Luci & Fer (5) Cuarto día en la playa

Luciana y Fernanda siguen sus aventuras sexuales entregándose cada vez más al placer y la lujuria.

Mateo fue despertado por Saúl y Gabriel para que fueran a comprar comida juntos. Mateo se quitó algo avergonzado el collar que le había puesto Fer y salió. Sonreí al pensar que no se había aseado y seguro que sentiría en el camino un ligero sabor a leche. Aunque mucho no importaba después de todo lo ocurrido no quise andar desnuda, así que toqué la puerta de Gabriel, del otro lado respondió Sandra.

-Quería prestarle una camisa a Gabriel, disculpa.

-Si, no hay problema –Respondió.

La puerta se abrió y Sandra salió de ella con dos camisas de Gabriel en sus manos y una cubriendo su desnudez.

-¿Cuál quieres?

-La que sea –Dije alcanzando una, Sandra desechó la otra en una silla y yo me dispuse a hacer café. Se notaba lo incomoda que estaba ella con todo lo que había ocurrido, Yo estaba algo avergonzada, pero sabiéndome entre mujeres me sentía en confianza. Mientras preparaba el café, Fernanda salió del cuarto desnuda, tambaleándose de sueño y del seguro cansancio que levaría sus piernas. Se sentó así desnuda en un sillón y solo hasta ese momento e percató de la presencia de Sandra.

-Tu eres hermana de Saúl, ¿No?

-Emm, si… de toda la vida- Agregó intentando romper el hielo, como si existiera el hielo en mi mejor amiga, que ya empezaba a pasar sus dedos por su conchita que se notaba enrojecida y algo hinchada.

-Vaya macho que tienes en la casa, pensé que me iba a partir en dos pedazos.

-¡Fer! –Le regañé. –No le digas esas cosas. Y no te toques así, y vístete.

Fer se rió y se puso la camisa que encontró de Gabriel, se puso de pie y me abrazó por la cintura desde atrás.

-Lu, quería decirte algo.

-Dime

-No quiero que te ofendas si te ofendo y te llamo por nombres y te trato fuerte, es solo parte del juego.

-Si, lo entiendo, no te preocupes, no tienes ni que aclararlo. –Le dije, me dio un beso en mi mejilla y se sentó de nuevo en el sillón.

-¿Y que tal nuestro Gabi? –Le preguntó a Sandra. Quise regañarla de nuevo al entender que la pobre estaba ya bastante incomoda, pero tenía algo de curiosidad.

-Em, bien.

-¿Solo bien?

-Muy bien.

-No te cortes nena, no hay necesidad, puede que tengamos sexo con el, pero solo somos sus amigas, estamos entre chicas suéltate un poco.

Sandra entonces empezó tímidamente a contarnos que Gabriel le había mostrado videos y fotos de nosotras, que se había calentado y que había tenido con él el sexo más salvaje de su vida.

-Es un animal –Mencionó Fer –Aunque no tanto como tu hermano –agregó mirando de nuevo sorprendida su maltratada conchita. Mientras yo le pasaba su taza de café le regalé una mirada de regaño.

-Emm… y ¿Mateo?

-Mateo también –Respondió –Pero ese más que un animal salvaje es un cachorrito juguetón.

Ante la confusión de Sandra, que recibió mi taza de café, Fer empezó a contar como había llegado a su habitación con Mateo, como él había “intentando” ser dominante, pero al cabo de un tiempo se dio cuenta que era demasiado tímido y parecía no terminar de tomar el control, por lo que ella revirtió los papeles y no tardo en tenerlo con el collar de perro puesto mientras lo arañaba y lo golpeaba exigiéndole que le follara más duro. Sandra preguntó mucho más acerca del rubio, acerca de tatuajes, tamaños, mientras yo y Fer le respondíamos sus inquietudes, luego fuimos saltando de tema en tema y llegamos a llevarnos bien y a que se expresara tranquila con nosotras. Cuando le preguntamos si tenía novio, su expresión se puso preocupada y nos comentó que si, nos contó que estaba de viaje y que llegaría al otro día, que era muy celoso y que solo le había “permitido” salir porque iría con Mateo, quien era su mejor amigo. Estaba algo preocupada de lo que Mateo pudiera contarle.

-No contará nada nena, no te preocupes –La tranquilizó Fer sonriendo, Sandra devolvió la sonrisa.

Más tarde Fernanda encontró algo de licor y empezó a prepararnos cocteles, en eso los chicos llegaron con el desayuno, todos comimos sentados y hablando de muchas cosas y luego empezamos a beber los cocteles que preparaba Fernanda.

Mientras el licor hacía efecto Saúl cada vez me tocaba más, se aprovechaba de que lo único que tenía puesto era la camisa de Gabriel y mi collar de perra.

Gabriel fue a buscar la cámara de mi cuarto y la conectó en el televisor, le mostraría a todos como me había follado Saúl.

Se veía como entré con mi traje de baño, como se lo chupaba babeando, como me follaba en 4 patas haciéndome gritar de placer, se escuchó perfecto nuestra pequeña conversación acerca del sexo anal y finalmente como le hice venir usando mis tetas. Aguanté la vergüenza por unos minutos en los que Saúl y Gabriel no paraban de hacer bromas a mis expensas. Fer mientras tanto besaba a Mateo ante la atenta mirada de Sandra. Fer de vez en vez miraba a Sandra y volvía a su labor con más intensidad que antes.

Al mirar al televisor me llevé una sorpresa, nadie había parado la reproducción, sentí un corrientazo cuando vi en la pantalla del televisor a Fer besando a Saúl con fuerza.

Esto fue lo que vimos y oímos:

-¿Quieres que haga contigo lo que hice a tu amigo?

-¿A que te refieres?

-Hacerte mi perrito

-ja!, no la perrita vas a ser tú.

-Se te ve muy seguro

-Lo estoy

En ese momento Fernanda comenzó un forcejeó con Saúl mezclado con besos furiosos, aquello no era sexo, era una guerra, y Fernanda la perdió; Saúl la lanzó en la cama y le contuvo las manos mientras le besaba sus pezones arrancándole gemidos e insultos, haciendo parecer que no quería nada de eso. “Haciendo parecer” porque en realidad si quería, y lo sé por que cuando Saúl bajo su rostro y le soltó las manos, ella movió sus piernas, las abrió como si se tratara de un error para que el enterrara su cara en sus partes para hacerle un oral con rabia que llevó a Fer a un delicioso orgasmo. Tal vez como un último intento de ganar la guerra Fernanda intentó tomar las huevas de Saúl para apretujarlas como había hecho antes con Mateo pero Saúl controló sus brazos y furioso empezó a forcejear de nuevo con Fer hasta que la tuvo inclinada en su regazo como una niña pequeña esperando el castigo.

A pesar de patalear, insultar e intentar escaparse Saúl la contuvo y empezó a nalguearla cual niña chiquita, cada vez más rápido y fuerte, hasta que los insultos primero pararon y luego se convirtieron en suplicas cuando Fernanda pedía con ojos aguados que no le pegara más.

-¿Serás una buena perrita?

-Si, lo seré

-Dilo

-Seré una buena perrita

-¿Y te dejarás hacer cualquier cosa?

-Si

-Dilo

-Me dejare hacer cualquier cosa

-Dilo todo completo

-Seré una buena perrita y puedes hacerme lo que quieras.

-Chupamelo

Fernanda empezó a mamarlo con dedicación mientras Saúl la metía cada vez más adentro de su boca hasta provocarle arcadas, luego le puso a 4 patas y empezó a follarla descomunalmente; las embestidas eran tan fuertes que Fer perdía el equilibrio y el la castigaba con una nalgada en su ya dolorido culo, Fernanda se volvía a poner en 4 y el continuaba, perdí la cuenta de los orgasmos de Fer mientras el la taladraba como un animal salvaje. Cuando estuvo a punto de venirse cambió de posición y le derramó su leche en la boca, le ordenó chuparlo hasta que se parara de nuevo y cuando eso ocurrió la folló de nuevo como un cavernícola hasta que eyaculó por última vez en la noche. Fer terminó noqueada gracias a la follada monumental que le habían pegado, Saúl se quedó dormido a su lado.

Casi sin darme cuenta, llevada por el placer y la calentura había empezado a masturbarme mientras veía las imágenes en el televisor, una vez detenida la reproducción quise detenerme apenada, pero Gabriel me ordenó continuar y continué metiendo mis deditos ante la mirada de todos los presentes. Todos disfrutaban observando como me daba placer. Eso hasta que a Fer se le ocurrieron mejores planes para Mateo y le ordenó besarle los pies dándome la espalda ocasionando que se perdiera el show. Mateo no obedeció de inmediato, por lo que sufrió una cachetada.

Sandra observaba la dedicación de Mateo al besarle los pies a Fer, su respiración se hacía sonora y se sonrojaba cada vez más. Fer le sonrió y ordenó a Mateo hacer lo mismo que estaba haciendo, pero a Sandra.

-Pero ella es la novia de…

-No me importa, hazlo o te pego.

Mateo obedeció y Fer se agachó para hablarle.

-La cosa es así perrito, está es la novia de tu mejor amigo y tu vienes a vigilar que ella se porte bien. Pero Sandrita no se quiere portar bien, por eso anoche estuvo follando con Gabriel y hoy tiene miedo de lo que tu le puedas decir a su novio. Pero tu no vas a decir nada, ¿verdad perrito? –Mateo ascintió con la cabeza –Pero como yo no me puedo fiar de la palabra de un perrito idiota como tú, haremos algo para asegurarnos de que vas a mantener el hocico cerrado. Hay algo que debes saber, Sandra te tiene ganas, por eso lo primero que hizo fue preguntar por ti, por eso mientras nos besábamos ella no paraba de mirar poniéndose en mi lugar, por eso ahora mismo esta sonrojada y excitada al tenerte besándole los pies, por eso vamos a entrar a un cuarto y te la vas a follar y yo claro voy a grabar muy bien todo. De esa forma si se te ocurre decir algo yo me aseguraré que vea en video como te follabas a su novia cuando se suponía debías cuidarla. Puedes negarte, claro, si no te importa que todos tus amigos reciban el video que grabamos anoche, donde estás con collar en cuello siendo insultado, ladrando, diciendo que eres una perra sucia mientras me follas con mis dedos adentro de tu culito. Si aceptas desnúdate aquí ya mismo, si te niegas –agregó sacando su celular del bolsillo –Le doy a enviar. Tu eliges.

Mateo se desnudó, Fer tomó de la mano a Sandra y la llevó a un cuarto mientras Mateo las seguía gateando. Yo me quedé masturbándome frente a Gabriel y Saúl.

-Ellas se quedan con el perro, nosotros con la perra –Mencionó Gabriel mientras me ponía una correa en mi collar y Saúl me quitaba la camisa para dejarme desnuda.

-Vamos perrita –Dijo Saúl y en seguida fui gateando detrás de él y Gabriel hasta la única habitación de la cabaña donde todavía no había tenido sexo.

Al entrar empezaron a tocarme por todo el cuerpo, luego me arrodillaron y me ordenaron sacarles sus penes y chuparlos. Mientras chupaba uno, pajeaba el otro con mi mano; después me acostaron y Saúl empezó a chupar mi conchita. Antes de que pudiera gemir Gabriel me metió su pene en mi boca y empezó a follarla provocando que yo salivara y sintiera que me ahogaba. Después Gabriel se sentó y me ordenó meterme su verga en mi culito, obedecí a pesar del dolor y empecé a cabalgar su verga, luego vino Saúl y abriéndome las piernas me penetró en mi conchita para empezar un mete saca violento. Era la primera vez que sentía dos vergas adentro. Me sentía utilizada, como un juguete; sentía que mi cuerpo no me pertenecía y que mis dos machos podían hacer con migo lo que quisieran. Tuve orgasmo tras orgasmo hasta que me lanzaron a la cama, Como no podía casi mantenerme en cuatro patas, Gabriel usó almohadas para elevar mi abdomen y así pudieran follarme. Mientras uno me penetraba, el otro esperaba su turno, luego cambiaban y seguía el otro así estuve no se cuanto tiempo en el que no paré de gemir. Ya no reconocía quien era quien, y lo último que recuerdo antes de perder el conocimiento fue sentir el semen calientito adentro de mi conchita.