropa más informal y de nuevo listo para salir de casa. Cuando he entrado en el comedor para despedirme, Toni no estaba, pero en la mesa del comedor estaba sentado un chico, he supuesto que era su compañero de clase. Triky estaba estirado junto a él. Unos 22 o 23 años, moreno, con perilla, ancho de espaldas y corpulento pero no musculado. Vestía unos pantalones tejanos cargo y una camiseta negra con el nombre de alguno de esos grupos de metal totalmente desconocidos para mí..

-¿Trabajando?

-Sí, estamos terminando una práctica… -ha respondido él-. Toni está hablando por teléfono.

-Bien, yo soy Juan, uno de sus compañeros de piso.

-Encantado Juan, yo soy Joan

-Vaya… jejeje, que coincidencia

-Jejeje, sí.

-Bueno, me voy ya, ¿cuando vuelva Toni podrías decirle que he salido pero que volveré a la hora de cenar?

-Sí, sí… claro

Cuando estaba apunto de darle las gracias e irme, Ariadna ha entrado en el comedor, debía estar buscando a Toni.

-Ah… -hola –ha dicho con timidez al ver a Joan sentado en la mesa del comedor.

-Ariadna, este es Joan, el amigo de Toni. Ella es Ariadna, nuestra compañera de piso

-Encantado –ha dicho él con una sonrisa.

-Lo mismo digo –ha respondido ella un poco cortada.

-Bueno, ahora que estás muy bien acompañado –le he dicho a Joan con una sonrisa-, yo me voy, volveré a la hora de cenar –le he encajado la mano y le he dado dos besos a Ariadna. En su cara se leía la expresión: "Como te vayas y me dejes aquí con este tío al que no conozco de nada, te mato".

-Hasta luego… -he dicho antes de cruzar la puerta del comedor.

Me he detenido en el recibidor para coger las llaves. Me he quedado en silencio.

-¿Te gusta Him? –He escuchado la voz de Joan.

-Sí ¿por?

-Por el Heartagram de tu camiseta

-Sí, me gusta

-¿Fuiste al concierto que dio hace un par de meses en la Razzmatazz?

Cuando he cerrado la puerta del piso a mi espalda, no he podido evitar sonreír. Algo me dice que entre estos dos nacerá algo. Y si no, ya lo veremos

He conducido hasta casa de Graham, quizás debería haberle llamado antes de ir para asegurarme que no hubiese salido, pero he preferido sorprenderle. He aparcado el coche tan lejos de su casa, que posiblemente hubiese sido más fácil haber ido directamente andando. Un vecino me ha abierto la puerta del portal. He subido en el ascensor. Frente a la puerta del piso de Graham mi último gesto antes de la sorpresa ha sido apretar el pulsador del timbre. Silencio. Segundo intento. El ruido de la cerradura.

-Ey… hola –Graham ha abierto la puerta cubierto únicamente con una sábana-, no te esperaba

-¿Llego en mal momento?

-No, no… estaba… descansado un poco.

-¿A las 7 de la tarde?

-Sí, bueno… es que he llegado muy cansado del trabajo

-¿Graham pasa algo? –Ha gritado la voz de un chico desde el interior del piso.

-¿Duermes acompañado?

-Eh… no, no

-¿Entonces?

-Joder, Juan… estoy con alguien

-¿Graham vienes? –ha repetido la voz.

-Ya voy, ya voy… -ha respondido él-. Juan, ahora no es un buen momento… no esperaba verte hoy y he hecho mis planes.

-Muy bien, pues que acabe de ir bien la noche –he respondido con cara de insultante indiferencia. Me esperaba algo así.

-Bueno, pero… te llamado luego… o mañana

-No, no… no me llames, Graham. No me llames

-¿No?

-No, no me llames. Lo mejor que puedes hacer es borrar mi número de tu agenda. No lo necesitarás nunca más.

-Joder, Juan… pensaba que ya había quedado claro que no era un rollo en exclusiva, no creo que tengas motivo para ponerte así

-¿Así cómo? No me pongo de ninguna manera, Graham.

-Pensaba que teníamos claro lo que había entre nosotros y lo aceptábamos así

-Lo tengo muy claro, pero jamás había dicho que lo aceptase.

-Me interesas Juan, pero no puedo dedicarme sólo a una persona y dejar pasar el resto de oportunidades

-No te pido nada de eso, pero tu vida no es compatible con la mía. Y personalmente no creo que el interés por alguien se demuestre como tú lo haces

-Quizás sólo necesito tiempo

-¿Vienes o qué Graham? –Ha repetido el último banquete de carne y semen de Graham.

-No hay más tiempo, Graham. Ni tú lo tienes –he lanzado una mirada hacia el interior del piso-, ni yo lo tengo… estoy harto de conformarme con algo que no se acerca ni de lejos a lo que busco en la vida… harto de vivir en esta insatisfacción permanente… harto de sentir que estoy viviendo la vida de otro

-Entiendo… bien, la decisión es tuya… espero que no te arrepientas luego –sus palabras supuraban prepotencia y superioridad.

-Estoy seguro de que esta vez no voy a arrepentirme.

-Bien, suerte… espero que encuentres lo que buscas… que empieces a vivir la vida que quieres… la vida de Juan.

-Suerte a ti también.

Ni siquiera he esperado el ascensor, tenía ganas de salir de allí. He bajado apresuradamente los peldaños de la escalera hasta alcanzar la puerta del portal. He respirado profundamente al sentir el aire fresco en la cara. He empezado a caminar en dirección al coche. "Estoy seguro de que esta vez no voy a arrepentirme" me he repetido. Junto a mí a pasado un coche. Llevaba las ventanas abiertas… de su interior me ha llegado la voz rasgada de Anastacia con su "Left Outside Alone". He sonreído. Vivir tu vida tal y como quieres vivirla… parece una obviedad, parece algo sencillo… pero hay tanta gente que no logra hacerlo. ¿Existe un sentimiento que produzca mayor frustración que sentir que estás atrapado en el conformismo de una vida que no se acerca ni de lejos a lo que esperabas de ella?

Continuará