Luz de Emergencia

Tembló de placer cuando el otro le manejó como un muñeco, cerrando los ojos sin dejar de gemir...

Si existía algo que realmente excitara a Nathan era que gimieran su nombre, que lo jadearan y lo gritaran con descontrol cuando se los follaba…Normalmente eran desconocidos, pero a él le gustaba llamarlos juguetitos

Era un hombre con una sensualidad desbordante…No hacía falta describir la forma en la que se movía por las calles, una que demostraba que era suya, que tú eras suyo y que si quería podía empotrarte contra la pared, arrancarte la ropa a mordiscos y hacértelo sin compasión mientras te enterraba su potente polla hasta el fondo

Con su 1’95 y un cuerpo digno de ser esculpido, especialmente su torso, sus fuertes piernas y su abultada

Poseía unos rasgos varoniles, duros y seductores. Su sonrisa torcida al igual que su mirada era devastadora y letal


Un ruido seco anunciaba lo inevitable, todo se quedó a oscuras y el aparato los sacudió provocando que Nathan cayera prácticamente sobre el muchacho contra el suelo, dejándolo atrapado bajo su cuerpo, mientras le flanqueaba con el mismo…Una de las dos respiraciones se contuvo un instante.

Lo último que había visto aquel muchacho antes de que la luz del ascensor desapareciera habían sido esos ojos penetrantes de aspecto ambarino…-¿Estás bien?...-Preguntó Nathan con esa voz grave y profunda.

-Sí…Sí, eso creo…-La verdad es que estaba un poco asustado, joder, no es que le dieran miedo los puñeteros ascensores pero después de haber estado fantaseando todos los días con tirarse a su vecino, que estaba demasiado bueno como para poder dejar de mirarlo, sobre todo cuando usaba camisetas ajustadas y pantalones que dejaban poco a la imaginación…Ahora lo tenía ahí para él solito

¡Y ni siquiera sabía si le gustaban los hombres!…El muchacho movió su pierna de forma involuntaria y se topó con la erección de Nathan.

Se quedó completamente estático cuando lo hizo, ¡estaba empalmado!...Una sonrisa se dibujó en el rostro del castaño al sentir la rigidez y dejó que una varonil carcajada escapara de sus labios…Su aliento rozó el rostro del joven al reír.

-Eh lo, lo siento…-Intentó moverse de debajo de su musculoso cuerpo, pero no se lo permitió.

-¿Que sientes?...-Preguntó en la oscuridad sobre su oído de forma aterciopelada, rozando su mejilla con la incipiente barba de a penas dos días, lo que provocó un estremecimiento en el joven.

Vale, ahora sí estaba nervioso, percibía el calor del otro sobre su cuerpo, y aunque no notaba su peso, la erección aplastaba su abdomen de un modo torturante…Tragó saliva

-Nada…-Susurró mordiéndose el labio mientras el corazón le iba mil por hora.

-¿Sientes clavar tú mirada en mi paquete cada vez que me pongo los pantalones de cuero, o sientes espiarme cada vez que salgo sin camiseta por las mañanas a la terraza?...-Preguntó sensualmente lamiendo el contorno de su oreja.

El otro se ruborizó hasta límites insospechados, joder que vergüenza, ¿cómo lo sabía?...

-Yo, yo…-Tartamudeó cohibido, pero la mano de Nathan bajó entre ambos y apretó el miembro del otro con fuerza, masajeándolo.

-Ah…-Soltó un jadeo por sus caricias.

Si algo le gustaba de su edificio es que los ascensores fueran tan espaciosos, eran una ventaja.

-No, espera, por fav…-Pero su boca fue atrapada por los labios de Nathan mientras la invadía sin permiso, enredando sus lenguas con ardor mientras sus respiraciones se mezclaban y mordía su lengua con fuerza.

El joven terminó por arquearse, apretando su chaqueta de cuero besándole con desespero.

-Fóllame…Ahh!- Casi lo grito de repente mientras frotaba su muslo contra la dura erección del otro mientras se revolvía, acariciando los músculos de los brazos que se contraían bajo sus manos.

-Siempre…Siempre que te veo me dan ganas de poner el culo para que me jodas con tu polla…-Admitió cachondo perdido.

Su confesión le provocó un deseo irrefrenable que impactó con una descarga sobre su miembro…De repente se encendió la tenue luz de emergencia amarillenta, sus ojos brillaron de forma peligrosa mientras le miraba y le sacó la camisa de un tirón, le alzó del suelo para estamparlo contra la pared, besándole y apretando su culo, dejando una mano en cada nalga mientras le embestía con la ropa puesta, dejándole entre la fría pared y su caliente cuerpo.

Mordió su cuello con intensidad como si fuera un perro de presa y bajó sus pantalones de un tirón

-Pues hoy es tu día de suerte…-Susurró con lascivia girándole mientras le dejaba con el culo a la vista.

Tembló de placer cuando el otro le manejó como un muñeco, cerrando los ojos sin dejar de gemir y se escuchó la cremallera de los pantalones ajenos mientras bajaban.

Nathan Apretó sus cabellos entre los dedos y el joven se sorprendió al acordarse que estaban frente al espejo del ascensor que les mostraba a ellos reflejados, y que ahora se les veía gracias a la poca luz del pequeño generador.

-Ahora pídemelo, ¿qué quieres que te haga eh?, dímelo...-Le ordenó mientras su peligroso falo, duro, gordo y amenazante se ponía entre sus nalgas masturbándose con el centro de las mismas de un modo abrasador.

Verle tras de sí dominándole, pareciendo tan enorme a comparación de su frágil cuerpo, le hizo gemir con más fuerza

-Que…Que me lo hagas…-Pidió más bajito entre jadeos.

-No te oigo…-Le amenazo dándole un fuerte azote enrojeciendo su nalga.

-Que me folles joder! Que me la metas!-Le gritó.

Neithan medio sonrió y le empaló con su verga de modo salvaje, abriéndose paso hasta sus entrañas de un embate duro y profundo.

-Ahh!!! Diosss!!!...-Gritó mientras le temblaron las piernas el muchacho.

Se encajó de nuevo contra sus piernas mientras sostenía sus caderas entrando y saliendo de su interior con fuerza y brutalidad.

-Siii asíii…ahh más másss…-Pedía entre jadeos con una mueca mezcla de placer y dolor dibujada en su rostro, mientras su ano tragaba aquel trozo de carne y sus cortos cabellos se agitaban por la fuerza de los movimientos…Se formó una película de sudor en su rostro y varias lágrimas se deslizaron mientras no paraba de moverse de forma candenciosa contra él

Neithan seguía con aquel ritmo algo fiero, jadeando ronco como un caballo mientras sus cuerpos chocaban y sus testículos golpeaban con fuerza sus perfectas y redondas nalgas

Le dolía y a la vez le gustaba, era un sádico de mierda, las contracciones se cerraban sobre el miembro del otro apretándole más, sintiendo cada terminación nerviosa en su recto.

-Me voy a correeer…-Gimió con desespero sintiendo el aliento ajeno golpear contra su nuca…Nathan cogió su miembro y tapó la punta de este.

-Aún no…-Aseguró malicioso y burlón provocándole un estremecimiento al joven

Sus pectorales se agitaban por el movimiento que había tomado contra el muchacho, mientras sus estrechas y calientes paredes le ahogaban con una fuerte fricción.

-AHH Nathan!!!No puedo!-Gritó como un desaforado negando varias veces, sí, sabía su nombre…Al contrario que él, que no tenía ni idea del suyo

-No ahhh!!!...-Se estremeció de la cabeza a los pies y terminó por correrse en la mano del otro manchándola de semen, arqueándose mientras el orgasmo le sobrevenía con fuerza dejando los ojos prácticamente en blanco.

A Nathan le impactó el orgasmo del muchacho y siseó entre dientes, pero siguió cegándose en su próstata hasta que terminó por inundarle con una buena descarga y un gruñido gutural que acalló en su hombro.

Tras unos instantes se apartó de su cuerpo, saliendo de él mientras el semen se deslizaba por las piernas del joven y prácticamente se derrumbaba jadeante por las embestidas del castaño.

-Dios…-Murmuró relamiéndose los labios intentando ponerse la ropa aún desde el suelo, ese tío era increíble.

Nathan se colocó bien los boxers y le miró desde arriba con cierta arrogancia y gesto burlón…-Sí… ¿No ha estado mal, verdad?…-Sacó un cigarro del bolsillo del pantalón y de repente tocó un botón…Desbloqueando algo que él mismo había hecho, ¡había bloqueado el ascensor aposta! Que hijo de… ¡Le había engañado!

-¿Al quinto verdad?..-Preguntó refiriéndose al piso, mientras le daba una larga calada al cigarro lanzando el humo hacia arriba…Entonces posó su mirada de forma maliciosa en él

El joven no pudo más que mirarle con la boca y los ojos abiertos de par en par como si no lo creyera

Aunque bueno, no le importaría que volviera a bloquearlo