Lujurias d adolescente seducida por pareja madura

Confesaré como me ví atrapada en el vicio de una pareja madura

Mi nombre es Lucía, tengo 22 años, me dedico de momento a terminar mis estudios y mi vida es normal en el día a día. Salgo con mis amigas, tengo novio desde los 19 años con el cual tengo una relación satisfactoria en el plano afectivo y agradable en el sexual. Mi comparativa hasta que sucedió lo que luego contaré no era muy amplia, ya que, anterior a esta relación solo había tenido otra entre los 16 y los 18, y antes de ello, solamente relaciones poco profundas con besos y alguna masturbación que otra.

Soy una chica tranquila, discreta, respetuosa, agradable según cuentan en mi conversación, y que me gusta mucho escuchar a las demás personas. Físicamente mido 1,60, 58 kilos. Tengo algún kilito de más pero creo que bien repartido en mi cuerpo. Destacan mis pechos por su volumen y tersura y aunque no suelo vestir escotada si se dejan notar. Y mis caderas aunque un poco anchas si dejan marcar bien mi cintura ya que además mis piernas están bien formadas. Mi cara es una más, aunque destacan mis labios algo prominentes y mi sonrisa, la cual noto que llama la atención.

Las relaciones íntimas con mi novio según comentaba anteriormente son agradables, esto quiere decir, hacemos el amor 3 ó 4 veces por semana, con mucho cariño, practicamos algunas posturas, hacemos felación  ó cunnilingus pero por lo que llevo vivido últimamente con mi nueva aventura, ligeramente faltas de vicio. Esta palabra no la conocía realmente en todo su significado hasta que comencé la experiencia que os contaré.

Habitualmente acudo a la universidad en la mañana, almuerzo en casa con mis padres y hermana y la tarde la dedico a continuar con el estudio hasta que me viene a recoger mi novio para salir a tomar algo ó quedo con alguna amiga para hablar de nuestras cosas. Además desde el Setiembre-13 empecé a asistir a clases de pilates alternándolas con zumba en el mismo gimnasio.

Como vamos de 9 a 10 de la noche, cuando salimos del mismo, un grupo de 4 chicas nos vamos a una cafetería que han montado recientemente al lado del mismo para charlar un rato e irnos a nuestras casas. Algunos días mi novio me espera pero la mayoría me deja en el gimnasio y luego se va para su casa por quedar un poco alejada de la mía y tener el coche que le deja su padre ocasionalmente.

Yo vivo a unos 200 metros del lugar de deporte con lo que algunas noches y por estar con conversaciones agradables nos prolongamos hasta media noche. El bar lo gestiona una pareja, Merchi que tiene 42 años y Ramón que ha llegado ya a los 50. Son muy amables y agradables con los clientes por lo que desde el inicio en el Gym es nuestro lugar de parada. La verdad es que a la hora que nosotras vamos es un local poco concurrido y nos sentimos cómodas en el mismo.

Nuestro grupito está formado por chicas de mi edad, y así, es fácil que nos diviertamos ó riamos con nuestras charlas. Muchas veces hacemos bromas sobre lo macizo que está alguno de nuestros compañeros de Gym pero por mi parte lo que servía en ocasiones era para que fantaseara al llegar a casa con alguno de ellos y tuviera una masturbación placentera cuando no era mi novio el que apagaba mis ganas.

Merchi la dueña del local se iba implicando cada día más en la bromas y charlas dado que cada día retrasábamos más nuestra salida del bar. Ramón por su parte se mantenía al margen recogiendo para cerrar el local en cuanto quedaba vacío. La dueña era una mujer atractiva en su aspecto pero además sabía como vestirse para que resaltaran mejor sus cualidades. Vestía camisetas ajustadas que como es una mujer delgada resaltan mejor su figura. Tiene un pecho mediano pero bien formado y su forma de mover sus bonitas piernas y cadera es muy sensual. Su cara es de pómulos muy marcados y unos labios que realzan todos sus rasgos. Realmente atractiva como he dicho. Su pareja es un hombre serio, parco en palabras pero a la vez también agradable en su conversación, alto 1,80 y un físico que denota que practicó deporte durante muchos años. Está delgado y bastante fibrado para su edad, totalmente calvo lo que le da un aspecto más interesante y solamente con una ligera barriguita que deja entreveer algo su edad.

Había conversaciones como decía que muchas veces derivaban en hablar de nuestras cosas íntimas. Yo soy bastante retraída y discreta pero con la confianza entre las amigas cada día me soltaba más. Decir que nunca me había planteado serle infiel a mi novio y menos que me sedujese ninguna mujer. Pero las conversaciones hacían que mi mundo se fuese ampliando y sobre todo cuando Merchi como si fuese nuestra consejera se incluía en ellas. Recuerdo que en una de las charlas nos  confesaba que Ramón era un hombre sexualmente bastante vicioso y que a ella le ponían muy calientes sus fantasías. Nos contaba como como a veces la ataba y la humillaba, como jugaba con ella con vibradores y como le decía que necesitaban una putita para sus juegos. Muchas de estas cosas eran novedosas para mí, ya que dentro de mi intimidad con mi novio no existían, por lo que y no solo a mi nos sorprendía con sus experiencias. Recuerdo como nos contaba detalladamente un día como el anterior fin de semana, Ramón la había penetrado por su culito mientras a la vez metía un vibrador en su otro agujerito. La forma en la que nos había descrito como su pareja había calentado aquellos 2 agujeritos y recorrido sus muslos con su lengua y con sus dedos había hecho que yo notara como mi cuerpo reaccionaba. Gesticulaba lentamente con sus manos y apoyaba sus dedos enfrente de mi, por encima del pantalón de deporte de mi amiga Raquel, pero aquella forma de expresarse hacía que yo no perdiese detalle y que sintiese como mi braguita se mojaba. Veía a Merchi atractiva y no sentía una atracción lésbica pero en cambio hubiera deseado que aquellos dedos que explicaban la acción en la pierna de Raquel lo estuviesen haciendo en el mío. Cuando llegué a mi casa obtuve uno de los mejores orgasmos animada por aquella conversación.

El repertorio de mi novio continuaba siendo muy normal y un día que le propuse que me hiciese un anal se negó rotundamente. Yo continuaba con mi rutina pero es verdad que las conversaciones en el bar cada día se alargaban más. Y aunque resultaban agradables por la cantidad de temas que tocábamos también es verdad que a menudo y generalmente animadas por Merchi terminábamos en las de sexo. Muchas veces ella hacía bromas agradables sobre como disfrutaría mi novio con mis pechos, por resaltar de entre los de las demás compañeras. A mi me ruborizaba pero también me atreví a confesarles que lo que más me gustaba era ver como él acababa sobre ellos llenándomelos de esperma. Merchi había expresado que a ella también le gustaba pero que le encantaría tener una lengua larga para poder chupárselos ella misma cuando los veía así empapados. Aquel día estaba sentada a mi lado y con sus finos dedos recorrió mis pechos por encima del jersey diciendo a las demás: Imagináis estos pechos tan lindos llenos de esperma. Las demás rieron con la ocurrencia pero yo sentí como mis pezones habían reaccionado. Miré sus manos y deseé confesarle que me había encantado aquel roce. Yo no la veía como una amiga dada su edad sino como nuestra protectora que nos daba buenos consejos. Y, en aquel momento me sentía protegida pero a la vez atraída por sus gestos. Sus piernas semidesnudas porque llevaba falda estaban pegadas a las mías y yo instintivamente las acercaba más. Me sentía nerviosa por la atracción que me generaba aquella mujer sin haberme sentido nunca atraída por ninguna. Pero su forma de hablar y su experiencia actuaban como un imán para mi. Se había hecho tarde, cerca de la 1 de la madrugada y ya 2 de mis amigas se habían ido. Solo permanecíamos en la mesa mi amiga Cris, Merchi y yo. Ramón estaba con sus ojos clavados en un periódico y la verja ya había sido bajada. Yo estaba dubitativa, debía irme pero sentía algo extraño y excitante en mi interior con Merchi a mi lado. No reparaba en Ramón en absoluto pero si pensaba como la haría disfrutar en muchas ocasiones. No sé sobre que giraba la conversación en ese momento, pero con su lenta gesticulación habitual agarró mi mano. En un acto instintivo apreté mis dedos para no dejar que se separara y en un gesto de disimulo hacia mi amiga expresé que había que cuidar a Merchi que cada día la dejábamos dormir menos con nuestras tertulias. Ella relajó su mano sobre la mía y a la vez ayudándose con su otra mano juntó las 3 poniéndolas en su regazo. Comentó que eramos buenas chicas y que estaba agradecida siempre de nuestra compañía pero sin soltarme. Yo miraba para mi amiga e intentaba disimular mis sensaciones y que todo pareciese normal pero estaba ansiosa en mi interior. Sus dedos acariciaban ahora mi mano y yo había apoyado mi cabeza en su hombro con la disculpa de mi cansancio, pero sentía el aroma de su perfume en mis fosas nasales y aquello creaba un deseo incontenible en mi de girarme y besarle en su cuello No sabía como quedarme sola con ella pero realmente lo deseaba. Pero estaba mi amiga y estaba su pareja.

Ramón levantó su cabeza y dijo que sería hora de ir cerrando. Mi amiga se levantó para pagar y Merchi se dirigió al servicio. Yo decidí seguirla en aquel momento, necesitaba tenerla un momento a mi lado a solas aunque no fuese capaz de nada. Aunque fuese rozarme en el estrecho baño. Ella tampoco había expresado inclinaciones lésbicas y solo las perversiones juntas con su marido de compartir con una putita. Yo la deseaba a ella y no pensaba en ese momento en Ramón. Salió del aseo y yo estaba disimulando mirándome al espejo cuando su figura y sus ojos aparecieron detrás de mí. Me quedé mirándola fijamente en el reflejo del cristal. No sabía como decirle.... Pensé rápido: Yo nunca atraída por una mujer y ahora por una  20 años  mayor, con pareja, y que sentía como mi consejera. Podía ser un sentimiento engañoso derivado del calentón de las conversaciones. Mis ojos en el cristal expresaban algo y ella mirándolos, sabiendo su pensamiento que yo desconocía, y acercando sus labios a mi oreja  susurró con sensualidad e incertidumbre hacia a mí: Vamos que nos esperan. Y cerrando sus labios me dio un besito en mi oreja. Me quedé en el baño sobreexcitada, mis pupilas así decían.

Llegué a mi casa, me metí en mi cama y no podía quitarme la imagen de aquella mujer pegada a mi y besando lentamente mi oreja. Mis manos resbalaban por mi cuerpo imaginando que eran las suyas haciéndome extremecer de placer. Soñaba en mis pensamientos con besarla y tenerla abrazada en mi pecho.

Al día siguiente me levanté y me fui a la universidad como era habitual. En las clases seguí con mi pensamiento dirigido hacia ella. Salí de clase y cuando llevaba 100 metros caminados allí apareció un coche que hizo sonar su cláxon llamando mi atención. Allí estaba Merchi igual de atractiva que siempre. Bajó su ventanilla y me indicó que dada la coincidencia porque no iba a su casa a comer con ella. Mis ojos se iluminaron y asentí instantáneamente. Fuimos conversando normalmente en su coche de las actividades de la mañana y llegamos a su piso. Yo estaba nerviosa, aturdida por la situación pero también deseosa. Ella se comportaba con normalidad y me explicaba que Ramón estaría en casa de sus padres comiendo ya que en la cafetería hasta las 5 de la tarde tenían empleados. Según cerramos la puerta y entramos en el salón me di cuenta que ya tenía su menú preparado para comer: Era yo. Sin dejarme decir nada se situó enfrente de mi y pasando una mano por mi cara comenzó a acariciarme y darme pequeños besos en mi cara. Estaba retraída sin saber que hacer. Después de toda la noche pensando en ella ahora me sentía descolocada pero sin duda que notaba como mi deseo por ella se elevaba de inmediato. No decía nada, solo actuaba. Una mano recorría mi espalda mientras la otra se encargaba de abrir los botones de mi camisa mientras su lengua se enredaba con la mía. Yo pasaba mis manos por encima de su ropa pero ella llevaba el bastón de mando y no me dejaba hacer. Se quedó mirando a mis ojos mientras acercaba su manos por encima de mi legging a mi entrepierna. Senti algo de rubor al darme cuenta que estaba ya empapada y que ella lo sentiría rápidamente en sus dedos. Noté como me empujaba hacia atrás para echarme sobre un maravilloso sofá con chaiselonge que lucía en su salón. Me sentía atrapada por el deseo y notaba como este se incrementaba según ella avanzaba.Desabrochó mis botas con destreza y en un movimiento había deslizado mis leggins hacía abajo. Abrí mis piernas impulsivamente por el deseo que tenía que aquellos labios se posaran en mi clítoris y recorrieran todo mi conejito. Ella completamente vestida todavía agarró mi culito con sus manos para elevarme un poco y jugando con su lengua comenzó a recorrer mis muslos. No se llegaba nunca adonde yo deseaba pero hacía que me extremeciese. Solo había mis gemidos pero ninguna palabra.Apartó despacio la telilla de mi braguita y sentí algo maravilloso. Su lengua recorría los labios de mi coñito y despacito la dejaba escapar hacia mi clítoris por momentos y en otros hacia mi culito.

Yo estaba totalmente excitada sintiéndola y necesitaba desnudarla también y acariciarla y saborearla pero ella no dejaba un segundo de lamerme y acariciarme haciendome cada vez más caliente. Cuando sentía que mi orgasmo llegaría relajaba un poco el movimiento y luego continuaba. Deseaba explotar en su boca. En un momento levantó su cara y mientras jugaba con 2 dedos en mi coñito me dijo: Ahora si disfrutarás mi putita. Aquellos ojos viciosos con los que me miró y sus palabras me volvieron loca. No sabía que pretendía más hacerme para que por fin explotase en un orgasmo.

Pero y con mucho sigilo algo había aparecido a mi lado. Era Ramón que sintiéndonos  desde un habitación contigua había aparecido totalmente desnudo y acariciando su magnífica polla se dirigía hacia mi boca. Miré a Merchi desencajada pero ella dándome un cachete en el culo me indicó lo que debía hacer. Un segundo más tarde sentía una lengua en mi coñito que me volvía loca y una polla que me follaba mi boca hasta la garganta. La deseaba pero estaba siendo utilizada por ella. Nunca me había follado mi novio la boca con ese ímpetu y Ramón no dejaba de entrar y salir de mis labios. Sin darme cuenta llevé una mano a esa tranca mientras empezaba a sentir la llegada de un orgasmo magnífico con el trabajo de la lengua de Merchi. Sentía que no controlaba nada de la situación pero a la vez estaba poniéndome salvaje como nunca había estado. Aquella pareja confidente follándome.

Ramón me cogió y me puso a 4 patas y esa visión me perturbó. Merchi había comenzado un stríptis lento enfrente de mi despojándose con gran sensualidad de sus prendas mientras se iba tocando. Aquello lo enloquecía más a él y notaba como su polla crecía dentro de mí viéndo la sensualidad de su mujer. Se sentó en el brazo del sofá con su coñito bien abierto por sus dedos y acariciando mi pelo empujó mi cabeza para lamerlo. Nunca lo había hecho pero notar aquella humedad en aquella mujer mientras me sentía follada me puso perversa. Se le escapó un gemido cuando mi lengua se acercó a su clítoris. No dejaba de empujar mi cabeza contra él como deseando que entrara totalmente en ella. Ramón sacaba por momentos su polla para no correrse y jugaba con ella en la entrada de mi culito. Por un momento le dijo: Cariño ya tenemos nuestra putita para cuidarla pero también para utilizarla. Estiró su cuerpo y sentí como mi lengua se llenaba de jugos del orgasmo de aquella mujer. Lo chupaba con todas mis ganas para darle el placer que necesitaba. Sentirla gritar con mi lengua dentro de ella me hizo humedecer todavía más. Ahora si que deseaba que Ramón me follara más duro y así se lo hice saber.Pero ante mi sorpresa aquello no había hecho más que empezar. Ella se levantó y yendo rápidamente a su habitación regresó con un arnés. Se acostó en el sofá y me indicó que me sentara en encima de aquella polla artificial. La visión de ella debajo de mi, mientras subía y bajaba en aquel falo, y agarrar sus tetas mientras lo hacía era una sensación indescriptible.  Ramón me acariciaba mientras yo me movía. Pero sin pensarlo se situó detrás mía e introdujo con lentitud su polla en mi culito. Sentí una sensación difícil de explicar dentro de mi. Pensé que me molestaría más la primera vez que penetraran mi ano pero con la situación creada deseaba sentirme llena. Mis tetas bailaban encima de la cara de ella mientras me movían con precisión con aquellas 2 pollas dentro. Sentía que tenía que explotar de nuevo y agarrando sus pechos empecé a delirar palabras que nunca habían salido de mi boca. Les gritaba que me follasen más que era toda para ellos.

De repente Ramón sacó su polla y Merchi me desempaló y tirándome boca arriba en el sofá como si fuese un artículo para solo usar, el empezó a soltar su leche encima de mis grandes tetas a la vez que ella deslizaba su lengua por ellas. Deseaba saborear aquel líquido de los labios de ella y así hice acercando su cara a la mía.

Quedamos extasiados en el sofá. Me acariciaron y posteriormente comimos juntos unos buenos manjares.

A partir de aquel día continúo siendo su putita y a la vez disfruto más con mi novio.

gracias  a los lectores

Dannyx