LVDO (86: Ariadna y un cristal helado)

-He venido aquí avasallándote con mis problemas y ahora me doy cuenta de que sé muy poco de ti… -Hoy ya sabes un poco más

  1. ARIADNA Y UN CRISTAL HELADO

En el ascensor seguía teniendo la misma sensación de rabia… había pasado más de una hora desde que salí de la fiesta y nada dentro de mi cabeza se había calmado. Las puertas se abrieron de nuevo en el séptimo piso. Ariadna me esperaba con la puerta abierta.

-¿Cómo estás? -Me susurró mientras me rodeaba y me apretaba fuerte… aquel abrazo era justamente lo que necesitaba. Entones mis lágrimas empezaron a caer.

-Mal… muy mal –musité con la cabeza apoyada en su hombro.

-Ven pasa, hace frío fuera.

Ariadna me llevó de la mano hasta el comedor de su casa, la calefacción estaba puesta y el frío que había pasado del coche a su casa me pareció entonces casi una anécdota. Nos sentamos en el mismo sofá, muy cerca el uno del otro. Sujetó mis manos con las suyas

-Esto no puede seguir así… no hago más que complicarme la vida… y lo peor de todo es que sabía que pasaría algo así

-¿Algo cómo qué?

-Dani me ha invitado esta noche a una fiesta y tras ignorarme por completo se ha acabado liando con una puta ninfómana delante de mis narices

-Joder… que cabrón… -soltó Ari apretándome con fuerza de las manos.

-Ya ves… -balbuceé.

-Ey, ey… nada de llorar por un crío gilipollas, Juan. Podía ser un buen pasatiempo, pero te mereces alguien mejor

-Si bueno, ¿alguien como Graham? –La sensación de arrepentimiento se apoderó de mí- poco antes de que pasase esto con Dani, he manado a Graham a la mierda

-¿A la mierda?

-Sí, se ha acercado para hablar cuando nos hemos encontrado en el bufete y yo le he ignorado por completo

-Mmmm –Ariadna vaciló, supongo que ante tanto error no sabía muy bien que decirme-. Bien, seguro que puedes aclararlo con él

-Aclararlo equivale a arrastrarme

-No tiene porque, puedes acercarte a él con naturalidad… si Graham tenía interés por ti esta noche, lo seguirá teniendo mañana, no lo dudes

-¿Por qué tienen que irme las cosas de esta manera? –Mi voz sonaba a queja, a lamento

-Hombre, muchas cosas de las que nos pasan no están en nuestra mano, aunque a veces sí es cierto que podemos hacer algo para controlarlas… liarte con Dani, después de vuestra conversación, no era buena idea

-Ya, llevo repitiéndome eso mismo desde que he salido de Barcelona… pero aunque sabía que Dani no era alguien en el que pudiese confiar ni del que pudiese esperar nada, jamás hubiera imaginado algo como lo que ha pasado esta noche… me siento ridículo… siento vergüenza

-No entiendo que tiene en la cabeza el imbécil ese… tendría que estar dando saltos de alegría porque alguien como tú se hubiese fijado en él

-Creo que vivimos en mundos distintos… ¿no era lógico que si nos encontrábamos en una fiesta esperase que sucediese algo? ¿Podía esperar que por el hecho de ser un simple rollo se iba a liar con una tía delante de mí? ¡Con una tía! Ni siquiera sabía que le gustasen las tías… y no una tía guapa y tal, no… ¡un putón de pechos inconmensurables y encima fea! –Las palabras salían atropelladamente de mi boca.

-Joder, vaya plan… tiene mucho criterio el chaval

-Jajajajajajaja… -como si estuviese perdiendo los pocos papeles que pudiese tener empecé a reír descontroladamente… reía y lloraba a la vez.

-Jejejeje… ¿por qué te ríes? –Preguntó Ariadna perpleja.

-¿No es gracioso? Jejejeje… en la misma noche rechazo al tío del que hasta ahora estaba colgado, me peleo con mi padre, voy a una fiesta de mierda y veo como el chico en el que había puesto ciertas expectativas se lía con una tía delante de mí y me ignora por completo… ¿no me digas que no es una gran noche? Jajajajaja

-Bueno, digamos que hay capítulos de tu realidad que superaran con creces cualquier guión

-¿Estás sola? –Interrumpí.

-Sí, sí

-¿Y tu familia?

-Mi madre está con Roland, el pesado de su novio alemán, y mi hermano está en casa de un amigo

-Bien… -suspiré intentando controlar mi variable estado anímico- ¿Pues poner algo de música?

-Claro, claro… -Ariadna puso un compact en el dvd y la música empezó a brotar de los altavoces del home cinema que nos rodeaban. La melodía me resultó familiar, era "My Immortal" de Evanescence.

-¿Por qué las cosas no han podido ir de otra manera? –Las lágrimas volvían-. Necesitaba que por una vez pusiese mi interés en alguien y fuese correspondido. ¡Joder! Tenía claro que Dani era un crío del que me alejaban más cosas de las que me acercaban a él, tenía claro que era sólo un rollo y era divertido como tal… pero esperaba que por una vez mi interés fuese correspondido, que alguien sintiese algo por mí… aunque sólo fuese respeto

-Olvídate de Dani, alguien que tiene tan poco tacto para tratar a la gente que le rodea no merece que le dediques ni un minuto más de tu vida. La gente como Dani sólo son buenos para ellos mismos… ellos están por encima de todos los demás en su propio universo personal. Seguramente, para él lo de esta noche habrá sido una chorrada y seguramente ni siquiera entenderá porque te has ido… porque en su escala de valores, las cosas tienen otro orden de prioridades… no merece la pena sentir nada por alguien así… hay mucha gente ahí fuera, que te ofrecerá mucho más que un estúpido adolescente egocéntrico que sólo piensa con la polla

-Bueno, ya no sé lo que hay ahí fuera… -me acerqué al inmenso ventanal del comedor- esta noche me siento tan mal, su rechazo me ha hecho sentir tan mal… Creo que la vergüenza y el ridículo se anuncian en mi cara y mis ojos dicen algo así como: "ahí va un imbécil arrastrado que pierde la dignidad ante el encanto de cualquier cabrón".

-Estás echándote la culpa de lo que ha pasado… Juan, el problema no es tuyo. Tú no controlas los sentimientos de los demás, si alguien no siente por ti lo mismo que tú por él, no hay mucho que hacer, pero nunca la culpa será tuya… tienes cualidades de sobra para encontrar a alguien que te haga feliz, eres muy buen tío

Ariadna estaba junto a mí, mirándome. Yo tenía los ojos clavados en la calle, en los pocos coches que circulaban por ella. Fuera el frío era glaciar. Rocé el cristal con mis dedos

-No hay cortinas… -susurré confirmando la obviedad.

-No, mi madre se las dio a la asistenta, iba a comprar otras

-Bien

-Bueno, hace más de tres años que se las dio

-Jejejeje… -sonreí- Bueno ¿quién necesita cortinas?

-No sé… ¿el que tenga algo que esconder?

-Cierto…y tú y yo no tenemos nada que esconder

-Somos transparentes

-Como este cristal… -concluí.

Cogí una de sus manos y la posé sobre el cristal helado, con mi mano sobre la suya fui escribiendo en el vaho: BEWITCHED

-¿Embrujado?

-Embrujada… así te veo. Eres mi bruja… mi bruja buena.

-Jejejeje… -sonrió-. Si fuera bruja, podría hacer magia, conceder deseos

-Seguro que puedes, ya verás. Hagamos una prueba

-Jejeje, bien… pide un deseo

-Quiero que todo lo que ha pasado esta noche sirva para algo

-Eso es fácil, todo lo que nos pasa en la vida, incluso las malas experiencias, pasan por algún motivo, sólo hay que saber aprender de ello en vez de hundirnos

-Mmmm… bien, te lo he puesto demasiado fácil, a ver… algo más complicado

-Jejeje… que payaso –dijo con una sonrisa.

-¿Pido o no pido?

-Pide, pide… jejeje.

-Bien, pido que nunca salgas de mi vida, que siempre estés ahí

-¡Ay! Que caraculo eres, ese aún es más fácil de cumplir

-¡Ves! Eres bruja

-Jejejeje… -Ariadna me abrazó. La calidez de su cuerpo y su dulce aroma a perfume de Kenzo me transportaron a un lugar muy lejos de allí… de aquella casa, de aquella ciudad, de aquel país… de aquel mundo. Sus brazos, mi tabla de salvación, sus palabras la cuerda de la que me colgué aquella noche para no seguir cayendo. A veces las cosas son mucho más sencillas de lo que crees, sólo necesitas a alguien importante que te lo recuerde.

-Gracias por todo

-¡No me des las gracias hoooombre! No hay nada que agradecer

Nos miramos sin dejar de abrazarnos. La besé en la mejilla, muy cerca de los labios. Sonrió. Y entonces sucedió algo que ninguno de los dos entendió… pero realmente no hizo falta entender, volvimos a besarnos, esta vez en los labios, sentí la agradable calidez de su boca. Deslicé sus manos hasta su cintura… empecé a besar su cuello.

-Juan, Juan… -murmuró. Me detuve y la miré.

-Lo siento

-No, no… no hay nada que sentir, sólo que creo que es mejor para los dos no complicar las cosas… ya he pasado por esto antes

-¿Por esto?

Ariadna se sentó en el sofá y yo seguí su ejemplo y tomé asiento junto a ella. Era conveniente que me serenase

-Pues eso, que mi vida se llena de hombres estupendos con los que sólo puedo tener una amistad

-¿Por qué?

-Mmmmm… porqué son gays –me guiñó el ojo.

-Jejeje… ¿eso me incluye?

-Sí, sí… gay o bi, está claro que los hombres son ya parte importante en tu vida

-Bien, pero eso no quita que pueda estar con una chica

-Pero serás inalcanzable para una chica que busque algo más que sexo de una noche. No creo que pudieses renunciar ahora a tener sexo con otro hombre a cambio de una relación estable con una chica

-No estoy seguro, aunque supongo que hay muchas cosas en mi vida que ya no volverán a ser como antes

-Pues eso

-¿Pero por qué dices que te ha pasado ya algo así?

-Espera –Ari sacó una cinta de video de un cajón del mueble del televisor y la puso en el reproductor. Era de un programa-contendedor juvenil de televisión. En la imagen aparecían dos presentadores, un chico y una chica-. ¿Le ves?

-Sí, respondí… me suena su cara

-Nos conocimos hace tiempo por Internet… y con el tiempo nos hemos hecho muy buenos amigos.

-¿Bien, no?

-Bueno, sí… es un chico fantástico… demasiado… somos casi almas gemelas

-Te enamoraste de él… -Ariadna sonrió-. Y es gay… -sentencié.

-Si bueno, él dice que bisexual… pero yo tengo otra percepción… -respondió ella.

-Bueno, debió ser fácil encajarlo cuando lo supiste, con el buen rollo que tienes con la homosexualidad

-No exactamente. Digamos que si me he informado o he puesto especial interés en conocer la homosexualidad fue en cierto modo porque le conocí a él. Me dije que si no íbamos a ser más que amigos, al menos quería entenderle

-Es admirable que sacases algo positivo de todo eso

-Fue simplemente supervivencia, he estado muy enamorada de él

-Entiendo… -suspiré mientras la abrazaba.

-Pero bueno, supongo que hay amistades que no cambiaría ahora mismo por una noche de sexo… sería poner en peligro demasiadas cosas

-Siento lo de antes… -repetí avergonzado.

-¿La escuchas? –Murmuró Ariadna

  • "Dancing Queen" de Abba, ¿no?

-Exacto… a veces siento que mi vida es como esa canción

-Pero la letra es optimista ¿no? Una chica que va a un baile

-Sí, puede… pero no transmite eso… es como si la canción hablase de una felicidad que sólo está en la imaginación de la chica protagonista, una felicidad inalcanzable… y en el fondo, su vida es justo lo contrario… está sola, en casa… no hay baile, no hay amigos… todo eso sólo existe en su imaginación.

-Joder, visto así es deprimente

-Pues mi vida es como esa canción, los hombres maravillosos que conozco son parte de ese sueño, de ese baile… y la realidad es otra

-He venido aquí avasallándote con mis problemas y ahora me doy cuenta de que sé muy poco de ti

-Hoy ya sabes un poco más

-Sé que tu vida tampoco es perfecta, pero las malas rachas pasan, esa frase es tuya

-Ya, pero parece que sólo pasan para los demás

-¡Ay! Que mujer, verás como quedan muchas cosas buenas, y heterosexuales, por llegar

-Jejejeje

-Ven… -dije mientras tiraba de ella y la levantaba del sofá.

-¿Qué haces? –Interrogó divertida mientras la abrazaba y nos poníamos a bailar en el medio del salón.

-Pues darle sentido, aunque sea por una noche, a la letra de la canción

Continuará