Luisa mi madura vecina
La señora Luisa era una señora que pese a sus 68 años, aún conservaba la figura que alguna vez seguramente fue la envidia de muchas mujeres y el delirio de bastantes hombres de antaño... Ella era bajita, de pelo gris, y muy guapa a pesar de sus muchas arrugas y sobre todo con un cuerpo admirable, como ya dije, aún con los años que tenía encima. Era dueña de un trasero bastante aceptable con unas nalgas gordas y unas tetazas de infarto, algo caídas por los años; pero de un tamaño increíblemente grandes.
La señora Luisa era una señora que pese a sus 68 años, aún conservaba la figura que alguna vez seguramente fue la envidia de muchas mujeres y el delirio de bastantes hombres de antaño....
Ella era bajita, de pelo gris, y muy guapa a pesar de sus muchas arrugas y sobre todo con un cuerpo admirable, como ya dije, aún con los años que tenía encima. Era dueña de un trasero bastante aceptable con unas nalgas gordas y unas tetazas de infarto, algo caídas por los años; pero de un tamaño increíblemente grandes.
Como todos los días, ella salía bien temprano a pasear a sus perritos por toda la cuadra y por las noches los sacaba a que hagan sus necesidades. El resto de horas del día no se le veía, por lo que para muchos vecinos (incluido yo) pasaba desapercibida.
Un día llegó a casa después del almuerzo y se puso a conversar con mi mamá en la cocina mientras lavaba el servicio del almuerzo. Yo entré por un vaso de agua, las saludé y salí apurado, pues iban a transmitir el partido de fútbol de mi selección, no sin antes percatarme que hablaban de mi.
Terminado el partido (que por cierto ganamos 2 a 0) fui a ver a mi mamá para preguntarle que había conversado de mí con doña Luisa y me dijo que le comentó que se sentía ya muy vieja como para hacer ciertas cosas de su casa, como por ejemplo regar el jardín, reparar la cerca, sacar a los perros y que mi querida madre había aceptado gustosa que fuera yo el que me encargara de esos menesteres.... por supuesto yo pegué el grito en el cielo y me enojé mucho con ella.
Después de mucho conversarlo y convencerme, acepté de mala gana, además la viejita me iba a pagar muy bien y pues no perdía nada ya que en ese tiempo yo estaba de vacaciones de la universidad. Para ese entonces yo contaba con solo 17 añitos.
Fui a casa de la señora Luisa el día convenido. Toqué la puerta y salió ella y me dijo que pasara al patio trasero, que allá había una cerca que le faltaba unos cuantos clavitos (26 para ser mas exacto) y que pintara la pared frente al cerco... le dije que gustoso lo haría; pero antes debería cambiarme el polo por que seguramente iba a sudar y a mancharme con la pintura, así que me dirigí al cuarto de empleados a cambiarme.
La señora me siguió para indicarme el camino (cosa que yo ya sabía) y noté como se ruborizó al ver mi torso desnudo. Sin hacerle mucho caso, seguí cambiándome y cogí el martillo y los clavos.
Pasé media mañana clavando la cerca y ya entrado el medio día, le dije a doña Luisa que iba a ir a almorzar a casa y que vendría luego a terminar mi faena.
Ella aceptó y me dirigí al baño a asearme, notando como ella me siguió disimuladamente. Repetí la acción de desnudarme y noté por el espejo del baño cómo Luisa se relamía de una manera que me excitó muchísimo.
Fui a almorzar a casa y luego de descansar un poco, regresé a mi trabajo.
Ya casi para terminar, doña Luisa me dijo que si deseaba, me sirviera un poco de limonada que había dejado en la mesa de la cocina, mientras ella se daba un duchazo, ya que la tarde estaba muy calurosa (y ella también pues la noté así desde que no dejó de mirarme).
Me dirigí a la cocina por un buen vaso de limonada, pero decidí antes subir por una brocha mas pequeña para pintar el zócalo. Al pasar por el baño, noté que estaba semi abierto y quedé pasmado al ver a la señora Luisa desnuda tocándose y repitiendo mi nombre ..
"así Martincito, hazme tuya .. hazme sentir tu gran verga por mi conchita vieja .. cómete a esta vieja calentona .." . "soy toda tuya" .. ahhhh . mmhhhhmm .si, si, siiiiii . eso es
Valgan verdades, quedé excitadísimo al ver semejante espectáculo y con una fuerte erección que hacía que me doliera el pene. Lentamente lo fui sacando y empecé a hacerme una paja espectacular . apoyándome un poco en la pared para ver mas de cerca
Estaba masturbándome fuerte y de lo lindo; pero con tan mala suerte que en un movimiento brusco, resbalé y caí dentro del baño con la pinga en la mano apuntando a la señora Luisa .
Ella al verme, pegó un grito y se puso muy nerviosa, no sabiendo si taparse las enormes tetas o su concha repleta de pelos ..
Yo no sabiendo que hacer ni que decir, (con mi huevo aún en la mano), sólo atiné a decirle apelando a mi chispa y buen sentido del humor:
"Arriba las manos esto es un asalto jejejeje" .. (por cierto estaba mas rojo que un tomate) .
Ella toda avergonzada, sólo me dijo:
"Estabas escuchando todo lo que dije???..... me estabas espiando????..... ehhhh . por favor perdóname .. yoooo .. esteeee espera que me cambio y lo conversaremos .." "que vergüenza .." " que vergüenza ."
Yo todo excitado le dije que no se preocupe y que se calme, que la entendía. Que comprendía que se sintiera así ya que había enviudado hace ya mas de 13 años y que era lógico que necesitara estar con hombre.
Le propuse que si ella así lo deseaba, yo podría satisfacer sus necesidades de hembra y yo a la vez, sacarme "el taco", fruto de mi hasta ese día sequía de sexo .
Increíblemente, ella aceptó e inmediatamente me llevó a su cuarto. Ahí, le saqué de un tirón la toalla y admiré más de cerca aquel cuerpo lleno de arrugas y de carnes gordas y flácidas por el pasar de los años .. la acosté en la cama y sin más preámbulos, me desnudé, dejando a la vista mi enorme pinga . Me acerqué a ella y lentamente fui poniendo mi verga cerca de su boca, invitándola en silencio a que me haga una deliciosa mamada. Ella sin chistar y sin dejar de mirarme a los ojos, engulló mi huevo, dándole una mamada digna de una campeona en mamadas, pese (según me comentó luego) que era la primera vez que se comía un pinga, ya que su marido siempre fue medio cucufato para esas cosas.
Mientras ella me hacía la mamada, yo jugaba a meterle mi dedo dentro de esa conchaza acogedora, llena de vellos plateados y pellizcarle con la otra mano sus pezones marrones. Instintivamente, ella se dio vuelta y me dijo:
"Cómeme la concha papi lámeme .. méteme la lengua al chocho hazme llegar .. soy tu putita tu puta vieja .. cómete a esta vieja .. ohhh siiiiii . asiiiiii"
"mmhhmmfff .. que rica pinga mmffff .. te gusta que te la chupe???...... me vas a matar de placer . métemela yaaaaaaaa!!!!!"
Yo, sintiendo que mi leche se me iba a salir disparada, me senté en la cama y le ordené que se sentara encima mío ella muy obediente así lo hizo, lo que yo aproveché para meterme en la boca una de su tetazas . mientras ella se acomodaba mi pinga dentro de su conchaza ..
Ella empezó a cabalgarme ferozmente como si nunca hubiera sentido pinga alguna en su vida a la vez que me decía:
"Eso es mi amorcito asiii asiiii que rico me corro . ayyyy siiiii me corrooooo siiiii . sigue . dame asiiiii .aAyyyyy . ufffff"
Doña Luisa se corrió en un espasmo y sentí como que se me desmayaba, pero no dejé de bombearla .. yo seguía en el feroz mete y saca mientras seguía engulléndome sus tetazas enormes .. a lo que ella respondía con un movimiento circular de caderas. Luego le hice la pose del perrito y me encantaba ver por el espejo como se bamboleaban esas tetazas y su cara de excitación plena ..
Sintiendo que ya se me venía el torrente de leche, le dije que quería correrme en sus tetas. Se volteó y metí mi pinga dentro de esas tetas, que para serles sincero, a pesar de que tengo el pene grande (17 cm.) se perdía dentro ya que la vieja mide de brassiere 42B.
Le di unas sacudidas y arremetidas mas a esas tetotas a la par que ella cada vez que subía, aprovechaba para meterse mi huevo a la boca hasta que sentí que ya era hora de venirme .. así lo hice y le llené las tetas y la cara de abundante leche caliente ..
Quedamos rendidos y le propuse metérsela por el culo; a lo que ella me dijo que nunca se lo habían echo por ahí, que tenga paciencia, que aún quedaba mucho trabajo por hacer en su casa . y en su cama ..
Nos vestimos y me despedí para regresar al siguiente día a terminar "mi trabajo"