Luz de luna

Una buhardilla,dos amantes...sobran las palabras

Una buhardilla alejada de la realidad, tu cuerpo desnudo, tumbado sobre la cama parece brillar con la claridad de la luna que entra por la ventana del techo.

Pareces un hada, un ángel, la consagración de la belleza, bajo un claro velo de luz.

Yo te miro y me sonrío. He debido de pagar algo por este sueño en vida, no recuerdo ni cuando ni como, ni siquiera si es un regalo de los dioses o del demonio buscando mi perdición...mediante un ángel caído.

Me acerco suavemente hasta que empiezo a sentir tu aroma, hueles a ternura,a lujuria, a cielo nocturno.

Me atrevo a tocar tu cuerpo, siento tu calor en las yemas de los dedos. Mis manos recorren lentamente tu figura, como si tratase de recordar tu contorno leyendo braille.

Tú te despiertas, pero no te asustas, acaricias suavemente mi mano, con cariño mientras yo jugueteo con tus senos.

Hundo mi cabeza en tu pelo y puedo aspirar otra vez más tu perfume. Siento tu respiración más profunda cuando, casi al descuido pellizco suavemente tu pezón.

Tu lívido poco a poco se despereza y busca mi cuerpo con tus manos alentado por mis besos en el cuello que se mezclan con mordiscos en el lóbulo de la oreja.

Por mi parte, mis hábiles manos recorren cada rincón de tu cuerpo como sabuesos que rastrean algo. Y ese algo es el placer.

Mis caricias se anuncian en tu monte de venus, del cual descienden para llegar a donde tus suspiros empiezan a dar paso a los gemidos.

Te vuelves hacia mí y nos besamos mientras que nuestros sexos también se besan tras atraernos el uno al otro anclados a nuestras nalgas. Parece que el cuento se desarrolla de forma lineal, pero yo no quiero eso. En un momento de libertad, me zafo de tu agarre y te tumbo boca arriba. Acto seguido, bajo suavemente con un recorrido de besos que llegan hasta tu cáliz, donde degusto tu ambrosía, fruto de la pasada expedición de mis dedos por la zona. Me entretengo jugando con mis labios y lengua, tus labios y tu clítoris. No tiene nada que hacer contra mí. Indefenso, aguanta una tras otra las rápidas acometidas de mi lengua reflejando su derrota en los gemidos de placer que exhalas.

Tu cuerpo finalmente se estremece con un orgasmo tras un último sprint lingüístico acompañado de la penetración de mis dedos en tu cueva.

¿Aquí acaba? Para nada, la batalla acaba de empezar, tu lívido, como un tigre desatado toma el control de tí , tomándome a horcajadas y montando en el corcel del placer.

El bamboleo empieza suavemente. Solo se oyen nuestras entrecortadas respiraciones.

Poco a poco el ritmo va acelerando, haciendo tus movimientos más profundos y enérgicos. Los gemidos empiezan a romper el silencio de la noche.

Galopas como un caballo salvaje, todo energía, pura lujuria, tus tersos senos amenazan la semioscuridad de la noche armados de unos enhiestos pezones que se erigen orgullosos.

De la paz al kaos como concepto del amor entre dos cuerpos que se buscan, se necesitan, se unen, y se encadenan en un frenético ritmo hasta llegar al orgasmo.

El más absoluto placer da paso a los jadeos y los últimos movimientos como queriendo apurar al máximo el clímax.

Nos besamos sudorosos. Final feliz.


Hola a todos los lectores, este es mi primer relato, ya he visitado la página con anterioridad en muchas ocasiones pero hasta ahora no me había atrevido a publicar nada.

Espero que haya sido de su agrado y que si tienen alguna sugerencia no duden en hacerla.

Un saludo y hasta pronto

Himeros