LUISA DOMINANDO A SUS PADRES Parte 5

Luisa y su amiga Carmen se meriendan a su madre.

Luisa tiene un coño asqueroso, asqueroso por su aspecto ya que tiene una vulva con unos labios muy abiertos de manera que deja ver su rosado, rojo o blanco, según su estado, interior de la vagina. Por ello tiene que usar bragas especiales de algodón con una chochera ancha y absorbente que impida que le traspasen por los pantalones los frecuentes jugos que emana su concha abierta.

Hoy está en clase con su guarra amiga Carmen. Le ha contado las cosas que ha hecho con su madre. Carmen, a la que no le hace falta mucho, se pone cachonda escuchado las guarradas que le cuenta Luisa.

LUISA: tía, y lo más asombroso es que de tanto chuparle sus colgantes tetorras, no sé cómo, pero ha vuelto a salirle leche. Una leche exquisita, no nos hartamos de mamarle mi padre y yo. Y claro se le han puesto las tetas más gordas, como las tenía antes.

CARMEN: joder tía, que cachonda me has puesto. Me han entrado ganas de comerme a tu madre y mamarle las tetas.

LUISA: pues aguanta a que acabe la clase y nos vamos a mi casa que nos vamos a merendar a la cerda de mi madre entre las dos.

Cuando llegan cerca de su casa ven que el padre de Carmen está saliendo.

CARMEN: mira Luisa, el hijo de puta de mi padre acaba de ponerle los cuernos al tuyo.

LUISA: muy bien, mejor pues nos la vamos a encontrar recién follada.

Entran en casa y ven a María con una bata y cara de haberse dado un buen revolcón.

LUISA: hola mamá, he traído a Carmen para merendar aquí contigo, venimos hambrientas.

MARÍA: hola guapa, ahora mismo voy al baño y os preparo la merienda.

LUISA: pero mamá ¿Qué son esos regueros de leche que te corren por las piernas?

Luisa le desabrocha la bata dejando ver un camisón blanco de seda cortito muy sexy.

CARMEN: ostias María, veo que mi padre te ha enlechado bien, te corre por las piernas abajo hasta los pies guarra.

MARÍA: cómo te atreves a hablarme así niñata, una cosa es que me acueste con tu padre y otra que lo haga contigo.

LUISA: calladita madre, aquí quien manda soy yo y como te he dicho venimos a merendar pero a merendarte a ti, a darnos un atracón de la leche que te rebosa por todas partes.

Luisa empuja a su madre sobre el sofá esta cambia de actitud diciendo.

MARÍA: pues podéis empezar a hartaos de las lechadas que me han echado vuestros padre uno en el coño y otro en el culo. Aquí tenéis niñatas hambrientas.

María coge sus piernas y las abre ofreciendo su vulva hinchada y su culo abierto y  recién follado. De ambos agujeros le sale chorros de semen que las chicas no pierden tiempo comiéndoselo sorbiendo de los agujeros. La madre aprieta para expulsar. Carmen le relame los regueros de semen de su propio padre que tiene en las piernas.

CARMEN: esta corrida es de mi padre, lo conozco como si lo hubiera parido.

María: si, acaba de encularme y me ha dejado las tripas llenas.

Una vez tragado todo el semen paterno las chicas se amorran a los biberones que tiene por pezones María.

María.: venga niñas hartaros ahora de mi leche como cuando erais bebés.

Lucia: tía, apriétale bien las tetas verás los chigates de leche que salen.

Así estuvieron media hora mamando poniendo de nuevo cachonda a la madura mamá.

MARÍA: ahora bajaros a mi coño que me voy a correr en vuestras bocas, enséñale a tu amiga el majar que echa la puta de tu madre cuando se corre.

Así estuvieron entre las dos comiéndole el coño

CARMEN: joer que chocho gordo tienes María, y no veas que pipa más gorda tienes.

MARÍA: es que me habéis calentado como una vaca mamándome las ubres, viciosas. Así, mordedme el clítoris que me vacio, me voy en vuestras bocas, bebedlo todo guarras.

María empezó a lanzar chorros de flujos corriéndose como una fuente, chorros que las adolescentes bebieron hasta quedar con los estómagos llenos de semen, leche y corrida materna.

La dejaron descansar un poco mientras ellas se quitaban la ropa. En bolas se sentaron en el sofá morreandose y chupándose sus tetas. Tenían los coños chorreando.

LUCÍA: madre, nos has puesto cachondas. Ahora nos vas a hacernos correr follandonos nuestros coñazos con cada uno de tus brazos.

María, muy sensual, con ojeras de las corridas se arrodilló ante los expuestos y abiertos coños de las adolescentes que le ofrecían sus anchas nalgas abiertas.

MARÍA: buaf, cómo os entran mis brazos, hasta los codos, os follo vuestros coñazos.

CARMEN: así, así María, hasta el fondo, masajéanos los úteros veras que pronto berramos de gusto.

María no paro de hundir sus brazos en las interminables vaginas, al sacarlos veía cómo estaban llenos de jugos espesos y blancuzcos. En unos minutos las niñas se corrían como cerdas expulsando flujos alrededor de los brazos de María manchándole el precioso camisón de seda.