LVDO (79: Jurisprudencia ¿un tipo de prudencia?)

Juan conectará enseguida con un enigmático Dani, y como dicen que la mejor forma de conocer a alguien es desnudarle, Juan lo hará en sentido literal.

  1. JURISPRUDENCIA ¿UN TIPO DE PRUDENCIA?

-Está bien… me quedo un rato por aquí, total… con mis amigos estoy de vela

-¿Todos en pareja?

-Más o menos –respondí con una sonrisa.

Dani empezó a moverse al son de la música sin dejar de sonreír. Sin demasiadas ganas empecé a moverme yo también. Estábamos relativamente cerca, no bailábamos el uno con el otro, pero casi. Detrás de Dani continuaba el resto de su grupo, pero desde aquel momento él dejó de prestarles atención. Me resultó curioso estar allí, bailando con un chico que de no ser por las circunstancias en las que nos conocimos, seguramente no me hubiese fijado en él. Pero al verle bailar frente a mí, en silencio, con aquella mirada pícara… tan de niño bueno, me sentí realmente a gusto. Empecé a olvidarme de la sensación de rechazo que sentía desde que Graham se cruzó en mi vida.

Me terminé la copa mientras bailaba con él. Ese puntillo de desinhibición que me dio el alcohol me sirvió para acercarme peligrosamente a Dani. Él sólo sonreía. Incluso cuando le hacía alguna pregunta, se limitaba a sonreír y asentir con la cabeza.

No recuerdo haber bailado tanto como aquella noche, aunque la música no me gustase, seguía bailando, con Dani a pocos pasos de mí. Sólo hice una pausa, cuando mi grupo de amigos me reencontró y se puso junto a nosotros a bailar. Ruth miró de reojo a Dani, en su cara se dibujó un gesto de sorpresa. Mientras, mi nuevo amigo se encendió un cigarro… fumaba, ¿besos con sabor a cenicero?

-¿Quién es? –Me susurró al oído colgada de mi cuello. Me pareció captar una mirada de interés por parte de Dani hacia mi portentosa amiga.

-Un amigo de Marc, ¿recuerdas?

-Marc… mmmmmmm ¿el amigo de tu ex?

-Sí.

-Qué pequeño es el mundo ¿y va todo bien? –Interrogó ella con una sonrisa pícara.

-Sí, sí

-Bueno, se prudente… parece un poco extraño… pero es mono ¿no?

Sonreí. Dado el interés de Ruth, decidí presentar a Dani a mis amigos. Marc y el resto hacia tiempo que habían desaparecido, así que Dani estaba con nosotros.

Seguimos bailando, esta vez en grupo, y entonces, sin más, Dani cambió la cara… parecía serio, preocupado.

-¿Estás bien? –Le pregunté.

No respondió. Empezaba a inquietarme esa costumbre suya de responder con un silencio. Pero intentando no parecer preocupado en exceso, le dejé tranquilo mientras me iba a mear… al lavabo, quiero decir.

Cuando volví Dani no estaba, se había ido a sentar en un taburete cerca de la barra.

-¿Qué le pasa? –Murmuró Ruth.

-Ni idea… parece rallado por algo, pero paso de preguntar más… él sabrá… -respondí.

Ruth no se dio por vencida, fue directa a él y le arrastró hasta la pista de baile. Tengo que decir que si en aquel momento las cosas se hubiesen torcido y Dani se hubiese marchado, me hubiese sentido realmente defraudado. Necesitaba que me sucediese algo bueno aquella noche. Dani era mi única esperanza, el alivio que necesitaba mi cabeza después de tanto enredo.

Jesús miró a Dani con cara de pocos amigos cuando Ruth se marcó un bailecito de los suyos con él, mi amiga siempre tratando de integrar a la gente en nuestro grupo. Y la desconfianza de mi amigo era lógica, Dani no es carne de gimnasio, pero al menos es mono... en cambio Jesús… nunca he entendido que vio Ruth en él.

Al final de la noche, Dani volvía a sonreír, aún no sé qué es lo que le hizo cambiar de actitud aquella noche. Salimos todos juntos del local, y caminamos hasta los coches, aparcados un par de calles más allá.

-Dani, ha sido un placer conocerte… -soltó Ruth mientras le daba dos besos. Jesús le dio la mano, fue bastante menos efusivo.

-Nos vemos chicos… -añadí mientras me despedía de la parejita.

El mismo proceso con Jordi y su amiga, bastante mona por cierto, y mis amigos entraron en sus coches.

-¿Quieres que te lleve a algún sitio?

-No, es igual… cogeré un bus.

-A mí no me importa… -insistí.

-No sé, me sabe mal molestarte… -que tierno.

-Tranquilo ¿dónde vives?

-En Sans

-¿En Sans y estudias en el mismo instituto de que Marc y Natalia?

-Bueno, a ellos les cae más lejos, el instituto está cerca de Francesc Macià.

-Ahhh… muy bien. Te llevo pues –respondí mientras accionaba el mando a distancia y abría el coche.

Nos sentamos en silencio. Cuando puse la llave en el contacto li miré fijamente. Dani recorría con su mirada el interior del coche. Cuando notó que le estaba mirando, me devolvió la mirada y volvió a sonreír... que tierno, que extrañamente tierno.

-¿Qué? –Interrogó él al ver que no dejaba de mirarle. Sonreí.

-Nada… que te cambia mucho la cara cuando sonríes

-Jejeje… ¿eso es bueno?

-Mmmmm… sí, supongo… especial diría yo.

Arranqué y salimos del aparcamiento. Enfilé la calle y llegamos a la Meridiana.

-¿Puedo? –Dijo Dani señalando los Cd’s que sobresalían de la bolsa lateral de su puerta.

-Claro

-¡Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhh! La banda sonora de "Moulin Rouge", me encanta esta peli

-Sí bueno, es de un amigo

-Me encanta "Elephant Love Medley"

-Ves, esa canción sí que me trae recuerdos –respondí pensando en la vez en que me follé a Toni en casa con esa canción de fondo. Mi polla cobró vida.

-¿Puedes ponerla?

-Claro… -pulsé los controles del Cd desde el volante y la voz de Ewan Mcgregor empezó a sonar casi como si estuviese allí mismo, ventajas de tener un Mercedes con equipo de sonido Bose.

-"Love is a many splendored thing, Love lifts us up where we belong…" -Dani empezó a cantar la canción muy bajito, de vez en cuando me miraba y sonreía. Que tierno, si hubiese tenido los sentimientos en condiciones, me hubiese podido enamorar de él ayer mismo.

-Veo que te encanta la canción –dije cuando Dani dejó de cantar.

-Bueno, me gusta la música en general

-¿Eres músico?

-Bueno, hasta hace poco tenía un grupo

-¿Qué tocas? –Dani sonrió.

-El saxo y... bueno, y un poco la guitarra –respondió.

-Joder, que bien… yo tengo muy poco oído para la música, ya ves… no se puede ser perfecto –bromeé… o no.

-Jejejeje… ¿a qué te dedicas?

-Soy abogado

-Vaya, una profesión… mmmm ¿apasionante?

-Ufff… mucho –bromeé. Dani volvió a sonreír.

-Ya ves, yo tengo que hacer un trabajo para una optativa del insti, que no sé aún por qué escogí, y no tengo ni idea… la primera vez que leí la palabra jurisprudencia pensé que era una tipo de prudencia

-Jajajaja

-Jejejeje.. no seas cruel, lo digo en serio, no tengo ni idea

-Vale, vale… perdona ¿de qué va el trabajo?

-Funcionamiento de los tribunales españoles o algo así

-Bien, si quieres puedo prestarte un libro de la carrera, "El sistema procesal español"

-Pues te lo agradecería… -respondió con una sonrisa-, esta optativa hace media

-¿Quieres que pasemos por mi casa y te lo llevas ya? –Lanzando la caña.

-Mmmm… -vaciló unos segundos- bien, es una buena idea –pescado.

Resultaba curioso, sin apenas palabras los dos ya sabíamos lo que iba a pasar aquella noche, no es que tuviese expectativas de tirármelo en cuanto le vi, pero lo cierto es que era lógico pensar que aquella noche acabaría en sexo.

Al llegar a mi calle busqué aparcamiento como un loco, no podía ir a dejar el coche en el parking si se suponía que iba a tener que acompañar a Dani a su casa en pocos minutos, claro que esa no era mi intención real.

Entramos en casa, esperaba una frase de su boca, algo así como: "que piso más bonito tienes", pero no dijo nada. Cuando cerré la puerta, Dani se acercó a mí y me besó en los labios. No niego que me sorprendió su rapidez, pero ese beso me hizo sentir bien. Superado el sabor inicial a tabaco, rodeé su cintura con mis brazos y lo acerqué a mí. Seguimos besándonos. Me sorprendió que besase de una forma tan salvaje, con su lengua jugando con la mía, mordiendo fugazmente mis labios. El morreo me puso la polla dura, e intuyo que a él también, pero temía ir avanzando… quería alargar aquel momento. Dani se detuvo.

-¿Estás bien? -Interrogué.

-Jejeje… -sonrió-. Estoy bien… ¿y el libro?

-Voy a buscarlo, siéntate en el sofá si quieres

Fui hasta mi habitación y revisé rápidamente las estanterías hasta dar con el libro. Cuando volví al comedor, Dani estaba echando un vistazo a los dvd’s que había junto al televisor.

-Son de Toni

-¿Quién es Toni?

-Uno de mis compañeros de piso

-Ahhh… pues tiene bueno gusto –añadió señalado "Amelie".

-Este es el libro, ya me lo devolverás cuando termines ese trabajo

-Gracias… -respondió con una de sus sonrisas de adolescente tímido con cara de niño bueno e intenciones reales muy ocultas.

-Bueno… para quedar bien, ahora deberías devolverme el favor… -añadí con una sonrisa mientras me sentaba en el sofá.

-¿Ah sí? ¿Y cómo puedo devolvértelo?

Dani se sentó a ahorcajadas sobre mí y empezamos a enrollarnos. Apreté su culito con mis manos… un culo durito muy apetecible y… ¿follable? Me besó el cuello, empezando a succionarlo… algo me decía que mi nuevo rollo iba a dejarme huella. Empecé a acariciarle el pecho por encima de la camiseta… estaba mejor de lo que me esperaba, aunque no estaba precisamente cachas. Cuando su diabólica lengua empezó a recorrer mi oreja, no pude resistir la tentación de apretarle el paquete por encima de los pantalones… si intuía una polla proporcionada

-Ey… para, para… -susurré cuando me pareció escuchar un crujido en el pasillo-. Mejor será que nos vayamos a mi habitación. No vivo solo

Dani sonrió y me liberó. Le arrastré de la cintura de los pantalones hasta llegar a mi habitación. Con la puerta cerrada volvimos a besarnos. Lamí su cuello y su oreja mientras sus manos palpaban mi polla erecta. Una de sus manos empezó a deshacerme los botones del pantalón… el cinturón fue un contratiempo

-Es un cinturón de castidad… -bromeé mientras liberaba yo mismo el cierre.

Metió sus manos en mi bragueta y empezó a pajerame la polla por encima del boxer. Interrumpiéndole, le quité la camiseta. En contra de lo que esperaba por su color de pelo y el espesor de sus cejas, Dani apenas tenía pelo en el pecho. Me quitó la camiseta y empezó a lamerme el pecho… los pezones, el abdomen… descendió hasta mi obligo. Se arrodilló frente a mí y empezó a morderme la polla por encima del boxer. Me estaba volviendo loco. Tiró de mi ropa interior y liberó mi polla… cuando sus labios y su lengua empezaron a trabajar en ella, algo me dijo que esa no era la primera que se comía en su vida… todo un experto.

Me comió la polla hasta hacerme perder el sentido, casi tenía los ojos en blanco. Con el orgasmo muy cerca, le detuve y terminé de desnudarle. Le tumbé sobre la cama mientras le quitaba los pantalones y los boxers de un tirón… el pelo que no tenía en el pecho, lo tenía en las piernas… es lo que tiene ser moreno. Ante su atenta mirada terminé de desvestirme y me tumbé sobre él. Nos besamos de nuevo. Inmovilicé sus brazos por encima de su cabeza mientras recorría con mi mano libre sus axilas, su pecho, su vientre… empecé a lamerle lentamente… Dani se retorcía y soltaba pequeños gemidos… que pronto se convirtieron en una suave risa.

-¡Ey! No es serio que estemos haciendo sexo y te rías… -bromeé.

-Perdona… jejeje… es que tengo cosquillas

-¿Aquí también? –Interrogué cogiendo su polla y empezando a pajearla lentamente.

Tenía una polla sin operar, larga sin exageraciones aunque algo menos gruesa que la mía. No estaba nada mal. Pasé mi lengua por su glande… luego recorrí su tronco, jugué con sus huevos… y terminé metiéndomela en la boca. Que entre toda es cuestión de práctica.

Se la estuve comiendo durante un buen rato mientras uno de mis dedos se perdía cerca de la entrada de su culito. Cuando quise darme cuenta, sentí las contracciones de la eyaculación. Dejé de mamársela y continué con una paja

-Para, para... -musitó él.

Craso error, cuando te estás a punto de correr no debes parar, porque entonces se produce el extraño fenómeno de eyaculación sin orgasmo. Me sorprendió su poca resistencia.

-No debería haber parado

-Jejeje… ya ves, es la primera vez que me corro sin orgasmo… -respondió Dani tocándose la polla, aún dura.

-Espera, esto tiene arreglo

Volví a comérsela con total dedicación hasta que sentí que iba a correrse de nuevo, continué con una paja y pocos segundos después Dani volvió a correrse… en su cara se dibujó esa expresión tan particular que produce un orgasmo.

Volvimos a besarnos mientras Dani me hacia una paja de las marcan. Me corrí en medio de un orgasmo tan intenso y pronunciado que pasará a la historia de mi vida. Jamás pensé que con una simple paja podía sentir tanto placer… ya ves, a veces descubres el placer en los detalles más obvios.

Nos estiramos el uno junto al otro y nos tapamos con la nórdica. En la penumbra de la habitación podía ver la sonrisita de Dani de satisfacción... o al menos eso creí. Me estiré boca arriba, Dani me abrazó y posó su cabeza sobre mi pecho.

-¿Oyes algo? –Bromeé.

-Mmmmm… creo que escucho tu estómago

-Puede ser, tengo hambre… ¿y el corazón?

-No, no lo oigo

-¿No? A ver si voy a estar muerto… -Dani movió su cabeza acercándola a mi pecho.

-¡Ey! Sí, lo oigo… escucho tu corazón.

Continuará

(*) Nota per l’inspirador del personatge: El monument igual trigo una mica a fer-lo però per compensar et dedico el capítol :p. Gràcies pels moments d’inspiració (els bons :p).