Luci la puta..., doble desgarro anal...
Seguimos relatando las vicisitudes de esta grandísima puta, después de que en un motel hace apenas una semana haya tenido sexo por primera vez con su negrazo policía y este indelicado le haya desgarrado el culo y la vagina con su enorme mástil de carne...
LUCI LA PUTA..., DOBLE DESGARRO ANAL...
Seguimos relatando las vicisitudes de esta grandísima puta, después de que en un motel hace apenas una semana haya tenido sexo por primera vez con su negrazo policía y este indelicado le haya desgarrado el culo y la vagina con su enorme mástil de carne...
Hola de nuevo mis amigos...
Espero que les esté gustando la historia de la puta Luci, que haciendo feliz al marido cornudo, éste nos sigue detallando con sus recuerdos de la confesión..., esos primeros comienzos de puta corneadora...
Según ella..., aunque creo que habría antes muchos mas..., el primero de los cuernos a su feliz marido lo fue con aquel negro policía que conoció en aquella cafetería y que tras conquistarla diciéndole galanterías llevó una noche a un motel...
Lo repasábamos en el relato de hace unos días...
Allí además de ser vilmente follada y desgarrados su culo y vagina..., Luci con sus gritos de dolor y de placer, aunque especialmente de dolor..., alborotaría a todos los clientes alojados en el motel...
La sesión del desgarro terminaba con un susto para la puta..., ya que al levantarse de la cama, no podía caminar y algunos pigmentos rojizos salían juntos a aquellos chorros enormes de leche blanca de negro..., de aquel culo antes estrecho y ahora bien abierto a trompetazos duros de pollaza durante más de veinte minutos de agresiva metedura sin nada de delicadeza varonil, sino todo lo contrario...
Sigamos con el relato...
Salían de la habitación de aquel motel...
El negro tuvo que sujetar y agarrar a la puta para que pudiera que salir y llegar hasta el coche.
Tuvieron que parar en una farmacia de guardia y Luci la reputa hubo de tomar una dosis doble de un analgésico fuerte para poder sofocar el dolor de los desgarros.
La cara compungida.
Al llegar a casa iba muy dolorida...
Aquella noche, el cornudo acostumbrado a follarse a la puta todas las noches..., hubo de contentarse con tan solo una chupada de polla.
Al recordar la escena que ya les he relatado..., el cornudo bromeaba con su mujer aquella tarde de domingo de la confesión...
- Mi vida, yo preocupado por tu salud y tú con el culo recién desgarrado...
- Así era mi amor...
La puta acariciaba al cornudo...
- Pobrecito mi amor..., perdóname... Tan lindo..., preocupado esos días por mi..., y yo disfrutando y al mismo tiempo sufriendo mucho con otro hombre.
Volvamos...
Después de aquella primera vez, ella quedó muy dolorida como todos ustedes pueden suponer.
No pudo ir a trabajar en los dos días siguientes.
La siguiente semana la pasaría con dolores y muy distante con el cornudo..., a pesar de que éste la trató con mimo y ternura... ¿Recuerdan cuando una noche le hizo el té?
El negro al día siguiente fue a almorzar y no la vio. Se impacientaba.
Al tercer día se encontraron en la cafetería.
Ella al verlo entrar se puso muy nerviosa, pero le gustó verlo..., e incluso se sintió algo húmeda..., a pesar de las molestias que subsistían...
El negro se acercó a ella y en voz baja le dijo...
- Luci..., te extrañe mucho.
Ella sonrió.
Él le dijo....
- Esta tarde paso a recogerte (No era una petición..., era una afirmación)
A la puta por un lado se le revolvió el estómago al recordar sus desgarros, pero por otro lado le cautivaba la firmeza del negrazo policía al decirle las cosas.
Sin querer hacerlo..., la mirada de la puta daba el visto bueno a la cita.
A la salida, la estaba esperando.
No pensaba subirse al coche, pero se subió.
Al entrar..., el negro le propinó un soberbio beso con lengua en la boca de la puta y con sus enormes manos le apretó aquellas tetazas..., por cierto enormes... (Puedo acreditarlo con las fotos enviadas por el cornudo... Una delicia de enormes tetas con soberbios pezones...)
- Te extrañe puta.
- Necesito tu cuerpo.
- Estoy deseando hacerte mía otra vez.
Ella simplemente le dice prácticamente hipnotizada por aquella mirada de lujuria...
- No creo que sea correcto, estoy casada...
- Además, aun no estoy recuperada del otro día.
El reafirmo...
- No hablamos de si es correcto o si está bien o no... El otro día quedaste en que eras mi puta...
- A una puta, se la folla y punto.
- ¿Acaso no te gusta ser mi puta? Si no te gusta..., te bajas y adiós...
La mente de la puta era una guerra psicológica interna..., por un lado sabía que estaba mal lo que estaba haciendo..., pero por otro lado..., no podía decirle que no a aquel súper macho que la dominaba y necesitaba.
No sabía la causa, pero no podía decirle que no...
Estaba callada sin contestar...
El posesivo negro..., le dice...
- Bájate ahora mismo. Jamás me volverás a ver.
Ella viéndose perdida, por fin le contesta...
- No..., está bien. Tienes razón, me gusta ser tu puta. Quiero ser tu puta otra vez. Solo que me da cosa estar dolorida y no poder atender a mi marido en la cama.
El cabrón del negro...
- Ese no es mi problema.
- Lo único que me importa es que seas mi puta.
- A tu marido si no lo tocas..., mejor..., pues eres mi puta en exclusiva.
El negro se saca la polla, ya endurecida y preparada..., diciéndole...
- Demuéstrame que eres mía.
- Me la vas a mamar y no quiero que derrames una sola gota de leche.
- Te la vas a tragar toda la lecherita enterita...
- Quiero que mi leche entré por todo tu cuerpo, no solo por tu culo.
Ella sin saber que hacer allí en el aparcamiento de la cafetería, a la vista de parte de las cristaleras laterales...
- Me pueden ver mis compañeras...
Él..., impasible...
- ¿Qué te dije que eras?
- Eres mi puta...
- Lame mi polla.
Ella sumisa...
- Soy tu puta.
- Está bien, te la mamaré.
Él..., súper alpha...
- Tú me has de complacer siempre.
- Donde y cuando yo quiera.
- Eres mi puta.
- ¿Lo tienes claro?
Ella absolutamente dominada...
- Está bien mi amor...
Ella se dispone a mamarle la polla, baja su cabeza..., y abre su puta boca viciosa...
El con cara de triunfador y sonriente...
- Así me gusta
- Soy tu dueño, tu hombre...
- Toma bebé..., toma tu leche...
Sus compañeras se dieron cuenta y luego le dirían que la habían visto. Ella resignada a su pasión desmedida.
El complacido por humillarla.
Durante unos veinte minutos aquella boca de puta mamó, ordeñando finalmente hasta la última gota de leche y tragándola sin verter ni una sola gota, como aquel man le había ordenado a ella, su puta...
Después se la llevó al hotel y la volvió a follar salvajemente durante dos horas maravillosas y dolorosísimas a juicio de la puta, tal como se lo contaba años después al cornudo de su marido...
Les cuento detalles de este segundo desgarro...
Después de haberle sacado hasta la última gota de leche en el aparcamiento y obligarla a que se la tragara toda..., el negro le dice...
- Muéstrame la boca.
Ella, esa tremenda putísima de nombre público Luci..., le enseña la boca, saca la lengua para que su amo compruebe que no tiene rastro alguno de leche.
El cornudo nos quiere comentar en este preciso momento, que hasta entonces había mamado su polla y descargada leche en su boca, pero que siempre Luci la guarra escupió y nunca trago... Incluso tenia arctadas la redomada puta...
El cornudo nos recuerda en esta escena de la leche en boca..., que la puta desde aquella primera mamada tragó sin rechistar la legre del negro..., y que desde entonces éste devolvía a la puta a su casa con leche en su culo o en su estómago...
Volvamos a aquel aparcamiento en la cafetería...
Después de haberle mamado la polla hasta su última gota..., el negro seguía cachondo y le dijo a la puta que la llevaría al motel a follársela cuanto quisiese...
Arrancó el coche.
Llegaron al mismo motel y cogieron la misma habitación...
El recepcionista les dijo que intentasen no hacer tanto griterío como el último día... El policía le miro con desprecio...
Entraban ambos a la habitación desesperados por el nuevo placer que les esperaba...
Se besaban..., se quitaban la ropa...
La puta recuerda que estaba algo nerviosa por su desgarro aun tierno, pero que estaba muy cachonda..., cachonda como nunca...
Él la vuelve a tirar a la cama...
Están completamente desnudos...
Se besan y acarician ambos lujuriosamente con deseo y apetencia...
Nos recuerda la conversación literal...
- Eres mi puta.
- Si bebé..., soy tuya... Tu grandísima puta.
- Te voy a dar duro otra vez... ¿Quieres?
- Quiero
- ¿Te duele todavía?
- Te quiero dentro.
- Dame como quieras..., me duele todavía..., pero estoy muy cachonda....
- ¿Eres mía?
- Si..., bebé..., soy tuya...
- Si te duele, te jodes... Voy a darte duro de nuevo, para que el cornudo de tu marido no te toque esta noche. Eres mía.
Él estaba encima de la puta en posición de misionero, frotándole su enorme pijisima en la entrada de su labiado y húmedo coño.
Como es habitual en él..., se la insertó de un golpe seco sin aviso...
Ella hizo un gesto de dolor.
Sentía un ligero dolor en su coño recién profanado pero mucho más placer que la vez anterior.
Le dolía mientras la follaba, pero no le importaba...
El placer físico y mental era extraordinariamente muy superior al dolor.
El negrazo follaba a un ritmo intensísimo y le escupía la cara diciendo...
- Zorra.
- Zorríima.
- Guarra.
- Putón.
- Casada puta..., reputa...
- ¿Quién es el dueño de esta puta?
- ¿Contesta?
- Casada zorra.
- ¿Contesta?
Ella entre orgasmo y ligeros gemidos de dolor..., contestaba...-
- Soy tuya...
- Soy tu puta...
Ella empezaría a acostumbrarse desde entonces a correrse oyendo guarradas..., el cornudo de su marido nos confiesa que pasado el tiempo se lo exigiría a él también a partir de entonces..., una vez repuesta de los desgarros cuando su cuerpo mejoró y reanudo relaciones con el cornudo.
Ella necesitaría desde que conoció al negro..., sentirse una puta para correrse...
Antes en su casa, lo fantaseaba en su mente sin decir nada al cornudo...
Ahora en aquel motel por segunda vez..., hacia realidad su sueño..., y de paso sin saberlo..., el de su marido..., aunque éste no lo sabría hasta años después.
¿Qué cosas tiene la vida, verdad amigos lectores?
Volvamos a la follada...
El negro se la follaba en misionero y de diferentes lados... Izquierda y derecha con las piernas elevadas sujetas por sus fuertes manos...
Más o menos media hora después, la puso en cuatro...
Las heridas aun tiernas de su culo..., recordaban dolor..., mucho dolor en su culo desvirgado, o casi..., por aquella enorme barra de carne durísima de ébano...
El negro también advertiría a la puta..., que desde aquel día tenía que traer su culo limpio...
No quería sacar su polla con churretones de heces...
Que si volvía a sacar restos..., como el día anterior..., ella limpiaría con su boca...
Que viniese siempre preparada con enemas previos... Que viniese limpita...
Sigamos con la inminente clavada anal.
Una vez en cuatro..., el negro escupe el ano de la puta... Nada de chupar ni lamer...
La obsesión del negro, según le contaba entonces..., era follarle el culo para que estuviese muy dolorido y que la inhabilitase para el cornudo...
Cabrón de negro..., dice el cornudo, aunque con gusto por rememorar su puterio y sentirse feliz cornudo.
Con el paso de los días, le llegaría a ordenar no coger con el cornudo... Ya leerán...
Sin avisar clavó su enorme polla y profundizó entera en su tripa...
La puta sentía muchísimo dolor, pinchazos y mucho malestar en sus entrañas...
Empezó a follarla duramente sin pensar en nada mas, mientras le mordía el cuello y las orejas...
Ella disimulaba los mordiscos en casa con pañuelos..., recuerda el cornudo...
Estrujaba tambien al mismo tiempo con fuerza sus enormes pechos...
El cornudo recuerda de aquellos tiempos que ella se sentía dolorida incluso al besarle las tetas y lamerle los pezones, alegando entonces molestias hormonales y problemas con sus pastillas... ¿Recuerdan?
El cornudo recuerda sus problemas sexuales con su puta esposa por aquellos tiempos de dolor inmenso y muchas veces renegaba ella del sexo a medias por molestias, enfadándose ambos y terminado el cornudo en el baño haciéndose pajas...
Sigamos con la clavada anal en el motel...
Llevaba el negro unos veinte minutos follando el culo de la puta y ella gritando de dolor...
A diferencia de la primera vez, en que no se corrió analmente la puta..., en esta ocasión a pesar del dolor anal, se correría analmente hasta dos veces la muy zorra...
La zorra confesaba al marido posteriormente que aquella sensación de ser infiel, de ser puta y de sentir dolor..., le daba un enorme placer dentro de ella... Lo creía incomprensible pero así era...
Decía la puta que durante aquellos meses, se sentía propiedad del negro...
Que le encantaba aquella sensación de ser la puta del negro y que éste hiciese con ella lo que quisiese...
Rematemos la segunda clavada anal...
El negro finalmente lleno el culo de la puta de leche...
- Toma puta, mi leche.
- Quiero que te la lleves para casa.
Al terminar la sesión..., y levantarse de la cama, la puta se volvió a resentir aunque menos.
Volvió a tomar un analgésico antes de volver a casa.
Las heridas se reblandecieron y hubo de estar más días dolorida.
Días después, ya restablecida de nuevo..., la relación de dominación del negro con la puta se retomaría y se mantendría durante meses...
Todas o casi todas las tardes la puta quedaba con el negro y sacaba la leche con su boca..., y estando muy caliente la volvía a llevar al motel a follarla...
Dejamos el relato por aquí...
A partir de ahora la puta se enviciara absolutamente con el negro..., llegando a prohibirle éste..., incluso follar con su marido y muchas más acciones de sadismo en su dominación servil..., como leerán en sucesivas aportaciones.
Amigos hasta la próxima ocasión, hoy de Luci, otras veces de Romina y esperemos que salgan nuevas y lujuriosas putas...
Gracias cornudo de Luci por las ultimas fotos en que el culo de la puta se muestra en todo su esplendor introduciéndole objetos...
Es un culo soberbio...
Enhorabuena puta...
Ya me van diciendo a través del correo lo que deseen.
PEPOTECR.