Lucia Angel y más

¿Cuando comienzan a cambiar las cosas? Realmente quizás no sea cuando sino como. Conocer el camino directo al sumo placer en un ambiente que no era el mio, no es algo que tuviera en mente pero sucedió y mi novio tuvo poco que ver.

Compaginar el estudio con el trabajo no es tarea fácil, además estaba Ángel, que lo era al menos conmigo y estaba decidida a serle fiel, tomarlo más en serio que a otras de las parejas que había tenido antes, me gusta mucho el sexo y tengo un cuerpo ideal para ello, con 24 años morena de ojos grandes, cabello hasta media espalda también negro que llevo recogido en muchas ocasiones, pues me gusta lucir el largo y apetecible cuello, que es una de mis zonas erógenas por excelencia, una cara agradable sin zonas angulosas, carnosos labios, orejas pequeñas en las que suelo lucir grandes aros, un pecho talla 90 que forma un buen canalillo, con abultados pezones rodeados de una gran aureola, vientre plano, un culo algo respingón, y “un buen par de cachas” que luzco siempre que tengo oportunidad.

Estudio enfermería de lunes a viernes por la mañana, y las tardes las dedicaba hasta el jueves, a hacer los trabajos repasar y estar siempre que podía con Ángel, para pagarme los estudios, los viernes por la tarde y el sábado, trabajo en un pub desde las diez o las once dependiendo del día del mes, hasta las cuatro de la madrugada, el domingo solo hasta las dos, es por ello que a Ángel, solo lo veo un rato en que se pasa por el pub y se queda hasta la hora de cerrar, para acompañarme a casa de mis padres donde me deja, porque esas noches necesito descansar y solo comemos juntos el sábado y domingo.

Ese viernes cambiaria todo, acudieron los incondicionales, casi todos en pareja o grupos, que solían ocupar siempre que podían los mismos sitios, era algo parecido a un ritual, me llamó la atención un tipo corpulento que llego solo, me fije porque no es frecuente que un tipo con tan buena planta se presente sin compañía, pensé que quizás esperaba alguien, se acercó a la barra y pidió que le preparara un “Daiquiri Mulata”.

No era frecuente que pidieran demasiados combinados, al desconocerlo le pregunte como hacerlo, me dijo que en una coctelera pusiera, Ron, zumo de limón, azúcar y licor de café, poco hielo picado para su gusto, y lo agitara hasta que el hielo quedara “emulsionado” con todo lo demás, de ahí que el hielo era mejor que estuviera muy picado.

Prepare el doble de las cantidades que me indico, y mientras lo agitaba no quitaba sus ojos de mi “canalillo”, que por efecto del meneo se mostraba interesante supongo, suelo emplear para ir a trabajar, un sujetador de media copa con aros que realza el busto talla 90 y además deja el pezón libre, para que se marque con el ajustado top que empleamos todas.

Cuando creí que estaba bien agitado, le serví y cuando lo probó, asintiendo me dio la enhorabuena, me serví también una copa, estaba buenísimo pero daba pelotazo, avise a Marta la encargada y se lo di a probar, a continuación le explique cómo se hacía, tomo nota y me dijo que fuera a ordenar el almacén, y ver que faltaba antes de que llegara más gente, fui pero salí enseguida para preguntarle si quería que contara también, refrescos y botellines o solo licores, mientras hablábamos vi pasar al tipo nuevo camino del baño que está en el mismo pasillo, los baños a un lado y el almacén al fondo.

Cuando me dirigía al almacén por segunda vez, vi salir al tipo del baño y me siguió, en principio pensé que se trataba de un “listo” como tantos he encontrado desde que trabajo en el pub, de los que cuando les plantas cara se deshinchan, pero en este caso me equivoque, me tapo la boca con una mano mientras que con la otra guio la mía hacia su entrepierna, me hizo acariciarle una verga enorme o eso me pareció, y tan solo murmuro.

Si la quieres puede ser toda tuya, por el contrario si la rechazas, piensa muy bien que es lo que estas rechazando, porque no solo es el tamaño, además se cómo emplearla.

Aparto las manos, siguiendo la mía sobre esa maravilla de la naturaleza, mientras que sus labios se acercaron a mi cuello lentamente y deposito un húmedo beso en él. No lo pensé y tomándolo por la pechera recule hasta entrar ambos en el almacén. Era y es algo innato en mí, no me puedo resistir cuando alguien me trata como ese hombre y me mira con cara de verdadero deseo, estaba convencida que mi tiempo de serle fiel a Ángel había terminado y así fue, instantes después estaba sentada sobre una mesa, con el top arrollado al cuello, la minifalda en la cintura, un pezón entre sus labios, mientras apartaba el tanga para que no molestara, y metía su segundo dedo en mi vagina follándome con ellos.

Estaba chorreando, mis dedos se entrelazaban con su ensortijado cabello, echaba mi cabeza atrás arqueándome todo lo que me permitía la fuerte mano que me asía por la cintura, cuando estaba experimentando un primer orgasmo, sin piedad por su parte y sin que apenas me percatase, cambio los dedos por su hermosa verga, no fue hasta mucho después de terminar yo un segundo orgasmo, o quizás la prolongación de ese primero, que reparé en que lo había hecho sin condón, cuando me repuse un poco y con cara de horror se lo eche en cara, me respondió con mucha tranquilidad y en poco más que un susurro.

No creo que tengas ninguna enfermedad que me puedas pegar, y aunque de momento no tengas motivos para creerme, te aseguro que también yo estoy limpio del todo, soy promiscuo por naturaleza, pero licencias de este tipo, solo me las tomo cuando estoy muy seguro de algo, y te aseguro que tu chico esta también limpio, al menos desde hace dos meses no ha estado más que contigo.

Me quede pasmada pero no le respondí, tan solo me limpie el abundante flujo con un pañuelo de hilo que me ofreció pues el tanga había desaparecido, no recuerdo en que momento lo habría sacado o roto, pero lo cierto es que no estaba ni le pregunté, y el único consuelo para mí en ese momento, eran mis dos orgasmos sin que se hubiera corrido él ni dentro ni fuera, pensé que me obligaría de todas formas a que se la chupase hasta correrse el también, así que acepte lo que imaginé era mi obligación, aunque no me apetecía demasiado ya que en ese momento estaba en la gloria, cuando comencé a agacharme, me sujeto por los brazos diciendo que no me preocupase de eso ahora, tenía un inventario que hacer y ya me había robado mucho tiempo, después de arreglarse la ropa, me beso en los labios de forma muy tierna y salió del almacén dejándome allí.

Lo primero que hice, fue recomponerme la ropa lo mejor posible, después me di prisa en hacer un recuento de existencias y al salir le vi charlando con Marta, que le estaba preparando otro “Daiquiri Mulata”, siguiendo las instrucciones recibidas antes, también admiraba su canalillo, pero en cuanto aparecí me hizo un gesto casi imperceptible, a modo de disculpa por estar con ella, me acerque y le dije a Marta que había aprovechado para juntar los licores que encontré, de forma que fuera más fácil localizarlos y le di una lista de lo que quedaba.

Con ella en las manos, después de servirle el combinado me dejo allí, y se fue a preparar el pedido de todo lo que faltaba, entonces el desconocido alargó una mano hasta depositarla sobre la mía y me dijo si había forma de escabullirme, era muy consciente que mi hora normal de salida eran las cuatro, pero que si me escaba antes no me arrepentiría y señalando con la cabeza hacia la mesa que había ocupado, vi a dos tipos muy parecidos a él bien vestidos y rondando los 40, me dijo que si los acompañaba a una fiesta donde sería la única invitada nunca la olvidaría. Sin responderle me aparte hacia la zona de la barra que suelo ocupar, pensando en lo sucedido, su ofrecimiento y las implicaciones futuras.

En ese momento, recordé que no conocía ni el nombre del hombre que me había estado follando hacia unos minutos, aunque tampoco es que me preocupara demasiado el tema del nombre, lo que si me intrigaba era lo que me había dicho sobre la fidelidad de Ángel. Llego en ese momento y con su cándida mirada de enamorado me dedico una sonrisa sin aproximarse a mí, había que guardar las formas y él lo sabía, para mi sorpresa entro en conversación con el extraño y pronto comenzaron a echarme miraditas, seguidas de comentarios en voz baja acompañadas de unas risitas maliciosas. Eso me hizo reaccionar de una forma extraña, sin saber muy bien porqué, actué guiada solo por el instinto y sin razonar mis actos.

Le pedí a Sandra una compañera, que me dejara un momento su móvil que es como el mío, me envié un mensaje diciendo (

Ya hemos cenado y ahora vamos a tomar una copa estamos en “El Zaguán” ¿Podrás venir?

) borré el mensaje enviado y le devolví el teléfono a Sandra, la maquinaria estaba en marcha, no tenía muy claro donde me llevaría, pero tampoco me importaba mucho.

Fui junto a Marta y le pregunté si sería mucho trastorno que saliera antes, me había llegado un mensaje de una de las compañeras de “La Escuela de Enfermería” para recordarme que tenían una cena y ahora iban a tomar una copa, me apetecía ir si era posible y Marta me dijo, visto que sería una noche floja, no hacía falta que me quedara y que podía irme cuando me pareciera, además me apuntaría hasta la hora del cierre, al “Jefe” eso no le afectaba lo más mínimo, como tampoco la noche que teníamos que quedarnos un rato más, porque algún grupo se marchaba a última hora.

Cuando me gire para dirigirme a Ángel y tratar de explicarle que me iba SOLA a tomar una copa con mis compañeras, seguía hablando animadamente con aquel tipo y ambos me miraban y sonreían, de todos modos me acerque, el otro se despidió de él dándole la mano y salió del local, al poco sus amigos también salieron, no sabía muy bien que es lo que sucedía pero tampoco me preocupaba, no sabía si el tipo se habría ido y yo estaría haciendo el ridículo, pero lo que menos me apetecía esa noche era estar cerca de Ángel, aún notaba de vez en cuando algún pequeño espasmo vaginal, solo recordando como manchaba el condenado.

Le pregunté a Ángel que es lo que hablaba con el desconocido, y alegremente me respondió.

Es que cuando vio que te miraba y comento lo guapa que eres, le dije que eras mi chica, entonces me comento que aparentemente tenías que ser una gran “hembra”, le dije que sí pero que ya estabas pillada.

En ese momento algo hirvió dentro de mí, el poco remordimiento que pudiera sentir por lo sucedido poco antes se había disipado totalmente, me convencí que el día que estuviera en verdad “pillada” por una persona hombre o mujer, no me dejaría follar como hacia un rato, aunque encontrara a un fenómeno con dos pollas.

Le mostré el mensaje a Ángel y le dije que me iría sola, justo en ese momento se acercó Marta y le puso un cubata, diciéndole que invitaba la casa, algo que me evito tener que darle ningún tipo de explicación y es que ella a sus 34 años, sabía muy bien que las cosas no eran lo que parecían, besé a Ángel en la mejilla y salí a la calle.

Esa noche estaba dispuesta a que fuera memorable, si al salir no encontraba al desconocido, sabía muy bien dónde acudir para encontrar lo que necesitaba, comencé a caminar por la acera y poco antes de llegar a la primera esquina, de detuvo un coche a mi altura y oí “

Lucia te esperábamos

” abrió la puerta trasera el desconocido y subí, los otros dos iban delante y arrancamos, yo llevaba el cinturón de seguridad puesto, con la cabeza recostada en su pecho recordando el polvo que me había echado en el almacén, fuimos en silencio hasta un lugar donde pararon el coche, en la “Calle Valdivia” entre “La calle de la Capitana” y la “Calle Ancha”.

Un tanto sorprendida mire al tipo y me tranquilizo de inmediato diciendo. Antes que nada quiero pedirte disculpas por la forma en que te aborde antes, cuando les hablé a mis amigos de ti quisieron conocerte también, y después de comprobar que eras receptiva fue cuando decidí invitarte a esa fiesta tan particular que queremos y podemos ofrecerte entre los tres, en todo momento tú decides incluso ahora mismo, si dejarlo aquí y te acompañamos donde digas sin más consecuencias o continuas con nosotros ¿Tienes alguna duda, quieres seguir adelante?

Lo único que pregunte era sus nombres, ya que ellos conocían el mío, él se presentó como Miguel y a sus amigos como Sergio y Dany, hechas las presentaciones les dije que iría con ellos y que esperaba mucho de esa noche, tendrían que conseguir entre los tres que realmente fuera mágica e inolvidable, arrancamos otra vez y en esta ocasión gire la cabeza ofreciendo mis labios a Miguel, quien además de besarme con verdadera pasión, comenzó un frenético recorrido de sus manos por toda mi anatomía, como comprobando que no había olvidado nada en el pub.

Tardamos poco en llegar a un chalet rodeado de un amplio jardín, por la carretera de Málaga antes de llegar a la “Urbanización Retamar”, cruzamos la verja y cuando bajé del coche es cuando tomé conciencia de que no me había cambiado de ropa y llevaba el top y la mini que empleo para trabajar, pero continuaba sin tanga.

Entramos en la casa y fue Miguel quien me abrazo mientras alguno de sus amigos puso música, comenzamos a bailar o algo parecido, pues Sergio se colocó detrás de mí, ambos estaban muy excitados y mientras Miguel me subió el top hasta sacarlo Sergio me besaba la nuca y tomaba mis pechos con firmeza acariciándolos, Miguel me soltó la faldita que cayó al suelo y quede solo con el minúsculo sujetador, que también soltó alguien, entonces para mi sorpresa comenzó el gran festival.

Seguía de pie entre los brazos de Miguel, que me subió a una especie de banqueta acolchada, besándome el cuello, los labios, y los pechos, en un recorrido que me tenía en vilo, sin darme tregua se colocó de lado y apartó su cuerpo un poco, note unos dedos hurgando en mi sexo recorriéndolo arriba y abajo hasta que estuve realmente chorreando, entonces fue una lengua lo que ocupo su lugar, lamidas suaves en toda su extensión, comencé a notar como unos dedos embadurnados de algún tipo de crema, separaban los cachetes del culo y trataban de forma nada agresiva de abrirse camino.

Abrí las piernas todo lo que pude y me deje hacer, entonces murmure al oído de Miguel ¿

Qué me estáis haciendo

? Una sola palabra lo dijo todo

GOZAR

. Cerré los ojos poco antes de comenzar con el que sería el primero, de no sé cuántos orgasmos que esos sátiros me proporcionaron. La lengua me follaba con saña y ya tenía dos dedos manejando el interior de mi culo, cuando me sentí desfallecer simplemente me abrace un poco más fuerte al cuello de Miguel, que con poco más que un susurro les indicó que aflojaran un poco el ritmo, las piernas apenas me aguantaban en pié mientras los espasmos recorrían mi cuerpo, apoye la frente en su hombro el tiempo que duró, pues no pararon hasta que les suplique.

En algunas ocasiones había tenido sexo anal, pero imaginé que con esta gente seria algo del todo diferente, se les veía más preocupados por darme placer que por obtener el suyo propio, Miguel me depositó sobre un sofá y sentado a mi lado me acurruco hasta que comencé a reponerme, entonces me dijo a media voz. ¿Estás bien, podemos seguir? Le mire con los ojos entornados y pregunté a mi vez con voz pausada y sin temor. ¿Ninguno de vosotros necesita emplear condón?

No, estamos los tres limpios, solemos emplearlo solo cuando tenemos dudas sobre las chicas con las que jugamos, pero no es tu caso, sabemos que en este momento solo estas con Ángel y que él no está con nadie más, por tanto no tenemos problemas, pero si has de quedarte más tranquila dilo, recuerda que en el pub no llegue a correrme, y por tanto es difícil que te sientas amenazada por aquello. Con los ojos aún entrecerrados le respondí que adelante, era nuestra fiesta y hasta el momento me gustaba como lo hacían, se notaba que eran un buen equipo y no se trataba de la primera vez para ellos.

Sergio se sentó a mi otro lado y tomándome la mano la beso, entonces me gire un poco a mirarlo y vi que ya estaba desnudo del todo, llevo mi mano desde su boca hasta la gran verga, que enarbolaba como si fuera el mástil de uno de esos veleros que tan acostumbrada estaba a ver, me decidí a acariciarla sin saber muy bien cual sería el siguiente paso, al tocarla note que estaba impregnada de “fluido hidratante”

y reconocí el aroma de

“La Jojoba”

comprendí que había sido él quien se había encargado de “ensancharme el culo” y que se disponía a seguir su labor, lo pajee un poco aunque no era para nada necesario, Miguel se levantó y sujetándome por la cintura me coloco sobre su amigo, que guio hábilmente su verga entre mis cachetes, que habían quedado ya algo separados, pues mis piernas quedaron por fuera de las suyas.

Bajé lentamente ayudada por ellos, notando como se abrían mis carnes al paso de esa barra de carne, fue un solo y lento recorrido hasta llegar al fondo, donde se detuvo unos instantes, poco después con sus manos en mis nalgas y recostada sobre su pecho, Sergio comenzó a subirme y bajarme lentamente, mientras veía como Miguel se despojaba de la ropa sin prisas delante de mil, tan solo sentía curiosidad por saber cómo se lo montarían, pero pronto salí de dudas al entrar en escena Dany, quien con decisión tiro del respaldo del sofá que cedió, quedando abatido de modo que con facilidad Miguel pudo arrodillarse sobre la versátil banqueta acolchada y sin mucho preámbulo me ensarto como a una aceituna.

Cuando comenzó a manchar, las manos de Sergio cambiaron de lugar, tomándome por la cintura para llevarme hasta el fondo cada vez, pues los embates de Miguel servían para desplazarme hasta casi salirme de Sergio, esto me estaba matando pues aunque era algo con lo que había fantaseado, nunca imagine verme en tal situación, lo único que me extrañaba es que Sergio aguantara tanto, ya que por norma general, eran solo unas cuantas clavadas lo que habían aguantado los que le habían precedido por ahí, llegue al siguiente y escandaloso orgasmo sin poder controlarme, me tenían totalmente atrapada con el sexo que me estaban proporcionando.

Al parecer los espasmos de mi esfínter, sí que lograron que Sergio alcanzara el suyo propio, pero a pesar de las sucesivas descargas que inundaban mis entrañas, no ceso de manchar mientras oía una serie de raros sonidos guturales. Miguel también comenzó a bufar, cuando yo ya estaba en el cenit de mi orgasmo, pero sus descargas que coincidían cuando estaba dentro del todo, me hicieron alargar ese orgasmo hasta poco menos que hacerme desfallecer, en este caso trate por todos los medios de aguantar sin pedirles que parasen, deseaba que terminaran y quedar totalmente llena de su semen, a pesar de la situación me sentía lo suficientemente lucida, como para pensar en el “pobre Dany” que hasta el momento, según deduje solo había gozado comiéndome el coño.

Cuando quedamos los tres quietos, yo entre ambos pero aún ensartada y con las erecciones a medias, alargue una mano y Dany se acercó para tomarla, lo atraje hacia mí y mirándole a los ojos, tan solo entreabrí la boca, fue suficiente para que se acercara y lo bese, entonces le murmure al oído, no porque fuera un secreto, más bien para que no se sintiera excluido.

Ahora, cuando estos dos me dejen reposar un poco estaré por ti.

Poco después Miguel se fue saliendo lentamente apartándose de mí, estando ya de pie me dio las manos y me ayudo a salir de Sergio que estaba como desmayado, note como por mis piernas escurría una mezcla de esperma y otros restos, que rezumaban tanto de la vagina como del culo, me puse una mano en cada orificio a modo de tapón y fue Dany quien me guio hasta un baño, donde me ayudo con destreza a lavarme aprovechando cualquier oportunidad para acariciarme, fue especialmente delicado pues primero me lavo con un jabón intimo femenino, algo que me sorprendió en un principio, aunque después imaginé que ese chalet era un picadero.

Cuando ya estaba limpia, me seco con igual delicadeza y me coloco un albornoz, cubriéndose el con otro y al salir al salón, pude ver sobre la mesa un surtido de bocaditos todos ellos con una pinta exquisita, había también refrescos, cervezas, cava, y una jarra con algo parecido a naranjada, me aclararon que era “Agua de Valencia” los otros dos también estaban cubiertos con sendos albornoces, me invitaron a tomar asiento y fue Miguel quien dijo. Hay que reponer fuerzas pues no me gustaría que pasaras necesidad de nada y me obsequio con una sincera sonrisa. Continuo diciendo.

Mientras comemos y bebemos un poco, te contare algo sobre nosotros, seguro que te preguntas algunas cosas.

Los tres somos abogados y cuando terminamos la carrera montamos un bufet juntos, no nos falta trabajo pues nos dedicamos en gran medida a los divorcios, pero trabajamos en todo tipo de asuntos porque cada uno se especializó en una de estas tres ramas principales, civil, comercial y penal. Pero compartimos también una afición, las mujeres pero no de cualquier clase, siempre son bellas y simpáticas como tú, cuando nos fijamos en alguna empleamos al investigador con el que solemos trabajar, para que nos haga una parte importante del trabajo que nosotros no podríamos hacer.

No me recuerdas, porque fue un miércoles de hace casi tres meses, estaba en el pub y llegaste para darle algo a Marta y fue cuando me fijé en ti, estaba con una clienta celebrando su sentencia de divorcio, solemos ir con frecuencia entre semana como parte del trabajo principalmente para celebrar éxitos y Marta nos conoce a los tres, no solemos ir los fines de semana, porque los empleamos para otras cosas, al día siguiente fui a preguntarle a Marta por ti.

Después le dimos tu nombre a nuestro investigador y su informe fue concluyente, nos contó lo suficiente como para que tomáramos interés en ti, después fue cuando controlo a tu chico “Ángel” y nos aseguró que no tenía aventuras por ahí, es algo que también nos interesaba saber, ahora ya lo sabes todo de nosotros, puedes actuar como mejor veas.

Se hizo el silencio cuando terminaron las explicaciones, solo se oía música de fondo suave, termine de comer un canapé y apuré una segunda copa de cava, quedamos todos sumidos cada cual en nuestros propios pensamientos, aunque yo solo pensaba en una cosa, pasados un par de minutos me puse de pie y tomando a Dany de la mano tire de él hacia una habitación que había visto al regresar del baño, entramos y cerré la puerta, entonces le dije que pensaba estar de momento a solas con él, me miro y con un hilo de voz me dijo que él tenía un problema, cuando le mire inquisitivamente abrió el albornoz y vi el “problema”

Se trataba, del gran tamaño del pene que gastaba el chico, nunca había medido una polla y sin entrar en medidas me pareció enorme, se parecía en tamaño a las dimensiones de las copas “flauta” que habíamos empleado hacia un rato, para tomar el cava.

No me extrañaba que lo considerase un problema y que él mismo se hubiera quedado para el final y que no participara de la doble penetración, pero los retos siempre me han atraído y ese podía llegar a ser muy interesante, le sonreí y después de acercarme lo suficiente, le hice sentar en la cama después de sacarle el albornoz, y depositarlo en el suelo a modo de cojín para no hacerme daño en las rodillas, lo empuje para que quedara tendido en la cama, me coloque entre sus piernas y comencé a besarle el capullo que brillaba orgulloso sin impedimentos al estar circuncidado, coronando esa columna de carne, mientras lo pajeaba lentamente.

Me pareció que no avanzábamos demasiado, por ello abrace esa hermosura con mis pechos y comencé a hacer mi primera “paja cubana”, con movimientos lentos y largos ya que contaba con un rabo con recursos para ello y cada vez que asomaba el capullo lo suficiente, lo besaba o le daba un lengüetazo. Después de un rato en que también yo me estaba calentando y mucho cambie de táctica, me aparte lo suficiente para tomar perspectiva de la situación.

Cada vez me parecía más grande y dura, la agarre con la mano otra vez y apenas podía rodearla, comencé a ensalivarla desde la base con largas lamidas, que le arrancaban pequeños temblores al final de cada una, aunque mi único propósito era lubricarla lo suficiente, estaba dispuesta a empalarme con esa enorme verga y cuando consideré que era el momento, le indique que se colocara a lo largo en la cama, en esa posición me despoje del albornoz y me acuclille encima suyo apuntando con cuidado.

Fui bajando lentamente ensartándome, notaba una mezcla de dolor-placer, hasta que llegue a lo que creí seria la mitad de ese portento, me notaba llena pero pensé que sería capaz de albergarla por completo, sin razonarlo me deje caer de golpe mientras exhalaba un profundo suspiro, lo había conseguido y al parecer tengo la vagina mucho mayor de lo que imaginaba, pues no note el dolor que había leído se produce cuando se llega a “topar” con el cérvix, entonces comencé una cabalgada que cada vez se fue acelerando hasta desbocarme y hacer aflorar en mí, la fiera que tantas veces he tratado de reprimir, pero de la que no me libro ni quiero.

Mientras el pobre Dany me contemplaba y trataba de acariciar con las manos planas mis pechos, para no hacerme daño, yo seguía y seguía cada vez con más ánimo, hasta que alcance un escandaloso orgasmo, que lejos de hacerme parar, tan solo sirvió para espolearme y hacer que mis movimientos, fueran más violentos, empecé a moverme en todas direcciones, de lado, adelante y atrás mientras subía y bajaba al tiempo que clavaba mis uñas en el pecho del desconcertado Dany, quien aunque no logro correrse consiguió proporcionarme el orgasmo más largo y placentero de mi vida hasta ese momento.

Cuando me derrumbe sobre su pecho, comencé a besarlo con ansia como si me fuera la vida en ello, solo se trataba de agradecimiento, agradecimiento por tantas cosas. Me había tratado con dulzura en todo momento sin exigirme nada, me había proporcionado un orgasmo extraordinario y además me había mostrado la capacidad que tengo, para albergar casi cualquier tamaño de verga sin sentir más que placer, por fin me calme quedándome quieta y notando solo mi cuerpo.

Me quedé acurrucada pensando en todo esto y no lo dudé, cuando al rato logre serenarme y los espasmos cesaron estando aún empalada en é,l que no había perdido nada de erección, lo bese diciéndole, espérame que ahora vuelvo.

Salí de la habitación camino del baño, localice enseguida un discreto envase que había visto antes, donde se podia leer “RELAXING anal glide” era lo que andaba buscando y con él en la mano regresaba a la habitación cuando me cruce con Miguel, que tan solo me miro a los ojos después de ver qué llevaba en la mano, beso fugazmente mi cuello y me dejo seguir mientras con una leve sonrisa observaba mi cuerpo.

Cuando Dany me vio aparecer con el frasco en la mano, se le ilumino el rostro y su primera reacción fue decirme que no era necesario. No le deje continuar, coloque un dedo sobre sus labios y le dije que se dejara hacer, lentamente esparcí una cantidad, imagino que superior a la necesaria sobre su hermosa polla y la fui repartiendo con movimientos lentos y metódicos, me tendí a su lado unos instantes pues había leído que era necesario esperar entre 5 y 10 minutos para que hiciera efecto, jugaba con sus diminutos pezones hasta que llegó el momento, me coloque a horcajadas mirando hacia sus pies, me agache lo suficiente como para tirar de sus rodillas, y que al quedar en alto me sirvieran de apoyo.

Coloque ambas manos sobre ellas y comencé a bajar, cuando mis cachetes tropezaron con el capullo de Dany, este lo apunto con destreza y fui haciendo “sentadillas” llegando cada vez un poco más profundo, dos lagrimas pugnaban por brotar de mis ojos, pero estaba haciendo algo que deseaba en ese momento, no como otras veces que había practicado sexo anal casi por fuerza.

Pronto tenía más de media dentro y aunque en cada ocasión en que me retiraba notaba alivio, insistí hasta llegar a quedar sentada sobre su pelvis y mis pechos apoyados en sus rodillas, en esta posición me detuve unos instantes. Lo había conseguido, al menos la primera parte y mientras Dany me acariciaba la espalda, comencé a moverme lentamente pero tratando por todos los medios de gozar de la situación, sus manos pasaron a mis costados y me deje acariciar por él mientras subía y bajaba, note que se tensaba y aproveche para acelerar mis movimientos.

Cuando bufando comenzó a eyacular, con descargas seguidas y potentes que me inundaban las entrañas, llegue también al que sería mi primer orgasmo obtenido exclusivamente por sexo anal, sin estimulación de ninguna otra zona erógena, como en alguna otra ocasión, donde había jugado un papel importante, la manipulación simultanea del clítoris o el punto “G”, fue otra gran experiencia a sumar a las vividas en lo que llevaba de noche, me deje caer de espaldas sobre su pecho y me susurró.

Gracias Lucia, nunca imagine llegar a esto, eres una criatura preciosa y además con una gran capacidad para dar y obtener placer, espero que no te hayas lastimado, no me lo perdonaría.

Alargue mis manos para alcanzar las suyas y llevarlas hasta mis pechos, que acaricio con ternura mientras besaba mi cuello con verdadera pasión, al parecer todos sabían que era uno de mis puntos erógenos preferidos.

Al rato me ayudo a erguirme para poder salir de él, pues a pesar de que la erección había cedido algo, aún era complicado salir así por las buenas, al quedar ya “libres” fuimos al baño, donde me lavo otra vez con tanta ternura y delicadeza como la vez anterior, solo que en esta ocasión era yo quien lo besaba o acariciaba siempre que podía, después de secarnos salimos cubiertos con el albornoz y encontramos en el salón a Miguel y Sergio, estaban tomando cava y al vernos sirvieron un par de copas para nosotros.

Sergio tomo la palabra para preguntarme si estaba bien y si mereció la pena acudir a la fiesta que me propuso Miguel, sonriendo le respondí que si estaba contenta pero algo cansada, fue cuando me percate que eran ya las cinco y media de la madrugada, entonces fue Miguel quien propuso descansar un rato y me preguntó si prefería dormir sola, algo que agradecí sonriéndo y asegurándole que sería la única forma de dormir algún rato.

Me desperté pasadas las diez de la mañana, cuando salí al salón ya estaban los tres allí y tenían preparado un buen desayuno, mientras dábamos buena cuenta del mismo me preguntaron si había descansado, afirme y continúe diciendo que tenía que llamar a casa para tranquilizarlos, llame desde el móvil y me disculpe diciendo que había ido a tomar algo con unas amigas, pero que se hizo muy tarde y cómo íbamos algo pasadas de copas, preferí quedarme a dormir en casa de una de ellas, entonces escuche atónita como Ángel ya había llamado preguntando por mí, les dije que ya le llamaría cuando pudiera, que estaba desayunando y después pasaría por casa.

Al colgar explote y encarándome a Miguel le dije. No pienso ver nunca más a Ángel, te dijo que me tenía “pillada” y eso es del todo falso, como demuestra aceptar la invitación a la fiesta que me habéis ofrecido y con la que tanto he disfrutado e imagino que vosotros también. Fue Dany quien me dijo muy serio.

No dejes de ver a Ángel, esa será una buena forma de que sigamos siendo amigos, él ya es “amigo” de Miguel y por tanto no habrá problema en que nos ayudes en algunas ocasiones, en que pidamos a tu “Jefe” por medio de Marta, que vengas a “servir copas” en alguna de las fiestas privadas que organizamos para nuestros clientes. Si dejas a Ángel puedes encontrar a otro con el que si quieras ir en serio y te pilles por él, algo que no nos interesa pues queremos y hablo por todos, que sigamos viéndonos cuando pueda ser.

Me quede algo sorprendida, pues imaginaba que el asunto se terminaba ahí, pero parecía que no era esa la intención al menos por su parte, pensé que no estaría nada mal pero como en todo existía un pero, se trataba de mis estudios que pensaba terminar ese año, si dedicaba tiempo a estar con ellos lo pasaría bárbaro, y además seguiría disfrutando de la pantalla que significaba estar con Ángel, pero seguro que no sacaría el curso y lo comente de pasada. No respondí a su planteamiento en ningún sentido, en ese momento tenía algo más imperioso en que pensar, se trataba de ropa para llegar a casa, no podía pasar por el pub a por mi ropa y me dolía llegar a casa con el top y la mini del “uniforme de trabajo”, al comentarlo Sergio comenzó a reír y me invito a acompañarlo.

Me mostro un ropero, con una serie de prendas de todo tipo y tallas diversas, diciéndome que era ropa para “imprevistos” también me mostro dos cajones con ropa interior, también muy diversa tanto en tallas como en estilo, todo ello aún en sus fundas originales. Me dejo sola para que me vistiera tranquilamente, elegí algo semejante a lo que empleé para salir de casa, unos vaqueros azules ajustados con un ancho cinturón y una blusa color fresa de media manga, muy similar a una que tengo, al aparecer ante ellos así vestida, me jalearon como harían mis amigos de siempre.

Me acompañaron hasta las cercanías de mi casa, donde les pedí que me dejaran pues tampoco era plan que en el vecindario me vieran bajar de un coche desconocido. Al llegar a casa, encontré en el bolso una nota doblada pegada a un sobre, que al desdoblar vi que era muy escueta.

Esto, es solo dinero algo que nos sobra, tu nos puedes ofrecer amistad en la que predomine el sexo y no se te ocurra pensar que es un pago por nada, tan solo es una forma de ayudarte a que puedas ir sacando las asignaturas con calma y si por nuestra causa pierdes un curso, que no nos sintamos tan culpables. Sobres como este encontraras uno cada vez que se nos ocurra y aunque decidas no vernos nunca más, no se te ocurra tratar de devolvernos nada, de todas formas te dejamos un número telefónico de contacto.

Abrí el sobre y vi que contenía tres mil euros.

¿Me había convertido en una puta cara, o se trataba como decían ellos de una especie de simbiosis? Donde cada cual aporta a la convivencia lo que puede, yo podía aportarme completamente, y ellos además de darme mucho placer, dinero que me haría más llevadero el futuro inmediato, y como de todas formas Ángel había dejado de importarme, me tome el regalo como tal.

Comí en casa con mi familia, que se extrañó de que no lo hiciera con mi chico, pero lo había llamado para decirle que estaba algo resacosa, ya nos veríamos por la noche en el pub. Al llegar hable directamente con Marta y le dije que fuera buscando a otra para cubrir algún turno de los míos, porque yo tendría que ir a “servir copas” a las fiestas que ella sabía, me sonrió diciendo que no me apurase por ello y me aclaró.

Creo que a estas alturas no tengo porque ocultarte nada, tengo un crío que me hizo un novio de esos que desaparecen, lo quiero con locura y “nuestros jefes” lo tienen en uno de los mejores colegios de Almería, corren con todos los gastos sin pedirme nunca nada a cambio, además me dieron este empleo y no se te ocurra pensar que les proporciono chicas, suelen encontrarlas ellos solos, unas son clientas, otras chicas que encuentra cualquiera de ellos, pero cuando Miguel te vio aquí me pregunto por ti y le dije que quizás tenía alguna posibilidad. Espero no haberte perjudicado en nada, pero creo que por lo que tú me has dicho ha sido que no.

Ese fin de semana continuó como cualquier otro, entre semana fui una tarde en que Ángel estaba fuera de la ciudad al chalet, donde la pase con Sergio y Dany.

Al sábado siguiente fui “oficialmente” a poner copas a una fiesta privada y Ángel se ha ido acostumbrando a mi nuevo horario, “

no puedo decir a nadie donde son las fiestas

” y en mi casa ya están acostumbrados a que regrese al día siguiente después de comer.

Continuara, pues cada fiesta lo es y grande, al menos para los que estábamos allí.