Lucia, mi cuñadita

Jamas, pense que tener sexo con otra mujer, pudiese ser tan excitante.

LUCIA MI CUÑADITA

Esta narración me fue suministrada por una intima amiga, cambiando las identidades, me limite a escribir lo que me fue relatando.

Según parece, todo esto ocurrió con su cuñada, donde las cosas se fueron precipitando de una manera imprevista.

Mi nombre es Mónica, tengo 26 años, no soy ninguna belleza escultural, pero cuento con lo mío. Estoy sola por que hace 2 meses que corte definitivo con mi novio.

Comenzó una mañana en que fui a visitar a mi cuñadita Lucia, tiene 21 años y esta casada con mi hermano Juan.

Como todas las veces que nos encontramos, hablamos de cualquier cosa, realmente tenemos una linda relación, dado que nos conocemos hace como diez años

Esa mañana decidí ir a visitarla, como lo hago cada vez que mi hermano se va de viaje por bastante tiempo.

Al verla la note un poco decaída, le pregunte que le sucedía

-No se, estoy mal, - me contesto

Por más que la interrogue no llego a concretarme por que estaba así.

Transcurrido un tiempo, me despedí para irme al instituto.

Les aclaro que soy kinesióloga

Al día siguiente regrese a su casa, para ver como estaba. La encontré igual. Le sugerí que viniera al instituto, que le daría unos masajes para tratar de relajarse. No le pareció mala la idea.

A la mañana siguiente, llego, la hice pasar, le dije que se desvistiera y se tirara en la camilla, boca abajo.

Se despojó de su ropa quedando solamente con sus diminutas bragas. Después de tenerla un rato con la lámpara de calor, comencé a untarle una loción y empecé a masajear sus hombros, que se percibían que estaban muy contraídos. Todo su cuerpo estaba similar.

A medida que presionaba con mis manos, el cuerpo de Lucia parecía relajarse.

Fui bajando con los masajes, hasta que llegue a los glúteos, note que separaba sus piernas lentamente, al masajear por su entrepiernas, toque su sexo, sin intención, percibí que su braga estaba acuosa. En ese momento no le di mayor importancia.

Después, de un rato termine con la sección, la hice levantar para que se vistiera.

Al hacerlo percibí que la sabana que cubría la camilla estaba mojada. .

Nos despedimos, quedando en vernos al otro día para otra sección, pero prefería que fuese la última del día.

Llego al otro día, y un poco teniendo en cuenta lo ocurrido el día anterior, empecé a observar mejor la reacción de Lucia.

Como el día anterior, se desvistió y se acostó sobre la camilla.

Comencé con mis masajes, por los hombros e, espalda, hasta que baje a sus piernas, las que fue separando lentamente.

Esta vez al llegar a sus entrepiernas, en forma premeditada con el canto de mi mano presione brevemente y en distintos momentos en su vagina, percibiendo nuevamente que estaba húmeda.

Al repetir la misma acción, en distintas etapas, note que el cuerpo de Lucia se estremecía, además de exhalar, unos leves y suaves gemidos, evidentemente muy contenidos.

No sabia que hacer, que aptitud tomar, si continuar o cortar en ese instante, era indudable que mi cuñada estaba necesitando descargar su calentura.

Por ultimo preferí hablarlo con ella y después tratar de solucionarle el problema.

Terminada la sección, se vistió y como era la última paciente decidí, que fuésemos a tomar algo y charlar un rato

Acepto la invitación, así que nos dirigimos a un bar de las cercanías.

Una vez sentadas, y habiendo hecho el pedido al mozo, le pregunte como se sentía después de la secciones de masajes.

-Si, realmente han sido muy placenteros y los disfrute plenamente- me contesta.

Aproveche para preguntarle, como andaban las relaciones con mi hermano

Me contesto que bien, pero lo extrañaba

Poco a poco la fui llevando al plano sexual.

En un momento me confeso que, en eso no tenían problemas, pero que su ausencia temporaria hacían que necesitaba tener sexo.

Y que eso era probablemente lo que la tenia de esa manera.

Lentamente, me empezó a describir como estaba realmente. Que estaba excitada, pero no podía aplacarlo a pesar de haberse masturbado, cosa que no acostumbraba, dado que no la satisfacía completamente

La solución seria de que se buscara un tipo, para que la aplacara, pero Lucia no era de ese tipo de mujer, además no me agradaba demasiado que engañara a mi hermano.

En ese instante pensé que tenia que ayudarla, pasó por mi mente de tener sexo con ella, pero rápidamente lo borre de mi mente.

Nos despedimos, quedando vernos al día siguiente para otra sección, en el último turno.

Esa sección pensaba jugarme con todo, me empezó a excitar el pensar de hacerla gozar a mi cuñada, si bien no soy lesbiana, sentía algo extraño, en mi.

En camino al instituto, decidí que actitud tomar ante Lucia.

Apenas llego, se desvistió, sin sacarse sus bragas y se acostó en la camilla, al verla desnuda empecé a mirar su cuerpo en forma diferente, ya no lo veía como un cuerpo que viene a hacerse terapia, solamente.

Después de masajearle la espalda, volví a sus piernas, las cuales separo inmediatamente, mis manos se introdujeron en sus muslos, pasándole el canto de mi mano por su raja, que ya aforaba el característico flujo.

Seguí más pausadamente y mayor tiempo .Notaba como el estremecimiento de Lucia aumentaba paulatinamente.

Al cabo de un rato, la hice girar, me miro en forma sorprendida, por que jamás la había colocado en esa posición..Sin darle tiempo a pensar le saque las bragas, quedando como dios la trajo al mundo. Sorprendida por mi aptitud, dice:

Que haces?

No te preocupes, es parte del tratamiento, relájate.

Note como que se ruborizaba, al verme mirar su cuerpo tan sugerente. Solamente atino a cerrar sus ojos, como indicando que prosiguiera con mi labor

Mis manos masajeaban sus hombros, bajando por sus brazos, suavemente.

Presionaba su antepecho hasta ir bajando a sus rígidos senos, los frote con la palma de mi mano en forma circular.

Sus pezones se irguieron, respondiendo a los efectos de mi contacto. Los oprimí con mis dedos, a lo que Lucia emitió un leve quejido

Continué por la cintura, hasta llegar a sus caderas. Lucia, trataba de disimular su excitación, pero su rostro la delataba

Así continué sin llegar a tocar su húmeda vagina, que emanaba el olor característico por su excitación.

Su cuerpo estaba empezando a estremecerse, mis manos captaban las vibraciones que surgían cada vez más, ante el constante contacto de mis manos.

Se veía radiante el rostro de Lucia, su boca se abría, se distinguía una ligera agitación entrecortada, en su respiración.

Sus pechos subían y bajaban en forma estremecida

Realmente, verla de esa manera y notar como su cuerpo se iba convulsionando, me estaba empezando a excitar.

En ese momento no aguante mas y la bese en sus labios, abrió los ojos sorprendida

Que haces ?–me pregunta, sorprendida.

Calla y relájate.

No dijo, ni hizo ningún ademán de desaprobación, simplemente se mantuvo acostada en la camilla, volviendo a cerrar sus ojos, tratando de disfrutar, mis masajes.

Mis dedos comenzaron a jugar con sus carnosos labios vaginales tocando su rígido clítoris.

Separé al máximo sus piernas, haciendo apoyar los pies en la camilla para que los extremos de mi mano, pudieran introducirse en su pulposa vulva, instantáneamente, pego una exclamación de placer.

Los continué agitando, aumentando gradualmente los movimientos de entrada y salida de su cavidad, mientras con mi dedo pulgar lubricado, frotaba su erguido clítoris, varios gritos de placer brotaban de su boca, mientras sus manos se crispaban sobre los bordes de la camilla.

La situación, me estaba llevando a un clima de excitación tal, que en una forma inconsciente, me encontré sin pensarlo, lamiendo en forma desesperada y ansiosa, esa bella vagina totalmente depilada.

.

Sus manos se apoyaron en mi cabeza, acariciándola, mientras la oprimía sobre su sexo, reclamando que no cesara, en tanto su cuerpo se sacudía de manera desenfrenada, sin dejar de acallar exclamaciones de placer

Mi lengua se introducía al máximo en su vulva, la movía dentro y la sacaba, en una forma sedienta de goce, cada entrada era un gemido de deleite para Lucia.

Lleve mi mano a mi vagina, estaba empapada, mis dedos la empezaron a masturbar.

Gritaba y arqueaba su espalda, parecía que expulsaba todo lo contenido, estaba eufórica.

Apreciar su estado de excitación y oír sus gritos de satisfacción, hicieron que me corriera. Nunca creí que podía llegar a disfrutar esta situación, y menos con mi cuñada.

Mi boca continuaba metida en su sexo, todos mis sentidos estaban compenetrados ahí, no podía dejar de hacerlo, Lucia se convulsionaba cada vez mas, era el éxtasis. Su cuerpo se curvaba, empujando su vagina contra mi boca.

Seguí y seguí sin parar, era enloquecedor, hasta que llego un orgasmo casi simultáneo a ambas, con lo que nuestros exhaustos cuerpos se fueron apaciguando

Me tire sobre ella, permaneciendo abrazadas, mezclando nuestro sudor y volcando parte de su flujo en sus labios, con un apasionado beso.

Al volver a la realidad, nos sentimos perturbas por lo ocurrido, pero no arrepentidas.

Le explique que nunca había hecho eso, (lo que era verdad) que trataba de apaciguar su calentura, y que prefería hacer eso a que se fuese acostar con un tipo.

Me beso, como agradeciendo lo que le había proporcionado..

Le pregunte si le había gustado

Me confeso que sintió vergüenza en un principio, pero el goce que le producía, hizo que la perdiera

Así permanecimos un rato hasta que se vistió, nos despedimos y se fue del consultorio.

Esa noche, al llegar a casa no podía dejar de pensar en lo acontecido, seguía excitada.

Había tratado de apaciguar a mi cuñada, y termine obsesionada con ella, era irónico lo que me ocurría. A pesar de no habérselo comentado, tengo que reconocer que lo disfrute.

Me desvestí rápidamente y me dirigí a la ducha, abrí el grifo de agua fría, para calmar mi calentura, pase mi regadera móvil por mi vagina pero fue inútil

No podía creer lo que me acontecía,

¿Seria un deseo reprimido, que salio a la luz?

Mis pensamientos, se llenaron de fantasías con Lucia, mi mente volaba de un lugar a otro, dirigiéndose al cuerpo de Lucia, desnudo sobre la camilla, de sus senos, duros sus nalgas, hasta su delicada raja totalmente depilada.

Salí de la ducha, desnuda como estaba me tire en la cama, mi excitación no cesaba, en un momento mis dedos se dirigieron a mi jugosa vagina, para comenzar a masturbarme en forma desenfrenada y descontrolada.

Si les gusto el relato, háganlo saber, para publicar la segunda parte

miamieros@hotmail.com

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