Luna de Miel Capítulo 6

Un intercambio de anillos con valor sentimental que terminará en un encuentro pasional... Más confusiones seguirán atormentando a Brandon y al fin podrá volver al lado de su esposa Aranza para así poder continuar con su... Luna de miel.

Capítulo VI

El intercambio de anillos.

Una vez solucionado el asunto de trabajo en el hotel Petrilli de Tuxtla, Brandon se disponía a regresar a San Cristóbal de las Casas al lado de su amada esposa Aranza, luego de haber estado días lejos de ella por dichos motivos.

Brandon en el lobby entregando llaves y tarjeta le preguntaban con amabilidad una de las recepcionistas. - ¿Ya no le duele la cabeza?

– Brandon le sonrió y contesto. – Pues no tanto como anoche, pero puedo decir que sí se me quito el dolor, muchas gracias por preguntar.

– Brandon firmaba los papeles que debía de entregar y ordeno. – Cuando vengan los de secretaría de turismo entregan estos documentos de este folder azul, ya está todo en orden, seguramente en unos días regresaré aquí con mi esposa, por el momento es todo, gracias.

– Brandon con su equipaje salía y con ayuda del parking metía la maleta en la cajuela, mientras él recuperaba la dirección de Federico en su GPS para así poder devolverle su anillo y recuperar el suyo; pues él estaba seguro que su anillo se había caído en el departamento de él, ya que esa noche se había quitado el anillo colocándoselo dentro del bolsillo de la camisa mientras iba a dejar a Federico a su departamento, seguramente al momento de quitársela y tirarla al piso el anillo cayo y quedo por ahí olvidado.

Brandon se estaba desesperando al no recuperar la dirección en el GPS, lo único que tenía memorizado era la ubicación del antro-bar ”Open Lips” ; así que dándole propina al parking, subió al carro y manejo de forma apresurada hacía el lugar.

Una vez estando ahí Brandon se decía. – Vamos, vamos, recuerda por donde es, primero estaba estacionado aquí, luego amm… Rayos, las calles de día no lucen igual de noche, maldición.

– Brandon trataba de recordar, hasta que finalmente hizo memoria y exclamó. - ¡Bien, ya recordé por dónde es!

– Al hacer memoria condujo hasta donde es el departamento de Federico, después de unos minutos llegó, estacionando el carro, se bajó y se dirigió a buscarlo, estando frente a la puerta se preguntó. - ¿Qué departamento será? Solo recuerdo que está en el tercer piso, pero cual de esos tres departamentos será el de él.

– Brandon comenzó a tocar el timbre de los departamentos que se encontraban en el tercer piso, toco el timbre del departamento seis y nada, del número siete y nada, hasta que toco el timbre del departamento número ocho, una voz se escuchó en el conmutador. – Sí diga.

– Brandon nervioso y apresurado dijo. – Federico, ¿eres tú?

– Federico confuso le contestó. – Sí soy yo, ¿Quién es?

– Brandon estaba por decirle su nombre real, cuando recordó que le mintió diciéndole que se llamaba como su padre. – Soy yo Eliot.

– Federico cambió la tonalidad de voz y emocionado le dijo. – Permíteme darte el toque de entrada.

– Federico le dio paso a Brandon y él tomando el ascensor se dirigió a su departamento.

Mientras Federico se lavaba rápidamente los dientes, se enjuagaba y se perfumaba un poco con loción, al escuchar llamar a la puerta emocionado suspiro diciendo. - ¡Se me hizo verte de nuevo!

– Felizmente abrió la puerta y al ver a Brandon le dijo. – Pasa, eres bienvenido.

– Brandon apenado le dijo. – Gracias, pero solo vengo a entregarte tu anillo, supongo es tuyo, puesto que lo dejaste en el carro esa noche.

– Federico al ver el anillo en mano de Brandon suspiro diciendo. – Mil gracias, pasa por favor, yo también tengo algo que seguramente es tuyo, pues tus dedos son un poco gruesos, pasa y siéntate, ahorita regreso.

– Brandon apenado pasó y se sentó en un sofá, mirando alrededor, se daba cuenta que Federico tenía una colección de fotografías de diferentes lugares del mundo.

Federico en su habitación emocionado sacaba del buró el anillo y se dijo. – Ya regresaras con tu dueño.

– Regresando con Brandon le dijo. – Bien aquí tengo esto, que seguramente es tuyo.

– Federico mostrándole el anillo hizo que Brandon suspirará y sonriera diciéndole. – No sabes lo preocupado y nervioso que estaba, puesto que pensé que este anillo lo había perdido en otro lugar, gracias.

– Brandon se enderezó y Federico le dijo sonriente. – Lo mismo pensaba de mi anillo, pues tiene un significado especial para mí, así como el tuyo.

– Brandon le extendió la mano y sonriente le dijo. – Dame el mío y te doy el tuyo.

– Federico a punto de entregárselo le pregunto curioso. - ¿Puedo saber quién es Aranza?

– Brandon nervioso, sintiendo como algo frío recorría su espalda le contestó. – Es el nombre de mi madre, ese anillo le pertenecía a ella, significa mucho para mí.

– Federico suspiro y le pregunto. – ¿Tu madre murió?, Pues tenía dedos muy gruesos.

– Brandon rió un poco y respondió. – No, no, gracias a dios mi madre sigue viva, solo que me dio su anillo como obsequio, ella es de dedos largos y gruesos.

– Federico le dijo un poco triste. – Al menos tu madre sigue viva, mi anillo tiene grabado la fecha de mi nacimiento y la fecha en la que fui adoptado.

– Brandon se sorprendió al escuchar eso y pregunto. - ¿Adoptado? No sabía eso, no me lo dijiste.

– Federico agachando la cabeza le contesto. – Es algo que no me gusta decir, en sí mi madre me abandono en un orfanatorio con mi acta de nacimiento del hospital, solo tenía escrito mi nombre y la fecha de mi nacimiento; mis padres, bueno los señores que me adoptaron al finalizar mis estudios me regalaron este anillo con las fecha de mi nacimiento y la fecha en que me adoptaron, por eso significa mucho para mí, muchas gracias por devolvérmelo.

– Brandon se conmovió por las palabras de él, así que se le acerco, sin pensarlo lo abrazo fuertemente y dándole un tierno beso en la frente, le dijo. – Eres un chavo muy fuerte y valioso.

– Federico nervioso le pregunto. - ¿Por qué lo dices?

– Brandon separándose de él, lo miró a los ojos diciéndole. – Porque una persona normal no resistiría vivir solo, sin saber su origen; tú eres fuerte, pues has sabido sobresalir, me doy cuenta que has viajado y conocido casi todo el mundo, eso me agrada, pues no te hundes en la depresión y te digo que eres valioso porque lo eres, aún sin conocerte del todo bien sé que eres una persona muy valiosa.

– Federico se le llenaron los ojos de lágrimas y le dijo. – Gracias, ninguna persona me había dicho esas palabras tan bonitas, muchas gracias.

– Brandon se comenzó a sentir extraño, como si tuviera necesidad de abrazar, besar y proteger de Federico, de forma cariñosa lo abrazo nuevamente y pensó. – No sé si este haciendo bien en ser así con él, pero me da un no sé qué al saber que no tiene a nadie.

– Federico mientras era abrazado por Brandon pensaba. – Gracias, gracias a la vida y al destino que me pone a este hombre en mi camino, creo que él es el indicado.

  • Siendo sincero, Federico me parecía un chavo muy tierno, sencillo y noble, mi intensión para con él era buena más no quería que se enamorará de mí, pero creo que hice las cosas mal.

– Bien dicen Brandon, “No hagas cosas buenas que parezcan malas, ni cosas malas que parezcan buenas” , pues creo que nuevamente debes ser tú quién debe narrar este suceso, ¿O prefieres que sea yo?

– Prefiero que continúes y le des tu estilo contando lo que paso entre Federico y yo.

– Perfecto entonces continuó.

Federico abrazando a Brandon bajo su mano lentamente hasta tocarle el pene, Brandon incomodo le dijo. – No tengo tiempo, debo irme ya.

– Federico le siguió tocando diciéndole. – Solo será un rato, pues creo que también quieres lo mismo.

– Brandon miró su reloj, suspiro y le dijo. – Que sea rápido.

– Federico se hincó, desabrochó el cinturón, desabotonó el pantalón y lo bajo lentamente; la erección de Brandon fue rápida, en ese bóxer entallado color rojo se hacía prominente el gran bulto de él; Federico se humedeció los labios un poco y bajando el bóxer, comenzó a besar el pene de Brandon, poco a poco se fueron excitando, un sexo oral comenzó hacerle Federico introduciendo despacio el pene en su boca, ensalivándolo, humedeciéndolo, acariciando sus testículos de forma delicada; ambos comenzaron a desnudarse y en el sillón daban rienda suelta a la pasión; Brandon no pensaba en ese momento, solo dejaba llevarse por el momento, abrazaba con fuerza a Federico entre cada beso, lo mordía en los hombros Federico gritaba y gemía provocando más la fogosidad de Brandon.

Federico muy excitado le dijo a Brandon. – Quítate las calcetas, quiero apreciar tus bellos pies varoniles.

– Brandon sorprendido le pregunto. - ¿Eres fetichista?

– Federico sonrojado contestó. – Me atraen mucho los pies y las manos, pero más los pies, no me considero fetichista, pero me atraen  mucho sobre todo si los pies son grandes como los tuyos y por lo que logro ver tus piernas son velludas.

– Brandon desconcertado y sorprendido dijo. – Soy velludo de todo el cuerpo, pero desde los 25 años voy a que me depilen el pecho, de las piernas tengo bastante vello y es la única parte a la cual no requiero que me depilen pues me gusta tener mis piernas así, pero me doy cuenta que eso te excita más.

– Federico estaba muy excitado, de forma insistente dijo. – Anda, déjame ver tus pies.

– Brandon sonriendo dijo. – Porque no me los quitas tú y haces con ellos lo que se te antoje.

– Federico se arrodillo, tomando una pierna de Brandon la comenzó a acariciar, sintiendo lo bien ejercitadas que estaban esas piernas y rosando los vellos, él se excitaba cada vez más y Brandon comenzaba a masturbarse con solo ver a Federico tocar sus piernas.

Él rápidamente le quitó las calcetas y al ver los pies de él, Federico exclamo. - ¡Que ricos pies!

– Brandon sonrió diciéndole. – Son tuyos, haz lo que quieras.

– Federico comenzó a besarlos, lamerlos, olerlos y sentirlos en su cara.

Brandon se masturbaba, excitado dijo. – No puedo aguantarme más.

– Y muy excitado él eyaculaba a gran chorro con el simple hecho de solo haber visto a Federico haciéndole eso a sus pies.

Federico excitado dijo. – Me da gusto que te haya gustado, siempre me gusta ser complaciente con mis novios, ojala tú seas igual que yo.

– Brandon se rió diciéndole. – No somos novios, esto paso de momento, pero no lo somos, eres un chico guapo, pero no quiero ni debemos ser algo más, aparte soy mucho más grande que tú, debes de fijarte en alguien de tu edad.

– Federico suspiro y le dijo. – Me gustas mucho, no me importa que seas más grande que yo, eso es más excitante y más atractivo.

– Brandon poniéndose de nuevo sus calcetas y el bóxer le decía. – No amigo, no es amor lo que sientes, lo que sientes es atracción sexual solo eso, así que disculpa, pero debo de irme.

– Federico suspiro diciéndole. – Quiere decir que nunca más nos volveremos a ver, ¿Verdad?

– Brandon acomodándose el pantalón le contesto. – Así es, no volveremos a vernos nunca más.

– Federico se sintió mal consigo mismo, se sentía una basura, poca cosa después de lo sucedido y al igual que Brandon, él se comenzó a vestir de nuevo; minutos después ya vestidos y como si nada hubiera pasado, Federico pregunto cabizbajo. - ¿No se te olvida nada?

  • Brandon a punto de irse, se revisó si todo estaba bien y le contesto. – Sí, todo está bien, no se me olvida nada, el anillo lo tengo aquí en mi mano, muchas gracias y suerte, recuerda que eres un ser valioso, sé fuerte, pronto encontrarás al hombre ideal para ti, en verdad lo mereces.

– Federico solo hizo una leve sonrisa y dijo. – Lo dudo mucho, al paso en el que voy creo terminaré soltero, pero gracias por los buenos deseos.

– Brandon solo le dio una palmada en la espalda y sonrió, abriendo la puerta, salió para irse rumbo a San Cristóbal.

Mientras que Federico nuevamente solo en su departamento se dijo. – Y aquí estoy otra vez con mi vida al revés sin saber dónde estoy, otra vez estoy desde cero, necesito sentirme amado por alguien, importarle a alguien.

– Federico derramó unas lágrimas y se fue a su habitación, donde escuchando canciones tristes, se ponía a pensar en si algún día encontraría el amor de su vida.

San Cristóbal de la casas, Aranza esperaba la llegada de su esposo, muy entusiasmada se preparaba para sorprender a su marido con los regalos que le había comprado, probándose diferentes prendas para darle la bienvenida a su marido, ella recibía una llamada de su padre, contenta le contestaba diciendo. – Hola papi, que gusto recibir una llamada tuya.

– Gonzalo Bretón le contestaba feliz. – Hija, mi hermosa princesa, ¿cómo vas en tu luna de miel?

– Aranza sonriente respondía. – Muy bien papi querido, con unos ligeros inconvenientes, pero todo bien.

– Gonzalo se sorprendía y preguntaba. - ¿Cuáles inconvenientes? ¿Qué sucede hija? ¿Te trata mal Brandon?

– Aranza rió un poco y le contesto. – No papá, no me trata mal, es muy cariñoso y dulce, lo que pasa es que mi suegro le ordeno que fuera a Tuxtla a arreglar unos asuntos de trabajo, pero ya viene de regreso, así que no hay problema.

– Gonzalo un poco molesto dijo. - ¡No puede ser que Eliot Petrilli ponga a trabajar a su hijo justo en su luna de miel! ¡Es inaudito y más sabiendo que te quedaste en San Cristóbal y no lo acompañaste! ¡Hablaré muy seriamente con él!

– Aranza apenada y preocupada dijo. – Papá no hables con el señor Petrilli, pensará que soy una chismosa, papá por favor, además Brandon ya viene de regreso, así que ya no estaré sola y continuaremos con nuestra luna de miel, pero ya fue solo eso, mejor comunícame con mamá.

– Gonzalo no muy convencido le dijo. – Bien hija, no haré nada, pero aun así debiste de ir con él, bueno cuídate mucho hija te paso a tu madre.

– Aranza sonriendo dijo. – Bien papi, besos y también cuídense mucho, no hagas corajes por favor.

– Gonzalo serio dijo. – Sí hija, bien aquí está tu madre.

– Edna Madrigal contenta le dijo. – Hija de mi corazón, ¿cómo estás preciosa?

– Aranza contenta le contesto. – Bien mamá, todo bien, me la he pasado súper a gusto, amo mucho a Brandon, a pesar que tuvimos un leve inconveniente todo va bien.

– Edna preocupada pregunto. - ¿Sucedió algo hija, les paso algo malo?

– Aranza respondió. – No mamá, no pasó nada malo, que mi papá te cuente después.

– Edna preocupada dijo. – Hija cualquier cosa no dudes en avisarnos, te quiero mucho, síguela pasando bien.

– Aranza le dijo sonriente. – Sí mamá, no te preocupes todo está bien, cualquier cosa les informaré, no es por ser mala, pero debo alistarme, Brandon no tarda en llegar y quiero darle una sorpresa, te debo colgar, gusto en charlar contigo, te quiero mamí, cuídate.

– Edna un poco triste dijo. – Hija ya quiero verte y darte un fuerte abrazo, pero sigan divirtiéndose, saludos a Brandon.

– Aranza sonriente dijo. – También te extraño, claro que me seguiré divirtiendo y sí te saludaré mucho a Brandon, te quiero, hasta luego.

– Aranza finalizó la llamada y continuó preparándose para la llegada de su marido.

Mientras tanto Edna con la duda le pregunto a su esposo lo que había hablado con Aranza, quien le respondió serio. – Pues sucede que Eliot Petrilli mando aun asunto de trabajo a tu yerno, justo en su luna de miel, para el colmo nuestra hija se quedó en el hotel de San Cristóbal.

– Edna sorprendida dijo. - ¡No puedo creer que Brandon haya ido a trabajar dejando a nuestra hija ahí, es algo que no debió hacer!

– Gonzalo tomando el teléfono, enojado dijo. – Ahorita mismo hablaré con Eliot y le reclamaré.

– Edna tratando de convencer a su marido le decía. – Gonzalo, no es para tanto, ya nuestra hija dijo que Brandon estaba por llegar, quiere decir que ya viene de regreso, así que no hay que hacer una tormenta en un vaso de agua.

– Gonzalo molesto dijo. – Aun así le hablaré.

– Edna para no discutir dejo a su esposo hablar por teléfono yéndose para la cocina a ver si la comida ya estaba lista.

Gonzalo enojado marco directo al celular de Eliot Petrilli, el cuál al ver la llamada sonriente saludo diciendo. – ¡Socio, que gusto! ¡¿A qué se debe la llamada?! Me imagino que es para ver lo de la unión de ambas cadenas hoteleras.

– Gonzalo molesto respondió. – Llamo únicamente para reclamarte por qué se te ocurrió mandar a tu hijo Brandon a Tuxtla dejando a mi hija en el hotel sola en plena luna de miel.

– Eliot nervioso se comenzó a desanudar la corbata diciéndole. – Bueno es que fue un asunto de imprevisto y como Brandon estaba cerca pues decidí que fuera a ver que era, fue un asunto pequeño, ya se solucionó y pues no quería que mi preciosa nuera se fuera a aburrir con negocios, así que le organice un tour con buenos tratos claro está.

– Gonzalo no muy convencido dijo. – Aun así mi hija debió acompañar a su esposo, dudo mucho que mi hija se haya negado a ir, pues ella también sabe de turismo y pudo haber ido con tu hijo, por algo se casaron para apoyarse en todo o en vez de mandarlo a él hubieras mandado alguno de tus dos hijos o algún empleado de tu confianza y no a Brandon, ahora comienzo a dudar de unir la cadena hotelera Bretón con la tuya y más si están saliendo imprevistos como tú lo dices, pensaré bien eso de la fusión, luego te llamo, hasta luego.

– Gonzalo corto la llamada dejando a Eliot sacando chispas del coraje, de los nervios y de que su oportunidad para internacionalizar los hoteles Petrilli se estaba esfumando.

  • Vaya mi suegro es de carácter imponente y fuerte, pues mira que solo con una llamada hizo que mi padre se pusiera nervioso y casi se haga en los pantalones; sabe muy bien que de eso depende que su sueño de haga realidad.

– Así es Brandon tu suegro el señor Gonzalo Bretón es un hombre de carácter y no le gustan las cosas chuecas y mal jugadas; menos mal que te paso lo que te paso, sino te hubiera matado por lo que le hiciste a su hija, pero bueno no adelantemos hechos, mejor continuó.

– Sí, me parece bien, mejor continua, no quiero que adelantes las cosas sin antes contar lo que pasó antes de eso.

Una vez llegando Brandon al hotel villas Petrilli, entró a la habitación con un ramo enorme de rosas rojas y unos chocolates típicos de Chiapas.

Aranza al verlo llegar sorprendida le dijo. – Mi amor, que hermoso detalle, gracias mi amor, te amo.

– Brandon sonriendo le dijo. – Son para la mujer más hermosa de todo el mundo y los chocolates son para endulzarte el mal momento que te hice pasar en nuestra luna de miel, te amo mucho amor.

– Aranza le dijo sonriente. – Amor, descuida, te quiero mucho amor.

– Ambos se besaron dulcemente; Aranza coloco el ramo de rosas y los chocolates en la mesa y le dijo a Brandon. – Te amo mucho amor, quiero estar contigo siempre.

– Brandon pensó. – Bien, pues a darle rienda suelta a la luna de miel, una aventura que jamás se descubrirá, ahora sí, ya puedo estar en paz, pues tengo a la mujer que amo y lo mejor de todo es que no tengo más dudas.

– Brandon sonriendo dijo. – Mi amor te amo, eres lo mejor que me pudo pasar, jamás te cambiaría por nada en el mundo, siempre te seré fiel y te amaré, te quiero mucho.

– Aranza contenta y emocionada comenzó a mostrarle lo que había comprado con los artesanos de Chiapas, le mostro los aretes y los diversos collares de ámbar que se había comprado en la feria del ámbar, así como unos anillos; para Brandon le mostro un dije con pulsera y anillo especialmente para él.

Brandon contento por el detalle que le había dado su esposa la abrazo y pensó. – Creo que cometí el peor error de mi vida al serte infiel, pero tengo presente que fue una buena experiencia y que jamás se va a repetir y jamás te vas a enterar.

– Brandon agradecido comenzó a besar a Aranza de forma pasional y ella un poco impactada pregunto. - ¿Qué pasa amor? Nunca me habías besado así.

– Brandon la acostó lentamente en la cama y quitándose la camisa le dijo. – Tengo muchas ganas de hacerte el amor, quiero comerte a besos y hacerte mía un millón de veces, te amo y te extrañe mucho, eres lo máximo, te amo.

– Aranza descubriéndose el pecho provocó la excitación en Brandon y ambos comenzaron a besarse apasionadamente, abrazándose y dejándose llevar por el gran amor que se tienen.

Ambos desnudos enredados se encontraban en la cama haciendo el amor, Brandon por más que trataba no podía quitarse la imagen de la cabeza de Federico y él teniendo relaciones, pero eso no le impedía que su erección disminuyera, pues mientras más se acordaba en la forma que le hizo el amor a Federico, más se excitaba Brandon y con más ganas le hacía el amor a Aranza; así se mantuvieron por varias horas en la habitación del hotel, derrochando amor y pasión en su…

Luna de Miel.