Lujuria con mi hermano
Desde que me topé con mi hermano en la sauna aquel día(ver: En la sauna...con alguien de la familia) nuestros encuentros habían sido escasos. Mi hermano estaba bastante liado con su trabajo y en casa siempre había alguien por lo que no teníamos ni un momento para nosotros solos.
Desde que me topé con mi hermano en la sauna aquel día(ver: en la sauna...con alguien de la familia) nuestros
encuentros habían sido escasos. Mi hermano estaba bastante liado con su trabajo y en casa siempre había alguien por lo que no teníamos ni un momento para nosotros solos.
Desde aquel día no había dejado de pensar en como mi propio hermano me hacía disfrutar a igual que yo a él. Como recordareis mi hermano se llama Pablo y yo Javi, él es un chico bastante fornido con el cuerpo lleno de vello negro y con una herramienta considerable. Yo al contrario soy más delgado y algo más bajo que él, poco vello, culo redondito y una polla normalita.
La suerte iba a estar de nuestra parte un fin de semana que nuestros padres viajaron al pueblo para visitar a la familia. Estaríamos los dos solos todo un fin de semana entero y tendríamos la casa para nosotros.
Llegó el viernes, mis padres se fueron al mediodía para el pueblo, yo ese día tenia clases en la facultad hasta la noche. Estuve nervioso toda la tarde esperando el momento de llegar a casa, eso unido a que mi hermano se dedicó a mandarme fotos de su polla por whatsapp diciéndome que me echaba de menos, e
staba deseando de llegar a casa.
Salí corriendo prácticamente de la universidad, llegué a casa, abrí la puerta y allí estaba mi hermano esperándome. Me esperaba de pie en el pasillo, vestía tan solo unos short que dejaban todo a la imaginación, ya marcaba algo de bulto. Yo me abalance sobre él con un cálido beso y un abrazo. Me comía la boca como si nunca lo hubiera hecho, yo ya sobaba su cuerpo mientras él se deshacía de lo que llevaba puesto.
No lo puede remediar, no aguantaba más, necesitaba su polla. Me arrodillé ante él, agarre sus short y se los bajé por completo dejándolo en bolas. Allí apareció su preciosa polla y sus huevos colgando. Con su polla aún algo relajada me la metía en la boca y empece a succionar. Le cogía los huevos y se los estrujaba, se los comía a la vez, pajeaba su pollón con mucha fuerza, había echado mucho de menos aquel trozo de carne. Mi hermano también había echado de menos mi boquita, porque no hacía nada más que cogerme de la cabeza y empujarme contra su polla ya erecta.
Me incorporé delante de él y le pedí que por favor estuviéramos todo el fin de semana desnudos por casa. Para que cada vez que quisiéramos tuviéramos cada unos nuestros encantos al aire para poder disfrutar de ellos. Y así fue, nos pasamos todo el fin de semana completamente desnudos por casa.
Pero el recibimiento de Pablo no acabó ahí, pasamos al salón, acabó de desnudarme, me hizo que me sentara en el sofá, se colocó delante de mi para volver a darme su pollon de mamar. Su polla debía de medir unos 20 cm. con un capullo grande y rosado, pero lo que más me ponía era esa leve inclinación a la derecha que tenía su polla, la hacía muy morbosa. Sus huevos caían de su tronco bastante, eso también me daba mucho morbo ya que podía manosearlos a gusto y llevármelos a la boca con facilidad.
Después de un rato chupando la polla de mi hermano, me apartó de su polla y me pidió que me pusiera de rodillas en el sofá y le diera la espalda sujetándome en el respaldo del sofá. De esa manera dejaba mi culo a su disposición. No tardó mucho en hundir su boca en mi culo, saboreandolo, jugando con su lengua por todo mi agujerito, ensalivaba cada centímetro de mi culo, probaba a meter algún dedito y cuando ya estaba dilatado me colocaba su capullo en mi ano y poco a poco lo iba hundiendo en lo más profundo de mi.
Me agarraba de la cintura mientras seguía perforándome con aquella polla que tanto amaba yo. Sus fuertes embestidas hacían que me deshiciera en gemidos, notaba sus huevos golpeando me culo. Yo mientras me pajeaba de placer.
Pero mi hermano me interrumpió bruscamente haciendo que me colocara en el suelo de rodillas, al parecer no aguantaba más y quería correrse en mi boca! Como yo se lo había pedido muchas veces. Le pegué varias chupadas al duro tronco de mi hermano y estalló al momento inundándome la boca con su leche caliente que apenas podía contener y que empezaba a salirse de la boca chorreando por mi barbilla y por sus huevos. Acabamos la faena y le dejé bien limpita la polla y mi hermano me correspondió besándome y limpiando los restos de su propia corrida que aún quedaban en mi cara.
El fin de semana solo acababa de empezar, esa noche seguimos como si nada por casa cada uno desnudos. La imagen era espectacular, podía ver a mi hermano sentado en el sofá con todos sus encantos al aire libre a igual que yo paseaba por la casa exhibiendo mi cuerpo. Después de cenar le propuse a mi hermano darle otro aire a su polla, eso significaba que le iba a recortar el vello del pubis. Nos fuimos al baño, allí agarre mi maquinilla de pelar y se la pasé por la zona. Al aliviar la zona de tanto vello parecía que su polla había ganado tamaño. No se si por la situación aquella o porqué pero volvíamos a estar calientes. Se ve que de tanto coger la polla de mi hermano para rasurarla le debía de estar molando porque su polla fue creciendo poco a poco.
Terminado el trabajo y viendo que ambos volvíamos a estar contentos, nos fuimos a la habitación de Pablo. Se recostó en su cama y me dijo de hacer un 69. Y así lo hicimos, me tumbé encima de mi hermano dejando mi entrepierna encima de su cara, yo me apoyaba en sus piernas duras pudiendo disfrutar de su polla dura. así estuvimos durante un rato, yo mamaba el nabo de Pablo ya empapado en mi saliva, mi hermano mientras me chupaba la polla metía varios de sus dedos en mi culo.
Llegó la hora de cambiar de postura, mi hermano me apartó rápidamente de él y me dejó tumbado en la cama boca arriba. Se colocó a los pies de la cama de rodillas, me agarró de las piernas y se las colocó en sus hombros dejando mi culito delante de tu polla. Me puso varios cojines debajo de mi culo par elevarlo. Con una mano me agarraba las piernas y con la otra orientaba su verga a mi ano escupiendome varios lapos sobre su capullo. Como había hecho un buen trabajo de lubricación en mi culo no hizo falta mucho esfuerzo para encajarme su mástil, otra vez empezó sus movimientos frenéticos que me hacían enloquecer, cada vez notaba más profunda su polla en mi culo, me reventaba de lo lindo. Podía sentir el cuerpo sudoroso de mi hermano, veía su cara de placer en cada embestida que me daba, los gemidos inundaban toda la habitación. Después de un rato así, note que Pablo ya se iba cansando un poco y llegó el momento de yo llevar el ritmo. Pedí a Pablo que se tumbara, volví a su polla para pegarle unas cuentas lamidas, me subí encima de él y me clave su nabo. Yo aprovechaba para sobarle los pectorales peludos así como él aprovechaba y me pajeaba mientras mi polla se balanceaba debido a la cabalgada que le estaba dando a Pablo. No hicieron faltas muchos muchos minutos más para hacer explotar a mi hermano, noté un calambre recorriendo su cuerpo que acabó en un chorro de semen dentro de mi culo, yo seguía moviéndome, mi hermano me agarraba de los cachetes y me frenaba sacando su polla de mi agujero. Yo me pajeaba rápidamente para correrme en la polla y barriga de mi hermano para después con mi lengua recoger los fluidos de los dos.
Esa noche dormimos cada uno en nuestra cama, era verano y hacía calor como para dormir los dos juntos en una cama pequeña. A la mañana siguiente yo me desperté el primero, y como estábamos ambos desnudos no dudé en visitar el cuarto de mi hermano a ver que tal estaba. Él aún dormía, veía su polla flácida y retorcida en su entrepierna. Tenía ganas de desayunar y qué mejor que la polla de tu hermano.
Me acerqué a él con mucho sigilo para no despertarlo, me tumbé poco a poco en la cama y cogí su verga. Pablo seguía sin inmutarse, lo pajeaba despacito, le sobaba los huevos, y con mucha delicadeza me metí su polla en la boca. Con mi lengua jugaba en su glande, lo saboreaba, aún podía notar los restos de semen de la anterior corrida. Mi hermano seguía dormido mientras yo seguía afanado en comerle la polla que cada vez estaba más dura.
Al rato noté que Pablo se despertó del pequeño sobresalto que dio, pero no le importo mucho encontrarme allí pegado a su polla. Siguió tumbado agarrándome la cabeza empujándome contra su polla haciéndome asfixiarme con su pollón, me la clavaba entera en la boca llegando a mi garganta. Hasta que acabó corriéndose en mi boca haciéndome tragar su leche caliente. Delicioso desayuno el que me dio mi hermano.
Pablo siguió durmiendo hasta el mediodía, yo estaba en la cocina preparando algo para almorzar cuando Pablo me sorprendió por la espalda. Mi hermano se había levantado muy cariñoso después de los buenos días que le había dado. Me cogía de la cintura mientras me besaba el cuello restregando su polla algo animada por mi culo. Al parecer no había tenido bastante, me susurró al oído que quería acabar lo de esta mañana.
Se agachó y empezó a comerme el culo allí mismo, no aguantó mucho he intentó penetrarme con mucha brusquedad. Me empujó contra la encimera de la cocina echando todo el cuerpo sobre ella. Me agarraba de la cintura mientras intentaba taladrarme con su herramienta otra vez dura como una estaca. Como mi ano ya estaba más que acostumbrado a su polla o tardo mucho en abrirse y dejar paso a su nabo caliente insaciable. No duro mucho y después de follarme como un perro en celo se corrió salpicando mi espalda y piernas. Una vez más mi hermano me había hecho toda una puta.
La tarde nos la tomamos con tranquilidad, dejamos descansar nuestros cuerpos. Al anochecer Pablo estaba en su cuarto y me llamó para que fuera. Cuando entré a su cuarto él estaba viendo algo en su ordenador, parecía una peli porno, así era! Era una escena porno gay pero para mi sorpresa eramos nosotros. Pablo había grabado en vídeo nuestro polvo en su habitación y allí estaba viéndolo con su polla dura y pajeándose levemente.
Mira hermanito, me dijo, ahora quiero que tú me folles como yo a ti. No sabía muy bien lo que quería decir, tenía a mi hermano por un chico activazo, no me imaginaba que le gustase que lo penetraran. Pero así era, mi hermano se levantó de la silla y se colocó a cuatro patas en la cama dejando a la vista su velludo culo. No se porque pero mi verga se empalmó en cuestión de segundos al ver aquella imagen, mi hermano a cuatro patas rogándome que lo follara.
No le hizo falta insistirme mucho, me chupé un dedo y busqué el agujerito de mi hermano. Iba poco a poco pero a Pablo ya se le escapaban algún que otro gemido. Cuando ya lo tuve bien lubricado me puse en cuclillas en la cama apuntando mi polla a su ano y lo ensarté como él hacía conmigo, no tuve mucha piedad con él, desde que entró mi polla en su ano le di bastante caña. Lo agarraba de los hombros aumentando cada vez más y mas mis embestidas, mi hermano gritaba entre placer y dolor. Acabó tumbándose en la cama ya que sus piernas no aguantaban más mientras que yo seguía brincando en su culo. Cuando vi que me correría en breve, saque mi polla de su culo y empecé a pajearme soltando mi semen por todas sus nalgas y agujerito para que yo después pudiera limpiar mi propria corrida.
Al día siguiente ya volvían mis padres por lo que decidimos despedir el fin de semana dándonos una ducha. Los dos estábamos exhaustos después de todo el fin de semana follando pero aún nos quedaban fuerzas para un ultimo calentón. Ambos nos enjabonábamos acariciando nuestros cuerpos, sobábamos nuestras pollas, agarrábamos nuestros culos, nos mamábamos las pollas el uno al otro. Mi hermano me empujaba contra la pared para follarme el culo hasta la próxima vez, a igual que yo a él, le follaba su culito hasta correrse y limpiábamos nuestras corridas simultáneamente.
Este fue uno de los encuentros más calientes con mi hermano pero no el único, como recordareis todavía me quedaba por descubrir que nos unía a mi hermano, mi padre y mi abuelo.
Hasta pronto. Continuará...