Lujuria en la oficina 10 El novato y las dos lobas
¡A divertirse con el chico nuevo!
CAPÍTULO 10º
EL NOVATO Y LAS DOS LOBAS
Lunes, 4 de Noviembre de 2013. Las fiestas de Halloween y de Todos los Santos ya han finalizado, y en la notaría de don Mariano Luján y Sepúlveda los empleados vuelven a su actividad diaria.
A la hora del almuerzo tenemos en el saloncito a Paloma, la secretaria del notario, a Loreto la recepcionista y a Jamal, el guapo y jovencísimo chico nuevo, que aún anda un pelín desubicado.
-Ahí lo tienes –dice de repente Loreto, dando un codazo a Paloma y guiñándole un ojo de forma cómplice y traviesa-. Es tu oportunidad. ¡Ataca!
-¿Qué crees, que no me atrevo? –Replica la secretaria dedicando a su amiga una mirada retadora y devolviéndole el guiño.
-Ah –Loreto alza ambas manos a la altura de su dulce rostro de niña buena-. Yo no digo nada…
Se dispone a lanzarse por fin Paloma al ataque cuando, y para sorpresa de las dos voluptuosas hembras, es el propio Jamal quien se acerca a ellas, con una amplia sonrisa iluminando su atractivo rostro, negro como el azabache.
-Hola, chicas. ¿De qué habláis?
La respuesta que da Loreto en medio de grandes carcajadas deja literalmente de piedra tanto a Paloma como al joven de color.
-Nada, que aquí, Palomita tenía pensado echarte un polvo pero no se atrevía a decírtelo.
-¡LORETO, MALA PUTA! –Replica Paloma mientras su amiga y compañera de trabajo sigue desternillándose de risa.
La respuesta del joven Pedro es aún más sorprendente.
-A mí no me importaría, la verdad –dice mientras con su mano acaricia las grandes mamellas de la secretaria-. Me gustan las mujeres algo mayores que yo y con un buen par de tetas. Y ambas cumplís ese requisito.
-¿MMM? –Las dos amigas intercambian miradas, pero sin embargo es de nuevo la pequeña Loreto quién se lanza de nuevo al ataque, llevando su mano hacia el paquetón del muchacho, jadeando de gusto al notar en su palma el tamaño de su enorme pollón.
-¿Os gustan las pollas grandes? –Jamal sonríe y comienza a desabrocharse los pantalones, quedando pronto desnudo de cintura para abajo, con su tranca de veinticinco centímetros y bastante gruesa al descubierto. También pueden apreciarse un buen par de cojones, negros como el carbón, todo ello debidamente depilado.
-¡LA MADRE QUE ME PARIÓ! –Exclama Loreto sopesando los negros huevazos con su mano derecha, mientras con la izquierda intenta rodear el impresionante cipote de ébano.
-Parece que a tu amiga le gusta –dice Jamal mientras sigue sobando los tetones de la pequeña y pizpireta recepcionista por encima del finísimo jersey de lana.
Mientras, Paloma sigue mirando el impresionante armamento del novato, sin saber qué decir o qué hacer, como si de repente, se hubiera quedado alelada. Tanto es así que tiene que ser la propia Loreto quien le tome la mano y la ponga sobre el vergón del muchacho, iniciando ambas un increíble pajote a dos manos, que hace las delicias del cachondo Jamal.
-MMM… ASÍ, ASÍ, PUTITAS BLANCAS, PAJEAR BIEN MI GRAN MANDINGO NEGRO.
-¡QUIERO COMÉRMELA! –Exclama de repente Paloma tras despelotarse y volviendo a acuclillarse ante el enorme rabo del chico de los recados y comenzando a besar y a lamer el hinchado y oscuro glande con su viciosa lengua, siendo pronto acompañada por Loreto, que se encarga de acariciar los huevazos, haciendo que Jamal se estremezca de arriba a abajo de puro placer mientras con sus grandes manazas acaricia las cabezas de las dos expertas mamadoras.
-Ahora quiero que juguéis entre vosotras –pide de repente el joven semental de color apartándose de las dos hembras blancas, mientras se agarra la verga y sigue pajeándose lenta y metódicamente-. Nunca he visto a dos zorras blancas comerse el coño la una a la otra…
En un primer momento, ninguna de las dos amigas sabe muy bien qué hacer ni cómo comportarse. Sólo cuando el cachondo Jamal les dice…
-Venga, chicas, la primera que la coma el chumino a la otra será la primera en cabalgar sobre mi pollón.
Loreto parece reaccionar y tras tumbar a Paloma sobre la mesa del saloncito comedor, comienza a comerle el chichi, ya inundando en fluidos vaginales, mientras la secretaria se pellizca y acaricia las grandes mamas, para gozo y deleite del chico de los recados, que aplaude y luego se menea aún más rápido el negro vergón.
Están en esta posición cuando Jamal, cumpliendo con su promesa, se acerca por detrás a la recepcionista y, tras bajarle el escueto tanga, se la endiña por detrás, al estilo perro, logrando que Loreto lance un quejido de puro éxtasis para, inmediatamente, continuar con el cunilingus a su amiga.
-¡DIOSSS, ES ENORME, JODÍO NEGRO DE MIERDAAA! –Chilla la pequeña recepcionista mientras con sus grandes tetas acaricia la húmeda raja de la caliente Paloma Cornejo.
-¡AHORA TU AMIGA! –La voz del macho negro suena cargada de lascivia y lujuria cuando, de un empujón, aparta a la sorprendida Loreto y acerca su bestial miembro viril a la chorreante almeja de la secretaria, que no bien intenta incorporarse de la mesa, cuando es penetrada salvajemente por los veinticinco centímetros de rabo negro como el carbón y duro como una barra de acero-. MMM… QUÉ BIEN ENTRA, CARIÑO –jadea Jamal mientras inicia un cadencioso movimiento de vaivén, adelante y atrás, al tiempo que Loreto se sube a la mesa y se acuclilla sobre la cara de Paloma para que ésta la coma el potorro.
Cerca de quince minutos después, el joven de raza negra se vuelve a agarrar el trabuco a la altura de las negras pelotas y…
-¡ME VOY A CORRER, CACHO GUARRAS! ¡JUNTAD LAS TETAZAS Y VERÉIS LO QUE ES UNA CORRIDA DE VERDAD!
Dicho y hecho, las dos voluptuosas hembras juntan sus mamellas en el preciso instante en que un potente chorro de esperma, espeso y caliente cae sobre ellas, haciéndoles dar un gritito de puro placer.
A este primer lefazo le siguen otros cuatro o cinco más, que cubren por completo los dos enormes pares de tetas.
-¡Y parecía tonto el novato! –Exclama Loreto mientras lame la leche de las tetazas de su amiga.
FIN