Luchas venezolanas: (Capitulo. VI)

Valentín se sumerge más en sus pensamientos y medita sobre como lidiara al tratar de convivir de nuevo con Armando mientras trata de encontrar el plan correcto para poder escapar de sus manos y ser feliz junto a Frelser y su familia. Capitulo decisivo.

“Solo con el tiempo”

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace,

Pero perdonar es solo de almas grandes.

Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos,

Algún día lloraras por aquellos que dejaste ir. {…}

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón,

Decir que amas, decir que extrañas,

Decir que necesitas, decir que quieres ser amigo,

Ante una tumba ya no tiene ningún sentido.

Pero, desgraciadamente, solo con el tiempo.

Jorge Luis Borges

Desperté  en el amanecer del siguiente día, sumido en un estado de confusión; veía de reojo a mi ex ahora convertido en novio de interés, abrazado a mi espalda, sentía su aliento cálido esparcirse a través los poros de la piel de mi cuello. Su brazo  izquierdo me tomaba de la cintura mientras nos hallábamos acostados en su cama totalmente desnudos. Por un segundo olvidé que había vuelto a tener una relación tanto cordial como íntima con él; estaba tan acostumbrado a no disimular lo mucho que él me disgustaba que no  tomé en cuenta que ya había iniciado mi asedio estratégico para derrocarlo ¡Tan desubicado como siempre Valentín! Me dije en mis adentros ¡Por eso es que te pasan las cosas!

La madrugada con el sol invicto iluminando las llanuras de Atures se  impuso sobre toda esta tierra en su paso, pero yo no lo disfrute, desde que abrí mis ojos del sueño no logree volver a dormir pues solo pensaba en tantas cosas y situaciones. Hoy precisamente iniciaba mi primera jornada como un miembro oficial del frente 8 del ELN en Amazonas; estaba más que dispuesto a demostrar mis capacidades así como de obtener la suficiente confianza de todos estos colombianos para obtener información; contraje un poco mis cejas en la cama al compararme cómicamente con un agente secreto ¿Quizá podría interpretar a algún tipo de James Bond venezolano o quizás una versión masculina de la hebrea Judith? Me emocionaba un poco al tomar el camino  peligroso y aventurero que como humanos podemos llegar a sumergirnos si nos lo proponemos. Meditaba al pensar si yo tendría la misma gallardía de Judith para seducir, sugestionar y luego degollar la garganta de su enemigo Holofernes ¿Podría llegar a tener esa misma sangre fría con Armando en el momento oportuno?

Aun lo sentía allí con su cuerpo sereno y cálido cubriendo mi espalda, y lo sabía, ¡Él me amaba! Y eso lo volvía desafortunadamente vulnerable ante mí. Nadie podía acabar con sus defensas sino estaba atacando desde adentro. Sentir pena por Armando Tirano era lo que vagaba por mi mente; un muchacho que lo ha tenido todo hasta donde yo sé… riqueza, poder, influencia, estudios ¿Felicidad? Y aun así se esmeraba en poseer a un pobre muchacho venezolano con poca o ninguna riqueza, que  en esta habitación se encontraba bajo un acuerdo que iba más allá del esquivo amor ¡Cuanta ilusión tenía el de que esto funcionara!

Algunos opinarían que yo era el muchacho más afortunado, pues tenía un hombre: su amor, sus recursos, su influencia, su pene devoto a mi cuerpo, todo, el  por mí lo daba todo y por lo tanto yo debía estar más que agradecido y sometido ¡Pero no! ¡Yo también soy un hombre y mi nombre es Valentín Guerrero! ¡Tengo mi orgullo y valoro mi independencia! Una vez que me haces daño, te puedo perdonar, pero si lo vuelves a hacer otra vez tal vez considere guardarte rencor  y aun si te llegara a ofrecer la segunda reconciliación, si tu volvieras a herirme en una tercera, te juro que no volvería a dejarme destruir por tus manos ¡Soy joven, entregado a amar  pero no masoquista!

-¡Valentín! ¿Está despierto?- me dice Armando detrás.

  • Hum (Simulo ser despertado) ¿Qué me dices?- le respondo.

.-Amor mío, debemos prepararnos para la jornada en el frente, venga a bañarse conmigo a la ducha- me dice el para luego besarme con cariño la nuca.

-¿Para ahorrar el agua de la ducha?- le digo con ironía, la que no podía faltar.

-Jaja no mi vida, para poder hacerle el amor de nuevo bajo el agua, ya que me tiene con ganas- me dice Armando mientras siento su miembro erectarse y rozar uno de mis glúteos.

-¿Mi vida? Armando esa es una frase de enamorado tan cursi jaja- le respondo en burla.

  • ¿Cursi yo? Yo para nada soy cursi venequito, cuando lo digo serio, lo digo de verdad- Me respondió disgustado por no tomarme su cariño con seriedad y luego me empezó a devorar el cuello y a palparme obscenamente el cuerpo desnudo.

-Armando... ¡Armando no te piques! ¡Te estoy echando una broma!- dije mientras trataba de despegar mi cuello de sus lujuriosos labios.

  • ¡Levántese y venga conmigo a la ducha ya!- Me dijo de repente con voz autoritaria.

  • ¡Ah bueno! ¿Y ahora  me vas a gritar dándome ordenes?- le respondí molesto.

-¡Pues es que parece que así usted quiere que le trate Valentín! ¿Hasta cuándo va a seguir tratándome de esa manera? ¿Acaso ya no le he demostrado que yo estoy loco por usted? ¿Por qué me sigue rechazando? No lo entiendo- Me dijo Armando con desconcierto, tratando de mantener la compostura.

Estuve tentado a decirle que yo me había enamorado de mi mejor amigo, de ese muchacho que gracias a el mismo yo pude conocer en el campamento guerrillero hace meses. Me dómine de decir eso, lo que podría desatar tal vez no me ayudaría jamás a librarme de él. Solo le dije:

-¡Sabes, no ha sido fácil para mi perdonarte Armando Tirano! Me has herido muy profundamente y yo no puedo olvidar las partes negras ¡Primero el que tú no me dijeras donde me estaba metiendo, luego prácticamente me intestaste violar y en la otra ocasión lo conseguiste! ¿Crees que eso es amor? ¿Qué es respeto hacia quien amas?- le dije mientras ya estábamos de pie ante la cama.

-¡Yo me equivoqué Valentín! ¡Me equivoqué me oyó! ¡Yo no debí hacerle todas esas cosas y - me expresó y luego se detuvo sin completar la frase.

-¿Y?- dije.- (Armando  colocó ambas palmas de su mano en su cintura, tomó un respiro).

-Y Valentín, amor mío… yo lo lamento… ¡Perdóneme! ¡Me he dado cuenta que no puedo vivir sin usted!- me dijo el despojándose de su orgullo de hombre.

El hecho de que el me pidiera perdón, me sorprendió mucho en ese momento. Siempre fueron los demás los que le suplicaban el perdón, ahora lo veía aquí, con ojos conmovidos, una postura de súplica y su hombría apaciguada debido a que  solamente me necesitaba. Me acerque a él  y le agarré el cuello suavemente con mis manos pues mi  único fin era apaciguar esta discusión. Le dije:

- Solo con el tiempo , solo con el tiempo intentaré perdónate Armando… ¡Gracias por decir eso! te acompaño a la ducha- le dije mientras le sonreía levemente y guiaba mi mano a la suya para que camináramos hacia el baño.

A causa de las palabras que nos dimos, tanto el deseo sexual de Armando como el mío estaban por los suelos, eso era algo obvio. En la ducha solo nos limitamos a enjabonarnos el cuerpo y en uno que otro momento nos ayudamos mutuamente a restregarnos el jabón por nuestros cuerpos. Me retiré a mi habitación sin intercambiar más que mínimas palabras con Armando; imaginaba que estaba sumergido en sus pensamientos que tenían relación con  lo que habíamos hablado. Puede que el fuera un hombre orgulloso y dominante, sí, pero le reconocía que por encima de su obsesión y muros personales, él estaba desesperado de que alguien lo amara, alguien que despejara esas neblinas de su vida que se habían acumulado por los episodios de cariño negado que tal vez en su niñez y juventud temprana vivió. Me compadecí de él, yo también he necesitado esperanza y ni mi padre violento y desvergonzado, ni mis amantes del pasado me lo han podido dar.

Pasó un tiempo, en donde me coloqué el uniforme, arreglé todo lo que necesitaba para después salir al comedor de la casa para indagar si estaba listo el desayuno pues mi estómago ya me pedía que lo satisficiera. Allí ya estaba Marisela esperando por nosotros o mejor dicho por Armando pues apenas me vio, arrugó el rostro.

-¡Buenos días mi paisana de Ayacucho! ¿Qué tal dormiste?- le dije.

-Y a ti que te importa… ¿Por qué no baja el jefe ah?- respondió ella con  fastidio.

  • ¡Que te cuesta decir buenos días Valentín! ¡Por lo menos para aparentar! Y no sé qué le ha pasado a Armando- Le dije mientras tomaba uno de los platos para empezar a comer.

-¡Ni se te ocurra tocar ese plato hasta que este el jefe!- me dijo mientras me tomaba de las manos para  impedirme la acción.

-¡Quita tus odiosas manos de las mías! ¡Tengo un hambrón y voy a comer este Armando o no, así que suelta Arpía!- le dije con el rostro amenazante.

-¡Ah, no te soporto! ¡Haz lo que quieras Marico! ¡Poco me importas!- me respondió Marisela enojada mientras me volteaba los ojos y se iba.

-¡Yo igual te quiero mucho  paisanita!- Respondí mientras me apuraba a sentarme para comer mi ración. Armando apareció finalmente.

-¿A qué se debe tanto escándalo por aquí Valentín?- me dijo Armando con un rostro inexpresivo.

-¡A pues porque Marisela no me dejaba tomar mi alimento hasta que llegaras! ¡Y bueno, me quise adelantar! ¡Hoy amanecí con bastante hambre Armando, discúlpame!- le dije mientras introducía en mi boca mi primera porción.

-Siempre hace lo que quiere cierto- me respondió sin concluir la razón de la frase.

  • ¿Qué quieres decir con eso cariño?- le dije mientras volteaba a mirarlo. Armando colocó un rostro de confusión al sentarse a mi lado en la mesa.

-¿Cariño? ¿Lo está diciendo en serio o en broma?- me dijo aún más inexpresivo.

Dejé por un momento mi comida y lo miré directamente a él; si algo teníamos en común, ese era nuestro dolor. El necesitaba que lo quisieran de verdad y ahora por lo menos, mi compasión me impulsaba a intentar librarme de el sin causarle quizás el mayor daño, y ese era el de intentar una proeza como la de la Judith judía de la que pensaba en la madrugada.

-Armando… las palabras que me dijiste me hicieron pensar. Se algunas cosas de ti, de tus gustos, tu forma de ser (más las que he ido conociendo), algunos de tus sueños  y algo más, pero ahora me pongo a pensar y me doy cuenta  de que realmente te conozco tan poco… ¿Tú de verdad me quieres en tu vida?- Le dije observándolo atentamente.- (Armando me miraba incrédulo).

-Y todavía duda de eso Valentín ¿Cree que si yo no lo amara le hubiera permitido venir hasta mi propia casa y a la sede vital del frente 8?- me dijo seriamente.

-¡Por favor, no lo malinterpretes! Lo que quiero decir, es que yo necesito saber quién realmente eres, tus miedos, las cosas de tu pasado que tal vez te atormentan y que no conozco ¡Yo necesito entenderte! ¡Tú ya sabes bastantes cosas de mí! De mi pobreza, de mis difíciles estudios, de mis fallidas relaciones, de mi soledad, de mi padre y su abandono, así como de su maltrato a mi mama y a nosotros; cuando abusaron de mí… ¿Me entiendes? Me  abrí para ti cuando éramos novios, porque pensé que tu si me entendías- le expresé honesto y conmovido. Recordar todo eso me ponía melancólico.

Armando se me quedo mirando sin saber que decir. Me veía con tanto amor al recordarle todos esos episodios de charlas profundas entre los dos, en donde yo mayormente le revelaba toda mi vida con tanta sinceridad. Sus ojos  parpadeaban rápidamente y sus labios luchaban por decir algo pero el a si mismo se censuraba.

-Soy un guerrillero Valentín, Un guerrillero… no tenemos muchas opciones, nacemos así y morimos así… creo que debemos apurarnos, ya deben estar esperándonos- me dijo esquivo mientras veía la hora en su reloj de muñeca.- (Yo lo mire con decepción).

-Está bien- le dije y luego volví resignado a mi plato.

Armando llamó a Marisela, quien llegó presurosa al oír su voz. Después de que le hubo indicado todo lo que él deseaba que ella preparara para el almuerzo y cena, le ordenó que se retirara. El desayuno junto a mí en total silencio, aunque podía sentir que le incomodaba no poder ser más abierto conmigo y lo demostraba observándome de reojo mientras yo lo esperaba sentado bebiendo mi colada de frutas. Así estuvimos hasta que él ya se hubo alimentado para después levantarnos y caminar hacia la puerta. Ya el había tomado  la manija de la puerta para abrirla, cuando se detuvo y volteó inesperadamente para estar frente a mí y me habló:

-Me gusta que me llame cariño… trataré de ser más abierto con usted, esto me cuesta todo, hasta la vida. Yo no debo ni puedo confiar en nadie… pero usted, usted no es nadie… usted mi vida- me dijo Armando desprendido mientras me veía a los ojos con aquella importancia hacia mí, que ocasionó que yo lo amara en el pasado. Luego me beso y yo le correspondí. Dejé que sus suaves y rosados labios envolvieran los míos con tanta libertad, que por un momento creí volver a sentir la misma sensación que experimentaba al estar tan enamorado de él. Ahora estaba confuso.

-Vámonos amor mío- Me dijo Armando sonriendo luego de besarme.

Caminamos hacia el Cuartel, ya el cuerpo paramilitar se encontraba formado y listo para realizar el protocolar acto de conmemorar los ideales, consignas y demás rutinas de los comunistas guerrilleros. Esta mañana Armando Tirano en su función de jefe del frente, le correspondía presidir el acto. Por mi parte y debido a mi condición de rango inferior dentro del frente 8, debía posicionarme cerca de los demás recién llegados de mí mismo rango, ósea soldados rasos, y sin embargo Armando no pasó por alto este detalle:

-Te pondrás junto a María por allá- me dijo  ya a punto de separarnos.

-Pero Armando, yo soy de un rango inferior- fue lo que le dije.

-Mientras yo esté al mando, ese será tu lugar así que anda,  ya debemos empezar- me dijo con una tenue sonrisa.

-Está bien, suerte- le dije y  después nos separamos.

Fue lo mismo de siempre; el saludo militar protocolar, las consignas marxistas, el saludo protocolar en honor del difunto presidente Hugo Chávez e incluso para Nicolás Maduro había también una consigna ¡Qué vergüenza! Por aquí y por allá unas cuantas instrucciones para los distintos componentes del cuartel. Armando en este día se veía más radiante que de costumbre; el de por sí ya era un joven colombiano muy apuesto, pero en ese día su belleza masculina se acrecentaba por tres y así lo contemplaba. Tan concentrado estaba en detallarlo mientras dirigía a su cuerpo militar que no depare en que María, la guerrillera colombiana de rango a la que yo estaba subordinado, tenía  minutos  observándome curiosa. Ya nos encontrábamos en posición de descanso, lo cual significaba mayor libertad para moverse aunque no para hablar.

El acto terminó y todos empezaron a retirarse en orden, María, yo y otros 6 muchachos y muchachas charlábamos sobre las funciones que cada uno íbamos a ejercer durante estos primeros días, hasta que un cordial Armando se acercó a nosotros mientras nos deseaba unas exitosas operaciones de coordinación. Todo el equipo le agradeció y despidió bajo el protocolo castrense, y él ya estaba por irse en un vehículo hacia las afueras de la hacienda. Antes de dejarnos, él se acercó a mí y yo lo miré con ciertos nervios, no sabía cómo tratarlo antes sus subalternos.

-Hasta luego mi Valentín, te veré más tarde- Me dijo sonriendo y luego me beso tiernamente la frente delante de todos.

Yo le sonreí nerviosamente y luego él se fue en aquel carro oscuro. Los demás no opinaron nada al respecto, solo se limitaban a sonreírme afablemente ¿Y quién se atrevería a decir algo ofensivo sobre  mi relación con él? Apuesto a que nadie de allí. Todos dentro de la guerrilla saben quién es cada quien, por lo menos algo significativo de su pasado, de su personalidad, de sus preferencias sexuales y  relaciones amorosas. Eran como se enseñó en antiguas naciones comunistas: una comuna igualitaria y de vidas expuestas.

María podía ser una guerrillera hermosa y educada, pero cuando se trataba de dirigir las operaciones de su departamento, ella era muy exigente  y minuciosa. Varios camaradas del departamento habían sido amonestados por ciertas fallas en sus asignaciones. Por mi parte, me hallaba verificando el conteo de tambores de combustible de Gasolina que recién había adquirido el frente 8, producto de la compra ilegal a los distribuidores de las mismas empresas del estado venezolano dedicadas a esta función. Así funcionaba la nueva Venezuela; todos los organismos del gobierno hacían lo que deseaban, no se respetaban leyes ni  ordenes presidenciales. Y justamente esto lo aprovechaba la guerrilla, ya que al no haber orden y equilibrio bajo el peso de una verdadera republica sometida a la ley, entonces podían adquirir propiedades y bienes primarios sin la necesidad de ser fastidiados por ningún control del estado, ya que al final era el mismo gobierno venezolano  el que los auspiciaba en su propio territorio.

Las horas de la mañana se las consumió el ajetreo del trabajo; Ya eran las 12:00 am cuando a todos en la coordinación se nos dio aviso de que habíamos culminado  la jornada del día. El segundo grupo del turno de la tarde iniciaría a la 1:30pm. María terminaba de dar las últimas observaciones a los compañeros que habían rendido regularmente. Antes me había dicho que la esperara, ya que Armando le había enviado un mensaje en su teléfono móvil en donde le invitaba a  que nos acompañara en el almuerzo.

-Ya está todo ordenado para mañana camarada Valentín, le sigo- me dijo María mientras se acercaba para retirarnos.

Caminamos juntos mientras conversábamos sobre las anécdotas del día; ella era tan buena conversadora que su compañía me agradaba. Cuando me miraba, sus ojos avellanas enmascarados con aquellas pestañas ennegrecidas de tinte, me atrapaban. Las mujeres me resultaban atractivas, yo había tenido en el pasado tres novias con las cuales habían mantenido relaciones íntimas. Quizá ella fue mi sustituta temporal en la cama de Armando ¿Y qué hombre no querría tenerla? Ella era hermosa.

Su piel clara era acariciada por un cabello liso y castaño que ella se esmeraba en recoger en un peinado en forma de cola de caballo en la que la punta de su cabello rozaba su nuca. Tenía una sonrisa hermosa, unos labios pintados de fucsia que te hacían pedirle un beso en el minuto de mirarla. Íbamos entrando por la puerta mientras reíamos por una ocurrencia que se le vino al charlar. Marisela nos observó llegar al comedor mientras acomodaba los utensilios en el mismo. Colocó un rostro de disgusto al mirarme a mí y al mirarla a ella. Por lo visto María tampoco le agradaba a ella y  de igual manera mi bella compañera, quien la observó fugazmente con una seriedad despectiva.

-¡Marisela, Armando ha invitado a la camarada María al almuerzo! ¡Por favor, prepara un porción para ella!- le dije a ella de la manera más amable que podía salirme.

-¡Yo no recibo ordenes de un pata en el suelo y mucho menos le sirvo comida a una mujer como esa! ¡El jefe tendrá que ordenármelo personalmente!- me respondió Marisela groseramente mientras nos miraba desafiante. (María no se contuvo).

-¿Y usted que se ha creído pendeja? ¿Acaso no sabe quién es el para nuestro comandante? ¿Y acaso no sabe lo que le puede hacer si se entera de su falta de respeto? Si además de que eres una vulgar, usted es bien estúpida- le dijo María sin escrúpulos.

-¡Ahora si te voy a coñasear puta colombiana!- le dijo Marisela furiosa mientras se  apresuraba hacia ella para cachetearla y golpearla.

Ambas mujeres se enfrascaron en una pelea de jalones de pelo, rasguños y cacheteos. Yo trataba de separarlas pero era inútil, si contenía a una, la otra se abalanzaba sobre la que era contenida. Marisela logró también rasguñarme la cara. Solo duramos así unos minutos pues la puerta se abrió de par en par con Armando haciendo presencia con un rostro alterado.

-¡Marisela! ¡María! ¡Basta!- les dijo con voz elevada y lleno de furia.

Marisela al escucharlo sobre todo, paro en el acto. Estaba toda desgreñada y con el rostro rojizo por el enojo. Ella miraba a Armando con un rostro de temor, sin duda ahora se daba cuenta que sus celos e insultos le iban a costar muy caro. Armando buscó mi mirada, notó el rasguño que levemente sangraba en mi pómulo derecho y de inmediato me pregunto qué era lo que estaba pasando.

-Armando, Marisela atacó a María por defenderme de algunas palabras que dijo, intente contralarlas para  ya ves que necesitaba ayuda y tu llegaste justo a tiempo- le respondí sin dar más detalles.

-¡Marisela lárguese de aquí ya!- Le gritó Armando con rabia.

-Pero mi com…- Intentó decir ella.

-¡Lárguese, no me incite a que le haga algo peor! ¡Fuera de mi casa y no vuelva nunca!- Le dijo en amenaza.

La muchacha se fue rápidamente mientras empezaba a llorar por las duras palabras de Armando. Ella nos trató así porque nosotros representábamos algo en la vida de su jefe y ella no; solo quería que el de alguna forma la llegara a querer ¿Qué hubiera pasado si yo estuviera en su lugar? ¿El me habría tratado de esa forma también?

Después que ella se fue, una herida María le pidió disculpas a Armando y el inmediatamente le contestó que no era necesario que ella hiciera eso, pues entendía en cierta forma lo que en verdad había pasado. Él se fue directamente a la cocina en búsqueda de unas vendas, alcohol, bolitas de algodón y demás implementos de primeros auxilios para brindar atención tanto a su camarada como a mí.

-No es necesario que me atienda Armando, déjeme tomar estas cosas y luego yo misma me curare en el baño- Le dijo María.

-¿Estas segura  María?- le preguntó poco convencido Armando.

-Tan segura como siempre- Le respondió ella.

-Entonces vaya arriba, la segunda habitación del pasillo, entre allí- le  recomendó.

Ella tomó lo que necesitaba para limpiar sus rasguños sobre su cara mientras yo le decía lo hermosa que ella era y le aseguraba que sus heridas pronto sanarían sin dejar cicatrices. Al fin se fue y Armando se acercó a mí con una gasa de algodón en su mano.

-Déjeme que le limpie esa herida, amor-  me expresó mientras se sentaba junto a mí.

-Está bien Armando- respondí.

-¿Le duele? – me preguntó.

-No, casi nada. A la que si debe de dolerle es a la pobre María- le hablé.

-Sí, pero lo debe estar sobrellevando bien, María es una mujer fuerte- me dijo él.

-¿Desde cuándo la conoces a ella?- le pregunté a Armando. -(Armando me observó inquisitivo).

-Ella prácticamente se formó conmigo dentro del ejército, es una gran compañera y… ella me entiende, es lo más cercano a una amiga- me dijo el revelando detalles.

-Ella me cae  bien… es muy hermosa- le respondí

-¿Si verdad? Y sepa que ella es todo una reina dentro del frente 8, los camaradas se vuelven locos por María, aunque es ella quien decide con quien estar, eso es parte de la disciplina de nuestro frente- me dijo.

-Ella… ¿Tú has tenido algo con ella?- Le expresé interrogativo mientras el levantaba las cejas sorprendido.- (Armando toma un momento de silencio para pensar que decir).

-¿Por qué me pregunta eso? ¿Acaso siente celos por mi relación con ella?- me responde.

-¡No, para nada Armando! Más bien me alegra que tengas a tu alrededor gente que te aprecie y a la que le tengas confianza! Solo quiero conocer el grado de… relación que han tenido, nada más que eso- le afirmé.

  • Si eso es lo que quiere saber, entonces no me vaya a poner mala cara por lo que le diré: ¡Si, ella y yo hemos estado juntos en el pasado! –Me contestó Armando con los ojos más abiertos.

-¿Y antes de que yo llegara? Cuando yo no estaba para consolarte ¿Lo hacían?- Le saque de repente.

-¡Ah!… ¿Valentín y eso porque es importante? ¡Yo al que amo es a usted Valentín!  ¡Es usted es el que me tiene conquistado el corazón, no hay nadie más!- Me dijo el tratando de obviar la incómoda situación.

-Yo lo se Armando, y no te estoy reprochando lo que hallas hecho o no con ella… pero en una relación de pareja es importante la honestidad y me gustaría que ahora tu pudieras ser realmente sincero conmigo, pues se supone que somos más que comandante y subalterno, más que conocidos y amigos, somos una especie de pareja nuevamente ¿No lo crees?- dije.

-¿Una especie de pareja?... pero tiene razón…  ella siempre me ha comprendido cuando he necesitado consuelo y lo digo más allá de lo físico… estuvo para mí, cuando usted me odiaba por lo que le hice. Siempre me animó a pensar que le podía recuperar, que aun había tiempo de que volviera a mí; María es una gran amiga… solo espero que usted y ella puedan llevarse bien, ese es mi único deseo- Me habló el mientras me acariciaba el pómulo derecho del rostro con cariño.

-Eso… eso lo veremos entre más pase el tiempo Armando, ahora respóndeme esto con sinceridad, es una pregunta hipotética y no voy a decir que eso suceda, pero quiero saber si… si tu  me permitirías tener una relación así como la tuya, quiero decir, si me permitirías tener un mejor amigo con el cual pudiera compartir mis situaciones, uno  con el que pueda ir y venir sin pretender  cambiar el estatus de lo que tenemos tu y yo, algo como lo que María y tú tienes- dije.

-Pusss… Amor eso sí que es complicado, el solo verle poniéndole interés a otro hombre más que a mí me haría perder la compostura ¿Acaso usted y yo no somos amigos? ¿No he sido ese amigo cercano que de verdad lo conoce más que cualquiera?- me respondió.

  • Hemos sido buenos compañeros, buenos amantes, tú has sido bueno escuchándome más que el resto y sin embargo… no me has permitido que yo también pueda escuchar esos sucesos y esas experiencias intimas en tu vida que te han marcado y te han hecho ser lo que ahora eres. Para mí, los verdaderos amigos se conocen más íntimamente de lo que lo padres, hermanos y familiares los conocen, Los verdaderos amigos Armando, están dispuestos a depreciar su orgullo y voluntades con el único propósito de hacer feliz al otro amigo al que aman… incluso llegan al extremo de dar su propia vida para salvar la vida del amigo, eso es lo que yo pienso que debería ser una verdadera amistad, sin imposiciones, sin hipocresías, sin secretos, más  duradera y poderosa  que el amor de enamorados, eso es lo que pienso.- le dije inspirado.-(En ese momento volvía a recordar  en mi mente, la imagen apuesta de mi Frelser mirándome con aquellos preciosos ojos verdes y con esa sonrisa tan especial).

-¡No sé qué decirle!… Solo deme tiempo amor mío, le prometo que me esforzaré a ser ese verdadero amigo, novio y hombre que usted sueña tener, no hay otra cosa que pueda desear en este mundo que hacerlo feliz y… no será fácil para mí el tener que confiarle cosas de mi vida como usted si lo ha hecho, pero lo intentare, seré mas abierto solo con usted, quiero ser su mejor amigo- me contestó él.

-¡Ven acá tontico!- le hablé y luego me abalancé encima de el para besarlo apasionadamente.- (Cada vez más lo iba asegurando en mi juego).

¡Glamour, Palabras y táctica! ¡Glamour, palabras y táctica! Repetía en mi mente mientras estaba encima de Armando comiéndonos a besos ¿Sabías que tu cuerpo es un arma? Eso lo hace entender la biblia satánica, tácticas de espionaje, las leyendas sobre brujería, y es lo que denominaban como “Glamour” así que siempre me he reído en mis adentros de todas esas mujeres que usan esta palabra a la ligera sin conocer realmente el trasfondo de su significado. Palabras y táctica, justamente fueron los recursos que el difunto ex presidente Chávez había usado para convencer a  finales de los 90´s a toda una nación que estaba decepcionada de sus políticos de derecha y sus gobiernos burocráticos.

Este hombre llegó a Caracas desde Barinas y con el carisma, inteligencia y palabras sumamente estudiadas, pronto alcanzó la simpatía entre los más humildes y también dentro de los más encumbrados, de modo que  logró sentarse en la silla presidencial de Miraflores a lo largo de varios periodos y hubiera seguido allí, sino fuera porque el ya no era útil para la agenda del estado profundo global y sus intereses propios. Todos al final lo traicionaron, ni los amigos que decía tener lo auxiliaron cuando fue inmolado por intereses de sus superiores. ”Todo por controlar, hacemos cosas terribles solo para obtener poder para dominar y eso es triste” ¿Sera siempre así? No soy mejor que todos los que han hecho estos actos siguiendo sus planes, pues es lo que precisamente estoy haciendo con la vida de este hombre y mi conciencia tarde o temprano me lo reprochará, estoy seguro.

☼☼☼

El almuerzo transcurrió sin ningún otro inconveniente. Armando se comportó muy amable tanto conmigo como con su amiga María o mejor dicho, con su “Follaamiga María”, así lo llamarían los españoles. No me molestaba eso, ya que no sabía de qué manera podía etiquetar lo que en ese momento tenía con él; yo no lo amaba, por lo menos ya como lo hice antes. Quizás lo que verdaderamente ahora sentía hacia él, conforme pasaran los días desde el reencuentro lo iría redescubriendo, ahora todo resultaba complicado de explicar.

Unas preguntas se me vinieron al pensamiento, unas que tal vez no fueran la más sanas y bien intencionadas, pero al fin y al cabo yo ya había dejado de ser casi en su mayoría, aquel chamo tan ingenuo que llegó a aquel negocio colombiano en Puerto Ayacucho buscando desesperadamente un trabajo. No, no era ese Valentín de esos días. El nuevo yo se preguntaba como reaccionaria Armando al notar como fuera relacionándome cada vez más con quien sería mi juguete de experimentación, es decir, Mauricio, su veterinario y soldado, y lo decía en el sentido de: ¿Qué pasaría si yo insinuará tener una relación con su subalterno más allá de la simple camarería guerrillera? Y si, el me lo dijo, perdería el control de sí mismo si se enterara que yo ponía los ojos en otro hombre, pero… ¿Y si entreno a Armando? ¿Podría lograr cambiar ese egocentrismo patológico que lo vuelve tan posesivo conmigo? ¿El amor que me profesa lograría ser suficiente para que se dejara transformar por mí? ¿Me dejaría de amar si yo… tuviera sexo con Mauricio y él lo supiera? Él se acostó o se acuesta con otra persona y sin embargo, me negaba el beneficio de poder hacer lo mismo. Ya iba a arreglar ese asunto.

Aun no sabía las respuestas, pero me aterraba que llegara pronto el día en que Frelser al fin apareciera y eso era inevitable, Frelser me lo dijo. Tenía que tener el terreno preparado para que su rival no lo destruyera. No dudaba que después de que el llegara de nuevo a mi vida,  Armando pronto descubriría lo nuestro, ya que aquí no hay secretos, por lo menos para los que estamos por debajo de los más poderosos. Me convencí de agregar una tarea más a mi plan ¡Una versión masculina de Mirian tiene que iniciar la conquista de la voluntad de su Herodes! ¡Espero ser yo el que sobreviva y no al contrario!

-¡Valentín! ¡Valentín! ¿Está bien?- me dijo Armando al notar mi distracción frente a la conversación que estábamos teniendo los tres en la sala.

-¡Sí! ¡Si Armando estoy bien! Es que se me ocurrió una idea… será que podemos ir a cabalgar los tres, Mauricio ya me enseñó lo más básico, ya le estoy agarrando el ritmo- les dije a ambos mientras me veían con sorpresa.- (Armando muestra duda).

-Vea mi Valentín… me encantaría ir, pero no puedo porque debo salir a las 2:30 pm para realizar mis tareas como comandante, mañana es posible que pueda ¿si me entiende amor?- Me contestó con dificultad.

-Yo puedo mañana en la tarde… hoy tengo que orientar a los nuevos que se agregaron al turno de la tarde en el departamento ¡Es más me debo ir, ya está llegando la hora! ¡Lo siento tanto Valentín! Si pudiera ir con usted hoy, encantada- Agregó ella apenada mientras se levantaba para retirarse.

-¡No importa! ¡De todas maneras iré más tarde! Si pueden ir mañana pues está bien, no hay problema ¡Espero que todo salga bien María, no dudo que lo sabrás orientarlos a todos en sus tareas! Y Armando… subiré arriba a descansar, después iré donde Mauricio- Les dije a la vez que me despedía de ellos al caminar, rumbo a mi habitación. (Armando me miraba apenado).

-¡Subiré a verlo en un momento, no se acueste todavía Valentín!- me dijo Armando desde lejos.

Llegué a mi habitación sin darle mayor importancia a sus cordiales rechazos, igual tarde o temprano el objetivo de mi tarea se iría a desarrollar. Me empecé a quitar la ropa paramilitar y me preparé para entrar en el baño con el propósito de ducharme. Ingresé desnudo en el espacio de la regadera y luego gire la manecilla de la ducha. El agua empezó a recorrer desde mi cabeza hacia todo el cuerpo, a la vez que aferraba mis dos manos y palmas abiertas contra las lisas y húmedas baldosas del espacio; cerré los ojos por un momento.

-Humm umm humm… humm umm humm umm- Empecé a tararear. Una melodía venía a mi imaginación.- Solo…humm…Solo con el… ummm…..Solo con el tiempo – y continuaba agregando palabras a la melodía que me inspiraba. (Un cuerpo desnudo contra mí y una voz  me desconcentró).

-No podía irme sin antes consolarlo- me dijo Armando mientras me empezaba a besar el cuello al tomarme desde la espalda.

-¡Ah…Armando! No te… oí entrar…me diste… un pequeño susto – le dije mientras jadeaba por las caricias de sus manos sobre mi pene y  por su boca invadiendo cada parte de mi cuello debajo del agua.

-Perdóneme por no poder ir a montar con usted hoy si…¿Me perdona amor? – me decía al desatarse  lujurioso sobre mí.

-Está bien… ¡Ah, no estoy enojado! ¡Ah…Armando!- le dije excitado mientras él  me empezaba a restregar su miembro entre la abertura de mi trasero.

  • Lo que sí le puedo ofrecer ahora mismo es  que cabalgue mi montura… le gustaría eso amor mío… cabalgar a su semental en esta ducha, responda - me dijo el desinhibido por el deseo.

-¡Si Armando!… quiero eso cariño, quiero cabalgarte- le conteste. Me tenía más que deseoso sexualmente gracias a sus roces.

-La vamos a pasar de maravilla- me dijo mientras  inicio la estimulación de mi orificio con sus dedos.

-

¡Ahh…Armando! Me gustaaaa… ¡Ah!- El semental sabia prepararme.

-¿Le gusta mi vida? ¿Hum? ¿Quiere parar?-  dijo seductor el guerrillero colombiano.

-¡Ah!... ¡No! ¡No pares, me encanta! ¡Siempre has sido el mejor!- le contesté excitado.

-¿Ah jamm? ¿Nadie se lo hace mejor que yo hum? ¿Ningún otro amor hum?

-¡Ah! no, no hay otro igual que tú en la cama… ¡Siempre me vuelves loco!- le dije.

-¡Vea que siempre me va a tener dispuesto para complacerlo! ¡Su semental no va a descuidar los deseos de su yegua me oyó! ¡Me va a dar hijos cuando me venga dentro de usted mi vida! ¡Algún día de estos se va a casar conmigo! ¡Y nunca terminaran nuestros amores! ¿Le gustaría eso amor? ¿Quiere casarse conmigo? Dígame- me decía Armando entre mis delirios de placer.- A pesar de la excitación del encuentro, yo estaba lo suficientemente cuerdo y no pensaba vivir mi futuro al lado de este hombre, aun cuando me encantara el sexo que con el disfrutaba desde que nos conocimos.

-¡Ah…Solo con el tiempo Armando….hum…Solo con el tiempo…!Hum umm veremos!- le dije nuevamente entre dificultades del libido.

Armando terminó de estimular mi entrada y entonces me hizo girar el cuerpo, de modo que quede frente a él y al estar mirándonos directamente a los ojos con las gotas cristalinas del agua recorriéndonos continuamente la piel, Armando me empezó a besar profundamente. Cada centímetro de su lengua se  abrazada alegre a la mía, al tiempo que ambos nos estimulábamos los miembros subiendo y bajando las manos empuñadas a través de toda la envergadura de nuestros glandes hasta alcanzar los testículos.

Luego de unos minutos así, Armando me soltó la boca y  el miembro, para de inmediato pedirme que aferrara mis manos a su cuello y el pudiera  aprisionar mi espalda contra la pared de baldosa; luego hacer que me subiera a su cuerpo, tomándome fuertemente y como si nada de las piernas con sus manos, para luego más cómodos por el apoyo de la pared, posicionar en la entrada de mi agujero con una mano libre la punta de su ardiente glande. Sus ojos me miraban extasiados de lujuria.

-Es hora de la cabalgata amor- me dijo el sentenciado la próxima penetración de su aparato a través de mi esfínter.

-¡Ahhhh Armando carajo! ¡Lo tienes muy grande Ah!- le expresaba jadeante a la vez que introducía aún más los centímetros de su miembro dentro de mi agujero.

-¡Se queja por lo grande, pero sí que lo disfruta venequito mío! ¡Al final siempre pide más de su hombre!- me dijo orgulloso.

Sus testículos y pubis rozaron la sensible piel de la entrada de mi orificio; ahora toda la extensión de su miembro había invadido completamente las profundidades de mi interior anal y entonces así pudo iniciar la cabalgata del semental bajo la ducha. Me aferraba fuertemente del cuello de  Armando mientras  mis cuerdas vocales emitían gemidos de goce que no trataba de callar. Armando aumentaba la fuerza de su penetración cada vez más, solo para verme abrir aún más los labios y gritar de la satisfacción que su falo producía al friccionarse profundamente en las paredes de mi ano. Mas adentro, un poco más afuera, sus redondos  y hermosos testículos  me rozaban la piel de la entrada con sus estimulantes y moderados bellos púbicos.

La cabalgata aumentó de velocidad y la intensidad del roce entre las pieles, ocasionaba que se produjera un sexual sonido de golpe que se originaba por el coche de los testículos de Armando contra mi ano. Nada más excitante que el sonido de una memorable cabalgata.

-¡Ah Valentín! ¡Me voy a venir!- me dijo al borde de eyacularme adentro.

-¡ Umm humm ah…Vente dentro de mí!- le contesté mientras me masturbaba al mismo tiempo.

Entonces Armando me llenó  interiormente de todo el semen triunfante que mi ano le ordeñó. Sentí varios chorros de su semen tibio esparcirse dentro de mí a la vez que yo eyaculaba en el aire y mi semen caía en el pecho de Armando y en los alrededores. Nos mantuvimos quietos por un momento recuperando el aliento, después me baje de él y nos quedamos de pie  y de frente.

-¡Con usted es con quien siento la mejor felicidad! Debe ser porque con usted no tengo sexo, con usted yo siempre hago el amor y eso lo hace más delicioso, y eso es solo cuando es con usted Valentín ¡Lo amo y nunca lo dude!- me dijo mientras me besaba con agradecimiento.-Escaparme de él, resultaría en una operación compleja.

-¡Hum!..Armm…Armando, escucha- le dije mientras me soltaba de sus labios.

-Dígame Amor-Contestó.

-Cariño…Armando, quería decirte esto desde hace días… te iba a decir que tú siempre me has parecido el chamos más guapo y bello que he conocido ¡Mírate! Eres todo un papacito… he sido afortunado de que seas mío… un guapo parcero de Villavicencio para mi solito jajaja- Le dije mientras reía por mis ocurrencias. Aunque como saben, nada de lo que digo, lo expreso sin que tenga un propósito ¡Glamour, Palabras y táctica!

-¡Jaja amor!… mire como me ha puesto colorado por sus halagos ¡Usted para mi es el chico más hermoso de todo este país! ¡No lo cambiaría por ningún otro! ¡Vale mucho por lo que es, porque es un chamo luchador, que ama a su familia y se ha esforzado por su salir de adelante! ¡Yo me enamore de este chamo! ¡Me enamore del mejor  entre los venezolanos! ¡Y siempre lo voy a apoyar, nunca más va a pasar trabajo mientras yo esté aquí para usted! ¡Siempre estaré para lo que necesite! – me dijo el mientras me miraba tan enamorado.- (Me sentía mal en ese instante al escucharle decir que yo era bueno, yo para nada era una buena persona, cada vez más lo estaba dejando de ser).

-¡Gracias Armando! ¡Todo lo que has dicho ha sido increíble! ¡Yo solo espero que el tiempo cure todo lo que haya que sanar! ¡Ay que ser pacientes el uno con el otro! – le dije.

-Quisiera pasar la tarde hablando de lo feliz que me siento con usted… pero debo irme, el deber me llama. Prometo estar para la noche, le traeré un regalo- me dijo Armando sonriente como un niño.

-Anda tu tranquilo, pero dime que es ese regalo- le dije sonriéndole.

-Es una sorpresa, vea, solo espere hasta la noche mi vida y ya lo sabrá ¡Adiós! Eres el mejor haciéndome feliz ¡Te amo!- me dijo mientras me besaba fugazmente para irse a cambiar.

-Igual !Adiós!- le contesté al verle caminar desnudo hacia la salida del baño.

Después que cerró la puerta di un largo suspiro. Si solo pudiera sentir lo mismo que él y  amarlo de la misma manera que él me amaba a mí con esa profesada pasión. Pero solo con el tiempo la situación podría llegar a cambiar para bien o para mal. Terminé de lavar y limpiar mi cuerpo con jabón y me quité los restos de semen que Armando dejó en mi orificio. Salí ya purificado por las aguas y proseguí a colocarme una ropa cómoda. Tome de nuevo mi guitarra acústica, esa que había estado conmigo desde hace 6 años y la que me ayudo a componer unas pocas pero inspiradas canciones que se basaban en mis experiencias personales.

Con el instrumento en mis manos, me dirigí hacia la terraza que poseía la habitación, allí afuera me senté y luego con un cuaderno y lápiz a mano me dispuse a terminar de componer una letra para la melodía que se  había apoderado de mi mente antes de que llegara Armando y tuviéramos relaciones sexuales.

-Hummmm…. cuando… cuando sientes…. que lo has… perdido… todo- Fue lo que comencé a formar en la hoja del cuaderno.

Pasaría más o menos como 1 hora a 1 hora y media cuando logré terminar por fin la canción y sus acordes. La sucesión de notas en la guitarra era esta; Estrofa : Am-Em-C-Em-G/ Coro : G-F-Dm-Am-Em-E7-F-G-F-G-Am-G-F. Y en general, se llamaba así y decía:

Con el tiempo

I

Cuando sientes, que lo has perdido todo

Te desbaratas, no hay nada más que dar

Coro I:

Pero solo con el tiempo, de mis heridas surgirán, ah

Las melodías que en mi alma

///Harán mi vida levantar///x3

II

No es eterno, permanecer en un cruel desierto

Estar sediento, sin tener más que escasa fuerza

Coro II:

Pero solo con el tiempo, tendré la fuerza de alcanzar

Esa felicidad que anhelo

//Para este corazón curar///x3

Solo con el tiempo…

Uh.

Mi corazón, yo lo estaba preparando para que viviera el límite de las emociones, estaba por tomar decisiones trascendentales en mi vida; sentía que a cada paso, yo dejaba atrás al  viejo muchacho que alguna vez llegó derrotado por el terror y la angustia que la guerrilla ocasionó en mí, al terminar en sus manos. Ahora veía que el desarrollo de mis actos después del acontecer de tantos traumas recientes, no eran buenos ni justos, pero ¿Quién era bueno realmente? Solo me reconfortaba al meditar que a pesar de que mis intenciones no eran totalmente puras, por lo menos sabía que tenía grandes posibilidades de sobrevivir a mis depredadores ¡Porque con un poco de paciencia se podría ganar batallas! Miré el brazalete de cuentillas que me hizo mi mama Raquel y que siempre cargaba en mi muñeca. Las palabras contenidas en el accesorio, constantemente al leerlas me alentaban: Sefuerte y valiente , así siempre lo tendrás que ser Valentín Guerrero.

*Que tal a todos los que leen esta historia:

Aunque me tarde bastantes dias en subir este siguiente capitulo de luchas venezolanas, aqui se los entrego !Por fin!. Les queria decir ademas, que ya para el final de esta historia, he diseñado esta cancion que han leido (Con el tiempo) y  que en la historia compuso Valentin, y pues se va a convertir en la "cancion lema" de toda la historia, asi que no solo la compuse gramaticalmente sino que  tambien grabe su musica pues yo mismo grabe y toque  su piano, asi como la voz de la composicion. En el capitulo final de esta novela breve, todos podran escuchar como suena esta cancion original y luego me dicen que tal.

Para finalizar, le doy el merito de la inspiracion de todo este capitulo al gran y eterno escritor argentino, Jorge Luis Borges. Creanme que vale la pena leer sus escritos y poemas."Gracias por su paciencia" .

James Fighter.