Lupita y su deseo de dominación

Ella me había confesado que se estaba acostando ya con su novio, con el cual llevaba dos años de relación, pero que el sexo no era lo que ella esperaba, que sus amigas le contaban que disfrutaban las noches de pasión con sus novios, que en ocasiones les dolía demasiado lo que les hacían, pero el placer las hacía olvidar.

Poco a poco me fui enfrascando con Lupita en una conversación subida de tono, a la cual el alcohol y el momento nos habían llevado. Ella me había confesado que se estaba acostando ya con su novio, con el cual llevaba ya dos años de relación, pero que el sexo no era lo que ella esperaba, que sus amigas le contaban que disfrutaban las noches de pasión con sus novios, que en ocasiones les dolía demasiado lo que les hacían, pero el placer las hacía olvidar. Yo le platiqué que mi novia a veces se quejaba de dolor también, pero que siempre terminaba teniendo un orgasmo al final del cuento, y fue entonces cuando ella me dijo que su novio era demasiado condecendiente con ella, que al principio había estado bien que la tratara con cuidado, pero que después de 4 meses de tener relaciones ella quería disfrutar de algo más violento - y cuando mencionó esa palabra hizo alusión a las películas que dijo que veía con su novio en los moteles - Desde aquel entonces me encantaba armar historias de sexo en mi cabeza y contarlas, asi que comencé a platicarle cómo yo jugaba a dominar a mi exnovia, y le dije que ella sentía lo mismo al principio, pero que una vez que comenzamos con eso, nuestra vida sexual se volvió plena - nada de lo que le conté era cierto, pero disfrutaba tanto ver las reacciones de ella que seguí inventando la historia por más de media hora - Para cuando teminé mi historia noté que Lupita estaba ardiendo de calor, y comenzaba a ver a un lado y a otro a la gente que estaba en la reunión - en la cual no había asistido ni mi novia ni su novio, ya que la habíamos organizado solo para el grupo de amigos de la escuela y sin parejas - De pronto Lupita detuvo mi plática y con una especie de desesperación en su voz me dijo que era una lástima que su novio no la tratara asi, pues lo que yo estaba platicando era exactamente lo que ella quería.

A pesar de que Lupita siempre me había gustado, jamás había intentado algo con ella, pues era de mi grupo de amigos que estabamos juntos desde la preparatoria, sin embargo en ese momento entre la borrachera que traía y la calentura de la conversación, no dudé ni un segundo y me ofrecí a enseñarla a ser dominada - guardando aquello en secreto de toda la demás gente - Mientras esperaba la negativa de Lupita, tal vez acompañada de molestia de su parte, me sorprendí completamente con la respuesta de ella. "Pues no estaría nada mal en verdad" me contestó la chica, y mirando hacia todos lados me dijo que ella era una chica bastante caliente, y que siendo yo uno de sus mejores amigos, estaba dispuesta a eso siempre y cuando le jurara que nunca nadie lo sabría, y cerró diciendo que yo no le gustaba, que lo hacía solo por aprender más sobre los placeres del sexo.

Su comentario no me importó en lo más mínimo, y con cierta emoción en mi voz le dije que en ese momento partieramos a un motel para dejarnos llevar por la lujuria, a lo cual ella accedió y rápidamente me ofreció la idea de avisar que ella ya se iba, y manejar su carro hasta un punto intermedio donde nos encontraríamos. Todavía sin poder creerlo, tomé mi carro y sin avisarle a nadie me fui trás de ella unos minutos después. Durante todo el camino fui pensando qué haría realmente con ella, pues yo nunca había dominado a nadie, y decidí tan solo aplicar lo que había leído sobre dominación y lo que había visto en películas pornográficas.

A medio camino nos encontramos y nos montamos los dos en mi carro, de ahi nos fuimos al motel Scala, que era el más cercano a donde estabamos en la reunión. Durante el camino y en el momento en que entramos a la habitación Lupita estaba increíblemente tensa, no hablaba ni una palabra, y solamente entró y se puso a ver para todos lados el cuarto como reconociendolo o conociendolo - realmente nunca supe si conocía o no ese motel - Se sentó en la cama y encendió la televisión para buscar una película pornográfica, yo la dejé que lo hiciera y después me fui hacia el baño sin decirle nada y me metí en la regadera dos minutos para dejar que la chica se relajara y calentara un poco. Me vestí nuevamente y cuando salí del baño ella me reclamó que la hubiera dejado sola, a lo cual solo contesté que apagara la televisión y se fuera a meter a bañar, y cerré diciendole que saliera solamente en ropa interior. Ella se sonrió ante mi comentario y me contestó: "Si jefe", a lo cual contesté con un tono fuerte y cara de seriedad que no estaba jugando, que lo hiciera y no dijera nada. Ella se puso sería y fue a hacerlo.

Tardó demasiado tiempo, yo ya estaba ansioso por tomar a esa mujer, sin embargo me dio suficiente tiempo de pensar en lo que haría con ella. De pronto escuché que la puerta del baño se abría y ante mi apareció Lupita vistiendo un bra color beige, bastante conservador y una pantie que cubría bastante parte de sus nalgas - en ese momento comprendí porqué no lograba excitar tanto a su novio - sin embargo su cuerpo era bastante atractivo, a pesar de un par de kilos de más que se le notaban en la cintura. Me puse de pie y me fui acercándo a ella mientras la miraba de arriba a abajo. Ella me veía como extrañada por mi reacción, y una vez que estuve frente a ella la miré a los ojos y le dije: "Enseñame las tetas". Ella continuó seria, pero se fue quitando poco a poco el bra hasta que se quedó con un medianamente atractivo par de tetas de fuera. Las miré por un par de segundos y luego estirando mis manos comencé a sobraselas primero despacio y después un poco más duro, ella cerró los ojos para intentar disfrutar de lo que le hacía, pero pareció que no terminó por disfrutarlo mucho. Cuando terminé le dije que se fuera a la cama y se acostara boca abajo en el borde de la cama, dejando sus piernas colgando hacia el suelo. Muy despacio se fue hacia la cama y lo hizo, yo me fui detrás de ella y cuando tuve la vista de sus nalgas frente a mi me di cuenta que eran realmente atractivas, en ese momento comencé a ponerme más caliente, pero tenía que recordar que la chica quería ser dominada y no debía entregarme a la cachondez.

Me acerqué a ella por detrás y le pegué tremenda nalgada que debió dolerle bastante, ella solo pegó un ligero grito. Después de la nalgada me acerqué a su oído y le dije en voz baja: "Como puede tu novio respetarte teniendo este par de nalgas que a cualquiera volverían loco". Ella se sonrió y me contestó preguntandome si a mi me estaban volviendo loco. No le contesté nada y volví a su trasero, en esta ocasión comenzando a manosearselo completito y metiendole algunos pellizcos que la hacían pegar de pequeños gritos. Poco a poco fui haciendo las caricias más calientes y metiendo mi mano entre sus nalgas para alcanzar su raja, ella abría las piernas para que yo tuviera un mejor acceso, asi que comencé a sobrale despacio las nalgas y la rajita por encima de la pantie.

Trás un par de minutos ella ya gemía ligeramente y yo ya tenía una erección que mantenía escondida de ella pues estaba sentado y no me estaba viendo de frente, y decidí que era tiempo de dar el siguiente paso. Tomé su pantie del elástico con mis dos manos y comencé a bajarsela para descubrir poco a poco ese hermoso par de nalgas, que una vez que no tuvieron esa ropa interior tan fea encima me causaron mucho más excitación de la que ya traía. Comencé a darle pequeñas nalgaditas acompañadas de caricias - al fin lo que necesitaba era poner a esa chica muy caliente antes de pasar a la parte que ella esperaba - Ella gemía despacio cuando se las acariciaba, asi que lo siguiente fue poner mis manos sobre cada una de sus nalgas y apretandolas fuertemente comencé a abrirlas todo lo que pude. La vista fue excelente: Un culo perfectamente limpio de vellos e impurezas de piel, color rosita, y debajo un par de labios vaginales muy abultados y cubiertos por vellito rubio. No me aguanté más y me entregué a la calentura metiendo mi cara entre sus nalgas y comenzando a pasear mi lengua por sus labios vaginales, a lo cual ella respondió con gemidos mucho más fuertes y comenzando a apretar la colcha de la cama donde la tenía empinada. Me incorporé y le dije con voz media "¿Quieres que te la meta?", a lo cual ella contestó que si. - eso me hizo saber que la chica ya estaba calientita y era hora de pasar a lo siguiente -

De mi carro había bajado sin que ella se diera cuenta un gel lubricante y 3 condones - cosas que siempre cargaba para cuando mi novia y yo nos calentabamos en el camino y lo hacíamos en el carro - Fui por el tubo de lubricante y me puse suficiente en la mano derecha. Regresé a donde estaba ella - por el espejo vi que estaba tratando de ver lo que hacía de reojo - le puse la mano derecha sobre los labios vaginales y abarcando hasta su culo comencé a untarle el lubricante en toda el área. Apenas sintió lo frío del gel y pegó un tremendo gemido mientras apretó las nalgas en señal de gran excitación. Yo continué untandole lubricante por todos lados y al final coloqué mis 4 dedos principales sobre la vagina de Lupita sin hacer nada. Ella gemía suavemente y contoneaba el culo de un lado a otro muy despacio. Poco a poco comencé a mover mi mano de arriba a abajo acariciando la raja de Lupita, eso la hizo ponerse como loca, pues indmediatamente comenzó a gemir más duro y a contonearse más - No sabía si era el hecho de estar con alguien que no fuera su novio, o la chica se excitaba con muy poco - asi que mientras la sobaba comencé a meter y sacar mi dedo mayor en su vagina. Entre el lubricante y la calentura de la chica no batallé mucho, pero si noté que su vagina no era muy amplia, asi que seguí con el dedo anular.

Dentro de su vagina movía mis dos dedos mientras la chica explotaba de exitación. Continué con el dedo índice - ya con algo de problemas - y terminé con los 4 dedos principales entrando y saliendo de mi amiga a placer mientras ella pegaba de gemidos y algunos gritos de dolor cuando me pasaba un poco de fuerza. Muy lentamente comencé a tocar con mi dedo pulgar el rosita culo de Lupita mientras ella continuaba gimiendo por mis demás dedos que la estaban haciendo explotar. Intenté irlo metiendo poco a poco sin éxito al principio, pues sentí claramente donde mi amiga cerró fuertemente el culo cuando mi dedo intentó entrar por pimera vez, asi que dejé de meterle los demás dedos en la vagina y me concentré en sobarle el ano con el pulgar para irlo lubricando y aflojando un poco. Mientras lo hacía Lupita me veía por el espejo lateral y comencé a ver donde cambiaba su cara de excitación por una de angustia, hasta que después de varios intentos me dijo: "Mejor por ahi no". Yo solo le sonreí por el espejo y le pregunté si quería ser dominada o no.

Ella me hizo una señal con la cabeza que si, e inmediatamente después empecé a empujar más duro la mano metiendo poco a poco mi dedo en su ano mientras ella gritaba de dolor y seguía cerrandolo fuertemente y apretando mi dedo. Después de variso intentos y habiendo metido más o menos la mitad del dedo, sentí donde Lupita en uno de sus gritos soltó completamente el ano y mi dedo entró con facilidad hasta que mi mano topó de lleno entre sus nalgas. Aproveché para comenzar a masturbarle el culo metiendo y sacando el dedo rápidamente sin que ella opusiera ningún tipo de resistencia, seguí haciendolo por un minuto hasta que opté por meter también mi dedo principal y anular en la vagina de Lupita, y apretando mi mano dentro de ella para tratar de que mi dedo pulgar tocara el anular por dentro de su ano y vagina. La chica explotaba de pasión y de dolor mientras yo ya no aguantaba más sin metersela en ese momento. Me mantuve asi por algunos minutos hasta que ella empezó a hacer ruidos extraños como indicando que se iba a venir - me parecía increíble que con solo los dedos estuviera lograndolo, pues mi novia era mucho más dura para ceder en es sentido - asi que le saqué los dedos inmediatamente mientras ella me pegó un grito de: "noooo, no te detengas". Me quedé inmóvil un momento, y después acercándome a su oído le dije en voz baja que ella no era quien daba las órdenes.

Tan pronto me quité de su oído ella hizo un pequeño berrinche como de niña y le dio un golpe a la cama - eso me hizo saber cuanto estaba disfrutando de mi mano, asi que podía esperar mucho más esa noche - Le dije en voz alta que se sentara en la cama.

Poco a poco se fue levantando y se sentó en la cama viendo hacia mi. Cuando se incorporó pude ver que tenía una mueca como de un niño cuando le niegas un dulce, lo cual logró excitarme muchísimo. Luego se dio cuenta de mi erección y se quedó fija mirando a mi bulto. Me sonreí y le pregunté que si la quería ver. Ella me contestó que si con la cabeza sin quitar la vista de mi erecto pene que se marcaba en el pantalón que traía puesto. Le pedí que no se moviera de su sitio y comencé lentamente a quitarme los zapatos y los calcetines que traía puestos.

Ella pensó que empezaría a desnudarme para hacerle el amor, pero cuando me vio que amarraba mis calcetines juntos vi de reojo que hizo una mueca de extrañez ante lo que hacía. Me acerqué de nuevo a ella y le dije que cerrara los ojos - asi lo hizo - y comencé a amarrarle los calcetines alrededor de su cabeza para que ella no viera. La calentó un poco lo que hacía, pues pude ver como se sonreía mientras se dejaba tapar los ojos. Una vez que comprobé que la venda estuviera apretada, comencé a desnudarme haciendo el suficiente ruido para que ella se diera cuenta de que me estaba quitando la ropa. Me paré completamente desnudo frente a ella y pude notar que se sentía un poco desesperada por no poder verme ni tocarme, asi que me fui acercando poco a poco a ella. Ella comenzó a sentir mi presencia cerca, pues noté que se inquietó un poco más cuando puse mi pene muy cerca de su cara.

¿Qué es? le pregunté cuando ella comenzó a mover un poco su cara como buscando palpar u oler lo que se le estaba acercando. "Te verga" me contestó. ¿A qué huele? le dije. "Rico". ¿Te la quieres comer?. "Si". Abre la boca. Lupita abrió la boca y poco a poco me acerqué hasta ponerle la cabeza de mi pene en sus labios. Reaccionó de inmediato comenzando a lamerla y besarla - cosa que me puso calientisimo - poco a poco comenzó a comersela metiendosela a la boca hasta la mitad. Luego comencé yo a empujar su cabeza hacia mi cuerpo poco a poco obligandola a que se la comiera toda. Sentía donde le llegaba hasta la garganta y hacía como si se fuera a vomitar, pero eso no me hizo detenerme y continué empujando su cabeza para que se la metiera hasta el fondo.

En un momento en que se la saqué de la boca porque sentí que me vendría dentro de ella, Lupita me dijo: "está grande". ¿Mucho? le contesté. "Si, mucho" ¿La quieres adentro de ti? "Si, si la quiero" Le dije que se pusiera de nuevo boca abajo en la cama, y a tientas lo hizo. Luego le dije que volteara la cara hacia el lado de la cama donde no había espejo, y cuando lo hizo le quité la benda de los ojos y le dije que pusiera sus manos sobre su espalda. Lo hizo, y una vez que las tuvo juntas comencé a amarrarla de las muñecas - su reacción fue un tanto rara, pues comenzó a reírse cuando la amarré, y me dijo que nunca la habían amarrado pero que siempre había querido hacerlo asi - Me fui hacia un lado de la cama, tomé una de las almohadas y la coloqué bajo su cabeza, ella solo dijo "eres muy amable", imagino pensando que se la había puesto para que descansara la cabeza. Me regresé para la parte de atrás de la cama y comencé a jalarla de las piernas para que le quedaran las nalgas justo en el borde de la misma. Saqué uno de los condones del paquete, me lo puse y mientras lo hacía comencé de nuevo a meterle los dedos en su vagina, lo cual la puso a tope nuevamente logrando sacarle un par de gemidos otra vez. Poco a poco fui dejando de meterlos en la vagina y comencé de nuevo con el culo. En esta ocasión ya no se quejó y permitió que mi dedo entrara con facilidad al segundo o tercer intento.

Después de aflojarla un poco me fui inclinando lentamente sobre la cama apoyandome en uno de mis brazos, mientras con la otra mano tomaba mi pene y lo colocaba en la entrada de su ano. "Nooooo, la verga no" dejó salir un grito de su boca mientras comenzaba a removerse en la cama como tratando de zafarse al hecho de que la penetrara por el culo. Sin embargo no lo logró, pues la tomé firmemente de las caderas jalandola más hacia mi para no tener que apoyarme en la cama y comencé a metersela poco a poco con muchísimo esfuerzo. Cada centímetro que entraba ella apretaba y lograba causarme mucho dolor.

Ella misma lanzaba unos gritos de dolor horribles en cada empujón que le daba hacia adentro. Debo haber tardado unos 2 o 3 minutos en total para meterla hasta el fondo, sus gritos eran terribles y la fuerza con la que se movía para tratar de zafarse era mucha, sin embargo después de un momento tuvo que ceder y encontrandose ya con la totalidad de mi pene dentro de su culo cedió su fuerza para permitirme penetrarla con placer y comenzó a llorar a grito abierto. Estaba a punto de perder la erección dentro de ella cuando sentí que aflojó su cuerpo, pero rápidamente recuperé la dureza y comencé a moverme dentro de ella como si la estuviera penetrando por la vagina. - era la primera vez que yo tenía sexo anal, y me di cuenta de que no podía hacerlo con la misma fuerza que si fuera por la vagina, asi que poco a poco comencé bajar el ritmo de la penetración - Se la sacaba hasta la mitad y luego volvía a introducirla con mucho esfuerzo. Poco a poco ella pasó de los gritos y el llanto a intentar disfrutar lo que estaba sucediendo. Mientras la pentraba le pellizcaba fuertemente sus nalgas, pude ver cuando las soltaba que estaban ya bastante rojas, pero decidí no dejar de hacerlo aunque eso pudiera causarle un problema con su novio. Continué disfrutando del culo de Luita durante unos 5 minutos más, para ese entonces ella ya se había soltado por completo e incluso movía su cuerpo hacia adelante y atrás para ayudar al movimiento natural que yo estaba haciendo, ya para ese momento sus gritos habían desaparecido y se habían convertido en gemidos de placer en cada penetración.

Justo cuando sus gemidos volvieron a tomar un ritmo mas rápido y una intensidad más fuerte le saqué de golpe el pene y me quedé de pie detrás de ella sin decir nada. En esta ocasión su berrinche fue mayor al anterior, ya que al no poder mover las manos comenzó solo a mover su cuerpo tendido boca abajo en la cama y me gritó bastante fuerte que era un imbécil. Nuevamente su comentario me causó risa, pero la soporté para que ella no lo notara. Te gustó? - le pregunté "Me dolió animal, me dolió mucho" Acaso no era lo que pedías? dolor? Hizo silencio un momento mientras trataba de ver que es lo que estaba yo haciendo - había comenzado a cambiarme de condón para penetrarla por la vagina - y justo antes de que terminara me preguntó ya mucho más tranquila qué estaba yo haciendo. Le respondí que estaba poniéndome un condón nuevo para seguir gonzandola y cerré diciendole que nunca había penetrado un culo tan apretado como el de ella. No pareció gustarle mucho mi comentario pues no contestó nada. Para ese momento yo ya estaba listo para penetrarla nuevamente, asi que poniéndome detrás de ella le dije que abriera muy bien sus piernas.

Ella comenzó muy lentamente y con movimientos torpes a abrir las piernas, y una vez que las tuvo lo más abiertas que pudo le puse la cabeza de mi pene en la entrada de sus labios vaginales. Apenas lo hice y ella lanzó un suspiro como de alivio porque en esta ocasión lo haría por donde ella estaba acostumbrada. Retiré mi pene e introduje dos dedos para ver si seguía lubricada, y me di cuenta que si, asi que volví a ponerme ahi y antes de hacer algún movimiento le pregunté si estaba lista. Ella me dijo que si, que lo hiciera ya y que no me detuviera hasta que ella se viniera - realmente no era muy difícil, pues la chica se venía muy rápido por lo visto - Comencé a mover muy lentamente mi pene metiendo solo la mitad de la cabeza y sacandola de nuevo, los gemidos volvieron a Lupita, y en un momento en que la sentí tranquila y relajada le dejé ir completamente el pene hasta que mi pelvis chocó con sus nalgas. Nuevamente esto provocó un grito de dolor y en esta ocasión me llamó idiota. Dejandosela adentro le pregunté que como me había dicho, y en el momento que ella repitió la palabra se la saqué y volví a meterla de un golpe empujando su cuerpo contra la cama. Ella volvía a gritar y volvía a insultarme, y cada vez que lo hacía yo entraba en ella con más fuerza. Llegó el momento en que tuvo que repetir insultos acompañados de un fuerte gemido cada vez que la penetraba, y asi seguimos por algunos minutos hasta que dejé de hacerle caso a sus insultos y comencé a darle lo más rápido que podía mientras ella se fundía en gemidos y gritos y hacía el esfuerzo por soltar sus manos de la benda con la que se las había amarrado.

Pronto le solté las manos del amarre y ella sola se volteó para quedar boca arriba en la cama, me hizo una señal para que fuera sobre ella, pero esa noche no la complacería haciendole el amor en la misma y aburrida posición en la que su novio se lo hacía. Asi que nuevamente la jalé de los pies para dejarla al borde de la cama y la penetré de nuevo. Apenas la tuvo adentro y comencé a abrirle las piernas lo más que podía - debo reconocer que la chica tenía una elasticidad increíble - pues por poco y no me alcanza el largo de mis brazos para abrir todas sus piernas. Eso pareció no dolerle, pero también me di cuenta que nunca lo había hecho asi, pues levantaba su cabeza y volteaba a ver su vagina para ver que tan abierta estaba y como mi pene entraba y salía de ella. Empujé mi cuerpo contra el de ella, moví mi cadera en circulos, y la golpeé nuevamente con mi pelvis. Cada movimiento ella parecía disfrutarlo más, y al cabo de unos minutos vi que nuevamente comenzaba el rito de su orgasmo prematuro. Sus manos comenzaron a ceñirse a la cama, su cabeza miró hacia el techo y sus gritos se volvieron como los de un animal en brama cuando lo están matando. Segundos después Lupita tuvo un orgasmo y se desplomó sobre la cama inerte antes de que yo me viniera. Pocas veces había estado con una mujer que acabara tan rápido, pero eso me daba la posiblidad de seguir obteniendo placer de ella, asi que me saqué el condón de golpe, le dije que se sentara en la cama y una vez que lo hizo me puse frente a ella y le dije que quería que me los sacara con la boca y se los comiera.

Su reacción fue de sorpresa - se notó que tampoco eso lo había hecho nunca - Me fui acercando a ella poco a poco mientras le decía en un tono fuerte que no había logrado darme placer, que solo ella lo había obtenido, y que ahora debía hacerme el mejor sexo oral que me hubieran hecho en mi vida para que yo pudiera quedar contento. Ella me miró con una cara como de arrepentimiento por lo que le había dicho, luego bajó la vista y con una determinación terrible tomó mi pene de la base y se lo metió a la boca tan adentro como le fue posible. Comenzó a lamerlo, mamarlo, morderlo y babearlo de una manera que pocas mujeres me lo habían hecho. Realmente comenzó a excitarme mucho la manera en que lo hacía, asi que mientras estaba en eso yo comencé a manosearle las tetas y a jalarla del cabello hasta que estuve realmente excitado. Empecé a dejarme llevar por la excitación y a gritarle que se los tragara, que me los sacara todos, que me encantaba la manera en que lo hacía, y eso pareció darle más gasolina para hacer más rápido su trabajo. Pronto comencé a sentir que subían y no pude evitar comenzar a gritar y a apretarla de los brazos para indicarle que en unos segundos su boca estaría llena de leche caliente. Y asi fue, comencé a escupir leche dentro de ella y ella a tratar de zafar su boca de mi pene, pero yo la detuve para que no lo hiciera mientras le gritaba que se los tragara todos. La vi como con esfuerzo comenzó a pasar tragos de leche, uno trás otro mientras yo seguía soltando chorros dentro de su boca. Terminé de soltarlos y ella de tragarlos y se levantó inmediatamente a tomar unos tragos de agua de un bote de cortesía que estaba en la habitación.

Cuando regresó comencé a verla de arriba a abajo, realmente era muy atractiva y cuando nuestros ojos se encontraron de nuevo le dije: Te hace falta mucho entrenamiento Lupita, pero conmigo aprenderás cosas que a tu novio lo van a convertir en un animal en la cama. Ella me sonrió y acercándose a mi comenzó a sobrame las bolas y me dijo al oído: "¿Cuándo es el siguiente entrenamiento'".