Lucia y sus fantasias 4 ( club de intercambio)
Con las toallas enrolladas al cuerpo nos dirigimos a la habitación con la pared de madera agujereada. Elijo el sitio más pegado a la sala grande de la barra, quiero que me vean follar los que están ahí.
este es el cuarto relato . leer los anteriores para entenderlo mejor.
Esta semana fue una locura, esta tarde acabe sobre las 16h abro mi armario cojo mi vestido playero de tirantes y mi bolsa de playa que tengo siempre preparada en el trabajo para ocasiones como hoy.
Voy al baño me quito toda la ropa y solo me pongo el vestido, voy a una playa naturista que está a 10 minutos de aquí.
Me pongo las sandalias, voy a guardar mi ropa bien puesta en una percha dentro del armario de mi oficina. Cojo la bolsa con una revista y una toalla y me despido del personal con el que me cruzo.
Tardo muy poco en llegar, elijo sitio y “victima”, estiro mi toalla me quito el vestido. No hay mucha gente algunas parejas y hombres solos. Me gusta colocarme donde hay solo hombres maduros, me divierto con sus miradas indiscretas.
Me recuestó sobre la toalla boca abajo apoyada sobre mis codos con mis tetas colgando, gracias a mis gafas de sol puedo mirar sin que me vean .enseguida un señor tiene la mirada fijada en mis pechos, hojeo la revista y con un gesto furtivo de vez en cuando paso la mano por mi teta. El señor ya tiene una sonrisita en la cara ¡Objetivo enganchado!
Me siento sobre las rodillas, me estiro, todo frente él, me acaricio los pechos mis pezones gracias a la brisa, se ponen duros, me los pellizco, separo un poco las piernas, mi mano baja lentamente y suavemente se desliza sobre mi vientre, mi monte de Venus, mis dedos acarician mis labios vaginales suaves, recién depilados, suelto un suspiro, disfruto con mis caricias. Mi voyeur también, tiene una erección descomunal, lentamente se acaricia el miembro, me pone más cachonda todavía, tiene una mirada lujuriosa. Juego con él, lo pongo a mil con mis suspiros y mis dedos entrando entre mis labios tocando mi clítoris mi otra mano tortura mis pezones, lo que empezó como un juego para torturarlo me fue de las manos y estoy disfrutando. Oigo el chapoteo que viene de mi coño empapado, rozo mi clítoris con más fuerza mi vista se nubla, cierro los ojos estoy a punto, acelero el ritmo de mis dedos y acabo corriéndome con un largo y sonoro gemido. Abro mis ojos, con malicia chupo mis dedos empapados. La toalla se ha mojado un poco, se secara con el sol.
Levanto mis gafas y lo miro a los ojos con la mirada todavía turbia del placer que acabo de darme. Conforme mi goce aumentaba el también aceleraba el rimo de su mano. Justo al acabar yo, se corrió también.
Me levanto y ando un poco por la orilla. Necesito reponerme de la masturbación. A mi vuelta el señor sigue ahí me pongo de espaldas a él y sin doblar las piernas vuelvo a extender mi toalla que el aire a desplazado , dejándole ver mi culo, mi ano y mi coño un poco mojado todavía. Me pongo de rodillas alargando la mano para coger la revista, dejándole otra vez una buena vista de mis redondeces. Cambio de posición y me siento frente él con el coño bien abierto. Ya no disimula, su mirada esta clavada en mi chocho. Discretamente me lo acaricio con un dedo. Levanto la cara de la revista y lo miro, me mira y me saluda con la mano, con un gesto le saludo y le sonrió.
Por mi mente pasan mil cosas ¿qué pasa si se atreve y se acerca? Solo estoy jugando, no quiero nada mas, además no es atractivo y quizás demasiado mayor para mi gusto…
Estaba perdida en mis pensamientos cuando sonó el móvil. Rebusco en mi bolso y lo cojo.
- ¡Hola lucia!
- ¡Hola José, me pillas en la playa!
- ¿Estás en la nudista?
- ¿Si, por?
- ¿Estoy cerca, te recojo y vamos a tomar esa copa que me debes, vale?
- ok, recojo mis cosas y te espero en el aparcamiento
- Vale.
Lo siento por mi mirón pero me tengo que ir.
Dejo mis cosas en el coche y cojo mi bolso.
Enseguida llega José, subo a su coche después de saludarnos me mira de arriba abajo.
- Se me hace raro verte así vestida, claro, no ibas a ir a la playa con traje, pero como nos vemos siempre trabajando nunca te imaginaba vestida de forma informal, casi hippie.
- ¡si te digo la verdad es lo único que llevo encima ahora mismo!
- ¿Me quieres decir que vas desnuda debajo del vestido?
- ¡sí! Espero que no vaya de una forma desapropiada donde sea que me lleves.
Lo noto más nervioso, incomodo, por un momento el gesto de su cara cambia.
- No, no tranquila…. perdóname pero tengo que parar en la gasolinera.
- Ok, no tengo prisa.
Veo como baja del coche y va dentro de la tienda sin repostar, después de un ratito vuelve a salir, sube al coche y arranca.
- Lo siento mucho , viéndote así vestida con tus pechos luchando por no salir de las copas del vestido y sabiendo que vas desnuda tan cerca de mí , mi imaginación a volado y me he corrido, he tenido que ir a limpiarme y tirar los calzoncillos!
- Ohhhh, lo siento, no era mi intención.
Seguimos el camino hacia la cafetería, no sabía cómo reaccionar sobre lo que me acababa de confesar, es verdad somos amigos pero siempre nos vemos en el ámbito del trabajo. El me cuenta sus aventuras porque sabe que no le juzgo. Yo le he comentado alguna vez mi afición por ir desnuda en casa y frecuentar sitios naturistas. También la relación complicada con mi ex, mi divorcio etc.
Tardamos un poco en llegar y pensé ¡Será un sitio muy bonito para tener que cruzar toda la cuidad para tomar una copa!
Aparca el coche y andando vamos hasta el famoso pub… Veo una puerta cerrada, lo miro, veo como toca el timbre, será un club privado muy selecto.
Nos abre una señorita muy guapa no más de 30años.
-buenas tardes ¿Habéis venido ya?
La chica nos recibe en una entrada cerrada
Yo sí, ella no.
¿quiere que le enseñe el local y de paso le explico? Le pregunta a Paco.
sí creo que será lo mejor
La chica abre otra puerta, me coge de la mano, mientras José se va por otro lado
Me lleva primero por un pasillo oscuro donde hay unos agujeros en la pared y me explica que es para que los hombres metan su polla ahí y que cualquier desconocido se la chupe o lo masturbe. Me dice que se llama pasillo francés. Me enseña la parte de atrás donde hay una cama donde se arrodillan para más comodidad.
La habitación siguiente está preparada para sesiones de masoquismo, esa no me interesa.
La siguiente sala es muy pequeña lleva una mesa de masajes y un sofá. Después viene una con 2 sofás y está separada de la sala grande donde está la barra de bar solo por unas cortinas de hilo.
Después subimos unas escaleras ahí hay una cama gigante hecha con muchos colchones con cajas de pañuelos y cubos de basura. Ya me imagino para que son. Está separada de la sala principal por unas paredes hechas con madera con agujeros para ver y ser vistos, celosías. Me recuerda a las ventanas árabes donde se escondían las mujeres para mirar fuera.
Volvemos a bajar y pasamos a la sala de las taquillas ella me explica que a cada persona le toca una, dentro hay una toalla y unas zapatillas.
La sala contigua es alargada y en cada lado hay camas separadas unas de otras, al final de esta lo más atractivo una piscina jacuzzi bastante grande dentro del agua hay un banco alrededor.
Un cuarto de baño y unas duchas como las de una piscina, comunes y sin puerta. Llegamos al bar es una sala grande con una cama grande en medio con unas cuerdas en cada esquina. Unos sofás y mesitas están alrededor de la sala.
Todo está hecho para ver y ser visto.
Durante la visita me explico el funcionamiento, todo se trata con respeto no tengo que hacer nada que no quiera, si una persona se me insinúa será tocándome el brazo o la pierna con decir que no o rechazarlo con la mano, se alejara. Los hombres solos, solo pueden pasar si una mujer o pareja les invita.
Mi guía me deja con José en la barra. Le agradezco la visita y las explicaciones. El ya está tomando una copa.
Me mira y sonríe.
- ¿Te gusta el sitio?
- ¡esta chulísimo! ¿¡Pero cómo me llevas a un club de intercambio sin avisarme antes?!
- ¡Si te lo digo, no vienes, seguro!
- ¡la verdad es que no!
- Puedes estar desnuda en la barra si quieres.
- no me pidas tanto la primera vez, déjame asimilar haber visto durante mi visita, parejas follando y verdaderas orgias. La verdad, me he calentado un poco ¡Pídeme un gin tonic, lo necesito!
Bebemos nuestras copas y pedimos otras, mientras mi mirada se pierde viendo las otras parejas de la barra y en los sofás. Nadie se ha atrevido a meterse en la cama del centro.
- ¿Quieres disfrutar del jacuzzi?
- ¡no es mala idea! me oigo contestarle.
Se nota que las copas y la vista de las parejas en la barra desnudas o con toalla tocándose, me están afectando.
Nos dirigimos hacia las taquillas con la tercera copa en mano.
Ahí mismo nos desnudamos, yo solo tengo que quitarme el vestido y las sandalias, el tarda un poco más. Nos tapamos con la toalla y vamos hacia el jacuzzi.
Como tengo arena por el cuerpo primero me ducho, mientras, observo las parejas dentro del jacuzzi. Hay unas cinco parejas y dos hombres invitados, están todos acariciándose unos a otros. Hay tres grupos, unos sentados y otros de pie en el agua incluso hay una mujer sentada arriba fuera del agua con dos hombres dándole placer. Colgamos las toallas y nos metemos también. Nos sentamos en el banco, el agua nos llega justo al pecho. Mis senos flotan y rebotan con el movimiento del agua, José no les puede apartar la vista.
Las otras parejas están masturbándose entre ellos. Otros están follando (aun que no se permita eyacular allí, por razones obvias)
Charlamos relajándonos y bebiéndonos las copas. Pasa por ahí la camarera y pedimos otra ronda. No suelo beber tanto pero hoy las circunstancias lo piden. José me pone una mano en el muslo, lo dejo. Se lo toma como un sí. ¡Es verdad aquí funciona así!
Su mano me acaricia el muslo, se atreve a tocarme el coño, me dejo, es agradable. Se acerca y me besa , nuestras lenguas se funden en un beso morboso estoy más que cachonda, me pide que me siente encima de él para tocarme mejor , le acaricio la polla ,la tiene pequeña pero dura como una piedra , me penetra con sus dedos su vaivén me tiene loca me mete uno y después dos dedos en el ano. Estoy prisionera entre sus brazos, una mano en mi coño y otra en mi culo, con su boca me come las tetas. Uno de los hombres invitados se sienta al lado nuestro, me acaricia también, José me recomienda sentarme a horcajadas sobre los dos, lo hago y me quedo con el coño y el culo muy abiertos. Me encuentro con cada teta en la boca de uno y unos dedos en mi vagina y otros en mi ano. Acaricio las dos pollas a la vez el señor la tiene mucho más grande y bien dura, mi lengua se mezcla con las suyas por turnos, voy de uno a otro. Los besos son cada vez más salvajes.
¡Uff que locura!
Estoy más caliente que nunca, jamás había vivido eso, estoy poseída por el demonio de la lujuria y me entrego totalmente al placer, me retuerzo, gimo, me corro no sé cuantas veces. El desconocido me aparta y sube por las escaleras se acuesta sobre las lozas y me pide que le chupe la polla. Estoy tan excitada que ni lo pienso y me la meto en la boca, se la chupo como si se me fuera la vida en ello entra y sale de mi boca su miembro duro y gordo. Me chorrea la saliva por la barbilla aprieto con mis labios el rico pollon, le mordisqueo el glande. Recorro su polla con mi lengua me la vuelvo a meter en la boca.
A veces tengo que sacarla de mi boca para gemir yo también, José sigue fallándome los orificios con sus dedos. Estoy de pie y tengo una pierna posada sobre el banquillo para que pueda hacerme lo que quiera que me de placer.
El desconocido no puede aguantar más y se corre, me da un último beso y se despide de nosotros dándonos las gracias por el buen rato que hemos compartido. Yo también le doy las gracias ya que el placer fue mutuo.
José que estoy masturbando con una mano dice que está a punto, que deberíamos salir para follar en una de las camas.
Con las toallas enrolladas al cuerpo nos dirigimos a la habitación con la pared de madera agujereada. Elijo el sitio más pegado a la sala grande de la barra, quiero que me vean follar los que están ahí.
José se tumba y me siento sobre él, su mini polla entra en mi coño chorreando de flujos, el roce de mi clítoris contra su pelvis es suficiente. Estoy tan salida que muevo mis caderas a un ritmo frenético, mis manos se agarran a la celosía, mis pechos botan, el me estruja los pezones mis gemidos llaman la atención a mas de unos que ahora nos miran y disfrutan del espectáculo. Me encanta todo eso. Acabo corriéndome, unos gruñidos salen de mi garganta seca de tanto jadear. José esta en éxtasis se corrió cuando vio que me volví loca de placer.
Nos limpiamos y vamos a la ducha desnudos directamente con la toalla en la mano.
Mi amigo tiene una sonrisa de oreja a oreja, tantos años tirándome los tejos sin conseguir nada y hoy lo ha conseguido todo.
La ducha limpia el cloro como el sudor y flujos de nuestros cuerpos agotados. José me lleva de vuelta a mi coche cerca de la playa, ya son las 23h.
-¿repetiremos?
-me ha gustado de sobremanera pero no creo que debamos repetir, no sería bueno para nuestros negocios.
- igual tienes razón, dijo apenado.
Llego a mi casa media hora más tarde me desnudo pongo solo una luz tenue y música tranquila. En seguida mi gata viene para que la acaricie. Me sirvo un vaso de leche con galletas tanto sexo me ha dado hambre.
Mientras como, llamo a mi mejor amiga Bea, le cuento los sucesos de esta tarde noche le explico que el club de intercambio ha cambiado mi vida sexual , me ha gustado tanto, el morbo está omnipresente, estaba reacia a ello y ahora seguro que seré adicta ,lo sé.
Creo que puedo realizar la mayoría de mis fantasías allí. Sin ataduras ¡le he chupado la polla a un tío e ignoro cómo se llama!
Mi amiga escucha mis aventuras y me pide todo detalles que con mucho gusto le doy.
-Lucia guapa, me has puesto cachonda y Alberto (su marido) Ha escuchado mientras me acariciaba. ¡Tengo que colgar voy a follar A tu salud!
Necesito una buena noche de sueño reparador.
gracias por vuestros comentarios.