Lujuria con Mamá

Tras un largo tiempo he vuelto, con otro relato de incesto real, sabéis que podéis escribirme totalmente gratis a doctorhawerson@gmail.com donde contestaré vuestras dudas y os ofreceré ayuda como yo he hecho a más de 100 pacientes, tanto hombres como mujeres, sin más dilación, espero que lo disfruten

Soy un chico de 20 años que no esta mal y que se ha masturbado siempre o casi siempre pensando en su amada madre. Porque hacia esto, pues muy sencillo, la oía follar con mi padre cada dos por tres porque mi habitación esta pared con pared con la de mis padres y mi madre no es que sea muy discreta con sus gemidos.

Mi madre es una mujer de 43 años muy bien llevados que le gusta ir al gimnasio y cuidarse para estar guapa. Tienes unos generosos pechos y un culo respingón, es morena le llega el pelo por los hombros y lo lleva rizado y le encanta usar ropa ajustada y camisetas con escote generoso como sus pechos.

Yo me mataba a pajas cuando la oía gemir en su habitación hasta que un día después de una discusión entre mi padre y ella, la enésima en un mes, yo me pensaba que iban a follar esa noche ya que es lo que hacían después de discutir, reconciliarse, pero no fue así. Mi padre se fue y unas semanas después se separaron y yo me quede a vivir con mi madre, pero molesto porque no la iba a volver a oír gemir.

Nada mas allá de la realidad, en cuanto mi madre se recupero del mazazo de la separación un poco sus noches volvieron a ser apasionadas ya que metía a hombres que no conocía de nada a hurtadillas e intentando que no me diera cuenta en su cama noche si, noche también.

Una mañana de sábado me levante y fui a la cocina a desayunar y me la encontré como de costumbre haciéndose su café y con su bata. Me decidí a comentarle que sabia que metía a hombres en su cama por la noche y que no me acababa de convencer esa costumbre que estaba cogiendo.

Mama se que metes hombres en casa cuando llegas por las noches y que te acuestas con ellos.

Pasa algo malo -me contesto- yo hago lo que quiero que ya soy mayorcito, ¿no crees?

Si que puedes hacer lo que quieras pero con un poco de cuidado porque me tiro todo el tiempo que esta el tío aquí sin pegar ojo de los gritos que pegáis.

Mi madre se quedo helada cuando le dije eso y su expresión cambio a una un poco picara y me dijo:

¿Qué pasa se te pone dura de oírme?

Pues… - conteste yo sin saber que decir ya que no me lo esperaba-

Lo tomare como un si. Entonces te la pone dura tu mami, ¿no?

Pues… -lo pensé y me lance- pues si ¿que pasa?

Nada –me dijo ella- que me pensaba que a ti las maduritas no te iban.

Tú no eres una madurita cualquiera –dije yo- que ya les gustaría a muchas de mi edad tener tus tetazas y tu culo.

Oye –dijo- una cosa es que te guste y otra que te pasases con el vocabulario y las maneras, que soy tu madre que no se te olvide.

Pues como madre –seguí- deberías de llevar mas cuidado cuando gritas cuando te la meten que a un hijo no se le debe tener despierto toda la noche y con la polla así sin darle nada a cambio.

Me soltó una ostia de campeonato que aun cuando la recuerdo me duele, y me dijo que ni se me ocurriera el insinuarle que debía de recompensarme por nada de lo que ella hiciera y que no se me ocurriera hablarle así más que ella hacia lo que quería.

La cosa quedo así, yo me fui a mi habitación y el día continuo normal hasta que llego la noche.

Yo me fui a la ducha mientras ella veía la tele, pero cuando salía de ducharme ella entro porque tenia ganas de hacer pis y me vio en pelotas, note su cara de asombro al ver mi polla peluda y llena de venas auque estaba flácida. Yo me tape corriendo y ella me dijo que no pasaba nada que estaba acostumbrada a ver pollas y que a mi me la había visto muchas veces cuando era pequeño que no tenia de que avergonzarme.

Sin mas ella se bajo el pantalón de pijama que llevaba y el tanga y se puso a hacer pis delante mío, cosa que me puso un poco cachondo ya que le pude adivinar que llevaba el coño pelado. Ella se limpio y se fue. Me puse mi pijama y me fui a ver la tele a su lado. Me acosté en el sofá con la cabeza encima de sus piernas, como hacia siempre, pero de mi cabeza no se iba ese coñito pelado y no paraba de darle vueltas a la cabeza, por lo que mi polla iba reaccionando poco a poco y se me ponía cada vez mas dura y en el pijama sobresalía un bulto ya considerable, porque mi polla dura mide unos buenos 18 cm.

Mi madre que se dio cuenta de cómo estaba se empezó a reír y me dijo:

Ay que ver lo bien que calza mi pequeño, jajaja

Mama por favor que soy tu hijo –conteste-

Que pasa, ¿qué es mentira lo que digo? Tienes un buen aparato pero no se yo si sabes usarlo como dios manda.

Mama –dije- ¿que estas insinuando?

Yo nada –contesto- pero seria una pena que con eso no supieras complacer a una mujer.

¿Y a ti quien te ha dicho que no se complacer a una mujer? -yo estaba ya súper rojo de vergüenza y no sabia donde meterme-

Nadie –contesto mientras me echaba mano a la polla- pero me gustaría comprobarlo porque me estas poniendo súper cachonda con ese bulto ahí.

Sin mas me bajo el pantalón y cogió mi polla dura y llena de venas entre sus manos y se la metió de golpe a la boca, yo estaba alucinando de ver lo que me hacia mi madre y como me lo hacia porque he de reconocer que nadie en el mundo me la habían chupado con esas ganas y ese ansia como lo hacia mi madre en ese momento.

A mi empezaron a escapárseme gemidos de placer, porque me estaba muriendo de gusto y me di cuenta que la mano de mi madre que no agarraba mi polla estaba dentro de su pantalón dándose restregones en el coño.

Yo no lo dude y metí mi mano debajo de su camiseta y vi que tenía los pezones como piedras, eso me excito aun más y me corrí en la boca de mi madre en un momento y sin pensarlo. Ella se ve que lo esperaba porque no dejo escapar ni una gota de mi leche, y cuando acabo se puso de nuevo a mi lado y dijo:

Pues esta bastante buena tu leche, mejor que todas las que he probado en mi vida, y te aseguro que son bastantes.

Yo no me creía lo que me acababa de pasar y me puse a pensarlo y mi polla se puso otra vez con ganas de guerra, dura como las piedras. Mi madre la miro y dijo:

Esta vez te vas a correr pero dentro de mí, que hace unas semanas que no me follo a nadie.

Pero mama –dije- ¿no crees que ya nos hemos pasado bastante con esto?

No hijo no –contesto- yo no me quedo con este calentón que tengo después de comerte el rabo, o me follas o te follo por la fuerza pero esto no se puede quedar así.

Conforme acababa de decir esto se quito el pantalón y se subió encima de mi polla y se la metió de golpe entera en su coño, que estaba muy mojado y no opuso ninguna resistencia a mi polla dura.

Enseguida empezó a saltar encima mío acelerando el paso cada vez mas para darse mas gusto y sus gemidos iban creciendo en intensidad, esos gemidos que tantas noches había oído y que tanto me excitaban. El orgasmo no tardo en llegarle y el grito que dio de placer fue increíble. Cuando se le paso un poco se bajo de encima mío y se puso a cuatro patas y me dijo que le diera fuerte que estaba deseosa de sentir mis pelotas en su coño. Yo no lo dude y empece a metérsela con todas mis fuerzas y sus gemidos eran más fuertes que cuando me cabalgaba y nuestros orgasmos no tardaron tampoco mucho en llegar. Mi chorro de leche lleno su coño hasta los topes y cuando saque mi polla empezó a chorrear, mi madre no lo dudo y cogió mi leche con su mano y la chupo.

Tras todo nos quedamos dormidos y decidimos gracias al apoyo del Doctor Hawerson, mantener una relación en secreto donde el amor y el morbo se abrazan para darnos una completa felicidad