Lujuria entre pareja y amiga
Habíamos hecho un trío con un amigo y mi mujer quería recompensarme con uno con una mujer. Las cosas no se pueden forzar sino que surgen por si solas...
Setiembre-2013 un domingo cualquiera:
Mi mujer Isabel seguía trajinando después de aquel trío maravilloso con mi amigo la forma de compensarme. En nuestras fantasías seguiamos incluyendo todo tipo de personas y situaciones. Disfrutábamos con ellas y a la vez recordando el día con mi amigo Carlos. Nos poníamos cachondos y follábamos como locos. Habíamos intentado por su insistencia poner algún anuncio para conocer una chica pero no había química con las respuestas recibidas. Todo tiene que ser más natural y no forzado pensábamos a la vez.
Habíamos coincidido con una chica varias veces tomando el café e iniciamos conversaciones banales con ella hasta que la fuimos invitando a sentarse en nuestra mesa por lo agradable que resultaban los momentos con ella. Es una chica que tiene 38 años, casada, con hijos pero con poca convivencia con su marido por el trabajo del mismo que le tiene viajando continuamente. Su aspecto es bajita, un poco regordita, con unas tetazas impresionantes y que viste muy arreglada y resalta bien las cualidades de su cuerpo con la ropa que se pone. De todas formas para mi lo más atractivo de ella en principio era su simpatía y los labios carnosos y bien formados que tenía.
No la habíamos incluido todavía en nuestras fantasías pero si comentábamos lo agradable que resultaba. Aún así con la confianza ya habían salido algunas conversaciones picaronas en las que revelaba sus fantasías con otras mujeres, tríos etc. Pero confesaba que no se atrevía a comentarlas en la mayoría con su marido.
Al cabo de un tiempo en el momento del café salió la conversación de que en el siguiente fin de semana nos iríamos a visitar Segovia con otra pareja. Nos comentó que le encantaría unirse al grupo con su marido pero que él no estaría debido a sus continuos viajes por trabajo. Lo comenté con Isabel, mi pareja, y con la otra pareja y decidimos que si quería venir con nosotros no habría problema. Aceptó encantada.
Solo sería una noche en Segovia pero no esperábamos que esta ciudad nos revelara una experiencia tan maravillosa. Estuviemos todo el día recorriendo la ciudad y hasta la noche que salimos a cenar. Después de la misma tomamos una copa, bailamos entre todos. El efecto del vino y la copa hacía que todos tuviésemos ganas de marcha y los comentarios eran cada vez más calientes en el grupo. Decidimos tomar otra copa y yo, Daniel, me ofrecí para ir a buscarlas. El local estaba bastante lleno y me situé en una esquina. Al rato apareció Carmen con animo de ayudarme, pero dado el retraso en atendernos, conversábamos y nos reíamos pero la verdad muy juntos dada la gente que había en el local. El roce con sus grandes pechos y con lo ajustados y escotados que los llevaba no me habían pasado desapercibidos. Noté una pequeña reacción de excitación al hablarle cerca de sus labios. No me había pasado antes con ella pero me estaba dando morbo. Ella tampoco intentaba separarse demasiado. Aunque Isabel fantaseaba y sabiendo que ella había disfrutado en la aventura con Carlos, yo sabía que en situaciones así se sentía algo celosa pero a la vez le excitaban. Estaban sirviendo las copas cuando apareció a nuestro lado y con voz enfadada le soltó a Carmen si ya había sido suficiente de risas y jugueteo. Aseveró: Parece que has venido a Segovia con ganas de tirártelo Carmen la agarró por la cintura y le respondio: Lo que quiero es tirarme a esta zorrita dijo pasando sus dedos por los labios de Isabel pero mientras tu marido me folla. Yo estaba descolocado esperando un reacción muy negativa de mi mujer. Pero, para nuestra sorpresa elevó su pierna la situó en el apoyapies del taburete que yo me había acomodado y cogiéndo nuestras manos nos indicó: Metedlas por debajo de mi falda y veréis la burra caliente en la que me habéis convertido los dos. A la vez me quedó mirando para que la besara, cosa que hice inmediatamente. Al separar los labios y medio gimiendo porque los dedos de Carmen seguían trabajando su coñito me susurró: Fóllatela y trátame como la esposa sumisa y puta que quiero ser hoy. Seguíamos en aquella esquina totalmente calientes pero no podíamos delatar la situación delante de nuestra pareja amiga. Por ese motivo les sugerimos tomar la copa e irnos para descansar que el día había sido largo. Pero la verdad es que no había hecho más que empezar. Mientras acabábamos la copa les iba haciendo comentarios lascivos a mi mujer y a Carmen. Yo estaba con un calentón descomunal.
Salimos del pub y de camino al hotel yo iba sentado en la parte de atrás en el medio de las 2 damas. Nuestra amiga no perdió un instante en meter la mano por debajo de mi chaqueta, abrir mi pantalón y empezar a masajear mi polla mientras miraba viciosamente a mi pareja. Isabel mordía su labio y me cogia la mano para que la metiese en su coñito encharcado. Intentábamos disimular con nuestros amigos que seguían haciendo comentarios sobre las maravillas de la ciudad.
LLegamos al hotel y yo ya no podía más con mi calentura. Subieron nuestros amigos en el ascensor porque había otra pareja y no cabíamos todos. Nos despedimos hasta el día siguiente de ellos. Al llegar nuestro turno, entramos los tres y ahí si empezó el juego de verdad. Carmen mirando a Isabel desafiante y sacando mi polla de nuevo al exterior con su mano y agarrando mi cintura y apoyándose en mi hombro le dijo: A partir de ahora Daniel y yo haremos lo que nos apetezca y tu mirarás sin rechistar. Y te daremos tu merecido si te portas como una buena puta sumisa. Nos miró y asintió con vicio en sus ojos.
Isabel entro en la habitación y yo abrazado y besándome con nuestra amiga. Carmen la empujó hacia la cama, le ordenó que se desnudara y cogiéndo una pañoleta le ató sus manos a los barrotes de la cama. Me mando acostar a su lado desnudo. Yo seguía un poco impresionado y no era capaz de decidir nada por lo que me dejaba llevar, Inmediatamente se desnudó y poniendo su coñito en mi cara me indicó que lo lamiera como si fuese el primero que metía en mi boca. Estaba totalmente húmedo y caliente y mis labios y mi lengua resbalaban con facilidad dentro de él. Mi mujer movía la pelvis de la calentura que tenía como si estuviese follando. Iba a estirar mi mano para tocar sus tetas pero Carmen señaló que ya llegaría su momento y sin dudarlo llevó mis manos a sus grandes tetas. Restregaba su coño en mi cara con intensidad y sintiendo mi lengua dentro de él por lo que empezó a gemir y decir que no parara de moverla que se corría como una loca. Mi polla sin tocarla estaba a punto de reventar con la situación.
Se separó y toqueteando los labios de Isabel me dijo: Como sé que la quieres mucho y ella a ti, bésala profundamente para que perciba el sabor que tienes en tus labios de la corrida de mi coñito. A mi mujer la amo de verdad y deseaba besarla inmediatamente. Ella me miró y expresó con deseo que la besara que deseaba saborearme con el aroma de otra mujer. Nuestras lenguas y labios jugueteaban con mucha seducción pero para entonces Carmen ya se había clavado mi polla hasta dentro y estaba moviéndose encima de ella sintiéndola hasta el fondo. Sugirió que la siguiese besando sin parar mientras ella me follaba. Se movía encima y le decía viciosamente - te gusta como follo a tu hombre putita - mi mujer respondía - no pares hazlo disfrutar- y se pegaba más a mi con su lengua, me rogaba que metiese los dedos en su coñito que tenía ganas de estallar- pero Carmen no lo permitía ya que quería tenerme para ella. Yo estaba al límite con sus movimientos y le dije a Isabel - creo que voy a echar toda mi leche en su coñito- eso volvió loca a mi mujer - me indicó- córrete dentro de ella y déjame lamer tu polla después. Carrmen paró encima de mi de inmediato para que no me corriese - todavía no es el momento me dijo-
Isabel exclamaba que me dejase que la follara que no podía más. Carmen se levantó fue a su bolso y sacó el que según ella era su mejor amigo, un vibrador. Abrió bien las piernas de mi pareja y empezó a jugar con el en su coñito y en su culito mientras chupaba su clítoris. No tardo ni un minuto en correrse y en suplicar gritando que no parásemos. Aquel consolador entraba y salía con mucha rapidez. Yo mientras me había quedado acariciándome viendo la escena y retardando todavía más mi corrida. Mi mujer disfrutando con otra totalmente fuera de sí. Rápidamente Isabel alcanzó su segundo orgasmo era increíble como salía líquido de su coñito.
Nuestra amiga la desató, la besó como dándole un poco de cariño por su buen comportamiento pero inmediatamente situó su coñito encima de su boca y le ordenó: Chúpalo y que mientras Daniel folle mi culo - así notarás como me folla encima de tu cara- Aquello me puso salvaje. Acerqué mi polla a su culo, jugué un poco con los jugos que soltaba su coñito para dilatarlo más y se la enchufé hasta dentro lentamente. Carmen dijo mirando a Isabel - mi culo nunca me lo había follado nadie pero me habéis puesto tan cerda que quiero que sea Daniel el primero que lo llena con su leche-. Isabel se estaba volviendo loca con los comentarios de nuestra amiga. Mientras metía su lengua en su coñito y notaba como yo follaba su culo, agarró de nuevo el vibrador con sus manos ya liberadas y se lo empezó a clavar hasta el fondo. Aquello yo no lo podía resistir más. Agarré con fuerza las tetas de Carmen follando su culo con furia. Ella con la lengua metida en su coño y mis embestidas en su culo estalló según nos confesó después en el orgasmo de su vida. Isabel al sentirla movió más rápidamente sus caderas con el vibrador penetrándola totalmente y soltó un grito que la debieron escuchar en todo el hotel y yo empecé a soltar mi leche en el culito de nuestra amiga que me decía gritando - lléname cabrón que yo también soy una zorra como tu mujer....
Me acosté al lado de mi mujer que estaba como en otro mundo totalmente extasiada de placer, la abracé con amor y le besé en sus labios diciéndole que la amaba. Mientras Carmen nos daba besos lentamente en nuestros cuerpos desnudos. Isabel me dijo: Te quiero mi vida. Me ha hecho feliz mi disfrute y verte disfrutar a ti de sea manera.
Carmen se retiró a su habitación y según nos despertamos volvimos a hacer el amor locamente, amándonos y recordando los momentos.
P.D. Carmen sigue siendo nuestra amiga pero aún no hemos vuelto a repetir la experiencia. Los momentos deben surgir y que no sean premeditados pero seguramente repetiremos y aquí lo contaré al igual que otras situaciones que nos han sucedido desde entonces.
gracias lectores. Dannyx