Luna

La luna puede ser el mejor cómplice de el corazòn.

Luna

Me llamo Ana, soy una chica de 17 años, estudio en 4to año de bachiller, aspiro a ser médico forense, soy muy social, seria pero tengo mis rasgos de loca y divertida..... esas son las características que más me gustan de mí.

El título de éste relato se debe a que es la culpable de mi enamoramiento sincero y cómplice de mis pensamientos más limpios para mi amor platónico, Camila, es la niña que me llena de vida y hace del colegio un lugar placentero y deseado. Llegar al colegio ya es parte del escenario mágico que se crea en mi mente, estar en las clases se hacen eternas antes de salir al descanso, al anhelado recreo, y solo salgo a encontrarme con ella, y a caminar por todo el colegio gastando en ello los minutos del receso, sé que no le cansa a Camila esa rutina , y a mi tampoco, cuando la saco de la rutina invitándola a sentarse o a jugar con el balón es como si prendieran su niña interior y acepta gustosa mis propuestas.

Se que soy algo ajena a su vida, pues soy nueva en el colegio, el año pasado ingresé a él, y Camila me ha tratado muy suave en comparación con mis demás compañeros, pero, confieso que desde que la vi por primera vez me había dado una descarga eléctrica, sus ojos son amarillos oscuros, son mágicos y me hipnotizan, es tan puro mi amor hacia ella que ni cupido puede atravesar sus flechas por mi corazón y enamorarme de otra; tanto es que no he sido capaz de decirle o insinuarle lo que siento por ella, por que me da miedo de perder su amistad que hasta ahora es lo que he conseguido.

Camila tiene un amigo que me cuenta ella que ya no es de su agrado, porque le molesta que él sea mujeriego y tan desaliñado como su mente, pues está consumido por el morbo y satisfacción corporal; son éstos los rasgos que le hacen enfurecer cuando mis compañeros la molestan diciendo que son novios, pero la calmo diciendo que solo ella sabe que no es verdad.

Cuando llego a mi casa, y termino todos los deberes, me pongo a pensar en ella, a dedicarle mi tiempo, a confesarle a la luna lo mucho que la amo, en las locuras que haría por ella, le confieso todos mis actos estando en presencia de ella, le soy amable, le regalo sonrisas y mis ojos, mis manos y mi mente.

Ya no podía mas, no podía guardarme tantas cosas sobre ella, ya me rebosaba mi corazón, necesitaba a alguien en que confiar y decirle mi sentimiento, desahogarme, pero no sabía con quién, no se me ocurrió a quién, pues no confiaba mucho en los demás, solo pensaba en la posibilidad de hablar con la persona que más cerca estaba de mi, quien me comprendía y conocía más que mi mamá, mi prima, a quien quiero mucho y aprecio, pues ha sido cómplice de mi verdad, pero no era capaz de decirle que me había enamorado de una niña.

Pero después pensé que no sería problema, pues ella sabía que a mi nunca me había gustado el sexo opuesto, es una condición que nació conmigo, pero, no fui yo quien le dijo a mi prima, ella me sacó la información al notarme exageradamente extraña, después de contarle, sentí un gran alivio y culpabilidad a la vez, pues mi prima es heterosexual y me da pena decirle mis sentimientos lésvicos, pero ella me detiene esa culpa, pues no la hay, a ella le gusta escuchar ese tipo de conversaciones por que no tiene a mas nadie para hablar de ello y saber de que se trata, además de lo comprensiva que es.

El día que recuerdo más con Camila, fue un día de fiesta para el colegio, pues ese día era el final del semestre y el comienzo de las vacaciones de la mitad de año, ése día me invitó a su casa estar un rato con ella, pues sus papás se habían ido a trabajar, y ella aprovechó esa tarde para enseñar a jugar un videojuego que a ella le gustaba, pues al no saber como se jugaba, ella me enseñó tomando mi mano que sujetaba el control del juego, y me explicaba los movimientos necesarios para jugar, pero casi no le atendía, pues el contacto con sus manos me electrizaba y casi pierdo el habla, por miedo a que se sintiera incómoda traté de bajar de las nubes y jugar con ella como si fuese solo una rutina.

Por mi barrera de no excederme con ella, no he ido mas allá de mirarla a sus espaldas y a sus ojos con disimulación, pero rato de ser muy especial con ella, la acompaño, le halago sus proezas y como pasatiempo le hago divertir con mis ocurrencias.

Por ahora escribo est, por que hay mas cosas que hacen que ella sea especial y acontecimientos que hagan ya un reto ser su amiga y no su amante.

Por si quereis saber mas o compartir sus historias conmigo escriban a

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