¿Lujuria? Solo eres un lobo hambriento como yo...

Desde ese primer dia el deseo aumenta más y más... recuerdo aquel día en el que perdimos el control de la situación.

Pensé que podía contener mis impulsos, te pedí que te marcharas por miedo a enamorarme, no pude mirarte de frente cuando hiciste aquella pregunta… estaba en el filo de una navaja, verte habría sido ponerme entre la espada y la pared… hubiera sido morir y dejarme llevar por mis instintos más bajos…igual que aquella vez… aquel día en que la situación se nos fue de las manos

Aun recuerdo como te veías, alto y fuerte, estabas sudado y lleno de tierra… el partido de fútbol había terminado… 3-0 a favor del equipo visitante y tu… la estrella del partido, te habías lucido con dos de los tres goles y tus compañeros no dejaban de felicitarte, la final del campeonato interestatal era de ustedes y todos estaban celebrando. Recuerdo que estabas cansado y querías cambiarte, ducharte y quitarte la tierra y el sudor de encima pero no te dejaban, unas chicas te buscaban para hablar contigo y tu buscabas la manera de salir de la situación en la que te encontrabas.

Me acerqué y le pedí a las chicas que nos dejaran solos diciéndoles que quería entrevistarte para colocar tu opinión del partido en mi articulo de prensa, no era la primera plana pero al menos era algo. Después de algunas preguntas te deje solo para que te fueras a cambiar, recuerdo haberte dicho que tenias mucho talento y después de darme las gracias te marchaste… recuerdo perfectamente lo bien que te quedaba tu uniforme, lo mucho que me gustaron tus piernas, fuertes y bien definidas, lucias como un niño despreocupado y esa actitud me cautivó. Sin embargo tu no te fijaste mucho en mi, o al menos eso fue lo que pensé…solo era una reportera de la sección deportiva de un diario que no tenia demasiada salida, seguro ni siquiera te habías fijado en mi y lo que querías era salir de las preguntas rápido para poder cambiarte… eso fue lo que pensé hasta un rato después cuando saliste de los vestidores con un pantalón y una franela casual y te acercaste a mi…me saludaste y hablamos un rato de fútbol y de periodismo, me encantaba estar ahí, eras un tipo muy interesante pero tenia que marcharme a cubrir otra noticia, así que me despedí de ti y me dispuse a marcharme… supuse que no te vería más… cuanto me equivoqué

Fui a cubrir la otra noticia… nada importante, entrevisté al entrenador de un equipo infantil de béisbol, la verdad ya eran las 5 de la tarde y aun no había almorzado así que me fui a mi oficina a terminar los artículos y mostrárselos a mi supervisor. Cuando llegué le mostré las notas y luego de unas correcciones me pidió que lo supliera en un brindis… no quería ir así que le dije que tenia cosas que hacer  (si claro, ver televisión en mi casa y cenar algo), pero el insistió, su hija iba a cantar en un festival y quería verla así que al final acepté sustituirlo en el brindis, el me dijo que debía ir vestida semi formal así que me fui a casa a arreglarme y a comer algo.

Una vez en mi casa , sola como tantas noches me puse a preparar algo de cenar y mientras pensaba en el brindis me di cuenta de que no tenia nada que ponerme, mi ropa elegante (que no era mucha porque siempre andaba casual) estaba en la tintorería. Al rato me puse a revisar a ver si conseguía algo que pudiera usar y entre las cosas que nunca uso estaba una falda negra, larga con dos grandes aberturas que llegan a la mitad del muslo a ambos lados, recuerdo que en ese momento pensé en no usarla porque no soy amiga de las faldas pero no tenia mucho más que ponerme, al menos no semi formal. Seguí buscando y conseguí una franela manga larga que tenia un cuello en v algo pronunciado… nada exagerado pero a mi me pareció bastante por la falta de costumbre, esa franela solía resaltar mucho mis senos muy bien formados gracias al gimnasio

Ya había solucionado el problema de la ropa así que me duché y me arregle para el brindis, con el conjunto negro, las sandalias y el cabello recogido me veía muy diferente a como me veía esa mañana, despeinada, con una franela y un Jean gastado y mis zapatos deportivos… no parecía la misma persona. No me maquillé casi y llame al taxi. Al llegar me di cuenta de que el brindis era para celebrar la victoria de tu equipo de fútbol, “que conciencia”, me dije, y entre al salón donde habían personajes destacados del mundo del deporte, reporteros y por supuesto el equipo ganador que contaba entre sus casillas al máximo goleador de la temporada… tu… fui a buscar un trago y me encontré contigo… te veías tan bien con ese traje…al verme te quedaste sorprendido y me dijiste que era una agradable sorpresa el encontrarme en esa reunión que a ti te parecía tan aburrida. En eso coincidimos, yo solo estaba allí en lugar de mi amigo y compañero de trabajo.

Así que comenzamos una larga charla… Tan larga que termino más tarde que la fiesta (mi supervisor me iba a despedazar por no cubrir el evento pero eso no importó en ese momento). Mientras hablamos los tragos fueron corriendo y el nivel de la conversación fue subiendo de tono, ambos estabamos solos, nadie nos iba a extrañar en esa fiesta asi que nos fuimos a un rincón, entre cada palabra una mirada se escapaba y me ponias cada vez más nerviosa, te observaba y comencé a humedecerme pensando en tu cuerpo y en tus manos tocandome… sintiendo mi humedad… debió ser el alcohol el que me “liberó” en cierto modo… me sentia relajada, desinibida, las palabras entre nosotros se hacian menos y la cercanía aumentaba… no se por que temblaba, tal vez temor, o deseo… no lo se, solo se que estabamos ahí y de pronto me dijiste: “no puedo más… debo decirte que me provocas demasiado”

Me quedé perpleja escuchando eso y mi corazón empezó a latir con más fuerza y te dije:

  • de que hablas… a penas nos conocemos.

  • No importa eso – me interrumpiste – estas tan cerca de mi… me cuesta controlarme

  • No te entiendo

  • Deseo besarte… tocarte… - yo no cabía en mi asombro, no solo por lo que decías sino por lo que eso me excitaba

  • Pero

  • Quiero tener algo contigo… dame al menos esta noche – eso me dejo tan impresionada que no pude decir nada… tu tan atractivo, buscándome… yo no me veo nada mal pero no estoy acostumbrada a este tipo de cosas

Recuerdo que cuando pusiste tu mano en mi muslo, justo donde comienza la abertura de la falda ya no pude controlarme… la situación se me fue de las manos y te deje hacer… me besaste, larga y profundamente y yo respondí con la misma pasión que tu mostrabas. Te pedí que saliéramos de allí, ese no era el mejor lugar para una escena y me tomaste de la mano y nos dirigimos a la salida… después de evadir a algunas personas salimos de ese salón y nos fuimos a una discoteca que quedaba a dos cuadras del lugar

En medio de la oscuridad comenzó un juego de caricias y besos tan sensual como la música que bailábamos… solo estábamos nosotros sin importar el resto de la gente… tus manos se perdieron en mi cadera y bajando a mis muslos subiste mi falda un poco para facilitar el movimiento de tus manos por mi culo duro y bien formado… yo estaba muy húmeda y tu no tardase en descubrirlo… mientras yo acariciaba tu polla tu deslizabas los dedos debajo de la tanga y comenzaste a frotar con delicadeza mi clítoris… me excitaste tanto que apenas podía mantenerme en pie, allí en medio de la pista y rodeados de gente comencé a sentir unas oleadas de placer… una tras otra, con cada movimiento de tus dedos en mi clítoris… me abracé a ti y comencé a temblar… tuve un orgasmo genial, podías sentir las palpitaciones de mi vagina y como emanaban líquidos… metiste dos dedos dentro de mi vagina para sentir como acababa y cuando me relaje un poco me llevaste a un rincón un poco más aislado y oscuro… eras más alto y fuerte que yo así que no dudaste ni un momento…arrancaste mi tanga, o que arranco un pequeño grito de sorpresa de mi y subiste mi franela. Tus manos se posaron en mis senos y comenzaste a acariciarlos a medida que me besabas… pronto tus labios se deslizaron a mis pezones y un juego de caricias y mordisqueos lograron excitarme al máximo de nuevo… esta vez baje tu cremallera y desabroche tu pantalón buscando tu pene… deseaba tanto darte tanto placer como tu me habías dado a mi que me agache frente a ti y metí tu pene en mi boca… suavemente comencé a succionar y poco a poco en movimientos cada vez más rápidos mis labios se apoderaron por completo de tu polla, podía ver y sentir lo excitado que estabas… así seguí jugando un buen rato

Poco a poco tu excitación y la mía iban en aumento y allí donde la gente podía vernos era aun más excitante jugar como lo hacíamos… mientras mi boca jugaba con tu polla mis manos se deslizaban por tu pecho por debajo de la camisa… si sigues a este ritmo pronto te ibas a correr así que tu mismo te quitaste y me levanté para besarte de nuevo… entonces tomaste la falda y de un tirón bajó hasta mis tobillos… ahí estaba… desnuda ante la mirada de cualquiera que pasara por ahí.. me tomaste y me levantaste del suelo… yo me entrelacé a tu cuerpo con mis piernas y primero me apoyé en ti, tu polla estaba dura como una roca y estaba buscando un lugar donde esconderse… colocaste la punta de tu pene en la entrada de mi vagina y esperaste un poco… me volvía loca la espera, deseaba esa polla dentro de mi más que nada en ese momento así que te pedí que me penetraras… que me volvieras más loca de placer… y eso hiciste, de una embestida clavaste toda tu polla en mi y comenzaste a penetrarme rápido y muy profundo… comencé a gemir y mis gemidos iban en aumento… una tras otra tus embestidas nos acercaban más y más al clímax… recuerdo haber sentido unas manos en mis senos, hasta un pellizco pero yo estaba en la gloria, en ese momento no  me importo que me tocaran otras personas, pude haberme dejado coger por cualquier otro que pasara por ahí… estaba tan excitada que mis gemidos se convertían en gritos, no importaba la gente, igual no se escuchaba porque la música estaba muy alta… así llegue a otro increíble orgasmo… una oleada tras otra, todos mis músculos se contraían y dilataban… eso te hizo llegar a ti también al clímax y te corriste dentro de mi… que delicioso momento… lo recuerdo como si fuera ayer… luego de eso me vestí y t te arreglaste, salimos de la discoteca rodeados de varias miradas asombradas y otras cómplices

Me llevaste hasta mi casa no sin antes pedirme mi número… “nos volveremos a ver” me dijiste… yo sonreí y entre a mi casa no sin antes besarte… no sabia si te volvería a ver, lo deseaba muchísimo… Recuerdo que hace ya seis meses desde ese Día… mi jefe casi me bota del periódico al día siguiente… por supuesto que no le dije que había pasado, solo le dije que había ido al brindis pero que algo me había caído mal y me regrese a mi casa sin cubrir la noticia… eso me salvó de un despido… aunque si te soy sincera en esa noche no me importó más nada que tu… después de ese día muchos encuentros más se produjeron… muchas historias escribiré de nosotros… tu y yo somos dos fieras hambrientas que se desean, desde el primer día fue así, desde ese día muchos fueron los buenos momentos… aunque ahora estemos separados… las razones no importan ya

No se que debo hacer… deseo llamarte… verte… tocarte… no se que has hecho conmigo, no se que me pasa pero no puedo contenerme, hace más de un mes que no te veo, más de un mes sin sentirte, sin besarte… sin siquiera oírte

¿qué estarás haciendo? El deseo es lo que me une a ti… ¿lujuria?… llámalo como quieras, simplemente soy una presa fácil para ti, soy la liebre que cede ante tus ganas de atraparme entre tus colmillos… solo eres un lobo hambriento, como yo