LVDO (71: La última noche: la cuenta atrás)

La primera parte de la explosiva noche de Fin de Año de 2003 de Juan y compañía.

  1. LA ÚLTIMA NOCHE (LA CUENTA ATRÁS)

14:30:20 para las campanadas

Hay días en que despiertas teniendo la extraña sensación que vas a estropearlo todo. Sientes que caminas lentamente hacia un instante de tu vida del que posiblemente te arrepientas para siempre, pero sigues avanzando. La noche del 31 de diciembre de 2003, la última noche del año, iba a ser una noche complicada, pero aquella mañana aún teniendo la certeza de que algo iba a ir mal, fui incapaz de remediarlo.

Cuando finalmente logré salir de la cama, me arrastré literalmente hasta la cocina. Necesitaba beber algo inmediatamente si no quería perder mis cuerdas vocales. Demasiados excesos durante las fiestas. El recuerdo de la Nochebuena aún rondaba en mi cabeza. Ni siquiera había hablado aún con Toni de lo sucedido. Cuando entré en la cocina Carlos estaba terminando de desayunar.

-He estado pensando en la noche del día 24 como me dijiste

-¿Y qué, has recordado algo?

-Recuerdo todo lo que sucedió hasta que Toni y yo nos pusimos a cantar juntos What is love… ¿hay algo más que debería saber?

-¿No recuerdas que os liasteis en el sofá del comedor?

-No estoy seguro… -mentí avergonzado.

-Pues lo hicisteis

-¿Nos vio alguien más?

-Mmm… sí, Jesús y Ruth.

-Joderrrrr… -me lamenté.

-Ruth no parecía sorprendida, pero Jesús flipó bastante… quizás será mejor que hables con él, es tu mejor amigo

-Era –corregí yo- nos hemos distanciado mucho

-Ya, pero tiene derecho a que le des una explicación

-Y yo tengo derecho a no dársela… es más, no creo que haya nada que explicar –dije yo huyendo de todo aquel embrollo que me daba dolor de cabeza. No me había planteado aún tener que dar explicaciones a mis amigos sobre mi orientación sexual

-Bien, tú verás… pero ¿qué me dices de Toni?

-Toni se fue en Navidad con la familia de su padre ¿no?

-Sí, claro… joder que vives con él, no me digas que no sabes dónde está

-Carlos, tranquilo ¿eh?

-Vuelve hoy ¿lo sabías?

-No

-Pues vuelve hoy, y le he invitado a la fiesta que dan Susana y su novio.

-Muy bien

-¿Hablarás con él?

-Supongo

-Juan, asumir tu sexualidad no significa perder la cabeza

Salí de la cocina y volví a mi habitación. Me quité los boxers y entré en el baño. Cuando el chorro de la ducha empezó a caer sobre mí volví a recuperar el sentido. Carlos me había estado martirizando con que recordarse la noche del día 24 desde hacia más de una semana. Por fin me había aclarado las dudas… pero la perspectiva de tener que afrontar a Toni después de liarme inconscientemente con él me daba pánico. No entendía porque mi amigo daba a nuestros encuentros más valor del que tenían. Debía hablar con él, sí… pero más tarde.

12:00:05 para las campanadas

Había quedado con Ángel sobre las doce del mediodía en el Starbucks de Rambla Catalunya. Llegué puntual como pocas veces suelo hacerlo. Ángel me esperaba sentado en las butacas que hay justo a la entrada del local.

-Buenas… -le saludé mientras me quitaba mi cazadora de Energie.

-Hola, Juan… me alegro de verte

-¿Qué tal la Navidad?

-Bien –respondió Ángel con una sonrisa-, en Reus con la familia, también vino Roberto, no veas que buen rollo, mis padres están encantados con él… quién me lo iba a decir

-Jejejeje… es un buen partido, me alegro por vosotros… lleváis una vida tan… convencionalmente heterosexual

-Bien, es una forma de verlo… -Ángel no encajó bien mi comentario.

-No, si lo digo como algo positivo, me alegro de que se respire esa normalidad en tu casa

-Yo también, la verdad… esa tranquilidad no tiene precio

-Voy a pedir, ¿te traigo algo?

-No gracias, estoy servido… -respondió señalando su zumo de naranja.

Me acerqué al mostrador para pedir un capuchino, curioso teniendo en cuenta que odio el café. Desde allí podía observar a Ángel de espaldas. Una de las mejores cosas que me había traído 2003 era precisamente su amistad. Ángel era un chico especial, me sorprendía su madurez, su equilibrio y su racionalidad… joder, si parecía más hermano de Carlos que yo mismo.

-¿Y tú que tal estas fiestas? –Interrogó Ángel cuando volví a la mesa.

-Ufff… entretenidas

-¿Nochebuena acabó bien? Te vi un poco pasado de vueltas

-Pues no muy bien

-¿Y eso?

-Pues me enrollé con Toni delante de Carlos, Ruth y Jesús

-Jajajajaja… -Ángel estalló en una sonora carcajada.

-No le veo la gracia

-Perdón, perdón… es que me sorprende, hace unas semanas estabas aterrado porque alguien lo sospechase y ahora resulta que ya lo saben tres personas más

-Carlos y yo hablamos antes de la cena… necesitaba hacerlo

-Joder, no sabes cuanto me alegra… ¿le dijiste que eras bisexual?

-Le conté lo que había pasado, de momento prefiero no definirme, no lo tengo nada claro

-Bien, es muy respetable. En todo caso, me alegro mucho de que lo hablases con Carlos. Estoy seguro que se lo tomó muy bien

-Muy bien –respondí con una sonrisa.

-¿Y con Toni qué tal?

-No sé, se marchó el día de Navidad y aún no hemos hablado. Vuelve hoy, así que habrá que ver como lo arreglamos

-Estaba colgado de ti si no recuerdo mal

-Estaba

-¿Ya no lo está?

-Espero que no

-Ufff… Juan, Toni me parece un tío demasiado majo para estos juegos, además, tiene novio

-Por eso mismo, sólo fue un rollo… seguro que lo ha olvidado ya

-Yo no estaría tan seguro de ello

9:09:37 para las campanadas

Volvía a casa después de comer con Ángel en un bar de tapas vasco. Mi amigo había sido una especie de segunda conciencia durante todo la comida, me recordaba tanto a Carlos… Toni, Toni, Toni, Toni… es el único nombre que había oído en las últimas horas. Toni ya sabía lo que había y podía haber entre nosotros, lo sabía desde nuestro viaje a Salou, pero ¿lo había olvidado? Cuando caminaba en dirección a casa, sonó mi teléfono móvil, era Marc ‘el neurótico’.

-¿Qué quieres?

-Hola, Juan.

-¿Qué quieres?

-Vaya, estás mosqueado… siento lo que pasó el último día que nos vimos

-Más lo siento yo, ya te lo dije

-Me preguntaba si podría remediarlo

-No estoy seguro –respondí.

-¿Qué haces esta noche?

-Voy a una fiesta en casa de unos amigos de Carlos

-Lástima, Rafa da una fiesta en su ático, pensé que igual querrías venir

-Ni loco voy a una fiesta del hermano de Natalia, ni siquiera he vuelto a hablar con ella para disculparme.

-Pues deberías hacerlo

-¿Me llamas para darme lecciones o me lo parece?

-No, no… perdona. Te llamo porque tengo muchas ganas de comerme otra vez esa polla que tienes ahí dormida entre las piernas.

-¿Y la polla de Damián?

-Damián es un hijo de la gran puta… que se la coma su padre

-Ya veo que no van demasiado bien las cosas entre vosotros

-Bueno, ¿qué me dices? ¿quieres quedar o no?

-Hoy no puedo, Marc… te llamo mañana y concretamos algo

-Vale… pero

-¿Pero qué?

-Nada, que espero tu llamada

Cuando colgué me di cuenta de lo divertido que empezaba a resultarme todo aquello. Quedar con Marc y follármelo, enrollarme con Toni, hacerle una mamada a Graham en su despacho… sin sentimiento de culpa, sin presión, sin arrepentimiento. Sólo diversión, sólo hacer lo que me apetezca… sin más… no sé si he tomado el control de mi vida, pero al menos ahora vuelvo a sentirme vivo.

3:23:44 para las campanadas

Estaba terminando de peinarme cuando oí la puerta de casa. La voz de Toni y Carlos se distinguían desde mi habitación. Toni dijo algo así como que iba cambiarse de ropa y enseguida estaba listo. La cita en casa de Susana era en poco más de treinta minutos, íbamos a llegar tarde

-¿Estás listo? –Preguntó Carlos cuando entré en el comedor.

-Listo

-Estás espectacular –dijo con una sonrisa- Me encanta esa camisa

-Es nueva –respondí yo señalando mi última adquisición de Armand Basi-. Por cierto, esa camiseta me suena

-Ya, es tuya

-Jejejeje… tienes un morro

-Viene de familia

-¿Está listo Toni? –Pregunté yo empezando a impacientarme.

-Voy a preguntarle

Carlos fue a la habitación de Toni y yo me detuve en el recibidor. Me miré en el espejo… algo me dijo que aquella noche iba a triunfar.

-Aún se está duchando… voy a apuntarle la dirección de la casa en un post-it y nos vamos… ya irá él en su coche

-Bien… -dije yo. Así ganaba tiempo para pensar en lo que iba a decirle.

2:35:21 para las campanadas

Llegamos sobre las nueve y media a casa de Susana en Caldes de Montbui. La amiga de mi hermano vivía en chalet en una urbanización en las afueras del pueblo. Carlos y ella se conocieron cuando estudiaban Informática en la UPC. Susana ya había venido a la fiesta de inauguración de nuestro piso, así que no era ninguna desconocida para mí, eso sí, en aquella fiesta pocas caras conocías iba a encontrar.

-¡Buenas chicos! –Gritó Susana al vernos entre la multitud que se agolpaba en la entrada de la casa.

-Hola –respondimos Carlos y yo al unísono.

-Ufff… estáis impresionantes, sois los más guapos de la fiesta

-Gracias –dijo Carlos casi ruborizándose, Susana y él tuvieron hace mucho tiempo un affaire-. Tú también estás preciosa… -todo un cumplido para quedar bien, la chica distaba mucho de ser o estar preciosa.

-¿No hay demasiada gente? –Pregunté yo controlando mis nervios ante aquella aglomeración humana.

-Es que habéis llegado todos a la vez, ya verás como dentro nos repartimos

La casa era un chalet de principios de los noventa, bastante grande. Susana nos condujo hacia el interior. Los muebles eran de la misma época, en un estilo minimalista excesivamente de los noventa. La iluminación era mínima, casi daba la sensación de estar en un pub. La mayor parte de muebles habían sido arrinconados y la sensación de espacio era sorprendente. Aquel comedor debía ser tan grande como todo nuestro piso junto. Cuando llegamos a una improvisada mesa-barra nos servimos dos vasos de sangría. En los altavoces colocados en los laterales de salón sonaba I'm a Bitch I’m a Lover de Merideth Brooks.

-No conozco a casi nadie –dijo Carlos después de beber de su vaso.

-Bueno, deben ser nuevos amiguitos de Susana… eso sí, todos salidos de la última colección de Tommy Hilfiger

-Jejejeje… mira que eres pesado con las marcas

-Ya, pero es que me hace gracia… la gente piensa que tener gusto o estilo es vestir siempre del mismo diseñador americano de turno

-Sí, y encima siempre miran por encima del hombro a la gente que no viste como ellos… eso es tener una actitud pija ¿no?

-Pijos sin gusto… -respondí.

-Jejeje… deberías hacer un estudio en profundidad sobre ese tema

-Hay otras cosas más interesantes para estudiar en profundidad esta noche –dije yo con una sonrisa cuando vi aparecer entre la gente que nos rodeaba a un impecablemente vestido y peinado Graham Newey

Continuará