Lujuria en el jacuzzi
Observaba a Carmen lujuriosa y caliente, imaginando los placeres y gemidos que la iba a provocar...
Estaba sentada en la terraza tomando mi martini mientras observaba a Carmen quitándose el albornoz para meterse en el jacuzzi. Tenia un cuerpo precioso, muy sexy y delicioso, con unas curvitas delicadas y sensuales. Su bikini minúsculo dejaba ver su piel blanquita y suave y me hacia estremecer el solo pensar en acariciarla.
Carmen estaba ya disfrutando de su baño cuando me levanté y me dirigí hacia el jacuzzi. Le pregunté si habia sitio para mi a lo que asintió de forma timida pero curiosa. Me quite el albornoz y enseguida Carmen se enrojeció, pues yo no llevaba la parte de arriba del bikini y mis pechos quedaron al aire con mis pezones duritos y excitados por ver a aquella dulce y sensual chiquilla.
Me metí y me puse a su lado y seguidamente me presenté y fui a darla dos besos a lo que aproveché para rozar sus labios con los mios y tocar suavemente su piel con unos de mis pechos. Se puso aún mas colorada, primero por timidez pero ahora por una enorme excitación que sentía.
Le susurre al oido que me gustaba mucho y ella sonrió. Supe que yo también le gustaba porque sus pezones amenazaban con atravesar su bikini de lo duros que estaban y se mordia el labio inferior con nerviosismo. No dejaba de mirar mis tetas y notaba que deseaba acariciarmelas y lamermelas. Acaricie su carita y su cuello y desate su bikini para dejar libres sus pechos. No pude resistirlo y comencé a comerle la boca, ella no puso resistencia, al contrario, su lengua entro dentro de mi boca y me besaba con pasión y lujuria. Sus manos acariciaban mis tetas con ansia y las mias pellizcaban sus pezones duros y excitados.
Sin dejar de besarnos nuestra excitación fue creciendo más y más y nuestros dedos acariciaban nuestros clitoris buscando darnos placer y estremecer nuestras almas
Mi boca fue bajando por su cuello hasta llegar a sus pezones que besé y mordi con pasión. Carmen empezó a gemir y su excitación crecia entre mis dedos metidos en su vagina.
La senté en el borde del jacuzzi y la abrí las piernaspara que mi lengua llegase hasta sus labios y su clitoris empapado de placer. Mi lengua lamia todo su sexo con avidez y pasión, haciendola gemir sin casi respirar notando en mi boca toda su excitación hasta terminar en un maravilloso orgasmo y un timido gemido de placer.
Con Carmen tumbada boca arriba fue mi turno de sentir ese delicioso placer y le puse mi rajita en la boca para que me la devorase ardientemente hasta deshacerme en un intenso orgasmo gimiendo como una posesa y llenandola con toda mi esencia lujuriosa.
Y terminar abrazada a ella besando sus labios y rozando nuestra piel.