Luchas venezolanas: (Capitulo. II)

Continua la historia de Valentin; ahora, en las manos de la guerrilla, empieza a vivir lo que es ser un paramilitar, allí conocerá nuevas realidades y amistades, y tendrá que enfrentar la realidad sobre quien es y representa Armando Tirano, te invito a que sigas su historia.

Luchas venezolanas: (Capitulo. II)

El amor se transforma en odio”

A quien menos quería ver, era  a aquel muchacho en quien confié; creí que era una persona buena. El odio comenzó a crecer dentro de mi dolido corazón. Le dije:

-Tu…. Traicionero… mentiroso, cómo pudiste hacerme esto… porque no me dijiste… porque…. Te odio… - y no pare de gritarle todo tipo de cosas  lleno de ira.

El solo se limitó a mirarme con una expresión tensa mientras le insultaba; camino hasta sentarse en una de las sillas de madera; y cuando me hube desahogado de mi desgracia, dije furioso:

-¡No  piensas decir nada ##$%%%% !

Me miro con furia, respiro hondamente, y luego me grito:

-¡Cállese y siéntese!, no sabe que ahora me pertenece, si quisiera partirte el cráneo ahora mismo, no me temblaría el pulso ##€%%&··# - dijo furioso

Su voz autoritaria y fiera, sumado a la amenaza que de su boca salió, hizo que me callara  temeroso; me senté, tratando de controlar mis sentimientos hacia él, quería lazarme encima de él  y darle puños sin cesar; me consolaba el hecho de fulminarlo con una mirada de odio. Ya al estar frente a frente, me miro y dijo:

-Hummmff (Suspiro profundo) mire… las cosas no han sido… buenas para usted...Valentín…. Sé porque termino llegando hacia nosotros… yo entiendo… su ira, y créame, no ha sido fácil para mí, tener que callar todo… pero así son las leyes….yo…

  • pensé que me amabas- le interrumpí, hablándole desde el fondo del dolor de mi corazón

Dejo de divagar con sus palabras, y me miro a los ojos; esas cortas palabras estremecieron todo en él.

-¡Yo lo amo!, y no sabe cuánto, jamás quise que terminara de esta manera, pero ###%%%, mire lo que soy, un maldito militar, no tengo opción, soy parte de la revolución desde que tengo memoria, qué más puedo hacer- dijo exaltado

-Si me amas, porque permitiste que me trajeran aquí, ¿porque no me advertiste?, si me hubieras dicho…. Creo que todo habría sido distinto, canalla…. Mi familia…. Mi madre… me han separado de lo que amo.. – hice el esfuerzo de contener las lágrimas, ya era suficiente demostrar tanta debilidad ante los demás

-Usted los volverá a ver niño… se lo prometo… no es tan malo como le parece, yo le voy a cuidar, usted me importa demasiado- dijo con una mirada esperanzadora

  • me has mentido Armando, esa es la peor traición que le podrías hacer a alguien que dices que me amas…. Yo… no sé qué es lo que ahora siento por ti… - mire hacia otro lado

  • Valentín no me diga eso… ya vera que todo va a mejorar… no somos lo que dice la gente que somos, se lo voy demostrar

Se levantó y camino hacia mí, se inclinó, me tomo con sus manos el rostro e intento besarme; me sorprendió su gesto, pero rechacé su cariño, apartando bruscamente sus manos y boca de mí. Le dije molesto que no me besara, que  ya no lo amaba. Mi reacción, lo dejo petrificado por un momento, pero rápidamente se recuperó, por lo que su rostro dibujo un semblante de total rabia; me tomo, y me tiro de la silla, para luego echarse sobre mí, e intentar besarme a lo bruto; estaba vuelto un maniático; intente golpearlo con mis manos y pies, pero era inútil, él era más fuerte que yo

Me besaba forzadamente el cuello, y trataba de entablar una involuntaria relación sexual.

-¡Ah dice que no me ama venequito, pues ya va ver!, - me lo decía entre dientes como todo un desquiciado

Yo no podía concebirlo, iba a  abusar de mí, ¡que impotencia! ; Mi forcejeo, pronto se tornó en suplicas de que me soltara, no quería que me hiciera eso, que parara ya. Él no me hizo caso, seguía lascivamente besándome el rostro y se frotaba contra mi sin más; comencé a llorar desconsoladamente, no podía creer lo terrible que podía ser Armando Tirano. El paro  y me miro indeciso con el rostro molesto. Me soltó, y se levantó, con rabia patio una de las sillas de madera que estaban más próximas a él, mientras decía  malas palabras

-Porque hace las cosas más difíciles cachorrito… ahhhh – grito y luego se fue de la carpa furioso como un toro

Estaba desecho, solo esto me faltaba dije entre lágrimas; permanecí un largo rato tendido en el suelo de barro de aquella carpa, intentado recuperarme del trauma que había vivido; Armando, el hombre que me había dado esperanza, con el que soñé un mundo de felicidad, y decidí dar un paso hacia mi madurez, ahora se había convertido en un mounstro dispuesto a devorarme lentamente.

No sé cuánto tiempo paso, pero la voz del guerrillero que me había traído allí, por órdenes de Armando, me hizo reaccionar de mi estado de dejadez.

-¡eh levántate de allí chamo!, tienes que regresar a tu carpa, vamos- el  hombre moreno que ahora veía con más detenimiento, era venezolano

Observo mi estado, pero no me pregunto nada, simplemente me ayudo a levantar, y luego me escolto hasta dejarme en la carpa que me habían asignado; antes de irse me dio dos palmadas en uno de los lados del hombro en señal de comprensión.  Apenas caí en la simple cama, el cansancio me venció.

Una voz, me despertó de mi  consolador sueño; la carpa estaba iluminada de linternas, eran los guerrilleros, nos estaban apurando para que comenzáramos el día; debíamos asearnos. Como si estuviéramos en el ejército, nos dirigieron duramente hacia unos tanques de metal donde se almacena normalmente gasolina, pero que en esos momentos su utilidad era otra, su contenido era agua. Nos dijeron que teníamos 5 minutos para bañarnos con 3 medidas de agua como mínimo; sin poder pensarlo mejor, allí mismo todos tuvimos que asearnos juntos, desnudos o semidesnudos, a la vista de los unos con otros, lo más apresuradamente posible

Después de eso, luego de vestirnos con la ropa que desde ayer traíamos puesta, nos dirigieron hacia una zona despejada dentro de aquel monte, allí se encontraban  de pie, un grupo de guerrilleros esperándonos, no los podía distinguir, estaba oscuro, pero notaba que era de madrugada, se veían semiclaros del amanecer en el cielo.  Nos formaron en filas, al estilo militar; luego de organizarnos, aquellos hombres, vestidos con traje de militar guerrillero, Se ordenaron en fila unos al lado del otro al frente nuestro, y comenzaron a presentarse. El primero que lo hizo fue nada menos que el maldito y odiado Armando, su voz me delato en la semioscuridad quien era; seguro de sí mismo y con voz elevada, dijo que su nombre era Armando Tirano, Teniente Coronel oficial del Frente 8  del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en Venezuela; no lo podía creer, hasta en eso me habían engañado muy bien, me habían dicho que eran la FARC, ¡desgraciados desinformadores!

Siguió dando instrucciones sobre los deberes y normas que tendríamos que cumplir obligatoriamente sino queríamos que nos fuera mal en este ilegal ejército comunista. Después de hablar, paso la palabra a los demás uniformados que estaban a su lado, estos también se presentaron y nombraron sus rasgos militares, nos incentivaron a dar lo mejor de nosotros; luego empezó los ejercicios físicos y militares durante todo el día, eran exigentes; nos hacían trotar sin parar largas trochas de caminos de tierra, nos revolcaban en el fango a la orilla de un rio, llevábamos, calcule, dos horas de este  día aprendiendo a usar armas; sino lo hacíamos correctamente nos gritaban y entre voces elevadas nos pedían mayor concentración; yo estaba muy tenso y nervioso, sin decir que cansado; en algunos momentos, la silueta de Armando nos observaba desde lejos, y creí notar que me miraba directamente hacia mí

Así fue todo nuestro consumidor día, y luego nos permitieron asearnos y nos dieron de comer la cena. Nos comenzamos a sentar en unas mesas de plástico bajo un árbol iluminado por una bombilla, allí, aunque cansados, nos empezamos a conocer como equipo

-¿Cómo te llamas?- Pregunto un muchacho que estaba a mi lado en la mesa

-me llamo… Valentín….Valentín Guerrero, ¿y tú cómo te llamas?- le dije al observarlo y hallar confianza

-mucho gusto Valentín, mi nombre es Frelser Paz- dijo mientras me sonreía; me quede sorprendido, quien podía mostrar gentileza ante tan mala situación

  • che…vere , ¿y de que parte eres?…Frelser, y ¿Cómo es que termin..?- mis palabras me pesaban, no quería decir algo imprudente

  • eh… soy de la Urbanización Simón Bolívar en Puerto Ayacucho…. Y la guerrilla me recluto en mis salidas a pescar al Orinoco, decidí venir voluntariamente, ya hace tiempo lo había pensado… unirme a ellos….

  • ¿pero cómo es que llegaste a tomar esa decisión?, sabes al igual que yo, que una vez que uno entra aquí jamás Sale, solamente muerto – dije indignado por su revelación

  • lo sé, pero decidí venir porque quiero sacar adelante a mi familia, nos van a dar una buena paga, ¿no lo sabias?, nos va a ir bien, solo hay que adaptarse

  • sí, lo sé, pero, ¡Dios mío, eres un ignorante!, ¿Cómo pudiste ofrecerte a la muerte andante tal simplemente por dinero?, y si, al igual que tú, yo también la estaba pasando mal, quise buscar una oportunidad para salir de esta situación, y mira como termine, yo no quería esto… - aferre una de mis manos al borde de la mesa conteniendo mi amargura

  • yo… de verdad  lo siento, no quise hacerte sentir mal… sé  que algunos de los que estamos aquí, no vienen por voluntad propia….. y eso me molesta mucho de la guerrilla.. No son ningunos santos…lo sé, pero óyeme, animo, a partir de ahora seremos compañeros, yo te apoyo y tú me apoyas- me puso una de sus manos  en mi muñeca y me miro muy amigablemente, olvide por un momento su mala consciencia

-Sí.. está bien.. Compañero, aquí toca apoyarse, dale, formemos una alianza- dije con un poco de incredulidad

-Bien… debem…. – y quedo Frelser a media palabra, pues al voltear las miradas, nos encontramos con las figuras de nuestros exigentes instructores

Nos levantamos de los asientos, pues ahora éramos soldados en proceso de formación, ya saben, lo de rendirle respeto a su superior y demás tonterías; nos dijeron que  fuésemos a descansar, no sin antes darnos instrucciones para el día de mañana; eran ásperos, pues según ellos, debían formar nuestro carácter. Nos retiramos, no sin antes poner todo lo que empleamos para cenar en orden, y  luego emprendimos la marcha, bajo la guía de uno de los guerrilleros que nos hacían vigilancia. Ya en las carpas, nos disponíamos a dormir y preparábamos el sitio, sin embargo el llamado de una voz conocida a mis espaldas, interrumpió mi distracción.

-Valentín, mira, este es Juan Fiel, un compañero que conocí en el transcurso del día, te lo quería presentar- dijo risueño mi ahora conocido Frelser Paz

Ante mí se presentó un muchacho de altura similar a la mía, de piel clara y con rostro indígena, yo que conozco algunos de los rasgos característicos de las etnias regionales, supe de inmediato que era de origen Yekuana, sus facciones lo relacionaban con ellos. Le salude y me presente, el, muy amigable me dijo que me había visto en alguna parte pero que no lo recordaba.

-¿Eres también de Ayacucho… Juan?- le pregunte curioso

-sí, soy de El escondido III, pero estaba en el campo trabajando en un sembradío que mi tío, su familia y yo preparábamos, cuando nos llegó la guerrilla; nos comenzaron a regalar cosas; palas, carretillas para hacer trabajo en el campo; a mí me regalaron un teléfono y muchas cosas más; estaba contento, mi familia pensó que ellos no parecían ser lo que habíamos oído de ellos, pero, un día aparecieron en el fundo, armados y con su uniforme, y luego le exigieron a mi tío que me entregara a mí y a mis dos primos, estábamos endeudados con ellos, debíamos pagar. Todos nos quedamos sorprendidos, no lo esperábamos; mi tía se puso a llorar y a suplicarles que no se llevaran a mis primos,  mi tío también trato de mediar con ellos, pero fue inútil, nos obligaron a emprender la marcha con ellos, amenazándonos con sus armas-  (Pausa y luego prosiguió)

-Cuando ya íbamos saliendo por el camino, escuchamos que alguien grito a nuestras espaldas, todos volteamos, y vi que mi tío había golpeado con una pala de metal a uno de los guerrilleros; ahí se desato la violencia; los compañeros del guerrillero, se abalanzaron contra mi tío y comenzaron a golpearlo con sus armas, manos y pies, brutalmente. Mis primos molestos por lo que le estaban haciendo a su padre, intentaron defenderlo, yo también intervine; les dimos unos cuantos coñazos (golpes) a esos ##%&&&&%$ pero al fin, nos pusieron las armas sobre la cabeza y molestos nos dijeron que si nos movíamos nos matarían. Siguieron propinándole más golpes por más tiempo, lo iban a matar, pero llego la esposa de mi tío con sus nietos, hijos de mis primos y entre lágrimas y suplicas, dejaron de castigar a mi semi inconsciente y herido tío. Lo único que me ha quedado de recuerdo, es la imagen de él, tirado en la tierra, ensangrentado y sin movimiento alguno…. No sé..si él.. – Sus ojos se pusieron vidriosos, vaya tragedia

  • Lo siento mucho Juan, estos ##%&&$$%% también me reclutaron a mí de forma parecida… conseguí empleo en un negocio que era de ellos ,pero yo no lo sabía… me engañaron...y me hicieron lo mismo que a ti, me regalaron cosas.., y después me las cobraron – dije indignado

-¡Hora de dormir Venecos!- grito uno de los vigilantes colombianos que pasaba revisión

  • muchachos, está la vamos a superar, pa` adelante, nos vamos apoyar, pronto veremos a la familia, no se echen a morir- nos alentó un confiado Frelser que nos miraba con comprensión

Luego, cada uno rápidamente nos acostamos en nuestras improvisadas camas; mi mente estaba perturbaba, la historia de Juan fiel, me recordaba lo crueles que podrían ser los grupos paramilitares colombianos, todas esas historias que se pasan de boca en boca sobre ellos, no tienen nada de ficción, es una realidad; cerré mis ojos con mucha dificultad, al fin sucumbí al cansancio.

La semana, paso muy rápido, pues el entrenamiento absorbía todo nuestro tiempo; Hubo progreso en nuestra preparación, ya sabíamos lo que debíamos hacer, y la rutina lentamente se hacía menos pesada; mis dos compañeros, se volvieron más cercanos a mí y yo a ellos, puedo decir que eran unos muchachos geniales; Frelser, me dijo que era hijo de un profesor de matemática; que antes de empezar a incursionar en la pesca, cosa que nunca había hecho en toda su vida según él, estaba estudiando Informática en una universidad, específicamente la UNEFA; mientras Juan, me conto que solo llego al bachillerato, y luego se dedicó a buscar trabajos espontáneos, y a la siembra y pesca.

Frelser tiene 24 años, y Juan 20; ambos tienen sus rasgos particulares;  Juan, como dije anteriormente es de origen indígena; pero eso no le impide ser un chico guapo; así como muchos jóvenes aborígenes, su cuerpo es fibrado, sin ninguna gota de grasa, es atlético por naturaleza; su rostro es agradable y risueño, unos labios finos y dulces, una nariz recta y en su medida, unos rasgos muy cálidos, a pesar de la palidez de su piel, algo propio de su etnia. Frelser en cambio, es un moreno claro apuesto, es tan alto como el ###$$%%  Armando (que por cierto, no lo he visto en el resto de esta semana, no debe andar por acá, y lo agradezco, su presencia, me hace sentir perturbado, desde que paso lo que paso); pero lo mejor de él, pienso yo, es su mirada, tiene unos ojos verdes oliva preciosos, los antepasados de su padre, son de origen noruego, esa es la razón de tener un nombre y apariencia tan poco común, según lo que él me dijo; tiene un cuerpo esbelto, no es tan proporcionado como mi desagradable ex novio, pero él está en forma, es un galán en toda su regla

Lo único que puedo decir, es que son mis compañeros, y me agradan mucho, no los he mirado de otra forma ni he intentado nada raro, y claro, viéndolos, pues no soy ciego, no puedo negar que son muchachos que cualquier tipo con inclinaciones homo, querría tener algo mas allá, si hasta yo; pero, no, nos une la desgracia y los sueños rotos, son lazos terribles, que pueden unir nuevas amistades cercanas, y ellos son precisamente eso, quiero respetar lo que nos vincula.

Otra jornada más ha finalizado, y a pesar que estamos igual de cansados que el primer día, no retenemos la charla entre todos los compañeros; ahora estamos cenando y haciendo mayor vida junto a toda la tropa del lugar; hay alrededor de 27 hombres y 8 mujeres, para un total de 35 personas, descontándonos a los 8 que somos todos nosotros. Algunos de los guerrilleros y guerrilleras del ELN, sobre todo los venezolanos, se han acercado a nosotros, y  han empezado a entablar charlas, buscando saber quiénes somos; no han aconsejado, y dicho nuevamente, que estar aquí no es tan malo, que con el tiempo nos va a terminar gustando, que ironía; un aire menos tenso se produce, es domingo, y para mi sorpresa, los principales de la tropa, nos han dicho que podíamos ir a dormir un poco más tarde; han puesto música movida, y alguno de ellos, hombres y mujeres, se han puesto a bailar al son de la música. No puedo creer lo que estoy mirando, un fiesta de guerrilleros, esto es descabellado.  algunas pocas guerrilleras están echándonos las miradas, y se lanzan a  pescar a algún chamo que les guste; que incomodo es esto.

-hola guapo, ¿cómo te llamas?, soy Ximena, y quería invitarte a que nos echemos una bailada, ah ¿ qué dices?- me dijo una guerrillera joven y morena no tan agraciada

-yo… quisiera…. si… pero… estoy cansado..y.. solo quiero permanecer..aquí sentado disculpa- le dije tratando de ser lo menos ofensivo

  • Anda chamo, no pongas escusas, hoy es que se puede disfrutar, no me dejes ignorada, quiero bailar con alguien como tú, eres lindo- dijo insistente y me tomo de uno de los brazos intentando obligarme a ir con ella, eso me molesto

  • qué te pasa chama, suéltame, si quieres rumbear no es mi problema, búscate a otro tipo por ahí, no voy a ir contigo, a mí no me gustan las mujeres…- le dije molesto

  • ¡maldito maricon, que te rompan el culo! a mí nadie me rechaza así oíste  #$###, ya vas a ver, me las vas a pagar – y se fue molesta, mientras otras 2 chamas se iban detrás calmándola

Todos los que estaban ahí cerca, se quedaron mirándome sorprendidos; Frelser y Juan muy cerca de mí, me miraban con los ojos muy abiertos, junto a los otros con quienes hablábamos. La presión me hizo levantar del asiento, y me fui avergonzado hacia la oscuridad del área abierta donde entrenábamos. Estaba molesto, no iba permitir que nadie me forzara hacer algo que no quería hacer, ya bastante tenía con lidiar con el peligro de Armando. Alguien se acercó atrás de mí, oí pisadas, así que pregunte quien era.

-soy Frelser- dijo una voz

Se acercó a mí, y se puso a mi lado, la luna llena y clara de esa noche, nos permitía vernos hasta cierto punto; su figura era más alta que la mía, así que me hacía sombra

-¿estás bien? – me dijo suave y amablemente

  • esa tipa me hizo molestar, ¿Cómo me va a obligar a hacer algo que no quiero? Esta trastornada... – dije

  • sí, Tienes razón, lo oí todo, estaba fastidiosa, pero debes tener cuidado, todavía no sabemos completamente como se mueven las cosas por aquí, ella te amenazo.. y… -Frelser dudo en lo que iba a decir

  • me equivoque, pero tengo la razón, nadie me obligar a nada, ya me basta con estar aquí contra mi voluntad… y Armando… - se me escapo una imprudencia

  • ¿Armando? El Jefe, ¿Qué pasa con él?- dijo  un interrogativo Frelser

  • no… nada… perdona… me enrede..- y desvié la mirada nerviosamente hacia el horizonte nocturno

  • Valentín.. yo… yo… no sabía.. qué.. tú eras..g.. – Frelser no hallaba como sacar la palabra

  • ¿Gay? Jaja (reí irónicamente), si… me gustan los hombres, y si eso te molesta, no hay ningún problema, no voy a tirarme encima de ti, buscando convertirte, no soy así… no me molestare si decides dejar de hablarme- dije mirándole decidido

  • wow.. Valentín, no vale chamo, por mí no hay problema con eso, yo no discrimino a nadie por lo que sea que le guste, tú me pareces un pana genial y no quiero dejar de seguir hablando contigo, todo sigue igual, tranquilo – vi su sonrisa amistosa a la luz de la luna

-  gracias… eres un gran persona, hoy en día hay poca gente por acá que piensa como tú, me alegra haberte conocido- y le devolví la sonrisa con sinceridad

El me miro prolongadamente como queriendo decir algo más, pero luego me animo a que volviéramos con los demás, que no me preocupara si me señalaban, él iba a estar conmigo; le agradecí muchísimo su comprensión y luego regresamos juntos a la repentina fiesta.

Paso esa noche y nos acostamos a eso de las 12 am; afortunadamente nadie  hizo comentario sobre mi inclinación. La madrugada del lunes de la nueva semana, nos recibió luego de una noche relajada; empezamos la rutina con mucho ánimo, a pesar de nuestra desvelada, al vernos tan motivados, los entrenadores relajaron su rudeza; hicimos el extenso trote a lo largo de senderos de la selva con mayor facilidad; todo fue igual a la semana pasada, excepto que íbamos a realizar prácticas acuáticas en un arroyo que se hallaba relativamente cerca; se preguntaran que hacían los otras tropas restantes que quedaban en el campamento; pues simple, se dividían a hacer distintas tareas en la  zona del campamento; desde patrullar, hasta ir a  visitar comunidades indígenas tratando de captar adeptos, traficar gasolina ilegalmente, capturar y asesinar a jóvenes delincuentes, así como a cualquiera que fuera visto como una amenaza para ellos, hasta también tener un grupo escogido de entre ellos, que estaban involucrados en el tráfico de drogas, todo era un gran red, fragmentada por seguridad, pero que unida, formaba todo un bastión del  ELN en mi región

El día termino, no sin antes recibir las felicitaciones de nuestros superiores; nos entregaron una serie de libros a todos; el contenido de estos, era sobre el comunismo y en su favor; ahora iban a comenzar a adoctrinarnos, pensé. Dijeron que si finalizábamos exitosamente el mes, nos recompensarían. Nos dieron una hora libre antes de la cena como recompensa, todos agradecimos aquel privilegio.

-Me dijo Díaz, que cuando finalicemos el entrenamiento, nos van a llevar de regreso a la cuidad, vamos a formar parte del frente urbano- dijo un expectativo Juan

-eso no lo sabremos hasta que lo estemos allí- dijo un dudoso Frelser

  • ¿qué es un frente urbano?- dije

-son varios grupos de tropas ELN, que trabajan por separado en la cuidad, pero que sirven a uno o dos comandantes - dijo Frelser

-¿Eso quiere decir que si entramos en ese frente, nos dejaran ver a nuestras familias?- dije esperanzado

  • Humm es posible, no te lo aseguro- siguió Frelser

-Camarada Guerrero – Se oyó una fuerte voz, llamándome por mi apellido

Me levante y seguí el protocolo de saludo, ya me estaba acostumbrando a esa ridiculez. Era uno de los entrenadores, me ordeno que me fuera a asear y colocar vestimenta adecuada, debía presentarme en la carpa principal, el teniente coronel, me solicitaba. Yo respondí protocolarmente, y el guerrillero se retiró. Moría por dentro, de nuevo, la sombra de Armando Tirano, ennegrecía mi camino. Los muchachos vieron mi rostro de aturdimiento. Frelser me pregunto:

-Valentín, ¿Estas bien?-

  • No lo sé Frelser, no sé porque me mando a llamar- aunque por dentro si lo sabia

  • seguro debe ser por lo de aquella tipa de ayer, mira Valentín, no te pongas así, si quieres, nosotros vamos contigo y te defenderemos, ¿te parece?- dijo preocupado

  • Este… no… Frelser, yo… no te preocupes… cualquier cosa...yo les aviso, tranquilo… de verdad gracias, eres un verdadero amigo- dije agradecidamente; Frelser demostraba que era un chamo fuera de lo común

  • ¿Estás seguro Valentín? Te veo mal- dijo insistente

  • ¡Si Frelser, basta por favor! – le grite un poco por la insistencia

El me miro como sorprendido, no esperaba que yo reaccionara de esa manera, me estaba comportando como todo un imbécil

-Frelser…. Yo lo siento… perdóname…es que yo… bueno… nos vemos más tarde- y les deje apenado sin  poder mirarle a los ojos, a lo lejos escuche mi nombre débilmente

Obligadamente me prepare para ir a mi encuentro con mi torturador; mi recién otorgado uniforme del ELN, iba a ser estrenado hoy. Cuando ya estuve preparado, a los minutos llego mi escolta, con quien encamine lentamente hasta la cueva del tigre. Al llegar,  el hombre pidió autorización de entrar, fue concedido por la voz de Armando, allí estaba, mi tortura. Mi escolta hizo el protocolar saludo militar, dio halagos a su comandante respecto a no sé qué maniobras, y luego se retiró. Él estaba sentado detrás de un escritorio de madera, con un  vaso de vidrio con líquido que supuse era algún tipo de licor, estaba vestido con uniforme militar. Me miro y me dijo:

-Esta hermoso en ese uniforme… niño, lo he extrañado mucho… ya era hora de verlo, no pude esperar más- se levantó del asiento y lentamente se acercaba a mi

Yo me mantenía en silencio, pero todo mi cuerpo temblaba, estaba aterrado.

-perdo… perdóneme amor… me comporte… como un animal la otra vez… me descontrole al pensar que le perdía…. Usted… Valentín… usted es mío…. Yo lo amo. – me dijo suavemente

Se posó detrás de mí, y sus manos me rodearon la cintura; un escalofrió recorrió mi cuerpo; el acerco sus labios a uno de mis oídos y me susurro:

-amor, yo le necesito, necesito hacerte mío, déjame demostrarte cuanto te amo- dijo buscando erotismo, pero yo con la poca fuerza que tenía en la voz le dije:

  • Armando… por favor… suéltame…no mes lastimes por favor- esas palabras fueron suplicas firmes

  • hummmm (suspiro resignado) Valentín, hasta cuándo va a seguir así, no me culpe de todo lo que ha pasado, las cosas sucedieron porque así tenían que ser, mire, mientras yo mande aquí, nadie le va a poner la mano encima, y si lo hacen se las verán conmigo – me dijo tratando de convencerme

Yo no quise guardar la verdad, por malas que pudieran ser las consecuencias, y dije:

-Armando, perdóname… pero… lo nuestro termino- y luego  calle esperando lo peor

El me soltó bruscamente, y fue de regreso hacia el escritorio tratando de controlar su ira; se sentó en la silla y lleno dos tragos, el que ya tenía y otro en un nuevo vaso, dijo:

-sabe que el próximo mes he autorizado que los familiares de todos ustedes les vengan a visitar, su mama y su hermanito vendrán, si las cosas marchan bien; no los quiere ver, de seguro que sí; Raquel es una buena mujer, debe estar desconsolada por saber cómo estará su amado hijo, sería triste que no pudiera venir- me miraba  sin expresión

  • con mi madre y mi hermano, no te metas Armando, hazme daño a mí, no a ellos, déjalos en paz- lo mire con odio, tenía miedo de su poder

-Cálmese niño, yo no he pensado hacerle daño a su señora, no soy tan despiadado como usted piensa que soy, lo que le quiero decir, es que si usted no cambia de aptitud y no  se deja amar, no voy a permitirle volver a ver a su familia hasta que yo lo decida, usted tiene la palabra- ahí lo dijo

Me estaba manipulando; quería que lo complaciera, que fuese su novio/amante de siempre, desde antes de caer en las redes de este organización; llore, me tenía contra la pared, yo quería ver a mi familia, los amo; mama me enseño a poner en primer lugar a la familia…. Me carcomía por esta injusticia

-yo… est – entre lágrimas y sin poderme decidir, estaba librando el rumbo de mi vida, significaba atarme a este hombre

  • deje de resistirse, no quería llegar a esto, pero su terquedad me hace tomar estas  decisiones…. Vamos… amor… déjeme amarlo… yo muero por dentro por tenerlo en mis brazos –él estaba impaciente, aunque su miraba reflejaba desesperación

  • hmmmmm (di un largo suspiro) esta… bie..Bien, todo sea por ellos- así sucumbí

El me miro, y su rostro dibujo una mueca feliz, sus ojos se le iluminaron, se levantó, y tomo el otro trago que previamente había servido en un vaso de vidrio; camino hacia mí y como todo un caballero me lo ofreció:

-tome amor, esto lo hará sentir mejor- extendió su mano

  • ¿Qué bebida… es esa?- dije inseguro

  • es solo Brandy, eso ayuda a relajarse bastante, anda bebe

  • esta… bien – tome aquel vaso, lo mire, y debatí mucho entre sorberlo o no, pero al final me decidí, bebí de un trago

  • eso es… - y luego puso tomo el vaso y lo coloco en el suelo; coloco una de sus manos una de mis mejillas, me estaba secando las lágrimas mientras me veía a los ojos

Yo no quería sentir su toque, era veneno para mí, pero, el sacrificio era más importante, le dije:

-¿Qué es lo que quieres de mí?- él se acercó su rostro al mío y me rodeo y con sus manos, dijo:

  • te quiero de vuelta, esta noche tienes que ser mío, déjame amarte, te amo – me dijo y me beso

Allí solo pude resistir mi mente, que por dentro decía “nuestro amor se ha convertido en odio, eterno y puro odio”.

Continuara………………………

Gracias por leer, por favor, comenten y valoricen, pronto la otra entrega.