Luna mi Alter Ego IV

Siguen las aventuras de Luna...

Estaba en casa de mis amigos, sentada en la mesa mirando como ellos digerían toda la información cuando sonó mi móvil.

“-Hola esmeralda, hoy he estada muy liado. Tu cita de esta noche ha tenido que ser anulada y no me gustan los cambios de última hora, por ello tienes la noche libre. Descansa para que puedas afrontar a tope tus dos últimos días a mis órdenes.”

Dejé algo descorazonada el móvil en mi bolso y mientras Julián y Arturo retiraban la mesa. Ambos me interrogaron con sus miradas al volver de la cocina.

-No hay nada planeado, soy toda vuestra esta noche-dije sin maldad-

Ambos se miraron de una manera que se me antojo extraña, pero ninguno dijo nada. (Siguieron retirando la mesa).

-¿Tomamos una copa mientras vemos una peli o te vas?–dijo Julián volviendo de la cocina-

-Por mi perfecto

Arturo trajo dos vasos con hielo, uno para ellos y otro para mí. Los rellenó y tomamos posiciones en el sofá.

Como ya era la costumbre yo me ponía en una punta del mismo, Arturo en la otra y Julián en su amado sillón. Me tapé con la manta y Arturo hizo lo mismo mientras en la tele empezaba la película.

Como también era normal Arturo masajeaba distraídamente mis pies cuando Julián acercando el sillón al sofá me pasó el bol de palomitas, yo me estiré para coger unas pocas y apoyé mi cabeza en su hombro mientras hurgaba para coger.

Entonces Julián me miró diferente y girando más la cabeza sus labios rozaron los míos, di un salto y miré a Arturo, esperaba ver sorpresa en su rostro pero no la había. Por el contrario tiró de mis pies y siguió con sus masajes mientras Julián acercándose de nuevo beso mi cuello.

-Cariño, solo hoy. Los tres tenemos claro quiénes somos y que queremos, mañana volverás a ser mi casi cuñadita pequeña y volveré a adorarte como tal, pero ahora te deseo. ¿Qué opinas?-pregunto lánguidamente Julián en mi oído-

Me incorporé y sentándome me acerqué a Arturo, mi fiel y más querido amigo.

Sin decir nada le miré a los ojos preguntándole que estaba pasando. Él se incorporó más y agarrándome la cara con ambas manos acerco su cara y también me besó. Su beso fue dulce y cargado de erotismo.

-Llevamos tiempo pensando en introducir algún cambio, pero ninguno de los dos se atrevía a ir más allá, pero esta noche oyéndote ambos nos hemos excitado. Hemos llegado a la conclusión en la cocina que si alguna vez fugazmente hemos fantaseado con alguien más siempre ha sido contigo, yo ya se lo había contado alguna vez.

-Me dejáis de piedra, vosotros…

Ambos sonrieron y por primera vez me miraron como dos lobos ante su presa, vi deseo en sus miradas hambrientas y me rendí a la evidencia de que deseaba a esos dos hombres maduros con los que nunca me había imaginado en esa situación.

Ellos que me querían como a una hermana pequeña hoy deseaban, que lo hicieran ellos que no tenían sexo con mujeres me ponía aún más.

Me levanté dejándolos a ambos en el sofá y empecé a desnudarme, ante sus atentas miradas me quede completamente desnuda, hice que se sentaran pegaditos. Separé las piernas de ambos y me senté sobre una pierna de cada uno. Les abracé a los dos y bajé la cabeza para que ambos me besaran.

Los tres nos besamos, mientras las manos de Julián acariciaban mi muslo desnudo y Arturo hacia lo mismo con el que estaba sobre él.

La mano de Arturo era suave, tierna. Mientras la de Julián era más segura, más exigente y llegó antes a mi sexo que por la postura estaba abierto.

Los tres seguíamos besándonos cuando los dedos de Julián abrieron los pliegues de mi vulva y se colaron lentamente en mi vagina. Arquee el cuerpo cuando noté la penetración mientras  ambos se lanzaron a lamer mis pechos.

Fieles a su estilo Arturo era delicado, lamia mi pezón amorosamente. Julián por el contrario succionaba con devoción inflamando mis sentidos entre ambos.

Bajé las manos y rocé sus sexos sobre el pijama, ambos estaban empalmados y bien armados para mi sorpresa.

Tiré del elástico de ambos pantalones enardecida, sus pollas saltaron como por un resorte. Miré extasiada esos dos trozos de carne y los aferré cada uno con una mano. Estaban calientes, palpitantes y tras unos meneítos terminaron de crecer un poco más en mis manos.

-Chicos esto es una gozada –dije suspirando-

-Tu piel es una gozada cariño –dijo Arturo con voz ronca-

-Me encanta lo mojada y caliente que estas cielo –contesto Julián tras un jadeo-

Seguimos durante unos minutos tocándonos y lamiéndonos entre los tres, sin saber muy bien quien era quien. Sentía cuatro manos y dos bocas dándome placer.

Entre los dos me tumbaron en la alfombra, sentí el pelo suave de esta en mi espalda desnuda mientras ambos de rodillas a mi lado siguieron besando y lamiendo todo mi cuerpo.

-Es tan suave… -decía Arturo-

-Si es realmente excitante y diferente –le contesto Julián-

-¿Te gusta nena?–pregunto Arturo-

-Mucho –conteste extasiada-

Estaba al borde de mi primer orgasmo cuando Arturo me penetró con sus dedos mientras   Julián lamia la cara interna de mis muslos, no pude más y me corrí. Empujó dos dedos hasta el fondo de mi vagina un par de veces más y al sacarlos, Julián bajó la cabeza y empezó a lamerme.

Su lengua diabólica jugueteaba entre mis pliegues y al girarme vi a Arturo a mi lado completamente empalmado estaba frotando sus dedos mojados con mis jugos por su polla mientras se masturbaba suavemente sin dejar de mirar la escena.

Le mire y estirando la mano acaricie su culo y le empujé ligeramente para acercarlo más, giré la cabeza y el rozó su polla por mis labios.

Saqué la lengua y lamí la punta, los entreabrí y atrapé el glande entre mis labios mientras daba pequeños golpecitos con mi lengua en la punta. El apretaba la base fuerte y empecé a succionar más, el movió las caderas y metió más de media polla en mi boca. Entonces una sacudida eléctrica recorrió mi cuerpo mientras Julián succionaba mi clítoris con fuerza,  yo también hice lo mismo y volví a correrme.

-Sigue pequeña, me encanta como me la chupas cariño-decía Arturo enloquecido-

Aun me sacudían los últimos coletazos del orgasmo cuando Julián poniéndose de rodillas entre mis piernas me agarró de las mismas y me penetro mientras miraba como la polla de Arturo entraba y salía de mi boca.

-Uf que húmedo cariño, eres tan suave… -dijo esta vez Julián- por dentro y por fuera.

Empezó a bombear cada vez más adentro, salía casi por completo y volvía a empujar hasta el final matándome de placer.

Cuando volví a correrme, Julián salió apresuradamente y se agarró la polla con fuerza para no correrse, entonces Arturo ocupó su lugar y sin dejar de mirarme empezó a penetrarme desesperadamente lento, haciendo que fuera tremendamente consciente de cada milímetro de carne que entraba en mí. Era más grande que la de Julián y más gorda.

-¿Te gusta mi polla cariño?

Su voz sonó tan tremendamente erótica que me volvió loca y justo cuando sentí sus testículos golpear en mi entrada me corrí como una posesa.

-¿Este cabrón sabe cómo meterla verdad? –Dijo Julián a mi lado-

Asentí mientras agarraba su polla y la llevaba a mi boca, no me podía creer que esos dos estuvieran dándome tanto placer.

-Pues espera a ver como la chupa la niña. –de nuevo esa voz sorprendente en Arturo-

Lamí desesperadamente mientras Arturo me follaba despacio pero sin compasión. No sé cuántas veces me corrí antes de salir de mi cuerpo dejándome desmadejada en la alfombra.

-¿Estas bien mi niña?

-Estupendamente –conteste completamente laxa de tanto placer-

-Quiero que te claves en la polla de Julián, porque quiero follarme tu culito

-Nunca he…

-Lo sé –dijo dándome la vuelta-

Entre los dos lamieron y dilataron mi culito, luego Julián se tumbó y Arturo me ayudó a empalarme, bajó mi cuerpo pegándolo a Julián y colocándose detrás como momentos antes jugó en mi culito con un dedo, luego dos y Julián subió la cabeza y mordisqueo uno de mis pezones, apoyé bien las manos en el suelo y la polla de Arturo rozaba la entrada de mi ano. Empujó y con un gran esfuerzo pudo introducir el glande. Empujó como anteriormente había hecho en mi vagina y llenó mi ano. Yo daba pequeños grititos a cada pequeño empellón hasta que me la metió por completo.

-Relájalo cariño ya estoy dentro de ti y es una gozada mi niña-Arturo jadeaba-

Empezó a moverse y a clavarme más en Julián que gemía como un poseso.

-Si fóllate bien su culo y muévela que estoy a punto.

Apreté los músculos de mi vagina estrujando la polla de Julián, me ardía el culo cuando me oí decir:

-Arturo párteme en dos fóllame fuerte

Empujó más y más, moví las caderas apreté ambas pollas extasiada por la doble penetración y completamente entregada a esos dos y me corrí al notar como Julián con un gritito se  corría y por ultimo Arturo  también se corrió, este en mi culo virgen hasta entonces.

Caímos los tres de lado y ambos se quitaron el condón se limpiaron con una toallita húmeda y tirando de una manta nos acurrucamos ante la chimenea. Una hora después entre los dos me arrastraron a la cama, me acurruqué entre ambos y dormimos toda la noche.

Me despertaron sus conversaciones alegres en la cocina, me estiré en la cama y di un salto de ella, por el pasillo deje de oírlos y al entrar les vi besarse. Era encantador verles hacerse mimos, mi dulce Arturo besaba con amor y pasión, mientras que Julián más picante mordía sus labios dándole pequeños tirones.

-Señores que aquí hay una señorita –dije riendo-

-Cierto una señorita de lo más zorrón –dijo Arturo riendo también-

Javier acercándose me pellizcó un cachete y me besó en la boca, durante un segundo le devolví el beso y nos separamos, fui hacia Arturo y levanté la cara, este la cogió entre sus grandes manos y me dijo:

-Buenos días mi niña preciosa –bajó su boca y cubrió la mía, durante un minuto interminable nos besamos-

Javier me pasó una taza y los tres nos sentamos a desayunar.

-¿Cómo está la cosa entre nosotros?–pregunte temiendo la respuesta-

-¿Cómo querrías que fuera cielo?–pregunto Julián-

-No se contesta con otra pregunta, pero si queréis saber lo que opino ahí va. Me gustaría que todo siguiera como hasta ayer entre vosotros, me encanta ser vuestra hermanita.

-Y a nosotros que lo seas-dijo Julián-

-¿Pero hay un pero verdad cariño?-dijo Arturo serio ahora-

-Sí, lo de ayer me gustó demasiado para olvidarlo y me gustaría repetir alguna vez.

Los dos sonrieron encantados y dijeron al unísono

-Perfecto.

Trabajamos sin pausa el resto del día, por la tarde me llevaron a casa. Quedamos en llamarnos mañana ya que era sábado y no trabajábamos.

Primero besé en la boca a Julián que conducía y dando la vuelta al coche besé a Arturo al otro lado.

Entré a casa y me sentí sola después de llevar casi dos días enteros con ellos. Amaba a esa pareja ahora aún más que antes.

No tuve tiempo de compadecerme a mí misma, porque vibró mi móvil.

“-Me parece increíble que hayas follado con tus amiguitos, espero que lo hayas disfrutado porque aunque no estuviera en los planes me gusta la idea.

Espero que no tengas planes para los siguientes y últimos dos días, coge ropa para pasarlos fuera de casa y ve a esta dirección.”

Miré confusa la dirección que no conocía y la busqué en internet, era un spa fabuloso a las afueras de la ciudad.

Preparé en una bolsa de deporte lo necesario para dos días, Salí corriendo de casa y cogí un taxi de camino llame a mis amigos y les conté todo lo sucedido, estos me animaron al llegar al final pero con prudencia y muchísimo cuidado.

Di mi nombre en recepción y por supuesto todo estaba preparado. Me pasó la llave y fui directa a mi habitación.

Solté la bolsa y el móvil vibro en mi bolso:

“-Tienes una hora para adaptarte a la habitación, memoriza donde está todo porque pasada esta hora deberás ponerte el antifaz que hay sobre la mesita y solo podrás quitártelo para salir de la habitación, aun así debes llevarlo siempre encima.”

Tan solo le mandé un emoticono de una mano con el pulgar en alto como símbolo de un ok. Estudié cada rincón, cada pieza de esa habitación y me puse el antifaz fijándolo bien. La oscuridad era total.

Solo diez minutos después de ponerlo, note que la puerta se abría e intente incorporarme.

-Hola Luna, soy tu nueva cita. Ponte de pie y desnúdate despacio. Cuidado con el antifaz sé que tienes prohibido mirar.

A pesar de no ver nada sabía que ese hombre de voz profunda no perdía detalle de mi desnudez.

Me deje solo las braguitas y espere nuevas instrucciones de mi nuevo amante.

-Todo Luna quiero ver tu cuerpo completamente desnudo.

Cuando acabé me pidió que me tumbara en la cama. Lo hice sin rechistar, estiré las piernas y una mano fue directa a mi sexo, un dedo se deslizó por mi raja, luego otro y entre los dos dedos atraparon mi clítoris, lo friccionaron y el calor se apodero de mi cuerpo. Temblé ante tan directa caricia, sin previo aviso, sin ningún roce, nada me indicaba más que esos dos dedos que había alguien a mi lado. Eso hizo crecer mi morbo y mi deseo mientras esos dedos jugaban con mi henchido botón.

-¡Córrete luna, hazlo! –Subió el tono-

Su orden me puso a mil y la fricción se multiplicó para llevarme a un orgasmo rápido pero violentamente satisfactorio.

Tan pronto como había empezado todo acabó y sin mediar palabra salió de la habitación tan rápido como había entrado.

Un nuevo mensaje hizo vibrar el móvil a mi lado, aparté un poco el antifaz lo justo para ver la pantalla.

“-Primer asalto, me han dicho que tienes un coñito delicioso y que eres muy obediente o sea que vístete y baja, en recepción te dirán donde debes ir.”

Tras dar mi nombre me dijeron como llegar al sitio, pase por un par de pasillos y llegué a la habitación señalada. En ella un hombre muy joven me pidió que me desnudara y me cubriera con la toalla.

Me hizo poner boca abajo y durante la siguiente hora me dieron el mejor masaje de mi vida, las manos de ese hombre eran pequeñas pero inflexibles pero poco a poco iban relajando mis músculos y soltando toda la tensión acumulada en ellos.

-Estaba muy tensa señorita, espero que este mejor al acabar

-Ya estoy en el cielo-dije agradecida, sabiendo que ese hombre no había estado en mi habitación como creí al principio, sus manos eran más pequeñas que las que me habían tocado-

Al final de ese pasillo a la derecha empieza el circuito termal y tiene un completo. Puede ir libremente donde le apetezca, aunque le indican pequeñas plaquitas como debería hacerse.

Volví a ponerme el bañador escotado pero de una sola pieza blanca que había encontrado en la cama al irse mi anterior visita y empecé el recorrido.

Pasé por chorros de agua helada, luego agua caliente. Me sumergí en pequeñas piscinas de burbujas de diferentes temperaturas e intensidades y al final dos horas después untaron mi cuerpo de barro, lo dejaron secar y luego me sumergieron en un agua perfumada y calentita.

Al salir de esta una chica unto mi cuerpo de crema en una camilla que olía maravillosamente bien, repartió y masajeo toda mi piel que la sentía tersa, suave y delicadamente perfumada.

Comí algo ligero y subí a mi habitación donde tras colocarme el antifaz me quede dormida.

Desperté y enseguida supe lo que me había despertado, alguien estaba sentado a mi lado en la cama con los pies en el suelo.

-Hola Luna tranquila.

Era la misma voz de antes, los mismos dedos de antes recorrieron mi suave piel solo con la yema de los dedos, suave como una pluma. Mi piel ardía bajo las yemas de esos dedos.

-Ahora Luna ponte en pie yo te ayudo.

Me ayudó a ponerme en pie, agarro ambos tirantes del bañador y de un solo tirón lo bajó por mi torso, paró un segundo y volvió a tirar deslizándolo por mis piernas ya.

Entonces me cogió de la mano y tiro de mí, supe enseguida que me llevaba al balcón y tuve miedo de ser vista, no sabía qué hora era, ni quien podría verme e intente taparme.

-¡No hagas eso! ¡Quita las manos!–sonaba de lo más enfadado-

Bajé avergonzada las manos y este cogiéndolas las apoyó en la barandilla y colocándose a mi lado sentí su aliento en mi cara.

-¿Te da vergüenza que puedan verte desnuda a estas alturas, después de lo que me han contado que has hecho esta semana?

-No es lo mismo

-Nena eres una putita por lo que se y no deberías avergonzarte

Nada más terminar sentí el ruido de su mano en mi culo y a continuación un terrible escozor que lejos de asustarme desato una adrenalina que recorrió todo mi cuerpo antes de la segunda y más fuerte palmada a la que siguió una tercera con más intensidad aun.

-¿Ves lo que les pasa a las zorritas que no obedecen? ¿Serás buena chica?

-Si

Notaba como me ardía ya que las tres palmadas habían sido depositadas justo en el mismo lugar a propósito. Cuando intenté esquivar el siguiente sin lograrlo ya que de nuevo descargó su mano en mi trasero.

-Veo que voy a tener trabajo contigo nena… vamos a divertirnos juntos solo quiero que sepas que puedes pararlo cuando quieras diciéndome que te gustan los gatitos… no quiero hacerte daño, quiero darte placer…