Lujuria en la oficina 06 Un trío en el almuerzo

Nunca un almuerzo fue tan divertido y gratificante...

CAPÍTULO 6º

UN TRÍO EN EL ALMUERZO

Viernes, 11:00 de la mañana. La hora del almuerzo en la notaría de don Mariano Luján y Sepúlveda.

Las oficinas cuentan con un pequeño comedor equipado con una mesa, varias sillas, un pequeño frigorífico y un horno microondas, puesto allí para uso y disfrute de los empleados, y aunque éstos suelen almorzar en untar cercano, hoy está ocupado por tres de ellos: Pablo y Margarita, los dos copistas y Paloma, la secretaria de don Mariano.

-Por fin es Viernes –dice Paloma en un momento dado mientras da buena  cuenta de su sándwich de jamón de york, lechuga y tomate, aunque sin dirigirse a nadie en particular-, ¿tenéis algo pensado vosotros dos? –Inquiere luego mirando a los dos copistas.

Ante esta pregunta, Margarita lanza una divertida carcajada y exclama…

-¡Yo no sé, pero aquí el amigo creo que tiene planes con su novia! ¡Y no veas tú qué planes!

-¿Ah, sí? –Paloma da un trago a su brik de “Bifrutas” y clava una mirada expectante en Pablo que, de repente, se ha puesto rojo como un tomate.

-Sí –responde Margarita guiñando un ojo a la tetuda secretaria y añadiendo seguidamente-: Y tú no te imaginas el pedazo rabo que Pablito guarda bajo sus pantalones. Su novia estará contenta.

-¡Por favor, chicas, dejadlo ya! –Protesta el aludido mientras ve como sus dos compañeras se levantan y se sientan cerca de él, en la mesa del pequeño comedor.

-¡Quiero verla! –Exclama Paloma estirando su diestra hacia la ya abultada entrepierna del tímido copista.

-No creo que te deje –ríe Margarita mientras se coloca tras su compañero y comienza a masajear sus delgados hombros-. Pablito es muy tímido.

-¿Y si le enseño yo las tetas? –Propone Paloma mientras se sube la ajustada camiseta, mostrando su tremendo tetamen, oprimido por un escueto sostén de color negro.

Pablo traga saliva y estira su diestra hacia el enorme par de mamellas de la secretaria de don Mariano, su jefe. Momento que también aprovecha Paloma para lanzar su mano hacia la abultada entrepierna del fotocopista y sobarla bien sobada, notando a través de la tela el maravilloso grosor de la gruesa tranca de carne.

-¡QUIERO COMÉRTELA! –Gime la tetuda secretaria abriendo unos ojos como platos y pasándose la lengua por los labios, sensualmente entreabiertos.

-¡OH SÍÍÍ! –Jadea Margarita mientras, y antes de que el muchacho pueda decir nada, le desabrocha el pantalón y libera su gordo cañón, ya duro y enhiesto-. ¡COMÉTELO TODOOO! ¡QUIERO VER CÓMO TE TRAGAS TODO SU POLLÓN, VAMOS, PUTITA!

Paloma Cornejo no se hace repetir la orden y al instante siguiente, su experta lengua lame de arriba a abajo el enorme pollón de Pablito, desde los gordos huevazos cargados de leche, hasta la punta de bestial capullo.

-¡JOOODER! –Pablo comienza a retorcerse de gusto mientras las dos hambrientas hembras se turnan para comerle el cipote o se lo lamen y maman al unísono, para gozo de Pablito, que se encuentra, y con razón, en el Séptimo Cielo de la Felicidad.

Y tras la estupenda labor mamadora, Paloma se baja los pantalones y el tanga, mostrando al copista su coñito jugoso y adornado únicamente por un escueto mechón de vello rubio sobre la entrada de su rajita, para asombro de Margarita, que exclama:

-¿¡DE VERDAD TE VAS A ARRIESGAR A QUE TE META ESA MONSTRUOSIDAAAD!?  ¡TÚ ESTÁS LOCA, TE VA A DOLER UN HUEVO Y PARTE DEL OTRO!

Tranquila –Paloma guiña un ojo a Margarita y añade-: Cosas más grandes me he metido, mi coño aguanta mucho.

Luego se espatarra sobre la mesa del comedor y gime suplicando a la copista que le coma el chichi, cosa que ésta hace con gusto, mientras la secretaria vuelve a meterse la tranca del callado Pablito de nuevo en la boca.

-MMM… QUÉ COÑITO TAN RICO –Gime Margarita mientras mete dos dedos en la rajita de la señorita Cornejo y lame su hinchada pepita del placer haciéndola suspirar de placer a pesar de tener el enorme trabuco de Pablo en la boca.

Gracias al experto cunilingus, la tetuda Paloma se correrá hasta tres veces en la boca de Margarita, que hará otro tanto, puesto que no ha dejado de masturbarse con su mano libre mientras le comía el coño a su compañera.

-¡QUIERO FOLLARTE! –Brama de repente Pablo apartando de un empujón a su colega copista y acercándose, rabo en mano, al abierto y chorreante chumino de Paloma Cornejo, que lanza un chillido, mezcla de dolor y placer, cuando el enorme glande de Pablito entra en su rajita, separando sus labios de manera brutal.

-¡JOOODERRRR! –Gime la tetona secretaria al sentirse invadida por semejante monstruosidad.

-¿TE GUSTA, EH, ZORRITA, TE GUSTA? –Jadea Margarita a su oído mientras le magrea las tetazas y le pellizca y lame los pezones-. ES UNA POLLA BIEN GRANDE, COMO A TI TE GUSTAN…

-¡SÍÍÍ! –Grita fuera de sí mientras se contonea sobre la mesa al ritmo de las embestidas del jadeante Pablito-. ¡JÓDEME BIEN, CACHO CABRÓN! ¡PÁRTEME EN DOS CON TU TRANCAAA!

-¡UFFF, SÍ! ¡FÓLLATE BIEN A ESTA GUARRA TETUDA, PABLITO! ¡DEMUÉSTRALE LO QUÉ ES UN VERDADERO SEMENTAL! –Gime también Margarita mientras sigue sobando los melones de la ayudante de don Mariano y ella misma se corre varias veces contemplando el pollón de su compañero entrar y salir del coñito de Paloma.

-¿QUERÉIS LECHE, PUTAS? –Brama entonces el jadeante copista, agarrándose la verga a la altura de los cojones y conminando a las dos hembras a acercar sus caras la una a la otra.

-¡SÍÍÍ! –Exclaman ambas mujeres al unísono, abriendo bien las bocas para recibir en ellas la espesa y caliente carga, recién salida de los gordos huevazos del tímido Pablito quien, tras correrse sobre ellas, las azota el rostro con su gorda polla, aún dura como una barra de acero después incluso de la ingente corrida.