Lucrecia
Una niña de 18 años comienza a tener fantasias sexuales al quedarse sola en su casa, sin saber que estas se harán realidad.
Lucrecia, apenas una niña
Hola a todos mis amigos, les cuento que mi nombre es Lucrecia, por supuesto que todos me llaman Lucre, tengo 18 años recién cumplidos y estoy cursando el 1° año de la Licenciatura en Recursos Humanos en la Universidad de Buenos Aires, mi cuerpo es bastante delgado, lo que hace que parezca de menor edad de la que realmente tengo, pero bien proporcionado, piernas bien torneadas, una cintura muy delgada, mis pechos aunque no son enormes se destacan basante debido al pequeño tamaño de mi cuerpo tengo unos pezones muy paraditos y de un color rosado intenso que resaltan sobre la blancura de mi piel, en especialmente en esta época del año en la cual recién está terminando la primavera y aún no he tomado el sol suficiente para broncearme como me gusta.
Vivo en una casa quinta en las afueras de Buenos Aires, la casa tiene un hermoso jardín con una pileta de natación que es mi delicia en el verano, además debo contarles que cuando en alguna oportunidad me encuentro sola en la casa por que mis padres han tenido que salir por lagún motivo me encanta ir desnudándome por la casa acariciandome el cuerpo con mis manos y sacarme lentamente mi ropa hasta quedar totalmente desnuda y disfrutar de las caricias del sol sobre mi piel
Hace un par de meses casualmente mi madre había ido a la casa de una amiga y mi padre como de costumbre llega a la casa cerca de la hora de cenar, yo me encontraba sentada en el patio que está junto a la pileta sin tener nada en particular llevaba puesto un pantalón vaquero y una remera cortita de color rojo que dejaba al descubierto toda mi panza y mi ombligo en cual tengo colocado un piercing y sin pensarlo dos veces y en vista que estaba totalmente sola comenzé a jugar con mi cuerpo, levanté mi remera sobre mis tetitas y me bajé el corpiño color blanco todo bordado que llevaba puesto y que hace conjunto con la bikini, mis tetitas quedaron a la luz del día, mi exitación comenzó a aumentar lentamente, esta sensación la experimentaba cada vez que me quitaba la ropa al aire libre, luego de esto y después de haber acariciado largo rato mis pezones con mis manos me levanté de donde estaba sentada me quite completamente la remera roja y comenzé a pasearme por el jardín.
Mientras hacía esto iba lentamente bajandome los vaqueros, mi colita quedaba cubierta solamente por la bikini blanca semitransparente y bordada la cual resaltaba aún mas a mis pequeñas nalguitas, este paseo me calentaba de sobremanera, soñaba despierta, pensaba que alguien me estaba observando escondido en algún lugar del jardín, por supuesto que pensaba que era un hombre y que al verme de esta manera tenía una gran erección y se preparaba a abalanzase sobre mi y violarme de manera desenfrenada. Luego de haber caminado un rato por el jardín mostrándole mi colita al sol volví y me tire en cuatro patas sobre una manta que tenía en el patio junto a la pileta, así fué como me puse a caminar en cuatro patas como una gatita, por supuesto con mi colita al aire, ahora suponía que era una gatita en celo y que en cualquier momento una gran gato negro se subiría sobre mi y me penetraría con su verga mientras que con sus patas arañaría la piel de mi espalda.
Seguí por largo rato caminando en cuatro patas, ahora no me imaginaba como una gatita, pensaba que era una yeguita en medio del campo a la cual la agarraba un hermoso padrillo negro que se la montaba con una hermosa verga que se la enterraba hasta hacerla doblar de dolor, por momentos imaginaba que era una pequeña cachorra de leona que era penetrada por el macho de la manda un ernorme leon que se me subía sobre mis espaldas y me cogía con toda la fuerza que este animal tiene.
Cuando me cansé de mis fantasias me recosté sobre la manta me quité los vaqueros y comenzé a jugar otro poco con mi cuerpo, tiraba de mi bikini hacia arriba con lo cual esta se enrollaba y se metía toda dento mis labios vaginales mientras que con mi mano izquierda acariciaba mis tetitas, el roce de la bikini en mi conchita hacía que mis flujos vaginales empezasen a lubricar toda mi argolla y mi calentura aumentase poco a poco, al final terminé sacándome la bikini y quedar totalmente desnuda, por largo rato me quedé sentada en el suelo contemplado mi cuerpo desnudo cuanto mas lo miraba mas hermoso me parecía, mis tetitas bien paraditas con hermosos pezoncitos rosados, mi conchita bien depilada con unos labios vaginales muy rosados y sedientos de ser penetrados, no se cuanto tiempo estuve así contemplándome y tomando sol totalmente desnuda.
Al final y un poco cansada de estar sentada me recosté de espaldas en la manta mis manos empezaron a jugar con mi cuerpo me acariciaba y pellizacaba los pezones, jugaba con los dedos de mis manos con mi clítoris, lo acariciaba suavemente, le daba pequeños pellizcones que hacian temblar todo mi cuerpo, quería seguir jugando y jugando así hasta tener un orgasmo como tantas otras veces lo había hecho, este juego me elevaba por los aires, me sacaba de la realidad en una ensoñacion super placentera, estaba en ese momento por las nubes cuando de pronto sentí que dos manos me apretaron por debajo de mis nalgas y una enorme boca se apoyó sobre mi conchita, el susto que esto me provocó hizo que volviese a la realidad en un instante, cuando abrí los ojos ví con alegría que el responsable de esto era nada mas ni nada menos que Mateo, el jardinero que venía a la quinta todas las semanas a cuidar del jardín y la pileta.
El guacho me había estado observando con lo cual se super calentó con todo lo que yo había hecho, les diré que Mateo es un morocho de unos 27 años, pelo corto y un cuerpo que parece un gerrero romano, demás está decir que cada vez que lo veo trabajando por el jardín y en especial en épca de verano con todo el torso desnudo y transpirado tengo que ir al baño a masturbarme por que me pone a mil e imagino ser penetrada por semejante macho con toda su fuerza bruta, pero hoy veo que todas mis fantasias se hacen realidad y no voy a perder esta oportunidad que puede ser la única y la mejor que tenga en mi vida.
Mateo siguió chupando mi conchita como nunca nadie lo había hecho hasta ahora, pero no puede aguantar mas con mi mano derecha apreté su cabeza contra mis piernas para que su lengua llegase hasta lo mas profundo de mi ser y tuve un orgasmo explosivo, comenzé a tener unas convulsiones, incliné mi cabeza un poco hacia adelante y pude ver el rostro de satisfacción de el, estaba gozando tanto o más que yo en ese momento, cuando me hube calmado un poco el hizo que me levantase apoyé mis manos sobre los brazos del sillón y apoye mi pierna derecha sobre el, se colocó detrás mio y tomando mis caderas con sus manos comenzó a ponérmela, ahora si parecía que era una perrita, lentamente su verga se fué enterrando dentro de mí, la pentración fué muy fácil el se había ensalivaado su verga y como mi argolla aún continuaba muy mojada por la acabada que había tenido llegó hasta el fondo de mi vagina, puede entonces sentir el calor de sus testículos contra mis nalgas.
Lentamete comenzó a bombearme, la sacaba y la enterraba , bomba y bomba este ritmo fué aumentando hasta llegar a parecer una máquina de ferrocarril no pudo aguantar más y de golpe me la metió de un solo empujon dejándome ensartada y comenzó a llenar toda mi conchita con su semen, aprteaba y apretaba cada vez mas fuerte mientras sus jugos me llenaron toda y rebalsaron por mis piernas, así como me tenía ensartada nos fuimos dando vuelta y el se sentó en el sillón ahora yo
sentada sobre el apoye mi mano derecha en el suelo y la izquierda sobre su rodilla, sacó su verga de mi argolla y empezó a fregármela por mi colita hasta que muy suavemente consiguió que toda su verga fuese entrando, ahora sí que la sentía de verdad, mi colita no estaba aún totalmente dilatada cuando ya le tenía toda adentro, me ardía como la puta madre, parecía que me había puesto una braza ardiente pero la satisfación y el deseo pudieron mas que todo el dolor que sentía en ese momento, Mateo comenzó a meterla y sacarla, la sacaba lentamente y al instante de un solo empujon sus huevos chocaban conta mis nalgas, me hizo acabar como una loca el por su parte lo hizo unos segundos después que yo, mis flujos vaginales chorreaban por mis piernas juntándose por el semen de el que rebalsaba de mi culito ardiente.
Verdaderamente Mateo era un potro de mil demonios, a los pocos segundo de semejante acabada me hizo sentar en el sillón y levantar mis piernas hasta mis hombras, mi conchita quedó a su entera disposición, su verga aún seguia parada como el mastil de un velero, no se hizo esperar y comenzó a ponérmela nuevamente dentro de mi vagina y otra vez el bombeo, mete y saca, mete y saca hasta que al final y como era predecible me hizo llegar a un nuevo orgasmo, tan intenso y placentero como los dos anteriores, el por su parte no acabó esta vez, luego de esperar que me relajase se sentó en el sillón ofreciéndome su verga que no se como lo hacía pero no se le había bajado aún, suavemente la tomé en mis manos y comenzé a mamársela, con mis labios apretaba suavemente esa hermosa cabezota que se me ofrecía, lo miraba a los ojos y veía en su rostro la satisfación que mi chupada le producía, seguí por un largo rato chupa y chupa, por un momento me sentía desilusionada, a pesar de la mamada que le estaba dando no lograba que el acabse, pero no fué así, cuando Mateo vió que no podía mas no quiso acabar dentro de mi boca.
Hizo que dejase de chupársela y comenzó a masturbarse frente a mi cara, la leche no se hizo esperar, grandes chorros de semen fueron a para directo a mi rostro, el principal aterrizó sobre mi ojo derecho, me nubló la visión y comenzó a resbalar por mi mejilla, fué la satisfación completa por mi rostro se deslizaba lentamente la leche del padrillo mas grande que había cojido, y creo casi con seguridad que nunca volverán a hacerlo de esa manera tan hermosa.
En ese momento no sabía cuan equivocada estaba, luego de semajante cogida Mateo volvió a sus tareas de jardinero como si nada hubiese ocurrido, yo por mi parte fuí a darme una ducha y recordar los momentos recién vividos en el jardín, pero con el correr del tiempo volvimos a las andadas si teníamos oportunidad de coger en mi casa lo hacíamos, sino combinabamos y nos ibamos a un hotel alojamiento a pasar una tarde de amor super hermosa.
Pero esos encuentros en el hotel se los contaré más adelante.