Luz de mi corazon, perdida de mi vida (5 y final)

Se acabo la historia, aunq sigo con otros relatos. al fin consigo lo que quiero...

Luz de mi corazón perdida de mi vida(5 y final)

Medio largo, pero algo es algo, termino la joda, pero despues voy a relatar otra cosa

Con una gran sorpresa me vio salir Luz de la casa de su mejor amiga, con una cara de satisfacción, con el torso desnudo y sudado y no sé si vio el beso que nos dimos.

Exijo una explicación en este mismo instante- dijo con ira

Bueno, te debo una explicación. Es toda mi culpa, yo le pedí a Mariano si no podía, ehhh... - intento justificarse Emy, pero yo terminé la frase

Vine a arreglar la cañería del lavabo, por eso me quité la camiseta, y esto no es sudor sino agua

Aunque con cierta desconfianza, Luz dejó de mirarnos con odio y le pidió a Emilia si podía cuidar a su hijo, ya que ella se tenía que ir a la casa de sus padres a no sé que tenia que hacer allí. En pocas palabras mi hijo me cagaba la vida, ya que no podía pasar la noche ni con Luz por que se iba y tampoco podía acostarme con Emy, por que estaba el chico, y yo tengo una especial antipatía hacia los niños que me impide soportarlos por mas de 5 minutos. Decidí dejar la casa y luego de saludarlas, fui a vaguear por las calles. Solitarias estaban, con ese silencio que tanto la caracterizaba, pero una imagen hizo que me detuviera en seco: un viejo idiota jugaba con unos billetes de 100. Sin pensarlo dos veces corrí hacia el anciano imberbe y le robe los billetes con una velocidad de la que nunca creí que tenia yo, dejando al tarado anonadado y asustado. Seguí corriendo unos diez metros más, pero un policía que no había visto se cruzó en mi camino, haciéndome caer al suelo, y con un rápido movimiento me abrochó las muñecas con sus esposas y me llevó hacia el móvil. En el trayecto no respondió ninguna de mis preguntas, como la de a que comisaria me llevaba, cuánto iba a estar allí (nunca me arrestaron por robo, sino por homicidio), pero el estúpido ni me oía.

Llegamos los dos a la comisaria que conocía hace cinco años, que recordaba ese día como si hubiera sido esa misma tarde, soy ambidiestro para todo menos para olvidar. Entré a la comisaria con una tranquilidad que hizo sorprender al portero, me llevaron hacia una oficina y me dejaron esperando mientras que ellos hablaban afuera. Había en ese lugar un horrible hedor a podredumbre, como si un cadáver hubiera sido enterrado bajo el escritorio, pero lo peor de allí era el aburrimiento que sentía, haciendo que el tiempo pasara muy lentamente. Como una gracia, comencé a cantar una canción romántica de lo más cursi con tal de escuchar las voces enfurecidas de los guardias, hasta que un grito de "Deja de cantar esa mierda, reo mal parido" me hizo callar y estallar en risas sofocadas apenas por mis labios cerrados. Aun riéndome por lo bajo, me deje llevar hacia una celda y allí mismo me tiraron mientras que ellos decidían que hacer conmigo. Los pelotudos se olvidaron de revisarme, así que aun llevaba los billetes escondidos en mi calzoncillo. Caí en una celda cercana a la que fui a parar unos cinco años antes, podía distinguir las marcas de mi pared, mi nombre escrito, la fecha del día en que le hice el amor a Luz, el 12/08/19- marcado por una piedra, enseñando a todo el delincuente que parara en esa cárcel la fecha donde toqué el cielo con las manos por unas doce horas, y las lágrimas marcadas en el suelo, como un monumento eterno del dolor que pasaba cada vez que pensaba en ella, cuando creía que jamas la iba a volver a ver, a volver a inspirarme viendo su bello rostro, imaginándomela a ella en el cielo y yo encerrado en ese infierno de tristeza y nostalgia. Luego de unas horas eternas, llegó el guardia que me dijo que la fianza para salir era de $1200. Le pedí que llamara a un chivo expiatorio para que me sacara de ahí. Aguarde otra hora mas y llegó Emilia con una cara de ira que verdaderamente me asusto.

De donde mierda piensas que sacare $1200 para sacarte de acá ¿eh?- me gruño como saludo

Hola, yo también estoy alegre de volverte a ver- le dije con sarcasmo (la cualidad que nunca pude dejar)

Mira pedazo de mogólico sin cerebro, un momento de sexo no justifica que vayas por cualquier lado robando y creyendo que yo voy a estar poniendo la cara por vos. Ahora te la arreglas solito

Aguanta un momento, enano de jardín, no me hagas enojar. Toma estos billetes, son exactamente $1300. Paga mi fianza y con los otros 100 te invito a un sitio donde veras las estrellas- le dije guiñándole un ojo

No me respondió, solo atino a ruborizarse. Murmuro "aguarda un momentito" y se fue moviendo las caderas. Yo me quede como atontado mirando ese culito redondo y perfecto, me agarro una tentación de arrancar los barrotes y de entrarle ahí nomás, en la cárcel. Pero en vez de eso, la mire alejarse y me senté en el banquillo de mi celda. Cuando me soltaron y salí a la calle, la tome de la cintura y la conduje al otro lado. Tenia pensado llevarla a tomar algo y a un hotel para darle otra sesión de sexo. Despues de un rato parado viendo a donde ir, salí con Emilia hacia el bar más cercano a tomar unas copas. Pronto descubrí algo de ella que nunca supe: no sabe beber, a los primeros tragos se durmió, por lo que me vi obligado a llevármela hasta la casa donde seguro estaría el mocoso imberbe de mi hijo (le tengo un amor indescriptible a mi primogénito) haciendo un tremendo destrozo con la casa. Cargue a Emilia, apoyando su brazo sobre mi hombro y el mío en su cintura, pero haciéndome el boludo, a veces bajaba un poco más mi mano. Llegue a un kiosco y compre unas 4 o 5 cervezas para el camino y seguí el viaje a su casa. Cuando llegue y le quite las llaves del bolsillo trasero a Emy para entrar, vi al idiota saltando sobre los sillones de la entrada como si fueran unas camas elásticas. "pendejo del culo, la re concha podrida que te re parió, bájate de ahí antes que te baje de un zapatillazo!!" Le grite con una voz gruesa que hizo que Emy despertara de su gran letargo, pobrecita le grite cerca de la oreja. La borrachera ya se le iba disipando, pero yo despues de recostarla sobre su cama, le daba las botellas para que se las bajara de un trago. Luego de terminar la segunda, su mirada quedó totalmente perdida y apenas sí sabía ella donde estaba. Con una voz incomprensible me dijo

Hola Martín, que hermosa te pusiste hoy- sonrió acariciando mi rostro con ternura

Mariano, Emilia, me llamo Mariano- pero era inútil, no entendía una mierda de lo que yo le decía

Tu sabias que soy virgen desde que tengo 43 años?- decía en su borrachera

Si mi ángelito lindo, lo sé- fingí oírla, pero me concentraba mas en mi calentura

Bueno, te quiero mostrar mi virginidad- dijo, bajándose los pantalones lentamente como si fuera una bailarina de cabaret con gran experiencia

Yo no quería aprovecharme de que no estaba ella consciente, pero la excitación y el deseo de follar con ella que yo tenia me hicieron cambiar de opinión. Esta bien que la ame, pero como amiga, a pesar de ser una de las mujeres más hermosas que vi en toda mi puta vida. Ella no me dejó mas tiempo pensando, me tomo por la verga y me tiro hacia su cuerpo, apoyándome sobre sus bragas. Le di un profundo beso en la boca, aunque me aparté rápido por su aliento a cerveza que tenía, cosa que me daba escalofríos. Dejé de besarla y le quité la remera para volver a probar sus delicados senos. Estaba corriendo el sostén cuando la puerta se abrió con estrépito y una pequeña figura apareció del otro lado: era el imberbe de mi hijo, siempre cayendo en los momentos más oportunos. La excusa de entrar así fue que se corto un dedo con un cuchillo que encontró en el sillón, trayéndomelo a mí. Observe la hoja y me di cuenta que era el cuchillo con el que yo había asesinado a Nicolás, con el que empezaron todos mis problemas. Le dije "jodete por pelotudo, atrasado mental ¿ que quieres que haga si eres tan mogólico de tocar un cuchillo re afilado? Mejor ándate de acá antes de que te meta ese cuchillo en el orto y despues te cague a patadas en la cabeza, pendejito molesto hijo de una re gran puta". No me apiade cuando lo vi con lagrimas en los ojos y tembloroso por los insultos que le dije, solo le dirigí una mirada de rencor que lo asusto hasta hacerlo correr hacia la cocina, donde estaba la TV.

Cuando se retiro, yo le baje completamente el sostén a Emilia y acaricie sus grandes pechos con una enorme satisfacción, posando mi cara entre cada uno de ellos y sacándola unos instantes despues. Me incline nuevamente hacia ellos para relamerlos, los chupe suavemente con mis ojos cerrados, en el momento que yo le sacaba las bragas. Ella se cansó de soportarme allí y me tomo por los cabellos y me arrastro hacia su vagina, pidiendo otra vez que se la chupara como yo solo lo sabia hacer. Le relamí la vulva lentamente, acariciándola con la lengua, acto seguido le introduje la lengua dentro de su concha, saboreándola de lado a lado. Cuando ella llegó a su clímax, sonó el timbre, interrumpiendo nuestro clima de pasión. Deje a Emilia acostada desnuda y murmurando "¿sonó el teléfono?", Y fui a abrir la puerta. Mire por el cerrojo y distinguí el bello rostro de Luz con una expresión de cansancio. El mocoso saltó de la silla al grito de "mamá, mamá, el señor de rulos me insulto mucho", pero lo silencié de una patada en la boca, al tiempo en el que yo ocultaba mi parada y le abría la puerta a Luz. Ella entró deprisa y se recostó en el sofá donde dio un largo suspiro y me miraba como si yo fuera un extraño. Me recosté a su lado y le bese el cuello y le dije "buenas noches, belleza", haciéndola sonreír, pero de repente apareció la figura que me hizo estremecer de una manera indescriptible: Emilia salió de la habitación totalmente desnuda y con el alcohol a mil por hora, me dijo "q pasa, no quieres seguir conmigo que tienes que agarrar a esta¿?" Luz quedo atónita un momento, pero en el momento siguiente se paro en seco, tomó la mano de mi hijo y salió de la casa con una enorme prisa, dando un portazo. Sin pensarlo un segundo, corrí tras ella, rogando al cielo que me caiga un rayo lo mas pronto posible. Ya la tenia delante de mí, estire el brazo para tomarla, pero ella giro sobre sus talones y me dio la cachetada mas fuerte de toda mi vida. Pareció que se me disloco la mandíbula, pero igual le intente explicar todo, pero callé cuando pude ver su rostro bañado en lagrimas solo llegue a murmurar "te amo, te amo con todo mi corazón". Ella seguía llorando y no me creyó nada, por que me dijo:

Claro que me amas, tienes razón. Tanto me quieres que hasta me metes los cuernos con mi mejor amiga. Mariano, borrate de mi vida, nunca mas vuelvas a hablarme ni a pedirme un beso. Aunque tengamos un hijo al que criar, nunca mas te quiero ver en lo que me resta de vida, ok?

Espera un momento, yo te amo, no te miento. Toda mi vida desde que yo te conocí nunca te mentí, siempre dije la verdad. Perdí todo lo que tenia por ti, solo me quedaba una casilla en los alrededores de la ciudad y un poco de dinero que impidió que me muriera de hambre. Mil y una veces soñé con el momento en el que te haría mía, en el que dejaría mi nombre marcado en tu corazón por siempre. Durante 13 años soñé con ese día, por fin luego de un asesinato tuve ese deseo cumplido. Una tarde gris, donde tu te lamentabas de la muerte del idiota ese y yo intentaba consolarte, hasta que un momento pude posar mis labios sobre los tuyos, donde creí que el alma se me iba en esa dulce boquita. Luego de los besos te desnude y te hice el amor por primera vez, cuando lamente haber asesinado a Nicolás. Otros 5 años de cárcel me hicieron dejarte de ver, pero el tiempo se acortaba a cada momento en el que yo pensaba que te iba a volver a ver. Por fin te volví a ver y te volví a ver desnuda en el sillón de tu casa. 18 años de sufrimientos pase por una mujer, y ahora que tenemos a este mocoso de hijo, que nos amamos mutuamente, ¿te piensas que te voy a mentir? No, por favor, no. Yo nunca te mentiría, ni aunque me torturaran para hacerlo. Esa mujer esta ebria, no sé si la viste bien, pero nunca me aprovecharía de una amiga, por más buena que este, no lo haría por que estoy amándote, por que no te dejo de amar y siempre te querré.

Hermoso desahogo que me hice, pero no la convenció. Aun llorando, me miró con esos ojos almendrados y expresivos que tiene, se dio media vuelta y se alejo de mí. Di un par de zancadas y la tome del brazo, dándole un enorme beso en la boca, pero ella se desprendió de mí y me dijo:

No te quiero volver a ver jamas en lo que va de mi vida, no te me acerques jamas ni a mi ni a Mariano, me oyes? Jamas te perdonare, te odio con todo mi ser, eres la peor basura que conocí en mi vida. Vete con tu Emilia, vete con esa puta barata que solo espera una polla para que le dé placer un momento, pero recuerda esto cuando te des cuenta de la cagada que te mandaste: que eres una mierda, que no vales nada, eres como todos los hombres, solo quieren más y más mujeres para pasarlo bien. Ojalá te mueras solo y defraudado, que Emilia te meta los cuernos y te advierto que no pases por delante de mi casa. Adiós y hasta nunca.

Indecible la ira que sentí en el momento en el que la vi alejarse de mi, sin girar la cabeza para verme por ultima vez. De puro enojo, destroce los vidrios de una casa de un puñetazo. Olvidando el vívido dolor que sentía en la mano, fui hacia la casa de Emilia a robar algo de dinero y ropa y rajar a mi casilla. Abrí la puerta de una patada, haciendo astillas el centro de esta, sin haber disipado la cólera que tenia, y la causante de semejante desgracia se cruzo en mi camino, con su borrachera en su mayor apogeo. Me pidió que no termine ese instante de sexo, oportunidad perfecta para vengarme de lo que me hizo su ebriedad. Aun ella estaba desnuda, por lo que la acosté en el suelo y le abrí las piernas. Le metí la polla de un saque, sin apiadarme del grito de dolor que pegó y le hice un fortísimo mete-saca con increíble fuerza. Mire su vagina, corría sangre de ella, pero no me interesaba, aunque suelo apiadarme del sufrimiento ajeno, mire hacia el cielo raso, haciendo odios sordos a sus lamentos y gritos. Por el tono de su voz supuse que estaba llorando a lagrima viva, pero no fue razón por la que disminuyera el ritmo de las metidas.

Cuando baje la vista para verla a la cara, me partió el alma verla con lagrimas en los ojos, una cara de extremo sufrimiento y una mueca que me hizo entender de que lo que hice fue una total locura. "Mariano, ruégale a Dios de que mañana no se acuerde de esto, por que sino te abro las venas con uno de los vidrios que rompiste hace un rato" dije para mí mismo. Para compensar mi error, me agache y, a pesar del asco que me daba la sangre que chorreaba, le lamí la concha lo mas lentamente que pude, para ver si el dolor se podía calmar, aunque el sufrimiento parecía no parar. Ella lloriqueaba como si la hubiera torturado, el sangrar no se detenía y a mí ya me empezaba a gustar el sabor de su sangre (me salía el Drácula interior) y yo temía que ella supiera eso por la mañana, lo menos que me faltaba era otro problema, pero cuando llegó su orgasmo se tranquilizo un poco. Me levante hacia su cuello y sin dejar de murmurar "lo lamento, te pido perdón" le lamí el cuello. Su respiración se detenía poco a poco, hasta que quedo totalmente dormida. La levante en brazos y la lleve a su cama, recostándola y tapando su cuerpo desnudo con las sabanas, la deje descansar mientras que yo dormía en el sofá, velando sus sueños. La ira no se había ido de mi, me sentía terriblemente mal por lo que le hice a Emilia, no pude pegar los ojos, por lo que salí a caminar por las calles.

Me parecía ver a Luz en todas partes, en las niñas de 14 años que salían de bailar, todas ellas hermosas, cada vez que las miraba a la cara creí ver a Luz de joven. Al verme, ellas cuchicheaban unas a otras y yo me di vuelta, observando que miraban mi trasero y que una de ellas, pequeña, de 15 años aproximadamente y pelirroja se relamía. "Colorada puta, no te doy matraca nomás por que no soy abusador de menores" dije para mis adentros, pero al margen de eso la colorada no estaba nada mal. No dejaba yo de dar vueltas alrededor de la nada, viendo en cada rincón de las esquinas a la mujer que siempre ame y que por una estúpida infidelidad, la perdí quizás para siempre. Camine mucho tiempo, hasta que mis pasos me guiaron hasta su casa. Me senté en el umbral de la entrada, donde adentro pude oír el llanto de una mujer, lamentándose por haber perdido a alguien que amaba demasiado. Era su voz, su llanto, y a quien ella lloraba era yo, descubrimiento que me produjo enorme tristeza. Pense en entrar a pedirle perdón y rogarle que vuelva conmigo, y si no conseguía su perdón que por lo menos acepte que me arrepentí de haberla traicionado y engañado. El correr de la cerradura y el abrir de la puerta interrumpió mis pensamientos. Era mi hijo con una bolsa de basura en sus manos, pero cuando me vio, arrojo la bolsa a la vereda y entro precipitadamente a su casa, al grito de "me va a matar el hombre de rulos". Pendejo idiota de mierda, solo sirve para darme problemas y para romper las bolas en los momentos mas importantes, la re concha de su madre. Me quede dudando sobre salir corriendo o quedarme, pero apareció la madre del niño con una temible cara de odio capaz de asustar al más valiente y arrojado de los hombres. Me miro, pareciéndome que sus ojos largaban chispas, y me recordó

Te advertí que no vuelvas a pasar por esta casa, te advertí que no te acerques a mi familia, pero no solo te pasas mis advertencias por el culo, sino que también queres asesinar a tu hijo. Te doy un consejo, a pesar del odio que llevo dentro: márchate, te doy 30 segundos para darte vuelta e irte antes de que te atraviese los pulmones de un cuchillazo

Pará pará pará- le replique, pero vi un brillo que coronaba una daga formidable que ella manejaba en su mano derecha que me produjo espanto, ya que no quería lastimarla para desarmarla, y menos quería que ella me abriera como a un pollo- yo no te vengo a molestar, ya se que me odias y todo eso, pero yo nunca le toque un pelo al salame de tu hijo y solo venia para rogarte per...

Pero ella cerro la puerta en mi cara, dejándome con las palabras en la boca, pero no soy un hombre de rendirme fácilmente, tome carrera y salte lo mas alto que pude, intentando llegar al techo. Pero ella salió a cerciorarse de que me haya ido, cosa que interfirió en el salto, haciéndome patinar y caer de bruces al piso con un dolor agudo en mis brazos. Con un enorme dolor en toda la parte delantera me levante del suelo, oyendo las risas burlonas de Luz, casi descostillandose. En vez de enfurecerme, me frote las partes heridas y le dije

Viste que aun te hago reír, aunque arriesgue mi vida por un golpe¿? Gracias por perdonarme, te amo con toda mi alma, no paro de pensar en ti y me duelen las costillas.

Yo no te perdone, solo me río de las idioteces que haces para volverme a ver

Mataría por volverte a ver, dejaría todo por un abrazo tuyo, moriría por volver a probar la miel de tus labios, aunque solo sea por un segundo

Ah, si es eso- me dijo, posando apenas su boca sobre la mía- listo, estas contento ya¿? Ahora muérete y no me vuelvas a molestar jamas

Si cumplís mi ultima voluntad: deja que te lama la concha hasta que llegue tu corrida

Bueno, acércate así entras y hablamos a solas adentro

Entre, confiado en mi buena suerte, pero parece que se eclipsó en un instante, ya que ni bien me acerque a Luz para darle un beso, ella me recibió con una patada en las pelotas como nunca recibí yo. Me empujo con asco y me dejo parado en la calle, cerrando la puerta tras de sí. La ira volvió a dominarme, pero esta vez no pude contenerla, así como el dolor que sentía en los testículos. Corrí hacia la primer persona que vi y de un salto lo derribe y le robe las cosas, dejándolo tendido a lo largo en el suelo a causa del golpe en la cara que le di con una rodilla. Esta vez no me vio un policía como las otras veces, así que corrí con todas mis fuerzas a la casilla que usaba de casa hace 5 años. Me llenó de recuerdos, una nube de melancolía me abatió, ese lugar donde volvía decaído todos los días por el problema que siempre tuve: que el amor de mi vida no me quería.

Ahora la tenia entre las manos y ella se escapo por mis dedos, la deje ir solo por otra mujer que ni a los talones le llegaba. Si se hubiera encarnado el Mariano Becerra de 13 años, aun creyendo que Luz no le iba a amar, y yo le relatara toda la historia que le va a deparar el futuro, me haría lo mismo que le hará (y que yo le hice) a Nicolás sin dudarlo un segundo. Eran las 5 de la mañana, estaba cansado de reflexionar durante horas y de no conciliar el sueño, hasta que cayo la modorra sobre mis ojos. Mi ultimo pensamiento fue "q hubiera pasado si no hubiera asesinado al idiota¿?"

Soñé que volvía a tener 13 años, justo en el día anterior al que iba a seguir a Luz, cuando ella iría a ver a su novio. Fue cuando la seguí un poco hacia la casa de ella, cabiendo destacar que ella vivía a unas 9 cuadras de mi casa. En el camino a mi casilla me di cuenta que una figura me seguía desde unas cuadras, una figura que no llegaba a ver, pero a medida que se acercaba la pude distinguir como a Emilia, no tan desarrollada como a los 18 años, pero con unos pequeños senos y un lindo trasero de una niña de su edad, anticipando una hermosa cola capaz de excitar a cualquiera, cuando toque la mayoría de edad, que se acerco a mi y me saludo, preguntándome que hacia siguiendo a Luz hacia su casa. Le conteste

nada, solo iba a saludarla, pero entró y no la pude alcanzar

Si, y yo me chupo un dedo. Quién no sabe que estas muerto por ella¿? Le querías hablar, pero seguro que tu estarás decepcionado cuando la veas con otro

Mira, chichón de piso, hoy no estoy de humor en estos momentos para tus bromitas de mierda, bastante que tengo que soportar a mis amigos llorando por que no quieres salir con ellos. Odio a los llorones y los tengo que aguantar todo el tiempo con sus lagrimillas por ti. Así que no me molestes y déjame solo un momento

Ay, claro, la señorita soledad quiere estar tranquila un momento. Sabes q¿? Vas a estar soltero hasta el ultimo momento de tu re puta vida, ya que tu solo piensas en Luz y que nunca te vas a animar a hablarle.- callo un momento, pero despues cambio el tono de su voz, haciéndola mas animada, como si una idea brillante se le hubiera ocurrido- Pero como eres mi mejor amigo, puede ser que te ayude con ella, que ella se enamore perdidamente de ti y que no te abandone jamas.

Cómo lo puedes hacer¿? Dímelo, por lo que mas quieras, dímelo. Haré lo que quieras, te daré lo que me pidas, todo, pero dímelo- le suplique de rodillas

Ella no me dijo nada, solo me dedico una sonrisa y me guiño un ojo con picardía. Me tomo de la mano y me condujo consigo a su casa, la misma que tendría 5 años despues. Cuando golpeo los nudillos, salió su padre con una cara de enojo terrible, pero a pesar de mi temor que siempre le tuve al general en jefe Augusto Cortelletti, militar que perdió la sonrisa a medida que lo ascendían, persona que cuidaba con gran celo a su familia, mas aun a su hijita menor, no me fue extraño que me revisara con la mirada ni que me largara rayos por la vista, ya que mi pinta de pordiosero siempre le fue reprobable. La hija cruzó unas palabras con él y luego el padre le dijo que se iban a ir al liceo del ejercito por unas 2 horas, pero dejarían la casa al cuidado del hermano mayor de Emilia, Joaquín, idiota agrandado sin otro sentido en la vida más que hacerle la vida imposible a su hermana, aprovechándose que a ella le llevaba 2 años de diferencia. Siempre se jactaba de ser el más fuerte de todos los chicos del barrio, pero una sola vez lo demostró conmigo, quedándome los laureles de vencedor luego de una memorable pelea donde le rompí un diente de un puñetazo. Cuando él me vio, se estremeció de temor y llamo a Emilia para hablarle aparte.

Charlaron durante unos momentos, donde pude percibir un dejo de temor en la voz de él y otro dejo de ironía en la de ella. Por fin el se fue de la casa, diciendo que tenia que irse a la casa de un amigo suyo y que ella lo llamara al celular cuando los padres vuelvan. Cuando nos quedamos solos, ella me llevo a su alcoba y me hizo sentar en "su oficina", como ella llamaba a su cama. Me contó toda la vida de Luz, sus deseos más profundos, sus familiares¡ hasta el color de las bragas que a ella le gustaban! Emilia era un libro de chismería abierto, tenia mil secretos de los demás y no dudaba una milésima de segundo en contarlos. Yo no lo notaba, pero ella se acercaba a mí poco a poco, hasta que cuando me di cuenta, la tenia sobre mis rodillas, viéndome desde una muy pequeña distancia de mi cara. Cuando finalizo sus chismes, me beso en la boca rápidamente, dejándome sorprendido y con una cara de imbécil increíble, yo solo atinaba a murmurar su nombre. Ella solo reía con una risa infantil, parándose y separándose de mí, dejándome repitiendo "Emilia" como tarado, pero al ver que yo seguía en ese estado de sonambulismo me arrojó una almohada en la cara que me hizo despertar.

Me desperté con un tremendo susto, creí que el almohadazo era real. La primer pregunta que me hice al despertar fue "paso en serio eso¿?", pero una mujer hermosa sentada en una destrozada silla frente mío me respondió:

Ojalá hubiera pasado en serio, así los 2 seguiríamos juntos y felices por el resto de nuestras vidas, pero lamentablemente nada de eso ocurrio, salvo la almohada, que si pasó

P.. Pero como entraste, como sabes lo que soñé, que hora es y lo mas importante de todo que MIERDA HACES ACA¿?- grite, sin comprender nada

Primero: a los 11 años me enseñaste a entrar aquí, a descolocar la traba y a abrir puertas sin que nadie se enterara, cosa que probe cuando entre a la casa de Gissela, dandome buenos resultados. Segundo: tenia deseos de verte y pasar contigo el día. Y tercero: estabas soñando conmigo, cosas eróticas si no me equivoco

Y tu como sabes eso?- le dije sorprendido

Por que me nombraste con cierto deleite y por tu erección- me dijo sonriendo y señalando mi pene, erguido hasta su punto limite

Hija de puta, no se le escapaba nada. Con cierta vergüenza, me tape la erección y le pedí a ella que se retirara, cosa que hizo refunfuñando algo como "haz lo que quieras, pajéate si quieres, nunca supiste valorar a una belleza como yo". Luego de levantarme y lavarme en la canilla vieja que tenia afuera, salimos los 2 a caminar. Ella mencionó el incidente que tuve yo con mi ira, cuando la follé con frenesí la noche anterior, preguntándome la causa de su dolor en la concha. Me hice el desentendido y seguimos caminando en silencio hacia la casa de Emilia, pero no pudimos evitar pasar delante de la de Luz. A pesar de todas mi excusas, ella quiso pasar a verla un momento. Atendió el niño, pero cuando me vio, salió corriendo al interior de la residencia, olvidando de cerrar la puerta tras de él. Emy entro tranquilamente a la casa, pero se asusto cuando oyó el estrepitoso grito de "¡¡¡raja de acá, puta de cabaret!!!" Proveniente de la cocina. No tarde en enterarme que Luz seguía enojada con nosotros, pero Emilia no estaba enterada de ese problema, por lo que le causo una enorme sorpresa la reacción de Luz. Luego de salir rápidamente de la casa de ella, espero que Luz saliera y le explicara que pasaba. Con un tono de cólera, ella le explicó lo pasado la noche anterior, sin saltar el suceso en que Emilia salió desnuda a nuestro encuentro. Cuando termino su historia, cerro la puerta de un estruendoso golpe, dejando a Emilia en silencio y sorprendida, recuperando el habla al decirme con voz ronca:

Dime que es no paso, te ruego que me digas que eso fue mentira, que me dijo una mentira

Me gustaría decirte que mentía, pero lamentablemente es verdad, ayer a la noche hicimos el amor de una manera desenfrenada, te partí un jarrón en la cabeza y robe todas tus cosas de valor de la casa, desvalijándote casi por completo, excepto los muebles y los electrodomésticos

Así que tu me robaste, que me golpeaste con un jarrón y que me hiciste el amor¿? Dile adiós a tu virilidad- exclamo, tirándome una patada en las bolas que logre atajar

Espera, antes de golpearme, te diré que lo del jarrón y lo del robo es mentira a medias, pero no puedo negar que te entre. Perdóname, los dos estabamos borrachos.

Por eso me dolían los ovarios hijo de puta. Te odio, te aborrezco y te detesto con toda mi alma- me dijo, pero despues agrego- cuando lo repetimos¿?

En la pared, ya, en este instante, desnúdate así te parto como a un queso- le susurre al oído, sin poder contenerme y empujandola contra la reja de la ventana, cerrada en ese momento

Aquí no, estamos delante de la casa de mi amiga. Vayamos a mi casa, compremos algo de tomar y allí nos desnudaremos y haremos lo demás.

Fuimos al primer kiosco a comprar la mayor cantidad de cerveza que podíamos pagar (mejor dicho, la que Emilia podía pagar) y luego nos encaminamos a su casa. En el camino ella me pidió que le contara como sucedió todo lo acontecido anoche, sin saltar el más mínimo detalle, relatándole yo lo pasado y cortando mi relato cuando pudimos divisar la fachada de su casa a pocos metros de distancia. Me quito una botella de las manos y la bebió en pocos tragos, pidiéndome otra al momento siguiente.

Despues de dársela, me quite la remera y la abrace, dándole chupones en el cuello y acariciándole el trasero con las manos. Ella me besó los labios y me tocaba lentamente mi tórax desnudo, recorriéndolo con sus pequeñas manos, hasta que me tomo del pantalón y me lo bajo, dejando al descubierto mi pene erguido. Se arrodillo hasta quedarse frente a él, lo cogió con cuidado entre sus manos temblorosas y lo pajeo un rato, frotándolo y besando la glande. Acto seguido, sacó sus manos de ahí y lo trago entero hasta las bolas, relamiéndolo dentro de su dulce boca. Yo no podía mas que dejarme llevar por el placer, solo gemía de gusto por la mamada que me hacia Emilia, como si su vida se fuera en ello. Baje la cabeza, viéndola chuparme el pene, ocultándolo dentro de su boca y sacándolo para lamerlo y para lamerme los huevos. Creía que se me habían acalambrado las piernas de tanto placer, ni contar cuando llegó mi orgasmo. Si el primero que sintió ella dentro de ella la hizo atragantarse, este le quito el habla, haciéndola escupir semen a cada rato. Luego de mucho esfuerzo se trago todo y con la lengua me limpio la polla y los restos de esperma que le quedaba en la cara, se quito el pantalón y las bragas, dejando al descubierto su sexo y se sentó en el sillón con las piernas abiertas, invitándome a probar de nuevo el sabor de sus jugos vaginales.

La tentación me llamó y me incline ante su cintura, acercándome mas y más a su concha. Cuando estaba frente a ella le pase lentamente la lengua, haciendo gemir de deleite a Emilia. Le metía la lengua dentro de su vagina, dándole fuertes lametones a su interior, pero deje cuando ella me dijo con cierta ira que me calmara, ya que no se le había pasado el dolor. Le pedí perdón e intente baje el ritmo de las lamidas, pero no pude hacerlo, ya que me sentía totalmente excitado, frenético por hacerle el amor a esa hermosa mujer que tantos años me acompaño al lado mío, y en esos años ni se me paso por la cabeza la idea que alguna vez la iba a amar como si realmente fuera el amor de mi vida, pero a pesar de lo que la quería, no podía sacarme de la cabeza a María Luz, imaginándola llorando por mi, triste por que yo la traicioné y la desvaloricé, tirando largos años de amor que le tenia a un bote de basura. Pero pensando en eso, no reparé en que Emilia estaba a punto de correrse, reaccionando yo en el instante en que ella dejó todos sus fluidos en mi garganta. No sabría decir si le quedaron secos los ovarios, ya que despues de limpiarle los labios vaginales y su interior, no sentí nada húmedo. Me acomode con el pene entre sus dos pechos, masajeandolo y dándole leves golpes con él en la barbilla a Emy, gimiendo yo de placer, tomando entre mis manos los grandes senos de mi mejor amiga, excitándome segundo a segundo. Por fin me corrí, llenándole el cuello y parte de las tetas de leche, y me levante de alli, apuntando a su vagina con mi polla. Justo cuando ya me estaba acomodando para penetrarla por la concha, intentando humedecerla con semen, sonó el timbre, cagandome los planes por segunda vez en dos días seguidos. Ella se vistió lo más rápido que pudo, dándome tiempo a esconderme en algún lado.

Cuando se arreglo lo mejor que pudo, abrió la puerta, encontrando a Luz del otro lado. Emilia quedo sorprendida al verla, pero cuando iba a preguntarle algo, Luz le saco la palabra de la boca, pidiéndole perdón por haberla tratado mal. Ella le aceptó las disculpas, abrazándola con fuerza, murmurando "nunca nos volvamos a pelear por nadie". Emilia la invito a pasar y a beber algo, pero yo estaba escondido en la cocina, donde ellas estaban por ir. Sin perder tiempo corrí hacia la puerta trasera, cerrándola silenciosamente y trepándome al techo de un salto para ganar la calle y poder salir de allí. De una corrida que creo que se oyó desde abajo, llegue hasta el fin del tejado, saltando hacia la vereda. Pero no calculé la caída, error que me valió la torcedura del tobillo izquierdo, dando un grito que alerto a las mujeres que estaban en la casa. Cuando oí el correr de las sillas, fui saltando en un pie hasta un lugar oculto, saliendo un momento antes que ellas salieran a la vereda, haciéndome yo el disimulado. Luz se sorprendió de verme, pero despues se ofuscó y entró a la casa, dejando a Emilia en la puerta. Hicimos una pequeña escena, haciendo que yo la acababa de ver y que ella no sabía que yo la iba a ver. Pero no duró mucho tiempo la actuación, por que entre a la cocina, donde pude ver dos vasos de cerveza a medio tomar, varias botellas sin abrir y a una Luz enojada con una mirada que sólo irradiaba odio hacia mí. Me senté en el lugar de la anfitriona, posando mi mano en el brazo de la única persona que estaba en la habitación, que ella apartó con repugnancia. Dejé mi asiento y me puse tras ella, dándole un masaje en los hombros, pero agarró mis manos con fuerza, apretándolas con enojo y diciendo entre dientes " no me toques, ya no eres nada mío, te odio con todo mi ser. Déjame tranquila o te mato, me escuchaste¿?" yo le repliqué:

Luz, por favor, no me gustaría dejar un recuerdo tan doloroso detrás de mí, te amo como siempre te ame, aun te llevo dentro de mi corazón, te juro que te amo. Para mí eres la única mujer de mi vida. Por favor perdóname.

Si, eso lo dicen todos los hombres, pero yo no te lo creo. No te perdono, me metiste los cuernos con mi mejor amiga, abusándote de la confianza que yo ponía en ti. Déjame de tocar y olvídate de mí para siempre. Y no me jures que me amaste de verdad, por que es mentira, o creías que esa escena que hiciste en la puerta iba yo a creerla¿? Te escapaste de la casa de Emilia y te escondiste no sé dónde, para salir luego y aparecer en la puerta con esa cara de idiota disimulado que tienes. Ya no me chupo el dedo, te lo voy avisando desde ya.

Bueno, fue un plan improvisado, lo lamento, pero es cierto que me arrepiento, te juro que te amo, pienses lo que pienses, creas lo que creas. Te amo con mi alma, dejaría la vida por ti, te prometo que jamas volveré a pensar en otra mujer que no seas tu, siempre serás mi único amor, desde los 6 años cuando te vi por primera vez. En esos momentos supe lo que es amar de verdad a una mujer, lo seguí sintiendo al pasar de los años y lo siento ahora con mayor fuerza, pase por mil dolores por ti, por amarte como nunca ame a nadie. Te lo pido, te lo ruego, te lo imploro, perdóname por favor.

Ella hizo silencio un rato, aunque yo sabia que pensaba en lo que le acababa de decir. Se levanto de su silla y se fue hacia la puerta, retirándose y cerrándola cuidadosamente. No sabia yo si ella me había perdonado o iba a pensarlo, pero igual la dejé ir y pensar unos días sobre lo que le acababa de decir.

Al pasar dos semanas, partí hacia su casa acompañado de Emilia, yo quería saber si lo había pensado, Emilia no se para que vino, uso como pretexto que iba a visitar a su amiga, pero no me convenció totalmente esa respuesta estúpida. Luego de caminar, nos encontramos los dos en la casa de Luz, teniendo yo dentro de mí unos nervios increíbles, temiendo que me rechace. Golpeamos la puerta y nos quedamos esperando a que ella la abriera, pero en lugar de ella, salió mi hijo, apuntándonos con una pistola de balines. Con todo tacto y delicadeza, mi acompañante le pidió que trajera a su madre a la puerta. Él le hizo caso, no sin antes disparar cuatro veces su arma sobre mi pecho, alentando mi ira. Pero no pude vengarme, ya que salió la madre a la puerta. Estaba verdaderamente hermosa, vestida de una remera amarilla que me hacia acordar al día en que le hice el amor por primera vez, un ajustado pantalón negro que le hacia sobresalir esa cola que tanto me hacia calentar y apretaba mas su cintura, casi haciendo notar su sexo, unos tacones y los labios pintados de un brillante color escarlata, coronándolos con una sonrisa de oreja a oreja. Nos besó a cada uno, y con alegría nos invito a pasar a la cocina, ya que estaba preparando algo de comer. Estaba a punto de preguntarle si lo había pensado, cuando el mocoso le preguntó si le dejaba ir a jugar a la pelota en el patio, dejándolo ella con la condición que yo juegue con él.

Así q, privado de conversar con mi amor y de hablar en la charla, salí de mala gana al patio grande situado en la parte trasera de la casa. Yo atajaba, pero ni me interesaba el juego, me situé pegado a la ventana, oyendo el diálogo entre ellas, pero solo hablaban de ropa y el lápiz labial de Luz. Estaba tan atento a la conversación, a ver si Luz decía algo sobre mí y sobre nuestra situación, que no llegue a ver el balón dirigido a mi rostro, haciéndome sangrar la nariz y provocando un furor en mi que hizo que la nariz sangrara mas aun. Pasado el dolor, pateé la pelota con fuerza hacia la cara del mocoso, pero golpeándolo en los pulmones y sacándole el aire. Cuando se repuso, lo hice pasar y nos quedamos dentro todos, él en su habitación mirando el televisor, yo mirando la cola de Luz en el momento en que se le cayeron unas monedas y se inclinaba para tomarlas. Emilia lo advirtió y con una picara sonrisa me pateó levemente la rodilla, por lo que me recupere de ese éxtasis de calentura y tomé asiento, me acomode el pene para ocultar la parada y encendí un cigarrillo. Hubo un periodo de silencio cuando se enteró ella de mi llegada, finalizado por la frase en boca de Luz diciendo "q linda vida la mía". Yo le pasé el brazo por la cintura y bese su mejilla sonrosada, respondiéndome ella con una mirada de recelo. Le pedí a Emilia que vaya a comprar algo para tomar, lo más alcohólico que hubiera en el kiosco. Ella captó el mensaje y pidió a Luz que le abriera la puerta, dejándome tomando valor para hablarle. Mientas duró la ausencia de las dos, yo respiré profundamente, fume el resto del pucho y aguardé la llegada de mi amor. Cuando se sentó, yo tiré el humo y le dije

Y¿? Lo pensaste, mamita linda querida y amada¿?

Tu que crees¿?- me respondió con fastidio- me corneaste con mi mejor amiga, confíe en ti y me defraudaste, eres como todos los hombres, unos infieles de mierda que siempre persiguen a otras mujeres, olvidando a la chica que realmente los ama. No sé si estas verdaderamente arrepentido de haberme traicionado.

Tal vez esto te haga confiar en mi- susurre mientras que le besaba sus labios y con mi mano izquierda le abría el cierre del pantalón, haciéndole un dedo. Ella quitó mi mano de su vagina, aunque su rostro era una clara muestra del placer que le provocaba la masturbación

Te quiero mucho Mariano, te quiero, pero necesito pensarlo

No era que ya lo habías pensado¿? Me mentiste, como siempre, como cuando me dijiste que juegue al fútbol con el chico, mientras que tu y Emilia se tocaban mutuamente.

Cállate, eso nunca paso, no soy lesbiana, y antes de tocar a esa prostituta cazadora de solteros y de hijos de puta infieles, me arranco una mano con la sierra

Bueno, no le demuestres tanto amor a tu amiga, pero antes dime: me perdonas¿?

Ella quedo nuevamente meditando, aumentando mi impaciencia. Luego de un cuarto de hora, me tomo por la camisa y me beso. Asintió con la cabeza y se colgó de mi cuello, posando su cabeza en mi hombro, disfrutando del abrazo. Yo le besaba el pelo con ternura, corriéndome lagrimas por la cara, creí que la perdía para siempre, que perdí dieciocho años amando a una mujer que nunca iba a quererme, pero afortunadamente el destino se equivocaba. Largo tiempo estuvimos pegados, ella colgada de mí, yo sosteniéndola y hundiendo mi rostro en su hombro y en un segundo pasaron todos los momentos de mi vida donde ella estaba presente, desde la infancia hasta el último día en que la vi. Luz me soltó finalmente, aunque su expresión cambio como si se le hubiera ocurrido una idea para desconfiar en mí, y viendo en mis ojos un dejo de tristeza por perder mi libertad, se sentó con sus ojos lacrimosos cerrados y apoyando su mejilla contra su puño, pensando en algo que le dé la razón para no perdonarme totalmente, como erróneamente creía yo en el momento del abrazo.

Cuando levante la cabeza, vi a Emilia, oyendo toda nuestra conversación y bebiendo el vodka que compró en la tienda. Como a un perro se lo espanta con un movimiento de las manos, yo le señale un lado apartado de la casa, incitándola a dejarnos solos. "Ojalá que te mueras solo" fue lo que le oí refunfuñar antes de alejarse, pero no le hice caso. Luego de diez minutos de meditación, Luz levantó la cabeza, mirándome con esos hermosos ojos que tiene, observando detenidamente los míos, como si buscara un rastro de mentira para juzgarme como embustero, pero no halló nada mas que arrepentimiento y fidelidad hacia ella. Se paró del asiento, me abrazo nuevamente por la cintura y hundió la cara en mi pecho. Le di unas torpes palmadas en la cabeza y le bese los cabellos castaños. Luego se incorporo con lagrimas en los ojos y me beso en los labios, respondiéndole yo con un beso apasionado que jamas le di a nadie, demostrándole el cariño que siempre le tuve. Nuestras lenguas jugaban dentro de nuestras bocas, tocándose unas a otras, mientras que nosotros nos dejábamos llevar por la pasión y por el amor mutuo. Cuando nos separamos, nos quedamos todos en la casa hasta entrada la noche, donde decidimos acompañar a Emilia hacia su casa, riendo, bromeando y haciendo toda clase de idiotez para divertir y mortificar amistosamente a las dos, demostrando el estado de felicidad que me invadía. Cuando llegamos, la saludamos y la dejamos en el umbral de su casa, yéndonos Luz y yo abrazados por la cintura. Con cierta tristeza, ella nos vio alejarnos de su casa, encaminándonos otra vez a la casa de la mujer que siempre ame.

Al alejarnos una cuadra, me detuve en seco por recordar el cuchillo y unas cervezas que deje en la casa de mi amiga. Le dije a Luz que me esperase y corrí hacia la casa de Emilia para recobrarlas. Entre a la casa, observando un dejo de melancolía en la mirada de ella, como si perdiera algo que ella quería demasiado. Tome tres botellas, dejando seis adentro, guarde el facón en el cinturón, pero antes de irme, le di un enorme beso en la boca a Emilia, pero dejándola rápidamente, con el temor de que llegara Luz, pero ella llegó al instante en que yo dejaba de besar y abrazaba a Emilia, diciéndole en el oído "siempre te voy a amar y a recordar, enana de mi corazón".

Diez minutos despues estabamos frente a la puerta de la casa de Luz, los dos alegres por habernos juntado de nuevo. Nos recostamos en la cama uno al lado del otro, y entre beso y beso, nos quitábamos la ropa lentamente sin dejar de acariciar nuestros cuerpos, recorriéndolos con las yemas de los dedos. No conseguíamos despegar los labios de los de la otra persona, solo queríamos eternizar ese momento, nos amábamos los dos, queríamos compartir el resto de nuestras vidas unidos para siempre. Nos desnudamos en un segundo, y en otro segundo ella abrió las piernas, dando paso libre a mi pene. Pero solo le lamí la concha, la quería humedecer antes de penetrarla. Pase mi lengua por su clítoris erecto, relamiendo los labios vaginales a cada momento en el que movía la boca dentro de su concha, oyendo sus aullidos de placer, finalizados cuando llenó mi boca de jugos.

Aun con las piernas abiertas, la dejé descansar mientras que yo me masturbaba un poco y con la otra mano tocaba sus senos, acariciándolos suavemente, hasta que cuidadosamente le metí la polla dentro de su vagina y la introducía mas adentro, hasta que desapareció totalmente. A cada momento, entre gemido y gemido, oía murmurar a Luz "te amo", a lo que yo respondía con una sonrisa, sacando el pene de su interior y volviéndolo a introducir a cada instante, aumentando poco a poco el ritmo de la cogida. Cuando ya el ritmo subió a un nivel considerable, ella, sin dejar de suspirar de gusto, se incorporo abrazándome e intentando mantener mi polla en su interior, y me dio a probar el sabor de sus labios nuevamente. Yo solo me dejaba llevar por la pasión, sentía su cuerpo apretado al mío con fuerza, unido en uno, no podíamos separarnos por mas que nosotros quisiéramos.

La amaba, por fin, luego de mil problemas la volvía a tener en el mismo lecho, haciendo el amor conmigo, cumpliendo el sueño que tuve durante toda mi vida, el de amarla y protegerla por siempre. Me tendí a lo largo sobre la cama, aun con el pene en su vagina y haciéndola saltar sobre este. Largo rato estuvimos así, follando como si fuera nuestro ultimo día en la Tierra, hasta que ella se corrió sobre mi polla al tiempo en el que yo también lo hacia en su vulva. Al fin nos separamos, agotados por el sexo que tuvimos, guardamos silencio un rato largo, masturbándonos mutuamente nuestras partes, hasta que nos fatigamos y volvimos a guardar silencio. La pregunta disparadora que hizo volver la charla fue hecha por Luz, diciendo "ahora que nos vamos a casar, de que vas a trabajar¿? Dónde vamos a vivir¿? que va a ser de nuestra vida¿? Yo no pienso mantener vagos así que ve buscándote un trabajo ahora mismo" Nos pasamos el día acostados allí en su alcoba, pensando en el futuro, en los planes que íbamos a tener para mas tarde, en mil cosas, riendo por ideas idiotas acerca de cada trabajo que cada uno tomaría, imaginándonos una bella casa en la ciudad, donde tendríamos mas hijos que los conejos y otras tantas estupideces irreales a medias, ya que deseaba follarla hasta que nuestros hijos superen la cantidad de quince en total. Era de noche cuando yo me fui de su casa, calcularía que las 2 y media de la madrugada, recordando la advertencia de Luz de no ir hacia la casa de Emilia en busca de algo mas de sexo. Sonreí ante esa idea, aunque no me parecía del todo mala, pero solo fui a recoger ropa de mi casa y a ver si podía conseguir algo de dinero.

Muy poca gente había en las calles, en este puto cementerio de sueños, pero pude robar unos 349 euros en total, pero a costa de asaltar a 16 personas. Ya tenia algo de dinero, podría irme a vivir a la casa de mi novia y quedarme allí, hasta que consiga un trabajo y que mejorara mi situación. Pero eso no me parecían problemas, luego pensarían en ellos. Llegue a mi casilla, me recosté en el catre destrozado donde tantas veces rogaba de pequeño para que mi futura esposa me hablara y me dijera algo que demuestre que ella me amaba y cerré los ojos, dejándome dominar por el cansancio. No podía ocultar la felicidad que sentía en ese momento, la tenia en mis manos, ella me amaba, yo la adoraba, ya no había que pensar en nada que me quite ese periodo de dicha ni en problemas que me hagan entristecer. Con una sonrisa me deje tentar por el sueño y permití ser dominado por el cansancio.

EPILOGO: hace tiempo que estoy casado con Luz, no tengo motivos ya para engañarla con su mejor amiga, creo que ahora esta saliendo con un amigo mío llamado Claudio Vicencio, pero eso es otra historia que relatare en un futuro cercano, ya que me la conozco de memoria. Luz trabaja en una telefonía o algo así, gana mas que yo, cosa de la que le gusta jactarse, siempre vuelve alegre del trabajo, donde por noche nos echamos unos tres o cuatro polvos seguidos, cuando a la semana de casarnos y de convivir juntos, ella me dijo que me iba a conseguir un buen trabajo que me iba a llenar de dinero y me iba a caracterizar. Aunque sospechaba que me iba a poner como prostituta, ella me trajo un formulario con el trabajo, cosa que me enorgulleció sobremanera. A pesar de mi prontuario, conseguí un trabajo en una empresa de cervecería y bebidas alcohólicas, donde aprovecho para robarme un cajón entero sin que el estúpido patrón se dé cuenta de ello. Ya mi hijo primogénito creció, es un vivo retrato mío de adolescente, y tuve una hija bella como una luna, llamada Emilia en honor a la gran amiga que tuvimos yo y mi esposa. Recuerdo que una vez Mariano me pregunto sobre una tarea del colegio sobre sus antepasados, diciéndome como había conocido a su madre. Calle un momento, y con una voz apesadumbrada le dije:

Tienes ganas de escribir¿? Por que es una larga historia. Tráete dos cervezas de la heladera y ponte a anotar, a ver si aprendes algo de las mujeres y de la vida.

FIN