Luna llena (2)

Ahora estoy más tranquila. La fase de luna llena terminó. Fue un fin de semana emocionante. La adrenalina se disparó durante dos días seguidos.

Luna llena (2)

Ese deseo irrefrenable me invade con cada aparición de la luna llena.

Ahora estoy más tranquila. La fase de luna llena terminó. Fue un fin de semana emocionante. La adrenalina se disparó durante dos días seguidos.

Sábado

Casi estoy por llegar al lugar en el que trabajo. El metro va atascado de gente. Voy disfrutando el manoseo de un tipo que no deja de mover su mano entre mis nalgas. Me empujo hacia atrás intencionalmente, quiero que sienta que no voy molesta sino todo lo contrario. Aprieto mis nalgas y eso provoca que los líquidos de mi pene mojen por completo la tanga. No es que venga vestida de nena, solo traigo esa prenda deliciosa debajo de mi ropa normal.

El tipo se atreve a más. Quita su mano y pegándose detrás de mí hace que sienta su virilidad. Siento su respiración agitada en mi nuca, en mi oído. Casi voy pegada a la puerta, ese es el pretexto que tengo para empujarme con ambas manos de manera que el tipo queda más pegado a mí. El vaivén del metro ayuda a que sea imitado un movimiento de penetración.

Pero todo lo que empieza tiene que acabar y desafortunadamente para ambos el metro llega a la estación base y al descender no miro hacia atrás y el tampoco intenta abordarme, con lo que paso es suficiente...por el momento.

Estoy en la oficina, intranquila. La tanga aprisiona mi pene molestándome levemente. No lo soporto más. Me levanto y me dirijo hacia los baños. Llevo una idea muy loca en la cabeza.

Entro deseando que no haya nadie. Deseo cumplido. El último gabinete, que es el que más me gusta visitar, se encuentra vacío. Entro en él y después de correr el cerrojo veo con alegría que el destapacaños se encuentra allí, muerdo mis labios al contemplar la longitud y el grosor del mango. Sí, esa es la idea loca.

Después de retirar pantalón y trusa, paso los dedos de una mano por el frente de la tanga, esta se encuentra completamente mojada por mis fluidos. Enseguida llevo esos dedos hacia mis labios y saboreo la sustancia, el sabor me prende aún más. Hago a un lado la tanga y mi pene salta dejando un hilo de esos fluidos formando un arco entre la prenda y la punta del miembro. Mi corazón late apresuradamente mientras estoy exprimiendo el miembro dejando el resto de los líquidos sobre la palma de mi otra mano.

Ya casi estoy lista. Me siento en el retrete e inclinándome hacia el frente retiro la tanga que cubre mi ano. Mis nalgas se abren más estando en esa posición. Tomo de ese líquido con dos dedos y enseguida los llevo hacia mi ano. Este se contrae de la emoción. Al relajarlo empujo suavemente los dedos de manera que el líquido vaya cubriendo la entrada del orificio. Un leve gemido de placer escapa de mi boca.

Considero terminada la operación cuando ya no hay más líquido para embadurnar. Siento mi ano completamente lubricado. Acto seguido tomo el destapacaños y comienzo a imitar la felación a un pene real. Mi intención es dejar el mango completamente lleno de mi saliva para facilitar...mmmm...la penetración.

Todo está listo.

Me incorporo del retrete, bajo la tapa y acomodo el artefacto cuya punta queda apuntando hacia arriba. Me empino encima de él, apunto hasta sentir que la punta toca mi ano. Bajo mis caderas hasta sentir que la punta se abre paso dentro de mi ano. Me retiro y repito la operación durante varias veces. Al hacerlo penetro un poco cada vez. Siento que una buena porción ha logrado penetrar mi ano así que suelto el mango y teniendo las dos manos libres abro mis nalgas para penetrarme por completo.

Es la sensación más deliciosa. Estoy empalada hasta donde mi cuerpo lo permite. Quiero ver cuánto del mango ha logrado traspasar mi ano. Pongo un dedo en el mango justo en la entrada de mi ano. Me retiro lentamente evitando que el mango me siga...mmmmm...ya está todo fuera...increíble, calculo que son unos 15 cms. los que han logrado penetrarme. Fuera comprobaciones. Me dispongo a terminar con tan delicioso placer.

Tomo el artefacto, me penetro y comienzo el mete y saca...mmmmm...soy yo quien controla la velocidad, lo hago a mi gusto y con la fuerza necesaria...mmmm...siento un cosquilleo en el pene que sigue chorreando de mis deliciosos fluidos. Sin dudarlo tomo lo que puedo de ellos y los como ávidamente...mmmm....

Como dije anteriormente, todo lo que empieza tiene que acabar.

Tomo mi pene y comienzo a masturbarme a la vez que incremento los movimientos de penetración...mmm...mis piernas tiemblan, las siento algo adormecidas...mmmm...no importa, esto es lo máximo...mmmm....mmmm...ya no aguanto más...atoro el artefacto en uno de los tubos que sobresalen del retrete...mis dos manos nuevamente están libres...continuo la masturbación...mmmm...mi pene explota...todo el semen descargado cae en la palma de mi otra mano, siento como mi ano se contrae deliciosamente masajeando al intruso dentro de él...siento una cosquilla extraña entre mi ano y el pene...mmmm....es el climax...acerco la mano con el semen hacia mis boca...mmmm...con la punta de mi lengua saboreo el liquido...mmmm...lo embarro en mis labios y enseguida me ayudo con la lengua para devorarlo...mmmm...

Así fue ese día sábado.

Tuve que volver a la realidad. Las piernas me dolían. Me senté nuevamente en el retrete. Mi ano sentía esa sensación posterior a la penetración, una suave cosquilla y un dolor leve. Use mucho papel para limpiarlo y secarlo. Este resbalaba deliciosamente en un principio, recordándome lo apenas vivido.

Como pude limpié el destapacaños con mucho papel. Afortunadamente no observe la más mínima presencia de materia fecal, disculpen lo explícito de la escena. Solo alcanzaba a verse como mojado, en toda la extensión que logro penetrarme.

Arreglé mi ropa y salí rápidamente del gabinete, aseé mis manos y...asunto terminado.

Domingo

Continuará...si es que gustan Uds. Queridos lectores.