Lunes
Cuando pasamos de niños a adolescentes nos suceden tantas cosas en el camino hasta convertirnos en adultos, no todas se pueden contar, en mi caso necesite un diario que acabo de encontrar en el desvan, afortunadamente lo encontre yo, y no encontre mejor sitio que este para comentarlo.
Lunes
En 1988, Mis dos mejores amigos ya habían salido de la secundaria, cursaba el 2do año y su ausencia la resentía porque aunque eran mayores que yo me llevaba muy bien con ellos. Pues cuando salíamos de la secundaria me esperaban y nos íbamos caminando platicando de todo rumbo a la casa. Y al graduarse ellos me quede solo, ya que ningún compañero de mi salón iba por el mismo rumbo que yo. Con el paso del tiempo me di cuenta que no platicaba con nadie de mis cosas, de lo que me pasaba, y es que ellos aunque eran mayores siempre me incluyeron en la plática, bromeábamos, hablamos de nuestro día de cómo nos había ido. Ellos me escuchaban y me hacían sentir bien, eran hijos de familia sin malicia, nunca escuche algo vulgar, corriente en sus comentarios.
Mi padre trabajaba toda la mañana y llegaba a casa a las 3.00 p.m. aproximadamente y a pesar de eso con mi padre no platicaba nada, para el solo era revisar mi tarea y claro que el uniforme de la secundaria no lo tuviera sucio sino me castigaba, de ahí en fuera nada. Mi madre llegaba cansada, ella trabajaba desde las 9.00 mañana hasta las 7.00 noche y cuando llegaba era cenar y dormir. Todos estos factores se fueron dando para tener una vivencia como nunca en ese entonces en mi corta vida.
Un viernes mi padre llego molesto que tenía que trabajar durante 15 días hasta las 10.00 de la noche, me dio tanto gusto pues tendría la televisión a mi disposición durante ese tiempo para ver mis programas favoritos todo ese fin de semana estuve contento, esperando llegara el lunes. El primer lunes después de la escuela, vi la televisión pero no encontré nada bueno que ver, así que decidí ir a los campos de futbol, ahí vi un grupo de niños, jugando futbol me pareció entretenido unirme a ellos. En ese grupo estaban Don Jorge, Luis y Manuel que eran los mayores del grupo. Hicimos equipos y me todo jugar junto a Manuel.
Manuel tenía 31 años con un cuerpo atlético y yo era muy menudito en el campo hicimos una gran pareja les ganábamos a todos las retas, y a raíz de eso empezó a surgir una cierta simpatía y con el pretexto de entrenar nos quedábamos en el campo después de los juegos pero apenas se alejaban, nos sentábamos y platicábamos de todo de mis problemas de la escuela, de sus vivencias hasta las 7.00 pm que me iba a casa porque tenía que bañarme y cambiarme ya que terminaba empolvado y mi mama descubriría que me salía cuando no estaba mi papa. Durante esos quince días esa amistad se fortaleció, tanto que llegue a invitarlo a la casa. El último viernes que mi padre trabajaba tarde me propuso irnos de pinta el lunes ya que no podíamos jugar más en la tarde y acepte.
Lunes:
Ese lunes me desperté temprano, me bañe y me puse mi uniforme tome mi mochila y me salí de la casa, ya me esperaba en la esquina de la calle, me saludo y caminamos rumbo a su casa que se encontraba a tres calles de la mía, solo que el vive en la avenida enfrente de los campos de futbol. Al entrar vi la mesa puesta y me dijo:
-Tengo todo listo para desayunar, en el sillón esta un pants, cámbiate para que no ensucies el uniforme y tu padre no te regañe. Que te parece-
-Claro que si-le respondí
Me pareció excelente idea, así mi padre no se enojaría conmigo y jugaría más a gusto sin temor a ensuciarme. Empecé a desvestirme me quite el suéter, la camisa y al estarme quitando el pantalón me observo, se acercó y me pregunto acariciándome una pierna
-Acaso te depilas tienes las piernas muy lisitas y muy duras-
Le respondí sin dejar de reírme, sinceramente me pareció muy cómica la pregunta.
-Claro que no jajaja como crees-
Me las apretó sin dejar de sonreír, viéndome fijamente, me soltó y se alejó a sentarse a la silla de la mesa, esperándome para desayunar, termine de vestirme el pants me quedaba un poco ajustado, pensé se habría equivocado de talla, pero no el modelo era así. Estaba cómodo y fresco. Me acerque a la mesa me senté y me dijo:
-Adelante sírvete lo que quieras, sonriéndome-
En la mesa, había café, leche, fruta, pan, chocolate, pero no estaba lo que más me gustaba el cereal, así que le pregunte mientras él se servía leche a su café.
-Perdona no tienes cereal, si no tomo café con leche-
-Claro que sí, casi no como cereal, pero si tengo una caja en el fondo de la alacena, tómalo y si quieres otra cosa con confianza- me dijo sonriéndome
Su cocina era integral tenía su alacena fijada a la pared y debajo de esta el fregadero. Su alacena estaba un poco alta para mí 1.58 de estatura así que tuve que apoyarme en el fregadero para alcanzar el cereal, y en esa estaba cuando se levanta súbitamente se posiciona detrás de mí me toma de la cintura me eleva hacia la alacena para alcanzar el cereal, cuando lo alcanzo me baja lentamente y sentí la presión de su pene en mis nalgas fue un instante me quede confundido, mientras el me preguntaba:
-Estas muy durito, practicas otro deporte aparte del futbol-
Le respondí recuperándome de la impresión del momento.
-Si desde niño practico mucho ninguno en específico-
Continuamos desayunando esperando dieran las 9.30 para salirnos al campo a jugar, tenía temor que mi padre me viera al irse a trabajar así que por lo mientras platicamos como siempre, Jesús me escuchaba atentamente todas las tonterías que a esa edad se te ocurren, nos reíamos mucho. Al dar las 9.40 nos salimos al campo entrenamos durante tres horas practicamos tiros de larga distancia, penales, dribling y finalmente dominadas.
Regresamos a su casa como a la 1.00 p.m. me dijo que me diera un regaderazo en lo que el preparaba algo de comer, así lo hice metí mi uniforme al baño excepto mi suéter pues ya hacía calor, ya dentro me desvestí deje el pants en la ropa sucia como el me indico, me bañe y al terminar me puse mi ropa excepto mi ropa interior que guarde en mi bolsillo, ya que no me agrada ponerme algo sucio después de asearme. Cuando salí ya estaba en la mesa un jugo de naranja con sándwich gratinados, me senté y comimos casi no hablamos, pensé que había hecho algo que no le agrado.
Al terminar de comer me ofrecí a lavar los vasos y platos en agradecimiento, los lleve al fregadero, me dispuse a lavarlos cuando me dice que me ayudaba e inmediatamente se pone detrás de mí, presionándome contra la barra, se acomodó de tal manera que su pene se recargara en mis nalgas, empezamos a lavar los trastes, sentía su respiración en mi oído, sus labios rozaban mi cuello, mientras su pene lo frotaba con lentitud en mi trasero, mientras yo experimentaba un calor combinado con un zumbido, una sensación desconocida, sentía como que estaba fuera de la realidad, no se cuánto tiempo paso, una y otra vez su pene lo frotaba y lo estaba disfrutando, la falta de mi ropa interior combinado con su short de licra parecía que estábamos desnudos fue casi al tiempo que esa sensación me hizo sentir sus palpitaciones combinadas con las mías, los dos al mismo tiempo dijimos terminamos al estar enjuagando el mismo vaso. Nos sonreímos al mismo tiempo y estaba recuperándose de lo que acabamos de terminar. Me dice sin dejarme de observar.
-Mañana-
Y aun sin recuperan los sentidos le dije.
-Si, ahí te dejo tus trastes-
Tome mi mochila y Salí corriendo de su casa