Luisa la amiga de mi madre (2)

Cuando se tiene 19 años, y nadie te ha desvirgado, sientes esa necesidad prioritaria y sobre todo presumir ante tus colegas que ya lo has hecho. Para Carlos las chicas de su edad no eran su prioridad, habría sido un objetivo fácil para el, pero el aspiraba mucho más alto y no era fácil para aquel chico tímido,  de tan solo 19 años, con las hormonas revolucionadas a flor de piel.

Luisa era probablemente la mujer que más había deseado en el último año y sin duda con quién más se había pajeado estaba poniéndose a tiro y no podía dejar pasar esta ocasión para cumplir todo aquel deseo contenido.

Para ello debería no hacer una estrategia, como otras veces, siempre sale mal y opto por la ingenuidad y dejarse llevar por ella, siendo paciente y no precipitarme.

Para Luisa no había estrategia, para ella era toda una responsabilidad, no podía tirarse a un adolescente y que además era el hijo de su mejor amiga. Estudio el caso minuciosamente, incluso hizo alguna consulta a otros colegas y solo había una alternativa, seguiría el diagnóstico de un insigne profesor suyo, ya jubilado,le dio un diagnóstico totalmente acertado y la terapia a seguir:

Si no lo hace  contigo,  lo hará con cualquier otra y si eso es así, no tendrás una información objetiva, solo tendrás la información que él te quiera dar. En cambio si el debuta contigo, podrás controlarlo en todo momento y conocerás perfectamente lo que siente,  y poco a poco irás reconduciendo

la

situacion  para su total curación.

Lo que no sabía y tampoco nadie podría informarnos, era como abordar esa primera vez, sabía que como afrontar la situación desde el principio será vital para el desarrollo de la terapia.

El lugar elegido  sería muy importante, según el lugar elegido podría significar una cosa u otra. No quería dar la impresión de ser un polvo entre la terapeuta y su paciente, ni el de la amiga de su madre follandose al adolescente de su hijo.

Decidió que no fuera ni en su casa, ni tampoco en la consulta. Busco algo mucho más morboso y eligió un lugar público a ella le fascinaba y era una fantasía que siempre le habría gustado hacer, pero ya se sabe cómo es la mujer del Cesar y ella nunca le había sido infiel al Cesar, aunque fantasear a diario con esa posibilidad.

Luisa estuvo ensayando grabándose la voz en audio, para decirle de la mejor manera posible la terapia que debían de seguir. Tras muchos intentos y trabarse su lengua y tragar saliva, decidió enviarle un WhatsApp, en que no le decía la terapia a seguir, pero le citaba en un cine de la ciudad, a la primera sesión de la tarde.

Era la película con la peor crítica, lo que garantizaba un escaso público. Luisa como cinéfila conocía bien la sala, citando a Carlos a las 16:05 ya iniciada la sesión ella estaría en la parte izquierda de la sala y en la última fila.

A las 16:05 entro puntualmente y se acercó sigilosamente, tan solo habría cuatro personas repartidas por toda la sala, que tendría un aforo de 150 personas, aproximadamente.

Se sentó a su lado y le dio un beso en la mejilla y Carlos sorprendido le pregunto abiertamente el por qué le había citado allí.

Luisa le respondió que al final de la película tendría la clave y presto una total atención a la película que acababa de comenzar.

Enseguida los roces de los brazos se tornaron más sensuales y Luisa comenzó a acariciar a Carlos, primero el brazo y luego el pecho, hasta que pudo ver la cara de satisfacción de el por el reflejo de la luz de la pantalla en su rostro, fue cuando su mano bajo a la entrepierna y pudo agarrar aquel voluminoso paquete que deseaba tener dentro de si como primer destinatario. Pensar en ello la excito sobremanera y Carlos pudo ver la cara de excitación cuando se mordía el labio inferior, sintiendole al pasar su mano entre los muslos de Luisa, acariciando la cara interna y disfrutando de la sublime suavidad de su piel que queda entre  ese espacio que va desde  la ingle y parte elástica de sus medias. Luisa se estaba excitando por momentos y de masajear el paquete paso a abrirle la cremallera de los pantalones y metió la mano dentro del boxer, una exclamación ahogada se oyó levemente

emegiendo seguidamente aquel mástil que Luisa no había imaginado y sin duda jamás había tenido nada parecido entre sus manos. Carlos ya había metido algún dedo entre las bragas y ella se acomodaba en la butaca abriendo más las piernas para darle un mejor acceso a su mojado coño. Ninguno de los dos seguía la película y ya se habían entregado el uno al otro a la lujuria del manoseo sin freno, ella estaba muy cachonda y él no podía creer lo que estaba viviendo. Ella entonces para que no quedará duda alguna, se arrodilló ante el y le propinó una descomunal mamada a esa polla descomunalmente grande y que no cabía en su boca, lamió el glande lo beso e intento meterlo en su boca como si fuera un chupa chup, consiguió meterlo y con la mano masturbar el tronco cuyas venas estaban a reventar, no tardó mucho en venirse, avisándole con un me corro me corro....ella intento tragarse toda la eyaculación pero la leche inundaba su garganta y cayó una parte al suelo, ella saco un paquete de pañuelos de papel y limpio su cara para después dejar reluciente la polla de su chico. Ella se recompuso la falda y volvió a sentarse en su butaca, entonces él se acercó y la besó en la boca que todavía sabía a semen, mientras sus manos manoseaba aquellas grandes tetas, poco a poco volvió la erección y ella pudo notar como la juventud y la fuerza de la naturaleza hizo posible una erección tan tremenda en tan poco espacio de tiempo, caliente e insatisfecha se abrió de piernas para esperar la respuesta del chico, que no se hizo esperar, arrodillándose ante ella y quitándole las bragas empezó a comerle el coño, el cual estaba empapado, lamió toda la miel que rezumaba de aquel caliente agujero, su lengua revoloteaba alrededor del clítoris, el cual estaba hinchado y pudo cogerlo entre sus labios, apretándolo suavemente, succionando, bañando lo con la saliva dentro de su boca, mientras ella se retorcía de gusto en su butaca y el erguía su lengua para meterla en su coño como una polla al inicio de las embestidas. Ella gemía y se tapaba la boca para no hacer ruido. Solo quería una cosa y se lo pedía bajito....follame follame, no aguanto más....se tumbó boca arriba en la moqueta, entre los asientos y Carlos se colocó encima la levantó las piernas, se las colgó entre sus hombros mientras ella agarró la polla y de la pasaba de arriba a abajo a través de su encharcada vulvas acomodando el capullo entre sus labios ...la entrada no se hizo esperar y Carlos dejo caer el peso de su cuerpo y el coño de ella se tragó todo el falo, de golpe y de una sola vez, oyéndose un sonido gutural en todo el cine.

Se quedaron quietos por unos instantes y la banda sonora de la película volvió a sonar y Carlos empezó a bombear aumentando el ritmo de sus embestidas, ni podía creerlo, aquello era mucho más rico de lo que jamás hubiera imaginado y seguí y seguí cabalgando la dándole más y más fuerte, ella le pidió que no parará y siguio dándole duro hasta sentir como su polla golpeaba la pared del fondo de sus entrañas, ella estaba por volverse a correr tras una primera vez hace un minuto, estaba en séptimo cielo y a punto de correrse de nuevo, avisándole a ella de que en breve lo haría, ella le pidió que no la sacara .....dame tu leche calentita y correte a gusto quiero que está primera vez no la olvides jamás.. exhaustos y uno encima del otro se quedaron un buen rato, la flacidez del pene hizo que se saliera de aquel pozo de semen y flujos, busco sus bragas y se limpio lo que pudo, mientras la banda sonora anunciaba que la película estaba a punto de acabarse, colocaron la ropa en su sitio y se sentaron cada uno en su butaca al tiempo que las luces se encendieron y a ambos se les iluminó la cara, mientras salían los títulos de la película se besaron en la boca un largo y cálido beso, que no era un beso de amor, si no de gratitud, ella por gozar de aquella aventura, tras la sequía de su matrimonio y el por haberse estrenado con la mujer deseada y tras aquella faena salir por la puerta grande.

El al contrario de lo que siempre pensó, no tenía esa sensación de comunicarlo, ni de querer contarlo a sus colegas, quería disfrutarlo en su intimidad, tenía ganas de que llegara la noche y pajearse con mayor conocimiento de causa, está noche no será una fantasía, será el recordatorio de un hecho real.

Para Luisa, sería algo muy distinto, a partir de ahora cuando follara con su marido y ahora sería ella quien lo buscará, sería rememorar aquél polvo del cine, ella estaría mucho más activa y el político pensaría que estaba haciendo el amor y no aquello tan mecánico como un meter y sacar.

Pero todo esto sonaba a un bonito final y en realidad, no era el final, la psicóloga tenía algo que decir y debía decírselo a su madre y amiga, no debería ocultarselo....