Lucía

Lucía no soporta la traición de su marido

Era la cuarta vuelta que daba con mi coche por la avenida, de vez en cuando miraba por el retrovisor y veía mi cara desencajada totalmente. No solo hacía casi un año que mi marido no me tocaba ni un pelo, un año que hacía que no me follaba si no que acababa de descubrir que era exactamente el tiempo que llevaba haciendolo con su amiguita, a la que no conocía de antes pero tuve el placer de conocer en mi cama hace más o menos 15 minutos.

Entré en casa y escuche ruido en el salón, no me podía imaginar a mi marido follándose a esa tia en mi sofá. Estaban tan entregados que ni se dieron cuenta de que estaba allí. Abrí mi boca lo máximo que pude, permanecí parada y quieta durante unos segundos y volví sobre mis pasos, salí de mi casa y empecé a dar vueltas en mi coche.

Llevaba más de 10 años trabajando en mi despacho de psicología, tenía casi 40 pero siempre pensé que estaba muy bien, me cuido y hago deporte, estoy delgada, no tengo mucho pecho pero si un buen culo. De todas formas no parecía suficiente, mi marido me había cambiado por otra más jóven, mi autoestima estaba por los suelos. La tristeza y la culpa fueron poco a poco dando paso a la ira.

Después de unas cuantas vueltas más, aparqué y empecé a llorar agarrada al volante, no me lo podía creer, me sentía fatal... apreté los dientes y grité de rabia. Tenía que vengarme de él, es un hijo de puta, estuve años esperando a que me hiciera caso pues ahora me lo hará.

En esas estaba cuando alguien golpeo la ventanilla de mi coche. Era Jaime, nuestro vecino, su casa estaba lindando con la nuestra, nunca habiamos tenido muy buena relación, sobre todo mi marido y él, discusiones tontas de hombres... - Estas bien? - me dijo desde el otro lado.

Me bajé del coche y se dio cuenta de mi cara de llorar y de pocos amigos. De reojo miré hacia mi casa y mi vecino se dio cuenta.

  • Has descubierto el pastel verdad?

  • Lo sabias?

  • Tengo visto los movimientos, claro... estoy jubilado, paso mucho tiempo en casa reina...

  • No quiero ir a casa...

  • Ven, entra, te invitaré a algo

Entramos en su casa, yo iba vestida con la ropa con la que vine del trabajo y me encontré mis cuernos. Una camiseta negra de tirantes larga y un pantalón blanco ajustado tobillero, encima una chaqueta corta de color rosa y mis tacones negros.

Jaime era un separado que llevaba 2 años viviendo en la casa de al lado, solitario, asi lo mostraba la casa, bastante desordenada y un poco sucia, quizás como él. Su casa era reflejo de su vida.

Me invitó a sentarme en la mesa del salón tras cogerme el bolso y dejarlo en el recibidor de la entrada. Fue a por agua a la cocina y al verme sola en ese salón algo en mí lo tenía más claro... podía hacerlo... que podría humillar más a Jorge que eso...además le caía fatal...

Enseguida volvió y se sentó en el sofá, casi enfrente de mi

  • Como te sientes?, tiene que ser una putada la verdad...

  • Pues si, claro que lo es

  • Que se vaya a la mierda tu marido, no sabe lo que es bueno...

  • Gracias - le dije con una pequeña sonrisa.

Se oía mi movil en mi bolso, me levanté por él y volví al salón.

  • Es mi marido - le cogí el teléfono y me volví a sentar en la mesa

  • Dime...

Mientras hablaba con él, empecé a ver como Jaime se palpaba su pantalón de licra mientras me miraba, estaba sobándose el paquete y mirándome fíjamente. Mientras al otro lado del teléfono, mi marido me piropeaba y me decía cuanto me extrañaría hasta que volviese a la noche del trabajo. El muy cabrón no sabía que ya había llegado, eso me elevó más el enfado hacia él. Disimulé, le mandé un beso y colgué.

En ese momento, me levanté de la silla y me saqué mi chaqueta, la dejé en la silla del salón y fui hacia el sofá, me senté al lado de Jaime, le miré e inmediatamente llevé mi mano a su pierna, cerca de su polla.

-No seas tímida, puedes tocarla

Mi mano acarició su polla por encima de ese viejo chandal y él enseguida llevo las suyas a mis tetas. Después agarró mi cara y me metió su lengua hasta la campanilla

  • Sácame la polla fuera, vamos

Obedecí, llevé mis manos a su pantalón y saqué su polla, era más grande que la de mi marido, empecé a masturbar a Jaime

  • Siempre me pusiste bastante cachondo...

Me acomodé para llevar mi boca a ese aparato, cuando estaba cerca de metermela en la boca, Jaime me paró

  • eh eh eh, que haces...

  • Pues...

  • No me vas a pedir permiso?

  • Puedo comerte la polla? - le dije entrando en su juego

  • Que desatendida estás... come!

Y metí esa polla en mi boca, agarraba con una mano, lo pajeaba y mientras me metía su capullo en la boca, sacando y lamiendolo también con mi lengua de vez en cuando

  • Pero que zorrita eres, mira que hambrienta estás

Yo de vez en cuando le miraba para volver a metermela en la boca

  • Se nota que te gusta

  • Si, me gusta tu polla

Y volví a metermela en la boca, ahora más rápido chupaba y lamía.

  • Vas a hacer que me corra, con esta boca de chupona tendrás las pollas que quieras.- me dijo tirando un poco de mi cabeza para atrás

  • Quiero más - le dije

Le besé la punta y me la volví a meter, volví a chupar hasta que de nuevo, Jaime me paró.

  • Para!, desnúdate, vamos...

Me levanté y delante de él saqué mi camiseta, después empecé a bajarme el pantalón y las bragas, cuando tenía mi pantalón por los tobillos con mis bragas enrolladas, Jaime se levantó y me sacó el sujetador, lo tiró al suelo y así como estábamos de pie empezó a meterse mis tetas en la boca, mientras mis manos fueron otra vez a parar a su polla, cada vez más dura y más grande. Me daba pequeños azotes en el culo mientras me comía las tetas.

  • Joder que buena estas, zorra...

Me empujó un poco y me tiró en el sofá boca arriba, seguía con mis pantalones en los tobillos pero Jaime no me los sacó, simplemente levantó mis piernas y metió su cabeza en mi coño para comenzar a lamermelo. Pronto cogió mis manos y las puso en mis nalgas.

  • Abrete tú con tus manos

Me lamió el coño otra vez, ahora si que empecé a jadear, estaba siendo genial esa comida que me estaba dando. De vez en cuando metía algún dedo. Yo empecé a sobarme las tetas a mi misma porque estaba muy caliente. Jadeaba, soplaba y gemía a partes iguales.

  • Mírala con su anillo de casada abriendome su coño...

  • Cómemelo más vamos, vecino...

Verle con su cabeza entre mis piernas me encantaba. Grité al notar sus dedos dentro de mi coño, de estaba pajeando con fuerza

  • Siii, jooooder. - abrazaba su cabeza con mis piernas.

  • Te gusta, vecina?

  • Claaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Grite porque empezó a darme golpes en mi coño alternando con azotes en mis nalgas. Me estaba llevando al máximo.

  • Ahora los cojones - me dijo mientras se levantaba y a su vez también su polla dejádome sus testículos a disposición. Empecé a chuparle y comerle los huevos. Me iba a entrar esa polla perfectamente de lo mojada que estaba. Jaime empezó a golpear mi cara con su polla dura, golpeaba mis mejillas y mi nariz. Tras eso empecé a lamer su polla desde los huevos hasta la punta con mi lengua.

  • Quiero follarte, ponte como antes, túmbate en el sofá y levanta las piernas.

Obedecí, poniendo además mis manos en mis nalgas como a él le gustaba...

  • Ya sabes que tendrás que pedirlo - me dijo mientras encaminaba su polla a mi empapado coño

  • Métemela toda, fóllame...

  • Te voy a rebentar zorrita

Jaime agarró su polla y la llevo a la entrada de mi coño, a pesar de estar empapada, entraba con dificultad y yo solo podía abrir mi boca en una mezcla entre asombro y placer por ver como esa polla entraba en mi cerrado coñito

  • Lo tienes apretado, Lucía

  • Si, despacio

Me hizo caso y poco a poco metió toda su gorda polla para empezar el vaivén de forma lenta

  • Aaaaa - solo podia abrir mi boca para poco a poco empezar a jadear mucho más fuerte. Jaime desde atrás agarraba mis caderas y poco a poco empezó a penetrar mucho más fuerte. Yo solo resoplaba, de vez e cuando me giraba y le miraba mordiendome mi labio, lo que lo encendía aún más. De vez en cuando me besaba. La fuerza con la que me follaba era tremenda. Yo gritaba, mucho... era un martillo. De repente, me agarró del cuello y apretándome un poco mientras me follaba me dijo

  • Mira puta, ahora yo soy tu marido, de acuerdo, tienes un nuevo macho...

Me soltó y volví a gritar, saqúe mi lengua y me lamí todos los labios para acabar regalándole una sonrisa. No paró de follarme en ningún momento y tampoco de sacar su vista de mí. Grité otra vez, me acababa de correr con su polla en mi coño, el sacó su taladro para meter su mano en mi coño y empaparme la cara con mis jugos.

  • Limpiala

Me dijo mientras se sentaba en el sofá, volví a tirarme con mi boca a su polla y la lami de nuevo, se la chupé y la limpié de mis jugos mientras me sobaba de nuevo.

  • Sube!

Me subí encima de él, aún con mis pantalones en los tobillos empecé a botar encima de ese pollón, me comía las tetas mientras me agarraba el culo y yo me lo follaba

  • Madre mía, Jaime, madre mía...

  • Toma rabo vecina, te hacía mucha falta, a ver si te quitas esa cara de amargada que tienes

Y empezó a darme muy fuerte, muy rápido, grité, grité con todas mis fuerzas hasta que me dio un descanso.

  • sii dios siii, Si, Jaime, rómpeme, hazme una puta, muéveme

Me agarró y me apretó las tetas

  • No lo dudes

En ese momento me llevó en volandas, me agarró por el aire y me tiró de espaldas en la mesa del salón me agarré a ella como pude, me seguía follando como un auténtico semental, tenía mucha energía, no se el tiempo que llevábamos follando pero mi marido ni de lejos tenía esa vitalidad.

  • Dame desde atrás, por favor, me gusta... - le pedí

  • Llama a tu marido, pídele el divorcio...

  • Como?

Me bajó de la mesa, me puso el culo en pompa y empezó a follarme desde atrás, me estaba rompiendo el coño en dós, me azotó y me pasó el móvil de la mesa

  • Vamos!

Marqué el teléfono y respondió Jorge.

  • Hola princesa.

  • Hooo... hoooo.... hoooo...

  • Lucía que pasa?

Jaime me cogió el teléfono.

  • Me estoy follando a tu mujer en mi casa, mira escúchala... - dijo Jaime acercando el teléfono

  • Jooooder, si si si si

  • Lucia? - cogí el móvil.

  • Haz las maletas y vete, ya tengo nuevo macho - tuve que dejar el movil en la mesa porque necesitaba agarrarme a ella para no desmayarme.

  • Ya lo has oido, Jorge - y Jaime colgó...

Me agarró de nuevo y me volvió a tirar en el sofá, me agarró otra vez del cuello.

  • Eres buena perra, si me das tu culazo, seré tu macho para siempre

Empezó a comerme las tetas y con su mano pajearme.

  • Correte, Lucía, correte ahora

Y lo hice, con todas mis fuerzas, casi pierdo el sentido pero no me dejó porque agarró mi cintura y me empezó a penetrar una vez más. Subí mi pierna a sus hombros y traté de agarrarme como pude de semejantes embestidas.

  • Llegó el momento de partirte ese culo que tienes, es tu última prueba...

Me coloqué yo sola a cuatro patas y con mis manos abrí mis nalgas. Jaime empezó a follarme otra vez el coño pero esta vez empezó con un dedo en mi culo para seguir penetrándomelo con dos. En la esquina de la mesa empezó a encaminar su polla a mi culo.

  • Oh dios mio, despacio, des...

En ese momento noté que no eran sus dedos lo que se encaminaba a mi culo, era su polla que estaba intentando entrar en mi virgen culo.

  • Relajate que si no no entra, Lucía

  • Sii, lo intento...

  • Que culazo tienes - me decía mientras empujaba léntamente y apretaba mis nalgas

Yo empujé hacia atrás y me conseguí meter más polla dentro de mi

  • Que putón eres - me dijo mientras me metió lo que faltaba y comenzó a follarme el culo.

  • Úsame para siempre vecino, jooooder que bueno, sigueeee

Tenía mi culo ya roto pero no podíamos parar de follar, nunca había vivido nada de eso. Cuando Jaime se cansó de romperme el culo se la sacó me bajó de la mesa y me puso de rodillas

  • Sácame la leche en tus tetas

Y empecé a pajear esa gorda polla para que se corriese en mis tetas. Dejé que el semen me golpeara mis tetas para acabar metiéndome de nuevo su polla en mi boca. Se la dejé limpia... Mi vecino se apartó y abrió un poco la ventana aún desnudo mientras yo me senté en el sofá, también desnuda, mientras mi teléfono no paraba de sonar