LVDO (92: Del amor al odio, un paso)

Ariadna se despidió de ellos y nos alejamos caminando hasta la parada de metro más cercana. Ni siquiera me despedí de Dani, no tenía ganas de volver a mirarle a la cara, ni siquiera de hablar con él. Su sola presencia despertaba la peor de mis partes. Mi cuelgue se había convertido en aborrecimiento. Del amor al odio, un paso.

  1. DEL AMOR AL ODIO, UN PASO

El sentido de la responsabilidad está más o menos desarrollado en cada persona… pero en mi caso brilla totalmente por su ausencia, en especial en lo que se refiere al cuidado de otros seres vivos. Pon un perro en tu vida y pierde tus nervios. El juguetón, diminuto y gracioso (sólo a ratos) Triky ha entrado en nuestras vidas gracias a la genial idea de Carlitos. Tras la alegría inicial, Toni se relajó y los cuidados al recién nacido empezaron a correr a mi cuenta. Pon un perro en tu vida y quédate sin tiempo libre.

El trabajo en el bufete, mi voluntario ofrecimiento para colaborar a organizar la boda de Ricardo y Sara, el gimnasio, la limpieza del piso, el perro… Juan solo frente al peligro mientras Toni empezaba a hundirse en los primeros exámenes parciales del cuatrimestre. En medio de ese torbellino de obligaciones antiguas o recién adquiridas, y con la peligrosa amenaza del pago del alquiler en un par de semanas, el viernes decidí reunirme con mi candidata para ocupar el sitio de Carlos. Iba siendo hora de organizarse y desconectar, aunque fuese por una tarde, de tanto follón. Candidata y no candidato. Mujer blanca de unos 21 años, pelo castaño oscuro, heterosexual… no especialmente dada a las orgías y al sexo en grupo, con gran conexión con otras orientaciones sexuales… y, lo que es más importante, magnética: Ariadna.

Mi magnética amiga me había invitado a ver la obra que representaban unos compañeros suyos de clase en un teatro municipal. Nos encontramos en el centro y fuimos hasta allí en metro. Toda una locura sacar el coche en Barcelona un viernes a esa hora.

-"La tienda de los horrores" –repetí palabra por palabra mirando el cartel a la entrada del teatro.

-De Frank Oz.

-Sí, recuerdo haber visto la película… espero que me guste más la obra de teatro

-Jejeje ¿no te gustó?

-Hombre, a mí el humor negro

-Bueno, bueno… a ver si te gusta. Mi amigo me ha hablado muy bien de la compañía

Entramos y nos acomodamos en las butacas correspondientes. El teatro estaba lleno de universitarios… algunos realmente interesantes. Hice un esfuerzo por centrar mis ojos en el escenario.

Efectivamente, la obra de teatro no se separaba demasiado del musical estrenado en el cine en 1986. Me quedé especialmente con la buena actuación del actor que hacia de dentista, el amigo de Ariadna, y con el gracioso personaje que daba vida a la planta carnívora.

-¿Qué te ha parecido? –Interrogó Ariadna mientras nos estirábamos en la butaca.

-Bueno, lo mejor han sido los efectos especiales

-¿Efectos especiales?

-Sí, es lo que dice la gente cuando sale del cine después de haber visto un bodrio de película

-Jejejeje… va hombre en serio, ¿qué te ha parecido?

-Mmm… entretenida, tu amigo lo hace bastante bien.

-Sí, mejor de lo que me esperaba… ¿Podemos esperarnos a que se cambien y salgan? Me gustaría felicitar a Xavi.

-Bien, bien… les esperamos en el vestíbulo pues.

Salimos al vestíbulo del teatro. Ariadna estaba radiante con un vestido de Custo blanco con el dibujo del rostro de una chica decorando la parte frontal y la espalda. Parecía animada aquella tarde.

-Por cierto, me gustaría proponerte algo

-¿Proponerme algo?

-Sí… -asentí con timidez, no estaba seguro de cuál iba a ser su respuesta.

-Tú dirás

-Pues verás, yo comparto piso con un amigo del que ya te había hablado, Toni, y con mi hermano… pero resulta que mi hermano se va a mudar a casa de su novia y va a dejar una habitación vacía

-Entiendo

-Pues había pensado que como tú vives sola en tu piso, quizás te apetecía

-¿Compartir piso con vosotros?

-Sí, era eso… pero bueno, si vives sola supongo que es porque te apetece, o sea que da igual. Es una tontería

-Acepto… -interrumpió ella.

-¿Aceptas!

-Eso he dicho –respondió ella con una sonrisa-, estaré mucho mejor con dos chicos fantásticos a mi lado que sola en un piso. Y bueno, los dos pisos están igual de lejos de la universidad, así que no hay cambios importantes.

-¡Joder! Me alegro mucho –dije mientras la abrazaba y la levantaba-. Eres la mujer de mi vida –sentencié con una sonrisa de satisfacción.

-Jejeje… para, para… por ahí viene Xavi.

Se nos acercó un chico de mi estatura, moreno con barba de tres o cuatro días, flequillo largo y chollas, bastante común en cuanto a rasgos físicos y de cuerpo dado más al zapping que a otros deportes de mayor actividad.

-Hola, Xavi –saludó Ariadna-, mira, te presentó a Juan. Juan, esté es Xavi

-Encantado… -murmuré.

-Buenas… -respondió él con una sonrisa.

-Xavi estudia publicidad conmigo y ya ves, no sólo destaca en la universidad, además es un buen actor… -añadió Ariadna.

-Sí, muy bueno… ha sido muy entretenida la obra

-Gracias –respondió él con una sonrisa-, somos un grupo de aficionados, pero hacemos lo que podemos. Mira, os presento a la planta carnívora, él es Dani

Alguien dijo una vez que en la ficción las casualidades son poco verosímiles. Hacer que el protagonista de una historia se tope por accidente en la cola del Carrefour con su hermano gemelo del que le separaron al nacer, o provocar un "fortuito" encuentro entre dos enamorados que coinciden en un lugar concreto movidos por la oscura mano de los guionistas son situaciones inverosímiles que perjudican el resultado final del producto. Las casualidades en la ficción son generalmente obra de un guionista con tan pocas luces que sólo podría dedicarse a redactar los guiones de "Ana y los siete". Pero en la vida… en la vida las casualidades existen. Dani resultaba estar en la misma compañía de teatro que Xavi, el amigo de Ariadna. Encuentros inesperados de este tipo no hacen más que confirmarte que el mundo, a veces, no es lo suficientemente grande.

-Hola… -saludó el innecesario Dani Ibáñez con una de sus falsas sonrisas cargadas de fingida inocencia y carentes de misterio. Las sonrisas de la obviedad.

-Hola… -respondí con un hilo de voz. Ariadna me miro extrañada.

-Dani, ellos son Ariadna y

-Juan –Dani terminó las presentaciones.

-¿Os conocéis? –Interrogó Xavi.

-Sí, por desgracia –respondí.

-Dani… -repitió Ariadna, acaba de entender de qué nos conocíamos Dani y yo-. Encantada de conocerte

-Lo mismo digo. ¿Qué hacéis por aquí?

-Hemos venido a ver a Xavi… -respondió Ariadna.

-Ari estudia conmigo, la invité al estreno de la obra.

-¿Y qué tal? ¿Os ha gustado?

-Mucho

-Mucho, especialmente la habilidad que tenía la planta para devorar a las personas… -añadí.

-Yo hacia de planta –respondió Dani con una sonrisa.

-Ya, por eso lo digo… -rematé.

-Ya… -a Dani le cambió la cara-. ¿Podemos hablar?

-Si nos disculpáis… -añadí mientras salía a la calle, Dani me siguió. Ariadna y Xavi se quedaron hablando en el vestíbulo-. Tú dirás

-Pensaba que no volveríamos a vernos.

-Bueno, esa era mi intención, pero a veces la vida nos juega malas pasadas

-Ya veo que sigues cabreado.

-No, nada de eso

-¿Entonces por qué estás tan borde?

-Porque sólo con verte se me agria el carácter. Posees un efecto mágico

-No creo que lo que pasó sea motivo suficiente para que hayas adoptado esta actitud conmigo

-Bueno, seguramente no es un motivo suficiente para no hablarte más, pero es mi motivo. Sencillamente, después de lo que sé de ti, ya no me apetece tenerte cerca, ni siquiera para mantener una amistad

-Bien, supongo que sueles hacerlo mucho eso de odiar a la gente y dejar de hablar con ella. Con motivos o sin ellos

-No te odio. Es más, me alegraré de que las cosas te vaya bien

-Me van muy bien… yo no soy el que vive una vida que no quiere vivir

-¿Todo bien con tu novio? –No respondí a su ataque.

-No estamos juntos ya.

-Pobrecito, debe estar muy mal

-No, le acabas de ver… está muy bien

-¡Ah! ¡Sorpresa! Xavi es tu novio… el mundo es un pañuelo, sin duda. ¿te ha dejado o le has dejado?

-Somos amigos otra vez. No estamos preparados para tener nada serio… a él le apetece estar con tías también… no es un buen momento para una relación estable.

-Bueno, pues quién sabe… quizás cuando crezcáis os apetecerá buscar estabilidad. ¿Y tú qué tal? ¿Alguna nueva víctima? –Cada una de mis palabras tenía la intención de hundirle, pero él parecía ignorar mis intenciones.

-Bien, no me aburro

-Me alegro

-En mi clase hay mucho gay, así que los voy conociendo

-Bueno, tienes una buena cantera… seguro que no habrá tiempo ni para que se enfríe tu té.

-¿Mi té?

-Sí, tomaste té aquella mañana en mi casa después de una noche de sexo

-Cierto… pues se ha convertido casi en una costumbre

-Vaya, a este paso pronto tendrás que montarte tu propia plantación

-Sigo sin entender porque me odias… nunca tuvimos nada, lo nuestro solo fue un rollo. Deberías aprender a tomarte la vida de otra forma

-Cierto, y creo que lo estoy consiguiendo… empiezo a darle importancia sólo a las cosas que realmente la tienen, y tú no estás entre ellas.

Ariadna y Xavi salieron junto al resto de los miembros de la compañía de teatro.

-Que tengas mucha suerte, Dani. La necesitarás.

-¿Nos vamos? –Ariadna asintió-. Encantado de conocerte, Xavi –me acerqué un poco para darle la mano-, no te conozco de nada, pero tengo la completa seguridad de que Dani y tú os merecéis

-… -Xavi no respondió.

Ariadna se despidió de ellos y nos alejamos caminando hasta la parada de metro más cercana. Ni siquiera me despedí de Dani, no tenía ganas de volver a mirarle a la cara, ni siquiera de hablar con él. Su sola presencia despertaba la peor de mis partes. Mi cuelgue se había convertido en aborrecimiento. Del amor al odio, un paso.

-Así que este era el famoso Dani… -murmuró Ari mientras bajábamos las escaleras de la estación.

-El mismo.

-Efectivamente no merecía la pena

-Ya, ahora lo tengo muy claro.

-¿Qué tal vuestra conversación?

-Nada interesante… me ha dicho que Xavi era su ex novio y poca cosa más. Espero que tenga suerte en la vida, porque la necesitará… del plan que va acabará enemistado con media ciudad.

-Ya ves… Xavi me ha estado hablando de él. Estaba enterado de lo vuestro. Y parece que Dani no se aburre, esta semana se ha liado con uno de su clase con el que tenía que protagonizar una escena de un morreo en un cortometraje de Xavi

-Mira qué bien… no se aburre

-Ya, el problema es que parece que el chico con el que tenía que morrearse y con el que se lió, se ha colgado de él

-Lo dicho… necesitará mucha suerte.

Me despedí de Ariadna en la puerta de su casa. Quedamos en que se mudaría justo después de la boda de Ricardo y Sara, cuando Carlos hubiese dejado su habitación. Aún quedaba un paso que dar, pero iba a ser un mero trámite: consultarle a Toni. Estaba convencido de que no pondría objeción alguna a compartir piso con alguien como Ariadna.

Cuando entré en casa Toni estaba viendo la televisión estirado en el sofá, con un pantalón de chándal bajo el que se dibujaban unas apetecibles piernas y una camiseta de manga corta ajustada… qué recuerdos

-Buenass

-Hola, Juan

-Antes de que se me olvide… ya tengo candidata para ocupar la habitación de Carlos

-¿Candidata?

-Eso es, nos hace falta un lado femenino –respondí con una sonrisa.

-¿Quién es?

-Una muy buena amiga, Ariadna. Es de Tarragona, pero estudia aquí, o sea que seguramente los fines de semana se irá a casa

-Bueno, pero antes de darte una respuesta… me gustaría conocerla.

-Tranquilo, la conocerás, os presentaré en breve. Pero te aseguro que te caerá genial. Es una chica muy especial.

-Bien, pues confiaré en ti… -respondió Toni con una sonrisa. Mero trámite.

-Graciassss… por cierto, ¿qué haces viendo un programa de corazón? ¿Te está saliendo la vena maruja? –Bromeé.

-Jejeje… podría decir que no es lo que parece… pero no lo haré. Digamos que no hacen nada mejor en televisión

-Pues a veces es mejor apagarla.

-Ya, pero se han puesto a hablar de la pedorra esta que sale en una serie que hacen al mediodía

-Me suena de algo… ¿cómo se llama?

-Mónica del Vaio, se ha hecho famosa con esa serie… muy cutre, por cierto.

-¿Y qué dicen de ella?

-Se casa con su novio de toda la vida

Y entonces le vi: "La novel actriz Mónica del Vaio, que vive unos dulces momentos profesionales de la mano de la serie "Una vida, vívela" que se emite en esta misma cadena, contraerá matrimonio este mismo mes de abril con su prometido, David Alvadalejo…"

Varios meses después de verlo por última vez, el hombre que marcó una etapa de mi vida asomaba por la pantalla de la televisión de la mano de su novia de siempre, que finalmente parecía haber logrado hacerse un hueco en el mundillo de la interpretación. David se casaba.

-Qué fuerte… -murmuré perplejo.

-Sí, ¿no? Con lo bueno que está y se casa… quién lo pillase

-No, no, si lo digo porque le conozco

-¿Le conoces? –asentí- ¿En profundidad?

-Jejejeje… sí –respondí incrédulo.

-¡Alaaa! Qué fuerte… ¿es gay?

-Hombre, a la vista está que es bisexual

-¿Salía con ella cuando pasó lo vuestro? –Toni apagó el televisor y puso en marcha el equipo de música. Empezó a sonar "Where is the love" de Black Eyed Peas.

-Sí, sí… pero hace meses que no sabía nada de él. Debe estar viviendo en Madrid con ella

-Cuántas vueltas da la vida

-Jamás hubiese imaginado un final así… viéndole en televisión.

-Ya ves –suspiró Toni.

-Qué fuerte… casado, con lo que le gustaba una buena polla

-Jejejeje

-¿Cómo puede renunciar a una parte de su sexualidad?

-Bueno, no le conozco de nada, pero me da que este es de los que no renuncian a nada. Se casará pero acabará perdiéndose dos tardes a la semana en una sauna gay para tirarse a un tío hipercachas, o se meterá en un chat en busca de una boca masculina para que se la coma

-Ya ves… -dije deteniéndome en las palabras de Toni.

-Bueno, es su vida

-Ya, es su vida… pero ¿cómo llegar a tal grado de compromiso con alguien y engañarle de esa forma?

-Supongo que es tan egoísta que no quiere renunciar a las ventajas de cada uno de esos dos mundos, además, la novia tiene pinta de estar bien cargadita de euros

-Sí, lo está.

-Pues eso, todo ventajas… -añadió Toni con una sonrisa.

-Joder ponte un momento en una situación así. Te casas con la chica con la que llevas media vida, más por costumbre que por intención real. Pasan los años y seguís juntos, decidís tener un hijo. Nace el niño, crece a tu lado. Vives una vida con ellos. Pero detrás de eso, desde el principio, sigues viéndote con hombres… follando en saunas, quedando con tíos de un chat gay. Una mamada en un coche mal aparcado en una calle de mala muerte, una sesión de sexo en los lavabos de un cine, quién sabe si un trío con dos tíos que acabas de conocer… Y luego llegas a casa, abres la puerta y los ves: tu mujer, tu hijo… tu vida. Con ellos vives una vida y fuera vives la vida de otro. Imagínatelo: siéntate en la mesa a cenar y mírala a los ojos ¿dónde está tu conciencia?

-Suena fatal… pero te equivocas en la base de ese planteamiento. Quien hace algo así no tiene conciencia. Puedes equivocarte, ser infiel y cagarla, puedes equivocarte y arrepentirte. Pero si sabes que quieres estar con otros hombres y lo haces a espaldas de alguien que ha decidido compartir su vida contigo… eres consciente de que te estás equivocando. Si duermes plácidamente cada noche al lado de la persona a la que estás engañado… no tienes conciencia.

-Supongo que no es fácil tomar decisiones de ese calibre… -recapacité.

-Nada que tenga que ver con la homosexualidad suele ser fácil aún hoy, pero hay que echarle valor. Cuando los errores sólo los pagas tú, es únicamente problema tuyo, pero cuando haces partícipe de ellos a la gente que te quiere

Continuará