Lujuria en el olimpo: 01

Atenea se aburre bastante que hara para divertirse.

Nos encontramos en al residencia de los Dioses en lo mas alto del Olimpo.

Atenea se encontraba sola ( o al menos eso creía ella) en la estancia circular,

Diosa virgen protectora, de ciudades y sabiduría, se aburría.

Ella como su nombre y su deber le impedían poder satisfacer sus necesidades, al contrario que sus hermanos que se pasaban el día de orgía en orgía, y procreando hijos con mortales y dioses.

Entonces el aburrimiento pudo con ella y recordando una fiesta que montaba Dionisio en la sala (las cuales ella no podía asistir) recordó de cómo Apolo cogió por banda a Afrodita.

Llevando su mano al monte de Venus y lo empezó a masajear, recordaba como Apolo sacaba su miembro ( enorme a pesar de ser un dios) y se escupia en la mano restregando sobre su gran falo su saliva y humedecía el ano de Afrodita preparandose para incarle la polla.

Su mano paso directamente a su humedo clítoris y comenzó a masajearlo y pellizcarlo, a su cabeza venia imágenes difuminas de cómo Apolo le introducía su verga a Afrodita (la cual pasaba rapidamente ya que la diosa del amor estaba muy experimentada e estos lares). Recordaba el hipnótico banboleo de las tetas sinuosas y jugosas de Afrodita como por las envestidas del macho cabrio que es Apolo les obligaban a formar círculos. Atenea frotaba ahora con sus sus tetas sintiendo placer a raudales, Afrodita comenzó a mojar sus dedos en su propia saliva, y mojar con ellos sus pezones, que se pusieron como en una fría mañana de invierno. Atenea no lo aguantaba mas deseaba seguir para irse y estaba llegando a las puertas, Apolo había sacado su imponente miembro y comenzó a masturbarlo en la cara de Afrodita que abría la boca con habidez esperando el caliente líquido. Atenea no podía para de gemir en suspiros de placer,Apolo se vino en la boca de Afrodita pero mucho más esperma del dios cayo fuera que dentro pero Apolo aun no se había saciado y pidiendole un ulmo favor a la diosa del amor, le ordeno que le estruja su miembro entre sus amplios melones y que los moviera mientras acaba la esta sacaba la lengua pidiendo con gemidos lamer los posibles restos de aquel delicioso esperma. Atenea no lo aguanto más y en un grito que casi agrieta varias columnas se vino encharcando en suelo con sus fluidos.

Para sorpresa y terror de la diosa vio aparecer a Hefesto que tiempo atrás quiso violarla, y a cuatro pata el dios se puso a lamer los dulces sabores del interior de Atenea.

-Que delicia- comento el amorfo señor de la fragua.

-¿Que quieres Hefesto?- intentando conservar parte de su dignidad esfumada por la aparición del dios.

-Di mas bien que quieres tu-respondió-¿le digo a todos tu momento de lujuria? O bien…-

-¿O bien que?- pregunto la diosa?-

-Por un pqueño trabajito te exibire de este tu delito-

-Habla- inquirió al momento

No necesitaba nada mas que un dedo para señalar lo que queria por debajo de su cintura se entre veía la cremallera abierta (sin duda había estado disfrutando del espectáculo que le había mostrado atenea sin querer).

-Si te limpio el sable e exibiras de culpa.

-Si mas o menos.

Y lentamente agachando su cabeza empezó a lamer con asco el miembro del dios.

Al pricipio tenia un sabor que le agradaba extrañamente si saber lo que era pero luego supo que era por que el dios se hubo venido con el espectáculo anterior. Lamia con ansias el falo del dios, mientras este gemía de placer y acercaba su mano a la vagina de la diosa y empezaba a ofrecerle un suave masaje que excito mucho a Atenea.al cabo del rato Hefesto no Aguanto mas y se vino en la boca de la diosa que lamio con tanto gusto su primer esperma que se volvió a correr.

Sin duda esa era la mejor tarde de Atenea a pesar de que el dios no fuera precisamente hermoso, mas bien horroroso.