Lula y yo somos hermanos (2)

Ahora no solo comparto con Lula mis aventuras, tambien con alguien mas.

Después de aquellas primeras experiencias entre Lula y yo, nos fuimos a estudiar a diferentes lugares; durante algunos años, pero ese invierno quedamos de reunirnos nuevamente en el rancho de mis padres.

Paso el tiempo rápidamente, Lula se hizo una mujer bellísima, con una figura esbelta, de pechos, que sin ser grandes, si eran apetecibles; mi padre era un hombre maduro, que continuaba trabajando su rancho y mi madre, a pesar de sus años, conservaba su cuerpo esbelto; maduro y bien formado, continuaba con su rutina de hacer ejercicio, corriendo alrededor del rancho y su gimnasio, además de montar a caballo.

Regresamos para pasar las vacaciones de invierno; hacia frió; se acercaban las nevadas; la época de encender la chimenea y platicar en torno a ella, o bien, de leer en cama. Pero no imaginaba que seria diferente.

Una noche salí a caminar por el rancho, la luna estaba muy brillante e iluminaba perfectamente; me senté en una loma desde donde se dominaba la vista del rancho; se veía muy bello; de pronto vi luces en una cabañita que era de visitas; eso despertó mi curiosidad. ¿ que es lo que estaba pasando ?. así que me acerque con sigilo para sacarme la duda; en una de las ventanas había luz, tenue, pero visible desde donde estaba; correspondía a una de las recamaras; pegado a la pared me acerque, queriendo sorprender a quien estuviera adentro; pero el sorprendido fui yo.

Al asomarme a la ventana descubro la espalda de un tipo desnudo, dándole tolete a una mujer, por desgracia las ventanas eran térmicas, es decir que aislaban el frió pero también aislaban los sonidos, por lo que podía ver, pero no escuchar, pero mi mayor sorpresa fue reconocer a la hermosa mujer que gozaba con el hombre en esa cabaña; no era otra, que mi madre; al principio fue molesto para mi, me enoje, pero conforme se desarrollaban los hachos y viendo que buena estaba mi madre, no tuve remedio que sacarme la picha y hacerme una puñeta en su honor.

Cuando los sorprendí, mi madre estaba con la cara hundida en las almohadas y las nalgas en popa, recibiendo verga al estilo perro; después se dio la vuelta, - fue cuando la reconocí – y sosteniendo la verga del tipo, se la metió a la boca; lamiéndola desde el capullo hasta los huevos, el tipo le masajeaba las tetas; ella le metió un dedo en el culo mientras se comía toda la verga; no sabia lo caliente que era mi madre. Después se saco la verga de la boca y le beso los huevos, metiéndose uno después del otro, luego se subió a la cama abriéndose de piernas y agarrando por la verga al tipo se la clavo en la pucha; el tipo sostuvo sus piernas y le dio una buena cogida, ella se apretaba los pechos moviendo las caderas como una serpiente; hasta que el tipo se vino, dándole golpes de cadera; se derrumbaron en la cama los dos; con los cuerpo brillando de sudor, entonces supe quien

era su amante; era el compadre de mis padres; un medico que vivía en la ciudad, que con mucha frecuencia los visitaba.

Por supuesto, yo también me corrí viendo ese cuerpo maravilloso que tiene mi madre y como lo usaba en la cama.

Me fui a mi recamara sigilosamente y pase un buen rato pensando en lo que había visto; una idea me salto de pronto, ¿ como conseguiría cojerme a mi madre ?.

Al día siguiente me levante tarde ; en la cabeza me daban vuelta las imágenes de mi madre y el doctor. Baje a desayunar y me encontré a mi madre en la cocina; como siempre, ordenándolo todo; aun llevaba puesto el leotardo con el que había estado haciendo ejercicio, me dijo:

buenos días, hijo; me baño y ¿desayunamos juntos ? –

si mamá, te espero, porque quiero platicar contigo –

muy bien, no me tardo –

¿ como le iba a decir que la había visto con el doctor ?, no lo sabía, pero por ahí podría empezar, pensé; salí al jardín a fumarme un cigarrillo mientras mi madre bajaba y en esos

momentos vi a Lula que iba a caballo; a recorrer como siempre el rancho.

Regrese a la casa y espere a mi madre; entro a la cocina vestida con unos vaqueros y una blusa ajustada; se veía riquísima, desayunamos y mi madre me pregunto:

¿ de que me querías hablar, hijo ? –

¿ quieres ir a dar una vuelta a caballo ? – le propuse

claro hijo, me parece muy bien –

Salimos y montamos rumbo a la poza; durante el trayecto íbamos platicando de cosas sin

mayor importancia, de pronto le dije a mi madre:

mamá, ¿ sabes que te ves muy guapa en vaqueros ? –

gracias hijo, lo que pasa es que no nos vemos con frecuencia y por eso no me habías

visto así, pero aquí los uso con frecuencia; es lo mas cómodo para andar en el rancho –

tienes razón mamá –

a propósito, ¿ sabías que hay una cueva detrás de la caída de agua de la poza ? –

no, eso si es novedad, ¿ como lo sabes ? –

porque solo yo conozco la entrada, ese es mi secreto – dije - ¿ quieres conocerla ?-

si hijo, vamos, si tu quieres –

llegamos a la poza y empecé a desvestirme, mi madre me vio y me dijo:

  • ¿ pero que haces ? -

pues desnudándome, no querrás nadar con ropa, ¿ verdad ?-

creo que no, pero no tengo mi traje de baño –

¿y quien lo necesita ?, metete en ropa interior, al fin nadie nos ve – sugerí

mi madre miro alrededor, como su buscara a alguien, luego me dijo:

tienes razón, nadie nos ve –

y quedando en ropa interior se metió al agua, nadamos un rato y le dije:

ven, por aquí entramos a mi lugar secreto - le dije; tomándola de la mano cruzamos

la cortina de agua y entramos a la cueva que se veía algo oscura; encendí un par de velas y mire a mi madre.

Esta es mi cueva, mamá – dije

Mi madre camino dentro de la cueva, mirando con curiosidad.

Yo saque un par de colchonetas que guardaba en bolsas de plástico y las tendí en el suelo;

luego le dije a mi madre:

ven mamá, que tengo que decirte algo –

mi madre se sentó en la colchoneta, acomodándose, me dijo:

¿ que me vas a decir, hijito ?-

pues veras, anoche salí a caminar y cuando regresaba a casa; me lleve la sorpresa de

mi vida; porque vi luces en la cabaña y al asomarme me encontré con mi madre revolcándose con su compadre...-

mi madre abrió los ojos, mirándome sorprendida, casi sin poder hablar, después de la impresión me dijo:

hijo, es que tu no sabes...tu padre casi no me toca...no como antes....y yo pues soy joven y me gusta fornicar, pero...esta bien,...dime que quieres...-

no lo se mamá; tal vez se lo diga a papá... no lo se...-

no hijo!, no se lo digas por favor; eso lo mataría; pídeme lo que quieras, pero no lo digas.

Aprovechando el ofrecimiento me acerque a ella, acariciando su pelo le dije:

¿ lo que yo quiera ?

si hijo, lo que sea –

muy bien mamá; te quiero a ti – y la acaricie mas insinuante.

Se me quedo mirando y me dijo:

creo que no tengo opción, ¿verdad? –

no, ninguna, mamá- sentencie, mientras seguía acariciando su cuerpo – así que decide.

Me miro a los ojos y me beso en la boca, luego me beso en los oídos y me acariciaba el pecho, me mordió las tetillas y me dijo:

¿ te gusto lo que viste anoche ? –

si mamá, estas buenísima! –

continuo acariciándome; luego me acostó sobre al colchoneta y me empezó a bajar la truza, besándome las caderas y el estomago; termino de quitarme la truza y acaricio mis piernas dándome besos y mordisqueando mis muslos; cuando llego a mi verga tenia una erección tremenda.

Mi madre tomo mi pene en sus manos y me dijo:

que hermoso se ve tu pene, amor, lo tienes grande y gordo,....y muy duro –

lo apretaba , subía y bajaba su mano, haciéndome una puñeta muy lenta; luego me agarro los huevos, apretándomelos.

que gordos huevos tienes, amor, me gustan- dijo besándomelos, luego se metió uno en

la boca, chapándomelo mientras me seguía puñeteando.

Se saco los huevos para meterse la cabeza de la pinga en la boca, me lamía y me daba suaves mordidas, metiéndosela poco a poco, hasta tenerla toda dentro de la boca. Me chupaba riquísimo.

ay amor – le dije – me chupas tan rico,...la siento tan caliente...tu garganta y tu boca...ahhhh...asi mamá,....así chúpame,.....hmmmm.....rico!

mi deseo de eyacular iba en aumento, una carga caliente estaba por salir.

mamá me voy a venir....mamá, no puedo mas......por favor, mamá....que me vengo.....

mi madre aumento la velocidad, apretándome las nalgas, me vine en su boca.

aghhhhhh.....ya me vengo,.... chúpame, mamita,.....sácame la leche.....toda, amor.....comete la leche de tu hijo,.....ahhhhhh......

siguió chupándome hasta dejarme la verga seca, flácida y brillante.

¿ te gusto, hijito ?-

si, mamacita, mamas muy rico –

bueno, pues es tu turno ahora, porque no creas que me voy a quedar así, ¿ o si ? –

no mamita, ahora veras – dije- acuéstate mamita, deja que me encargue de todo.

Mi madre se acomodo sobre la colchoneta y me coloque sobre ella, besando sus párpados, su boca, su cuello, mientras acariciaba sus pechos; suaves y duros a la vez, con los pezones parados, morenos sobre su areola grande; seguí besando, lamiendo, hasta llegar a sus pechos que tome ene mis manos y apreté mientras chupaba el pezón; lo lamía, lo mordía; ora uno, ora el otro; apretando sus senos; que rico!!

ahhhhh.... que rico mamas, amor.....se siente tan rico......ahí, amor,..... muérdeme....hmmmm.....asiiiii......masssss......maaaaassssssssss- gemía mi madre

continué bajando recorriendo su piel con la punta de la lengua, arrancándole suaves gemidos, ella me tomaba la cabeza y me la guiaba por su vientre y sus caderas; luego bese sus muslos, mientras metía mis manos por debajo de sus nalgas, apretándolas; ella levanto las caderas y yo incruste mi cara en su vulva, buscando su monte abultado, tratando de meter mi lengua en su puchita, mordisqueando sus labios; saboreando su jugo que ya manaba abundante; era una deliciosa mezcla de jugos con saliva; chupaba y lamía sus labios.

aghhh....eso es rico, mi bebe......que rico.....me matas con tu lengua.......mi niño....como te comes a tu madre.....asiiiiiii.......chúpame mas fuerte....cómeme toda....hmmmmm....siiiiiii!!!! – me pedía mi madre.

Continué comiéndome esa deliciosa fruta, que tenia mi madre entre las piernas; luego me incorpore para besarla en los labios, para que disfrutáramos juntos ese néctar, mi madre me lamía los labios, me chupaba la boca y me abrazaba; me coloque entre sus piernas con la verga muy dura, se la frotaba por fuera de su conchita; mi madre se detuvo y besándome en la oreja me dijo:

métela toda, cabroncito, ya métela!.....la quiero sentir adentro-

suavemente le fui metiendo la verga, sintiendo su calor; la suavidad de su vagina, que no paraba de manar jugos.

Me detuve un momento con toda la verga adentro de ella, luego empecé a bombear,

aumentando la velocidad, gozando y haciéndola gozar.

¿ te gusta, mamita ?......¿ te gusta como te lo meto ?....¿ te gusta coger con tu hijo ?- le decía

  • si cabroncito....la siento tan rico...la tienes gorda y rica....cogeme ....cogete a tu madre...dame fuerte....métela toda......así....asiiiiii......mass.....massssss!!!!! -

era delicioso cogerme a mi madre, así seguimos hasta llegar al orgasmo.

  • ya me viene, bebe...estoy a punto...lléname con tu lechita...lléname toda!!!.....déjame sentirla....ahoraaaa....ahoraaaa!!!......yaaaaaa!!!!!!! –

gritaba cuando alcanzo el orgasmo, en ese momento yo también me vine:

tómalos, mamita....te los echo todos.... me vengo....me vengooooo......aghhhhh!!!!!!-

aun después de venirme seguí follando; hasta que se me puso flácida la pinga; se la saque

y me acosté a su lado.

que buena estas mamá, nunca me había venido tan intenso y rico; te adoro, mamá – le

dije, dándole un beso y acariciándole los senos.

yo también goce; me gusto sentirte dentro de mi; me dejaste inundada de placer, mi

niño – me contesto; acariciándome el pecho con sus uñas y besándome suavemente.

Estábamos descansando mi madre y yo, recordando la noche anterior le pregunte:

oye mamá, ¿ porque lo haces con el compadre ?, pero se sincera conmigo –

mi madre e vio fijamente a los ojos y luego me contesto:

mira, mi niño; en realidad, como no hay mucho que hacer en el rancho, nos hemos

organizado un grupo de parejas que hacemos intercambios y alguna veces hemos hecho algunas fiestecitas aquí, en el rancho; pero algunas otras veces, si se nos antoja, también lo hacemos con quien queramos, del grupo, por supuesto.

entonces; lo de que mi papá es impotente...¿ es mentira ?-

si, hijo; pero no se me ocurrió otra cosa que decirte, ¿ me perdonas ?

pero por supuesto; no te preocupes; además eso de los intercambios...suena bien – le

dije.

si, ya me di cuenta de eso – me dijo, mientras me agarraba la pija, que ya estaba dura

nuevamente. Me acerque a su boca para besarla, cuando se oyó una voz conocida:

muy bonito, que bonitos se ven, ¿ eh ? –

no era otra, que mi querida hermana Lula, que había descubierto nuestra relación

incestuosa y deliciosa.

Mi madre se sorprendió.

Lula; tu hermano y yo solamente....- no la deje terminar; la bese y le dije:

No te preocupes, mamá, ¿ porque crees que esta aquí Lula ?-

Si, mamá, tu hijo y yo aquí tuvimos nuestra aventuras, mucho antes que tu y cuando vi

sus caballos afuera, supuse que aquí estarían y como solo nosotros conocemos este lugar...pues los vine a buscar; ¿ y que me encuentro ? a mi madre sobando la verga a su hijo, ¿ te parece justo, mamá?, ¿ que no compartas? –

no, hija; podemos compartirlo, si ustedes ya lo habían hecho, pues adelante, hagámoslo entre los tres –

en ese momento mi madre se convirtió en la sacerdotisa de nuestros deseos; nos veía a

Lula y a mi como nos acariciábamos; como nos besábamos, como nos hacíamos el amor, ella nos veía al mismo tiempo que se acariciaba los pezones y se metía dos dedos en la pucha, dándose placer intenso; Lula la vio y le dijo:

mamá, ven con nosotros; te vamos a hacer feliz como tu lo has hecho con nosotros;- tomándola de una mano la acerco a nosotros y la beso en la frente; luego en los oidos y termino dándole un beso en la boca; mordiéndola, chupándole los labios, mordiéndole la lengua.

Yo acariciaba sus tetas y sus nalgas; acariciaba sus coñitos; por supuesto que ambos eran

deliciosos, aunque eran diferentes.

Me tomaron por los hombros y me acostaron; mi madre se apropio de mi verga; mientras Lula se sentó sobre mi boca; era yo chupado completamente por la boca de mi madre; que me hacia una combinación de puñeta con mamada; mientras a mi hermana le mamaba la conchita y le metía un dedo en el culito.

hmmm....que rico me lo mamas, hermanito, .....shhhh......aaaahhhhh......ahí

papito.....ahí ...mmmm....siiiiii!!! –

mi madre nos dijo:

ahora ponte de lado, hijito y mientras yo te mamo tu rico palo, Lula me lo puede mamar a mi también; tu continua mamándoselo a tu hermana –

obedecimos a mi madre, realizando un trío de lo mas cachondo; así cada uno mamaba al

otro; solo se escuchaban los gemidos y los jadeos y el clásico sonido de una deliciosa mamada, aderezada con el olor pimentoso del sexo. Lula empezó a moverse cada vez mas rápido y sacando la cara del coño de mamá, atino a decirnos:

ya me...estoy...viniendo....mueve mas rápido los dedos.....hermanito....aghhhhh...muer-

deme la pepita....masssss.....masssss....mmmm......yaaaaaa!!!

casi fue una orden para venirnos los tres, primero Lula, luego yo termine llenando la boca

y los pechos de mi madre con mi corrida, y mi madre se vino al final.

Mi madre se arrastro hasta donde estaba Lula, dándole un beso en la boca, compartiendo mi leche.

Salimos a la poza; nos bañamos y jugueteamos un rato, luego regresamos a la cueva.

Nos acostamos Lula, yo y mi madre; yo las abrazaba, mientras nos besábamos, compartiendo nuestras bocas; juego delicioso que me puso nuevamente a mil; mientras mi madre jugaba con mi pinga, Lula me acariciaba las bolas y yo acariciaba sus tetas y sus coños, ( que lastima tener solo dos manos, pero ¿ que se le va a hacer ?) así que procuraba hacer lo mejor que podía.

Lula fue ahora la que se comía mi verga, mientras mi madre le comía el coño y el culito a Lula; después se pusieron en cuatro y le deje la verga a mi madre, mientras le metía dos dedos a Lula y ella y mi madre se besaban y se acariciaban mutuamente; luego le metí la verga a Lula y manoseaba a mi madre; así cambiaba de lugar, hasta que llego el momento de soltar la leche.

estoy a punto – le dije – casi me estoy viniendo....yaaa.....casi....yaaaaaa!!!! – y arroje

mi semen en las nalgas de ambas.

Mi madre se puso encima de Lula haciendo un 69, se chupaban, se lamían mi leche en sus nalgas, mientras se metían los dedos en las conchas, dándose placer hasta alcanzar el orgasmo.

Descansamos un momento; nos bañamos, nos vestimos y regresamos al rancho; esa tarde la pasamos de maravilla, pero apenas era el principio de una maravillosa serie de experiencias en familia; mismas que después narrare.