LVDO (81: Juan 1 - Graham 0)

Juan tiene un nuevo juguete, Dani, por lo que se permite el lujo de rechazar al irresistible Graham Newey. Y por lo que parece, Dani va a ser un juguete sin instrucciones de uso. En casa, la tensión con Toni se palpa en el ambiente.

  1. Juan 1 – Graham 0

El que dijo que la felicidad no se compra con dinero tenía razón… pero hay tantas cosas que se pueden comprar y que contribuyen a hacerte feliz. Lunes por la mañana, la vida se ve distinta tras los cristales de un BMW 645 Ci o al menos esa ha sido la sensación que he tenido al recoger mi nuevo juguete esta mañana. Absoluto silencio en el interior del coche, tan sólo el suave rugido del motor enterrado bajo kilos de material de insonorización… Fuera, el caótico tráfico de la Diagonal, viandantes que cruzan por donde no deben, conductores salidos de la escuela de conducción de Gran Turismo 3 de PS2, el tubo de escape de un autobús delante de ti limitando tu visibilidad por una densa cortina de humo negro, últimos retoques al nuevo tranvía, obras… Me gusta conducir. Camino del bufete ha sonado mi nuevo teléfono móvil devolviéndome a la realidad de la vida

-Hola.

-Buenas, soy Dani, el amigo de Marc, ¿me recuerdas?

-No

-¿No?

-No, quiero decir que no te recordaba como el amigo de Marc –he aclarado- pero claro que me acuerdo de ti.

-Jejejeje… bien, bien

-¿Qué tal va eso, Dani?

-Pues nada, que el otro día me dejé el libro que me ibas a prestar en tu casa y me sería de gran utilidad

-Bien, pues si quieres quedamos y te lo llevo

-Te lo agradecería

-¿Sí? –Bromeé.

-Jejejeje… sí, pero lo necesito para esta tarde

-Bien, ¿dónde quieres quedar?

-No sé, ¿lo llevas encima?

-Mmmm… va a ser que no

-Bueno, pues si quieres quedamos esta tarde cuando salga del insti y te acompaño a casa

-Jejejeje… bien, ¿cuándo sales del instituto?

-Sobre las seis espero

-Bueno, si quieres te recojo allí, estaba en Francesc Macià ¿no?

-Sí, bueno… en la avenida Tarradellas, es el Súnion

-Vale, me suena, pues te recojo a las seis.

-Gracias, Juan. Hasta luego

-Hasta luego, Dani.

Al llegar al bufete, nada más salir del ascensor, he tropezado con Mers.

-¡Buenos días señor Lacars!

-Buenos días

-Le esperan en la sala de juntas, se ha convocado una reunión extraordinaria para cerrar la campaña de los servicios jurídicos

-No me habían informado de esa reunión… -he respondido.

-Ya, es lo que tienen las reuniones extraordinarias… -la he mirado perplejo- que no son ordinarias… jejeje.

Sin responder a este ataque de ingenio matinal, he entrado en la sala de juntas. ¡Ohhh! Impecablemente vestido y con una sonrisa perfecta, Graham se dirigía a una silenciosa audiencia. Me he sentado con la mayor discreción posible.

-Llegas tarde –me ha susurrado Ángel.

-He ido a recoger el coche.

-Jejeje… su nuevo BMW… que sencillo

Graham me ha lanzado alguna miradita desinteresada durante su exposición. Justo después, Roberto ha tomado la palabra y he desconectado totalmente del tema de la reunión. Dani… aunque parezca una tontería su llamada esta mañana me ha animado. Saber que alguien tiene interés en ti después de haber pasado por tu cama es una sensación que no tenía desde hacia tiempo. He mirado a Graham… ¿a quién le importa ese chulo imbécil?

-Muy bien señores, pues damos por finalizada esta reunión -ha concluido Roberto.

Me he levantado y he esperado paciente mientras Ángel recogía su carpeta. Entonces Graham se ha acercado a mí en un gesto de lo más inesperado.

-Hola, Juan.

-Hola… -he respondido casi sin ganas.

-¿Cómo va todo?

-Muy bien –he añadido con una sonrisa.

-Me alegro… ¿te apetece que cenemos juntos?

-Mmmm… -he vacilado- lo siento, tengo planes

-Bien… -ha respondido descolocado, no estaba preparado para un No.

-Nos vemos Graham –he respondido mientras le encajaba la mano- tengo prisa.

Juan 1 – Graham 0. La vida no es justa, esa es una lección que aprendes de muy pequeño, las cosas no son justas para la mayor parte del mundo… pero en ocasiones la vida te da el placer de salirte con la tuya, de saborear una dulce venganza… es como si la justicia se hiciera algo menos inmaterial. Graham, aun sin saberlo, me ha dado el impagable placer de rechazarle… no sé adónde nos llevará este juego, pero ahora mismo necesitaba que sucediese algo así. Ahora mismo hay algo… o mejor dicho, alguien, que me interesa más que Graham. Si la vida fuera justa encontraría la respuesta a mis problemas en Dani, pero… ¿será justa esta vez?

Sin tiempo para tomar nada, he salido disparado hacia el juzgado, Joana, una de las socias, me esperaba para llevar la acusación particular en un caso de homicidio imprudente. Me he limitado a observar a la vieja zorra (en el mejor de los sentidos) actuar con astucia ante el tribunal.

De vuelta al bufete he almorzado y sin tiempo para nada más, me he reunido con una cliente, una de esos neofamosas salida de no sé que programa de televisión que venía dispuesta a gastarse los ingresos de sus últimas demostraciones públicas de falta de escrúpulos y vergüenza en una demanda por injurias. A la salida de mi cita con aquella especie de engendro mediático de la España del corazón, me he encontrado con Ángel.

-¿Qué tal el día? –Ha preguntado él con una de sus sonrisitas.

-Fatal… uffff, que paciencia hay que tener con algunos clientes… Me acabo de reunir con una de esas famosillas y resulta que plantea una demanda por injurias porque una revista la acusa de ser heroinómana

-Ya, bueno… cosas más raras se han visto

-¡Pero es que es heroinómana!

-Jejejeje

-Tío, es más probable que Zapatero gane las elecciones a que esta víbora gane una demanda por injurias… uffffff… voy a calmarme, total es un caso perdido ¿qué tal tú?

-Bueno, pues una tarde no muy agradable, no es fácil tratar de explicar a la madre de un chico de 21 años que el asesino de su hijo no se ensañó con él después de haberle propinado 66 puñaladas

-¿Le mató la primera?

-A la segunda… las otras 64 fueron sobre el cadáver… pero eso cuéntaselo a ella, incluso ha pedido que la represente otro abogado para recurrir la sentencia

-No ha sido un día fácil… -he concluido mientras entrábamos en el ascensor.

Durante el trayecto hasta nuestros coches he puesto a Ángel al corriente de mis últimos tropiezos en la vida. Mi amigo ha escuchado paciente mis penas sin saber muy bien que decir, aunque me repite una vez y otra vez más que me estoy complicando la vida innecesariamente… si pudiese evitarlo. Al menos a él le van bien las cosas, su sonrisa le delata. Ha tenido suerte con Roberto, empiezo a pensar que en este mundillo bi-homo hay demasiado cabrón suelto… yo debo ser una excepción. Bien, siempre me queda la opción de volver a intentarlo con una mujer… y eso que pensaba que no las entendía. Creo que no se trata de que las mujeres y los hombres no se entiendan, creo que es precisamente el interés sexual lo que hace que dos personas no se entiendan con facilidad… cuando piensas con la entrepierna o con el corazón no es fácil verbalizar un sentimiento y racionalizarlo.

A las seis y diez he aparcado el coche delante de la Escuela Súnion en la avenida Tarradellas, ni rastro de Dani. He bajado del coche y me he acercado a la puerta. Empezaba a impacientarme… no me gusta esperar, mejor dicho, no me gusta que me hagan esperar. He revisado mis notas en la agenda. Diez minutos después he perdido la paciencia, así que he cruzado la puerta del edificio y he echado un vistazo en el vestíbulo… ¡quién pudiese volver al instituto!

Y de pronto una sorpresa… Marc. Cuando ha puesto el pie en el último peldaño de la escalera y ha entrado en el vestíbulo, mi simpático amigo me ha mirado horrorizado, seguramente ha deseado tener una catana y decapitarme allí mismo, pero lo que ha sucedido después ha sido aún más surrealista. Sin vacilar he caminado en dirección a la escalera y cuando Marc estaba apunto de salir corriendo y rehuirme, le he esquivado y me he encontrado de frente con Dani.

-¡Ey! No te había visto

-Te estaba esperando fuera, pero me he cansado de esperar… -le he dicho con una sonrisa.

-¡Ay! Perdona, es que me he entretenido al salir de clase… pero ya estoy aquí ¿Has visto a Marc?

-Sí, y él a mí… jejeje… se ha asustado

-Es un poco paranoico, y total, la mayor parte de la clase se lo imagina… -ha respondido Dani con una sonrisa.

-Puede estar tranquilo, no creo que me vuelva a ver el pelo… -he añadido- Bueno, si te parece nos vamos

-Sí, espera… -Dani se ha despedido de sus compañeros y finalmente nos hemos dirigido a la salida.

-¿Tenías este coche la otra noche?

-No, es nuevo… -he dicho con una sonrisa imbécil mientras nos acercábamos al coche.

Cuando iba a rodear el BMW para entrar en él, Dani me ha cogido por el brazo. Casi he podido adivinar sus intenciones cuando me ha mirado fijamente y ha esbozado una de sus enigmáticas sonrisas. Nos hemos besado. Al abrir de nuevo los ojos he sentido clavadas sobre nosotros las miradas curiosas de los compañeros de Dani y de fondo… la cara descolocada de un Marc totalmente fuera de lugar. La vida es justa… pocas veces, pero cuando lo es… es muuuuuuuuuuuuy justa.

Tras pelear con el tráfico de la gran ciudad hemos llegado a casa. Dani ha estado muy calladito durante el viaje. Sólo el roce de sus dedos paseándose por mi pierna me ha dado la certeza de que estaba allí, junto a mí. A pesar de su silencio, he preferido no preguntar… no sé exactamente por dónde cogerle.

En casa no había nadie afortunadamente. Mientras Dani entraba en el comedor, he ido a buscar el dichoso libro a mi habitación.

-Aquí tienes, ya me lo devolverás

-Gracias –ha sonreído él.

-Cuando has dicho que me lo agradecerías tenía en mente otro tipo de agradecimientos

-¿Ah si? Como por ejemplo… -No ha completado su frase, nos hemos empezado a besar.

Le he sujetado con fuerza por la cintura acercándolo a mí. Me gusta la sensación de abrazar ese cuerpo de 18 años, de sentirle entre mis brazos. No sé, es distinto a lo que había sentido hasta ahora. Hemos caído literalmente sobre el sofá y nos hemos seguido enrollando. Sus dedos jugaban con el cierre de mis pantalones.

-Hola… -ha dicho la voz de Toni a mi espalda. He deseado que me tragase la tierra.

-Ho… ho… hola… -he balbuceado.

Toni ha entrado con Paul en el comedor, han dejado unas bolsas sobre la mesa y se han metido en la cocina. La cara de mi compañero de piso no podía ser más preocupante. Sólo he deseado que no tuviese que ver con el hecho de encontrarme enrollándome con un chico en el sofá de casa… aunque bueno, supongo que no he contribuido a alegrarle el día.

-Será mejor que dejemos los agradecimientos para otro día

-¿El qué?

-Que será mejor que dejemos los agradecimientos

-Vale, vale… tranquilo, ya veo que no es un buen momento

-Te llamo y quedamos ¿sí? –Le he dicho al acompañarle a la puerta.

-Vale… -ha respondido con una de sus hechiceras sonrisas, es el "efecto Dani".

De vuelta al comedor no he podido evitar escuchar la voz de Toni tras la puerta de la cocina

-No, no… no estoy así por eso, a ver… a mí me da igual, lo tengo superado

-Ya, superado… pues estabas bien hasta que hemos entrado en tu casa.

-¿Bien? No, no estaba bien… estoy cansado de que no dejes de rallarte por el mismo tema… Paul, no puedo dejar el piso ahora

-No, lo que pasa es que no quieres

-¡Me comprometí con Carlos!

-¡Joder! ¡Y una mierda! Lo que te pasa es que sigues colgado de él… tenía que haberle partido la cara cuando le he visto

-Paul, vete por favor… hablamos luego por el messenger o por teléfono

He tenido el tiempo justo para apartarme de la puerta y entrar raudo y veloz en el comedor. Me he sentado en el sofá y me he puesto a ojear, como quien no quiere la cosa, una revista.

-¿Ahora lees la Zero? –Ha interrogado Toni en un tono burlesco al entrar en el comedor.

-¡Ah! No, he pillado lo primero que he encontrado

-¿Ya se ha ido el niño que estaba contigo?

-¿Niño? –Toni ha asentido- No es un niño, supera la mayoría de edad, es un amigo de Natalia, me ha pedido un libro

-Tranquilo, no te había pedido ninguna explicación.

-Ya

-Ha llamado Carlos este mediodía

-¡Joder! Con las ganas que tengo de hablar con él… ¿qué tal está?

-Muy bien, enamorado de la ciudad... ha dicho que volvería a llamar

-Vale, gracias por trasmitirme el recado –he sonreído-. ¿Qué tal estás tú?

-Bien

-¿Todo bien con Paul?

-Todo bien, ¿por qué lo preguntas?

-Ah, no… por nada, como se ha ido tan pronto

-Claro, te ha visito a ti

-Lo siento… -he respondido sin saber muy bien que decir.

-Más lo siento yo

Continuará