LVDO (73: La última noche: Graham)

La última entrega del Fin de Año de 2003. Tras las campanadas la noche terminará en casa de Graham. A la mañana siguiente, el aterrizaje no será tan agradable.

  1. LA ÚLTIMA NOCHE (GRAHAM)

Sonreí como el más feliz de los tontos del mundo. ¿Toni? ¿Quién era Toni aquella noche? Me acerqué a Graham y le besé. Mis manos se clavaron en su culo y le acerqué a mí. Mientras, él empezaba a quitarme la camisa mientras recorría con su lengua mi cuello. Me aceleré cuando sus manos desabrocharon los botones de mi pantalón y me lo bajaron. Graham empezó a dar bocados desesperados sobre mis boxers, que a duras penas podían contener la erección de mi polla. Mi quitó los zapatos y los calcetines liberando también mis pantalones y subió recorriendo con la lengua mi pierna y sin detenerse en mi polla, recorrió mi abdomen y mi pecho. Volvimos a besarnos, Graham mordía mis labios y su lengua se enredaba con la mía. Mi polla rozaba intermitentemente con la suya, la tenía completamente dura. Mi mano se posó sobre ella y empezó a masturbarla.

Sin dejar de besarnos, Graham me arrastró hasta la cama, separada del comedor por una mampara de madera oscura y situada sobre una especie de altillo. Me tumbó en la cama y sujetó mis brazos por encima de mi cabeza mientras me acariciaba con su mano libre y me lamía el cuello. Busqué su boca con desesperación, le mordí el labio inferior confundiendo el deseo con el dolor. Liberó mis manos mientras seguía lamiendo mi torso y descendía. Sin detenerse en mi polla empezó a comerme los huevos. Me sacudí al notar el contacto de su lengua. Empezó a masturbarme con una mano mientras su cabeza se hundía entre mis piernas. Las levanté instintivamente y la lengua de Graham rozó mi esfínter.

-Me encanta que estés depilado… -dijo levantando la cabeza y dedicándome una de sus sonrisas.

-No me depilo, no tengo vello… -sonreí.

Me indicó que me diese la vuelta y me estiré en su cama bocabajo, Graham se colocó sobre mí y me besó en el cuello. Podía sentir su polla dura sobre mi culo. Empezó a lamerme la nuca y el cuello. Me hacia perder el sentido, clavé mis manos en el edredón sin poder dejar de retorcerme. Su lengua siguió recorriendo muy lentamente mi espalda por el centro de la columna vertebral. Cuando llegó a mis nalgas las separó y continuó el recorrido. Sentí un escalofrío que me desencajó.

-¿Quieres hacerlo? –Interrogó Graham mientras me besaba tiernamente en el oído.

‘¿Quieres hacerlo?’ No había dicho: ‘¿Quieres que te folle?’ Y lo cierto es que agradecí la forma en que lo dijo… sonaba menos importante, menos complicado. Era simplemente hacerlo… sin más.

-Quiero… -susurré con mi cara ladeada sobre la almohada.

Graham sacó de la mesilla de noche una caja de preservativos. No lo veía, pero podía intuir cada uno de sus movimientos. El crujir del envoltorio de un preservativo, sentir como resbalaba el látex entre sus dedos y empezaba a deslizarse sobre su polla erecta. Después de una orgásmica sesión de rimming la dilatación era un hecho. Tampoco vi como acercaba su polla a mí, pero el contacto no se hizo esperar. Graham empezó a penetrarme con una suavidad inusitada, con una calma que me desesperaba y me excitaba… llegué a necesitar que lo hiciese. Centímetro a centímetro su miembro se deslizó en mi interior. Graham se recostó sobre mi espalda y empezó a penetrarme con delicadeza. La incomodidad inicial dejó paso a un deseo incontrolable. Empecé a moverme bajo el peso de su cuerpo. Graham aceleró el ritmo de la penetración, se incorporó y clavó su polla hasta el fondo.

-Ummmmmmmmm… -apenas pude solar un gemido de placer.

Sus besos en el cuello acompañaban aquella diabólica penetración haciendo que dejase de tener conciencia real de todo lo que estaba pasando. Sólo sentía un placer exagerado, que lo llenaba todo, que iba más allá de la percepción de mis sentidos… era casi un orgasmo continuo.

Empecé a correrme sin tocarme con la única ayuda del roce de las sábanas bajo mi polla. Graham siguió penetrándome en el extasiante espacio de tiempo que duró mi orgasmo, uno de los más intensos y largos que jamás he tenido. Cuando su ritmo empezó a decaer, deduje que él también se había corrido. Se recostó nuevamente sobre mí besándome el cuello y la nunca. Con un ligero movimiento se dio la vuelta y se tumbó a mi lado. Nos besamos una vez más antes de dormirnos.


Día 1 de enero de 2004, si mi vida fuese una película podría haber terminado esa misma madrugada con el megapolvazo con Graham, pero la realidad no es perfecta. La vida es muy puta como dice Carlos, y la mañana siguiente a mi noche con Graham, la vida echó a andar de nuevo pasando por encima de mí y de aquel recuerdo.

-Buenos días –me dijo Graham con una sonrisa mientras me acariciaba el hombro.

-¿Qué hora es?

-Son las doce del mediodía… si quieres ducharte hay toallas en el baño. Yo acabo de hacerlo

-Gracias… -me levanté usando mis últimas reservas energéticas. Había dormido bien pero seguía cansado y resacoso.

Cuando salí de la ducha con la toalla anudada a la cintura, Graham desayunaba en la cocina. Pensé en ir a vestirme, pero él se avanzó.

-¿Te apetece algo? –Dijo mientras señalaba un taburete.

-Quizás algo de café para despejarme

-Perfecto, acabo de hacerlo

Tomé asiento frente a él y me serví una taza de café, eso sí, le eché 4 o 5 terrones de azúcar.

-Vaya, te gusta el café muy dulce… -bromeó.

-Bueno, de hecho no me gusta el café, pero ahora mismo creo que es lo que necesito.

-Ya... a mí me encanta… -dijo Graham mientras se levantaba y me rodeaba con el brazo. Empezó a acariciar mi pelo todavía húmedo y fue deslizando su mano por mi espalda desnuda-. Pero lo prefiero con leche

Su comentario y la cercanía de su mano a mi entrepierna, me provocaron una erección inmediata. Se colocó entre mis piernas abiertas y abrió la toalla dejando a la vista mi polla. Empezó a besarme el pecho bajando poco a poco, mi polla fue apresada de nuevo por aquella boca hambrienta y en pocos minutos Graham tuvo lo que estaba buscando. ¿Algo mejor que la leche caliente para desayunar?

Acabando de desayunar, la película erótico-gay con grandes dosis de romanticismo se convirtió en una mala imitación de la realidad con sabor a decepción. Graham me invitó educadamente a abandonar su casa

-Bueno… ¿te vas ya?

-Mmmm… ¿me echas?

-No, no… es que voy a ponerme a trabajar en un proyecto

-Vale, vale… voy a vestirme

-Tienes toda tu ropa sobre el sofá

-Gracias

Me vestí en silencio mirándole, llevaba sólo unos pantalones tejanos. Graham empezó a desplegar unas infografías sobre su mesa de trabajo. Es curioso, nunca me habían cambiado por tan poco.

-¿Volveremos a vernos? –Le dije cuando volví al salón vestido con la misma ropa sucia y con olor a tabaco de fin de año.

-Claro

-¿Cuándo?

-Cuando vaya a "Lafarge i Asssociats" a presentar la campaña de publicidad para vuestro nuevo servicio de asesoría jurídica para automovilistas –respondió Graham con una sonrisa algo cruel.

-Me refería a fuera del trabajo

-Nos acabamos de ver Juan, dejemos que las cosas fluyan

Hijo de la gran puta. Me di la vuelta y salí de su casa pensando en que Graham era el mayor hijo de puta que se había cruzado en mi vida, más incluso que David. Con David al menos el despertar siguió formando parte de una buena película. Graham ni siquiera se había ofrecido a llevarme a casa. Cuando salí a la calle cogí un taxi. Por el camino empecé a despertar de aquel sueño, Graham era solo fachada.

-Hola –dije a cruzar la puerta de casa. Carlos salió veloz a mi encuentro

-¿Te has vuelto loco?

-¿Yo? ¿Por qué?

-Joder… ¡cómo se te ocurre liarte con Graham delante de Toni!

-Fue algo inesperado, Graham tiene salidas de tono como esas

-No hiciste nada por evitarlo y mucho menos para arreglarlo luego

-¿Qué podía hacer? Toni se largó de la fiesta

-Podrías haber ido a buscarle.

-Mira Carlos, empiezo a estar hasta los huevos de todo esto, Toni no es nada mío… en todo caso sólo un amigo, no es mi responsabilidad. Por mi parte te aseguro que entre él y yo no volverá a pasar nada… no quiero que la convivencia en esta casa se convierta en un infierno.

-Tranquilo, ya no tienes que preocuparte por eso… Toni va a mudarse a otro sitio

-¿Mudarse? ¿Por qué?

-No sé… quizás porque ¿te odia?

-Lo siento… no había mala intención en lo que hice… ¿dónde está ahora?

-Se largó ayer por la noche a Calatayud para pedirle perdón a Paul… supongo que entendió que esperar que sucediese algo más contigo era un gran error.

-Espero que se reconcilien, Toni se merece lo mejor… y yo no soy lo mejor

-Ni lo serás si sigues por ese camino, Graham te va a complicar la vida… no es mal tío, pero es un cabrón en lo relativo al sexo o al amor

-Ya, pero folla muy bien

Lo dije con toda la normalidad del mundo. Estaba harto de acusaciones y de tener que soportar el peso de las desgracias de todos los que me rodean. Carlos me miró seriamente y lentamente sus labios esbozaron una pícara sonrisa.

-Eso sirve si no esperas nada más de él

-Feliz 2004, Carlos –le dije plantándole un beso en la mejilla-, voy a tomar una ducha

Continuará